[i]A Morte de Apolo(E Fez-se Silêncio no Céu, página 25)
Apolo, o grande deus poeta e Profeta clama por vida, mas Ele sabe que seu tempo Entre os mortais já está findo. Uma vida longa de prazer, Conhecimento e poder entre os mortais.
Este grande deus morre sozinho, Pois seus parentes já seguiram O caminho da morte de um deus. Pobre Apolo, tu pensavas que ficaria Entre os mortais para sempre, mas Teu túmulo está diante de ti.[/i]
A Morte de Apolo(E Fez-se Silêncio no Céu, página 25)
Apolo, o grande deus poeta e Profeta clama por vida, mas Ele sabe que seu tempo Entre os mortais já está findo. Uma vida longa de prazer, Conhecimento e poder entre os mortais.
Este grande deus morre sozinho, Pois seus parentes já seguiram O caminho da morte de um deus. Pobre Apolo, tu pensavas que ficaria Entre os mortais para sempre, mas Teu túmulo está diante de ti.
[i]A Morte de Apolo(E Fez-se Silêncio no Céu, página 25)
Apolo, o grande deus poeta e Profeta clama por vida, mas Ele sabe que seu tempo Entre os mortais já está findo. Uma vida longa de prazer, Conhecimento e poder entre os mortais.
Este grande deus morre sozinho, Pois seus parentes já seguiram O caminho da morte de um deus. Pobre Apolo, tu pensavas que ficaria Entre os mortais para sempre, mas Teu túmulo está diante de ti.[/i]
En el verde pastal Donde florecen las hojas Las alas rojas de la paloma Se mecen tiritando de emoción Las palmas y las brisas Cantan bajo las nubes Que se pierden en las risas Escondidas en el horizonte Del corazón ardiente El viento mueve la alegría Escondida en la pradera En espera del vino Del apasionado labriego El sol se prende en los campos Y la luz de los ojos Dan vida a los labios hambrientos La paloma después de libar el vino Muestra su alegría recóndita Y aparece el azul del cielo En su turbado pecho.
Mi alma tiembla entre sus alas rotas, como la hoja que se desprende del árbol marchito en la ladera con sus raíces en el abismo del cielo.
Los tulipanes los mueve el viento y mis callados gritos y sentimientos, dispersan sus fragancias en el desierto, donde los ríos del eterno sufrimiento, cosen mis parpados con el hilo dorado de los recuerdos de los veranos.
Mis labios como colibrí volaron en los mantos y los sarmientos. En las ramas secas de los follajes los recuerdos rotos tienen sus nidos y la luna llena se pierde entre sonidos.
Enrique Canchola Martínez 05 diciembre 2023 Diciembre 01 de 2023