|
“Los asalto con denuedo . . .”
Esta percepción no es mustia, soy la sensación de angustia que genera la presencia, la aparición, existencia.
De un real o imaginario peligro en el escenario presente, futuro incierto o en el pasado, bien cierto.
Soy la primaria emoción que origina la aversión, innata, que siempre pasa por el riesgo y la amenaza.
Que siente todo animal, incluyendo, así, tal cual, al género ser humano que llega al pánico insano.
A veces, sin más piedad, pasando por la ansiedad, por la cruel incertidumbre que, para la mente, es lumbre.
Los eruditos me citan, me estudian y me analizan, bajo el cariz biológico, social o neurológico.
Incluyendo el cultural, lo que es . . . muy natural, desde otros puntos de vista con psicológica arista.
Entrando en el alma mía, Sigmund Freud me hizo teoría, definiendo al miedo real y al grave, fenomenal.
Horrible, miedo neurótico, sé que sueno estrambótico, mas, todo eso le acontece a hombre y mujer, cuando crece.
Recelo, fobia, temor, alarma, susto, pavor, terrorífico todo esto como mi ser tan funesto.
Para sensibles conciencias que sufren las consecuencias, pues altero en las personas sus conductas más dulzonas.
Su tranquilidad, su calma, mi acción, asaz, les desarma, cordura, serenidad, para mí son nimiedad.
Agallas, las valentías de la gente, hago mías, yo, el miedo, manifiesto un duro poder siniestro.
De una manera evasiva, respuesta a la defensiva, individuos desestiman las causas que me originan.
Las matizan, las “disfrazan”, en ese intento fracasan, se muestran muy indolentes y, conmigo, . . . indiferentes.
Tales “fugas” son en vano, cabal, me impongo, les gano, mi sombra fiel los desborda, hoy, estoy más que de moda.
Soy miedo al virus temido, al germen desconocido, aprovecho su ignorancia y he vertido atroz fragancia.
Sobre gran parte del mundo con espanto harto profundo, vivo inmerso en su cabeza, ya no piensan con certeza.
Ante el covid diecinueve, la pandemia que conmueve, los amedrento e invado presto, falaz, sin enfado.
Mi función los paraliza y su cerebro . . . agoniza, ese mal, minimizado, más contagia y ha matado.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 09 de mayo del 2020 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
|
Poeta
|
|
Sinergia de paralelas de increíble sincronía en apariencia siniestra El mundo gira en un tirabuzón se retroalimenta juntando las hebras
Se teje el telar sin que puedas tomar conciencia La obra toma rumbo en un torbellino donde el nudo se pliega sobre si mismo
Se anido en ausencia de la razón Convierte lo anodino en rocambolesco Inverve nacimiento de los quarks el misterio de lo inaudito se deja ver al trasluz dejando fuera la lógica
Las púas se erizan La curiosidad se fatiga en horas tardías donde el escalafón no pesa y el cruce se alinea
Mándalas desean explosionar con la libertad de los fuegos artificiales El resquemor indaga la pasión del atronador desvío de lo inocuo
Ecuánime trilogía enmudece al percherón de enaguas y sin corbata Calígula entronizado El esmero coarta descuartizando la puerta
A tientas en la penumbra el olvido entre pan y pan se come tu bocadillo A coge la oportunidad de resolver en el hoy el ayer que sobrevuela como una luz intensa
10/05/2021 ©Dikia
|
Poeta
|
|
“Que cita con desparpajo . . .”
De una forma inesperada, con tremenda leperada digna solo de un arriero o de cualquier verdulero.
Así, sin costarle trabajo, López, pues, mandó al carajo a las víctimas de Tláhuac, desde el Palacio de Anáhuac.
A esas que, el día tres de mayo, sufrieran peor que un desmayo, más de veinticinco muertos, setenta heridos, bien ciertos.
Claramente, sí, Señores, en vez de rendir honores o de enviarles unas flores, les recetó sus ardores.
Dijo en muy pocas palabras, lerdas, lentas, siempre tardas, que nunca irá a visitarlos o al menos a consolarlos.
Dijo, en un lenguaje llano, que esas prácticas de antaño son de los noeliberales y que, ya: “no somos iguales”.
Dijo también, mis lectores, que, antes, los conservadores hipócritas, tales por cuales, iban por fotos a hospitales.
Pero que, a él eso no le gusta, tal estilo le disgusta, y al fin, con gran desparpajo que manda todo al carajo.
Así, el peje autoritario, para nada solidario con los problemas del pobre, nos sigue mostrando el cobre.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 08 de mayo del 2021 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
|
Poeta
|
|
O Navegante Perdido
A cena se passa nas costas gregas, 1913.
Cena Única
O exterior de um barco com o leme. Vemos um homem chamado Grigori Panatkos junto ao leme. Ele está cansado e abalado.
Grigori- Cáspite! Três dias que deveria estar em Samos, mas peguei a rota ao sul que estava no mapa e que mostrava um atalho, e agora estou cá perdido, e este maldito rádio que não funciona! O que farei?
Ele sai de perto do leme e vai até a esquerda. Ele olha como se estivesse querendo enxergar algo além do horizonte. Vira-se e vai para a direita e faz o mesmo.
Grigori- Nada de terra! Nada de nenhuma costa! O que posso fazer? O máximo de dias que posso aguentar nesse maldito barco é quinze dias! Ou menos, se tiver a sorte de afundar por causa de uma tempestade como a de ontem! E como os dias passam depressa no mar!( Ele volta ao leme e começa a dirigi-lo).
Ouvimos um barulho de mar ao longe, e também alguns barulhos de vida marítima. Grigori está tão distraído que não percebe os barulhos.
Grigori- Eu tinha absoluta certeza que tomando a rota que tomei iria chegar em Samos mais rápido. Por que não fiz a mesma rota de sempre? Por que quis pegar um atalho? ( Mexe duas vezes no leme, olha para frebte como se estivsse olhando para o mar). Droga! Eu realmente preciso achar esse caminho!
Sai de perto do leme e vai até o canto esquerdo e fica olhando para o horizonte. Ele olha para o horizonte mais ou menos uns dois minutos. Depois para, e volta ao leme. Ele se senta em um banquinho e fica desanimado. Passa a mão nos cabelos, suspira longamente.
Grigori- Não sei mais o que faço. Já tentei todas as rotas que ainda conheço. Agora realmente vou ter que operar no modo intuição, se é que realmente sei usá-la. Mas... Não, essas rotas nunca tem navios da marinha. Eles ficam mais a noroeste de onde estou.
Grigori vai até o leme novamente, guia-o por mais ou menos uns dois minutos. Solta. Ele novamente fica desesperado. Toma uns goles de água em uma garrafa. Fica sentado a olhar para a frente.
Grigori- Vou atracar. Não aguento mais. Não, não posso fazer isso. Preciso continuar a tentar achar o caminho.
Ele volta a pegar o leme, mas ele está tão abatido que decide parar de vez de pegar no leme.
Grigori- Vou realmente tirar uma soneca. Não quero continuar a seguir por hoje.
Grigori sai. Ouvimos um barulho de mar e algumas gaivotas. Ouvimos o barulho de vozes ao longe, mas logo o pano desce.
FIM
|
Poeta
|
|
Assistindo dois programas estranhos
Marcos adorava tudo que era diferente. Ele simplesmente não conseguia viver sem nada que era considerado totalmente diferente. Suas coleções eram todas consideradas pelos poucos que haviam visto muito inusitadas. Mas ele adorava acima de tudo programas que eram considerados estranhos demais. Certa vez, ele vira um vídeo na internet que era considerado estranho. Um vídeo de uma menina que estava praticamente possuída, mas que não se via quase nada do rosto dela. Era uma predileção tão grande, que ele ainda preservava antigas fitas com vídeos curtos e não tão curtos sobre tudo que hoje chamamos de estranho, ou alguns chamam de fringe. Ele não se sentia nenhum pouco estranho, ou mesmo isolado, pois ele sabia que mais e mais pessoas estavam começando a se interessar por todos esses assuntos. Marcos começara a assistir dois programas em uma rede da dark web. Um deles se chamava Knives in red, que mostrava alguns assassinatos e algumas relações estranhas que as pessoas podiam ter com armas brancas.
|
Poeta
|
|
¿Y qué de nuestra energía?... te pregunto… Si, de aquella que está vibrante en la distancia, más allá de la memoria y sus espectros difusos, rebasa lo que no alcanzan a decir las palabras y nos conecta fulminante con todos los colores y detalles con apenas cerrar los ojos o musitar tan solo, que somos las estrellas de este amor.
Y no nos asusta, no, esto de reventar la calma, porque estamos vivos y podemos amarnos así, porque abstraer el roce de nuestra piel, estalla todas las ganas y las multiplica… en más pasión y fantasía, porque conseguimos fusionar amor, ternura, ilusión, sin importar estar muy juntos.
Escribo y es como si te leyera mientras sonríes, e interrumpes para morderme o abrazarme así, desconectándome de las formas, para soñar… esta mágica vida que despierto pretendo narrar y no estás, pero te llevo en vilo en la inspiración, en la yema de los dedos, en las ansias de atrapar como colibrí, en cada fugaz aleteo un universo de tu néctar, que una aún más nuestras almas.
|
Poeta
|
|
“Eso queda de consuelo . . .”
La desgracia cala en frío, el parque queda vacío por la ausencia del menor que fue su alegría y candor.
Aquel árbol luce triste, el ave no come alpiste, el marasmo es absoluto, la rama cruje de luto.
Su columpio no se mece, todo el ánimo decrece por la muerte del infante que fue travieso brillante.
No rueda la bicicleta, desde hoy se queda quieta, al igual que la pelota porque tiene el alma rota.
¡Ay, el dolor es inmenso!, el corazón queda tenso, la lagrima es inminente, el llanto se hace presente.
Ya no escucharé su risa, ni gozaré su sonrisa, más, guardaré en mi memoria toda su inocente historia.
Cuando un niño se va al cielo eso queda de consuelo, ahí seguirá sus juegos, que Dios escuche mis ruegos.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Alcaldía de Tláhuac, Ciudad de México, a 03 de mayo del 2021 Dedicado al niño Brandon Giovanny Hernández Tapia (QEPD), lamentablemente fallecido en la tragedia de la Línea 12 del Metro, Estación “Los Olivos” de la Ciudad de México . . . Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
|
Poeta
|
|
Três gatos e um mordomo
A cena se passa na Bélgica, em 1895.
Cena Única
Uma rica sala decorada no estilo contemporâneo. Nela vemos uma senhora, de aproximadamente 60 anos, vestida elegantemente e usando um colar de pérolas. Ela está sentada em um sofá. Ao lado dela em outro sofá está um homem jovem, de cabelos negros e olhos verdes chamado Maurice. Ele é médico e está tomando uma xícara de café. Vemos um homem entrar. Ele se chama Ernst e é o mordomo da casa. Ele carrega três gatos chamados: Da Vinci, Mozart e Dante. Os gatos miam muito.
Gloria- Oh, meus gatinhos lindos Traga-os aqui, Ernst.
Ernst- Sim, madame.( Ele leva os gatos até ela que pulam em seu colo miando).
Gloria( abraçando os gatinhos)- Oh, eu não consigo viver sem vocês meus artistas lindos.
O médico olha para a cena e ri um pouco.
Ernst- Vou terminar de fazer os outros afazeres, madame.
Glória- Não tão rápido, Ernst. Quero que os alimente, e também quero que os vista com uns casaquinhos.
Ernst( expressão cansada)- Sim, madame.
Glória- Maurice, vamos deixar Ernst cuidar dos gatinhos e passear pelo jardim. Preciso falar de minha saúde que não está boa.
Maurice( larga a xícara)- Está bem. Vamos.
Os dois saem. O mordomo fica a sós com os gatinhos que aindam miam muito.
Ernst( cansado)- Alimentar mais uma vez estes gatos e ainda vestir casaco para eles, e claro, colocar um monte de tintas e papel na frente deles para que eles criem( Faz gestos de aspas) suas obras de arte. Ah, isso não é um trabalho! É um martírio!
Os gatinhos ficam pulando de um sofá para o outro. O mordomo olha para os gatos, ele suspira e sai. Ele volta com três tigelas com mingau e com casaquinhos de cor azul, verde e rosa. os gatinhos ficam miando e vão para as tigelas e ficam lambendo o mingau.
Ernst( deixa-se cair no sofá)- Malditos gatos! Como eu gostaria de matá-los! Vocês não fazem ideia do trabalho que me dão!
Os gatinhos continuam tomando o mingau.
Ernst- Eu poderia sufocar cada um com esses casaquinhos... Ou quem sabe colocá-los para dormir e mandá-los para algum lugar. Ninguém desconfiaria. Tenho amigos no correio que podem enviar para mim sem cobrar nada.
Os gatinhos continuam se fartando do mingau. Ernst se levanta e fica andando pela sala. Ele vai até a janela e fica olhando para fora. Logo ele volta para junto dos gatos que pararam de tomar o mingau. Ele pega os três casaquinhos, mas os gatinhos se afastam dele.
Ernst- Maldição! Por mil demônios! Toda vez que vou colocar os casaquinhos neles eles fogem! ( Fingindo docilidade)- Venham aqui, meus queridos e amados gatinhos. O titio apenas quer vestí-los com os casacos mais lindos do mundo!
Os gatinhos fogem mais uma vez. Ernst desiste. Ele volta a janela.
Ernst( olhando para a esquerda)- Oh, como as violetas e margaridas estão bonitas... Oh, mas o que vejo lá? Será que é...?( Ele se debruça na janela, escorrega e ouvimos um grito de Ernst caindo no chão. Depois não ouvimos mais nenhum grito).
Glória( off)- Então, doutor, como está minha saúde?
Maurice( off)- Boa, mas precisa continuar os exercícios.
Glória( off)- Adorei saber que minha saúde está boa. Daqui a pouco verei meus gatinhos lindos.
Vemos os gatinhos brincando por todo o canto. Eles miam bastante. O pano desce.
FIM
|
Poeta
|
|
Retrato de Leon Tolstoy- Nikolai Ge Data: 1884
A inspiração fantástica. O velho senhor com muita inspiração. Maturidade. Concentração no que se faz. Concentração que leva a inspiração. A atitude de um sábio. Escrevendo devagar e de forma que as palavras fluam melhor. A escrita fantástica. A escrita de um velho profissional. A escola realista. A escola dos grandes mestres.
|
Poeta
|
|
“La covid le marca el ritmo . . .”
Los que saben, los que entienden, que de estos temas comprenden, nos dicen que, allá, en la China, de una manera genuina.
Se generó lo del virus, preciso, el coronavirus que ha contagiado a la gente de una manera insolente.
Como toda enfermedad que no nos tiene piedad, pues, no sabe de fronteras, ni de las visas certeras.
Tal germen siguió su rumbo, se expandió por todo el mundo, usa el patógeno insano de transporte al ser humano.
La realidad no nos miente, fue regando su simiente como hiedra venenosa, la covid no es otra cosa.
Ya vivimos a su ritmo, el orbe ya no es el mismo, a la grey desprevenida le va quitando la vida.
A humanidad inconsciente aún “no le cae el veinte”, en incrédula obsesión no ha tomado previsión.
El destino así nos premia, por la maldita pandemia, hoy, estamos confinados en nuestro hogar, arraigados.
Por tanto, si bien nos va, si la suerte se nos da, escuela, trabajo, en casa, es extraño lo que pasa.
Sana distancia guardando y un tapabocas usando, gel, sin nuestras diversiones encontradas emociones
Encerrados, sin fortuna, esperando una vacuna, en la crisis paulatina mientras no haya medicina.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 06 de mayo del 2020 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
|
Poeta
|
|