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Poemas, frases y mensajes sobre mujer

Selección de poemas, frases y mensajes más populares sobre mujer


¡Dios!... ¿Existirá esta mujer?

¡Dios!...  ¿Existirá esta mujer?
Te amo por tu sonrisa,
Porque sencillamente eres tú
Con tu alegría y felicidad
Con tus sollozos de nostalgia
Y tu mirada iluminada de esperanza…

Te amo porque me amas.
Te amo amor por tu fortaleza,
Comprensión y atención.
Porque en ti me encontré de nuevo
Acabando con mis aflicciones.

Realmente no sé cómo ni cuándo ocurrió
Pero ocurrió,
Sería que viste en mis ojos la mirada pérdida
La sonrisa vacía que mi cara fingía
O la lluvia en mis ojos de tanto esperar…

Sin previo aviso mujer
Te has adueñado de mi corazón
Sólo con palabras amables, con una sonrisa
Una mirada entre pícara y dulce
Y la promesa de amigos.

Yo lo sabía, y cerraba mis ojos pensando en ti
Intuía que algún día te encontraría
Pero en cambio, me has encontrado tú
Nuevamente a las cuerdas pegado estoy
Pero ahora no lucho más, vénceme cuando quieras.

Tú eres mi pilar, mi fortaleza, mi forma de amar
Eres mi refugio, mi paz, mi bien, mi todo.
Es a través de tus ojos, que veo el amor
Y un cielo eterno para los dos…
¡Dios!... ¿Existirá esta mujer?

Delalma
04/01/2013 04:34:01 p.m.

Isla Ignorada

ISLA IGNORADA

Gloria Fuertes
(española)
28/07/1917 - 27/11/1998

Soy como esa isla que ignorada,
late acunada por árboles jugosos,
en el centro de un mar
que no me entiende,
rodeada de nada,
sola sólo.
Hay aves en mi isla relucientes,
y pintadas por ángeles pintores,
hay fieras que me miran dulcemente,
y venenosas flores.
Hay arroyos poetas
y voces interiores
de volcanes dormidos.
Quizá haya algún tesoro
muy dentro de mi entraña.
¡Quién sabe si yo tengo
diamante en mi montaña,
o tan sólo un pequeño
pedazo de carbón!
Los árboles del bosque de mi isla,
sois vosotros mis versos.
¡Qué bien sonáis a veces
si el gran músico viento
os toca cuando viene el mar que me rodea!
A esta isla que soy, si alguien llega,
que se encuentre con algo es mi deseo;
manantiales de versos encendidos
y cascadas de paz es lo que tengo—.
Un nombre que me sube por el alma
y no quiere que llore mis secretos;
y soy tierra feliz —que tengo el arte
de ser dichosa y pobre al mismo tiempo—.
Para mí es un placer ser ignorada,
isla ignorada del océano eterno.
En el centro del mundo sin un libro
sé todo, porque vino un mensajero
y me dejó una cruz para la vida
para la muerte me dejó un misterio.

Acallar los gritos del Alma

Siento el silencio, acallar los gritos del alma, tiemblo al saber que ya no estarás aquí
Te vas esta noche sin luna, a oscuras caminaras muy lento por las dunas de mis recuerdos
Tu piel perderá su perfume, tus ojos no miraran mis ojos, me siento vacio
Dentro de mí la congoja se agiganta. Tu sombra se alarga cada vez más en el camino
Ya no puedo verte tu figura se ha ido, solo tengo en mis oídos, las palabras que dijiste al decirme adiós.
Que quedaron clavadas en mi cuerpo, casi como puñaladas en mi corazón.

Por Conrado Augusto Sehmsdorf (Kurt)

[img width=300]https://us.123rf.com/450wm/rmnunes/rmnunes1401/rmnunes140100002/25471900-mujer-joven-que-recorre-descalzo-en-el-camino-misterioso-en-el-bosque-encantado.jpg?ver=6[/img]

MUJER CREACIÓN SUBLIME

MUJER CREACIÓN SUBLIME
[img width=300]http://www.poemas-del-alma.com/blog/wp-content/uploads/imagenes-poemas/5721fcc.pjpeg[/img]

No hace falta

tan solo unos instantes

para dedicarte versos,

si no,

toda una vida

a tí,

que nos das tu aliento.



No hace falta unos instantes

para dedicarte versos,

si no,

toda una vida

a tí ,

que nos das tu tiempo.



Dadora en tu vientre de vida,

siempre alivias heridas,

dadora de amor y pasión

el hombre te conquista

con solo una fiel ilusión,

y tú lo das todo por amor.



Mujer sensible,

mujer sublime,

preciosa como mariposa

que habre su alas

y anidas en las rosas.



Las fraces sobran,

los hechos faltan,

la existencia sin tí mujer

se acorta,

tu auscencia mata.



Baull de los recuerdos

en tí,

en tí escritos largos pergamino

apoyando y dirigiendo orquestas

siempre en el camino.



Tan solo con tu aliento

callando juramentos

siempre das sustento,

haciendo otro intento

vuelas con el viento.



No hay palabras ni versos ,

para describir lo que es,

lo que es toda una mujer,

sin ella la vida ,

la vida no puede florecer.



Es un suspiro de noche,

una brisa en la mañana ,

su voz un canto de día,

un vibrar al amanecer,

un llanto de emosión,

en cada atardecer.



No hay palabras ni versos

para describir ,

tan bellla creación sublime,

llamada ,

llamada hoy mujer.



AUTOR ....IRMA PERIBAN VILLA...MEXICO

.

Alma de Poeta

Alma de Poeta
Alma de Poeta, corazón de papel
Noches de pasión, volcadas en poemas
Rosas y claveles, aroma del amor
Almohadas mojadas, perfumadas de mujer
Besos profundos, caricias y piel
Miradas cómplices, de jóvenes amantes
Alma de poeta, corazón de papel.

Por Conrado Augusto Sehmsdorf (Kurt)

[img width=300]https://rosatel.co/1692/rosas-y-claveles.jpg[/img]

AMOR

¡Amar a una mujer, sentir su aliento,
y escuchar a su lado
lo dulce y armonioso de su acento;
tener su boca a nuestra boca unida
y su cuello en el nuestro reclinado,
es el placer mas grato de la vida,
el goce mas profundo
que puede disfrutarse sobre el mundo!
Porque el amor al hombre es tan preciso,
como el agua a las flores,
como el querube ardiente al paraíso;
es el prisma de mágicos colores
que transforma y convierte
las espinas en rosas,
y que hace bella hasta la misma muerte
a pesar de sus formas espantosas.
Amando a una mujer, olvida el hombre
hasta su misma esencia,
sus deberes mas santos y su nombre;
no cambia por el cielo su existencia;
y con su afán y su delirio, loco,
acaricia sonriendo su creencia,
y el mundo entero le parece poco...
Quitadle al zenzontle la armonia,
y al águila su vuelo,
y al iluminar espléndido del día
el azul pabellón del ancho cielo,
y el mundo seguirá... Mas la criatura,
del amor separada
morirá como muere marchitada
la rosa blanca y pura
que el huracán feroz deja tronchada;
como muere la nube y se deshace
en perlas cristalinas
cuando le hace falta un sol que la sostenga
en la etérea región de las ondinas.
¡Amor es Dios!, a su divino fiat
brotó la tierra con sus gayas flores
y sus selvas pobladas
de abejas y de pájaros cantores,
y con sus blancas y espumosas fuentes
y sus limpias cascadas
cayendo entre las rocas a torrentes;
brotó sin canto ni armonía...
Hasta que el beso puro de Adán y Eva,
resonando en el viento,
enseñó a las criaturas ese idioma,
ese acento magnífico y sublime
con que suspira el cisne cuando canta
y la tórtola dulce cuando gime,
¡Amor es Dios!, y la mujer la forma
en que encarna su espíritu fecundo;
él es el astro y ella su reflejo,
él es el paraíso y ella el mundo...
Y vivir es amar. A quien no ha sentido
latir el corazón dentro del pecho
del amor al impulso,
no comprende las quejas de la brisa
que vaga entre los lirios de la loma,
ni de la virgen casta la sonrisa
ni el suspiro fugaz de la paloma.
¡Existir es amar! Quien no comprende
esa emoción dulcisima y suave,
esa tierna fusión de dos criaturas
gimiendo en un gemido,
en un goce gozando
y latiendo en unísono latido...
Quien no comprende ese placer supremo,
purísimo y sonriente,
ese miente si dice que ha vivido;
si dice que ha gozado, miente.
Y el amor no es el goce de un instante
que en su lecho de seda
nos brinda la ramera palpitante;
no es el deleite impuro
que hallamos al brillar una moneda
del cieno y de la infamia entre lo oscuro;
no es la miel que provoca
y que deja, después que la apuramos,
amargura en el alma y en la boca...
Pureza y armonía,
ángeles bellos y hadas primorosas
en un Edén de luz y de poesía,
en un pensil de nardos y de rosas,
Todo es el amor.
Mundo en que nadie
llora o suspira sin hallar un eco;
fanal de bienandanza
que hace que siempre ante los ojos radie
la viva claridad de una esperanza.
El amor es la gloria,
la corona esplendente
con que sueña el genio de alma grande
que pulsa el arpa o el acero blande,
la virgen sonriente.
El Petrarca sin Laura,
no fuera el vate del sentido canto
que hace brotar suspiros en el pecho
y en la pupila llanto.
Y el Dante sin Beatriz no fuera el poeta
a veces dulce y tierno,
y a veces grande, aterrador y ronco
como el cantor salido del infierno...
Y es que el amor encierra
en su forma infinita
cuanto de bello el universo habita,
cuanto existe de ideal sobre la tierra.
Amor es Dios, el lazo que mantiene
en constante armonía
los seres mil de la creación inmensa;
y la mujer la diosa,
la encarnación sublime y sacrosanta
que la pradera con su olor inciensa
y que la orquesta del Supremo canta,
¡Y salve, amor! emanación divina...
...¡Tú, más blanca y más pura
que la luz de la estrella matutina!
¡Salve, soplo de Dios!...
Y cuando mi alma
deje de ser un templo a la hermosura,
ven a arrancarme el corazón del pecho
ven a abrir a mis pies la sepultura

Enero de 1869.

TÚ ERES MUJER

Podrás elevarte y volar por las cimas
Más altas de la sierra, atravesar las
Cordilleras con tu vuelo de águila,
Pero cuidado, no eres águila.

Puedes tener la fuerza de los mares
Y el sabor salado adherido a tu
Cuerpo, pero no eres mar,
Te puedes evaporar.

Puedes discurrir densamente por las
Riveras, desbordarte en el camino
Arrastrando un torrentoso cauce,
Pero no eres río.

Puedes hacer erupción como un volcán
Que se cree apagado, pero tu lava no
Quema, aprisiona; tú no eres volcán,
Tú eres mujer, ve con cuidado.

Delalma
8/09/2020

Castillo

¿Quién te puede sacar una sonrisa en días de lágrimas?
¿Quién te puede hacer sentirse vivo en un mundo de muertos?
¿Quién está allí para atraparte en todas las orillas
Y sacarte todos tus miedos?

¿Quién te puede calentar en inviernos infinitos?
¿Quién te puede cantar en días de sordez?
¿Quién te puede decir que todo va a estar bien
Más de una vez?

Fue caminando por el hilo entre el sonreír y el suplicar
Que tuve delante de mí, tan bella y divina,
Más que un ángel, tan buena y sencilla,
Una mujer quien jamás podría dejar de amar.
Aunque nos aparten miles de meses o días,
Quilómetros de fríos mares y océanos,
Quizás veranos a lo largo de los años,
Es en tu sonrisa que comparto mis alegrías.

En los ojos que nunca llegué a mirar
O en las palabras que he oído al acaso
Me pierdo y felicito en el sueño de un abrazo
Y vivo la vida por verla triunfar.
Pero sí me pierdo en oscuros pasillos
Sé que basta tu presencia para que a la cumbre
Llegue tan bien y sin ninguna incertidumbre
De que en el pico puedo construir mi Castillo.

Así que quien me puede arrancar sonrisas en medio a ríos de lágrimas
Es quien me puede hacer vivir en medio a la oscuridad:
Una mujer de quien nada conozco, codicio o quiero
Aparte de tu existencia para alejarme el malo y traer la felicidad.

DEDICO A LA ACTRIZ FERNANDA CASTILLO, UNA MUJER MARAVILLOSA QUE ADMIRO MUCHO Y QUE REPRESENTA TODO LO BUENO QUE HAY EN ESTE MUNDO DE TRAGÉDIAS.

Letras del agua

LETRAS DEL AGUA

En los poemas...
Donde los tiempos nacen___De lo profundo cúspide.
Donde viven sin agotarse__De lo infinito dentro.
Letras de la vida...
¡Qué viven más allá!_______Del cuerpo.
¡Más allá del tiempo!______Del reloj.
¡Más allá de la historia!__Del mundo.

Letras del agua.

[center]¡Qué viven, mueren y renacen!.
Poemas en el alma del agua.
Del agua sagrada de vida. Letras sin voz.
Música esférica. Líquida y suave.

Letras del agua.

Tan suave y fácilmente.
En un renglón como en otro.
¡Seres___Humanos___Genuinos!.
Lectura
Y
Sentimiento... Uno solo.
¡Qué palabra a palabra corren!. [Lágrimas]
Sentimientos, pensamientos y pasiones.

Letras del agua.

Poemas que resuenan pétalos y espadas.
¡Corazón en la lectura!. [Absorto, absorto].
Por el tiempo. Lagos, cataratas y arroyos.
De la vida esencia. Lágrimas de muerte.
¡Qué no juzga, no interfiere!. Solo es. Agua.
Agua.
Pura
De
Letras. Del agua.

Letras del agua.

Del retorno al comienzo del final siempre.
Cimientos.
Del corazón.
Del mundo.
¡Matriz del agua!.

Sagrada mujer fecunda luna.
Acuática.
Espiral.
Centro.
De.
La.
Viiidaaa. ¡Letras del agua letras!.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

CANCION DE LA VIDA PROFUNDA

CANCIÓN DE LA VIDA PROFUNDA
___Porfirio Barba Jacob. Poeta Colombia.
1883-1942

CANCION DE LA VIDA PROFUNDA

Hay días en que somos tan móviles, tan móviles,
como las leves briznas al viento y al azar...

Tal vez bajo otro cielo la Gloria nos sonría...
La vida es clara, undívaga, y abierta como un mar...

Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles,
como en Abril el campo, que tiembla de pasión;

bajo el influjo próvido de espirituales lluvias,
el alma está brotando florestas de ilusión.

Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos,
como la entraña obscura de obscuro pedernal;

la noche nos sorprende, con sus profusas lámparas,
en rútilas monedas tasando el Bien y el Mal.

Y hay días en que somos tan plácidos, tan plácidos...
-¡niñez en el crepúsculo! ¡lagunas de zafir!-

que un verso, un trino, un monte, un pájaro que cruza,
¡y hasta las propias penas! nos hacen sonreír...

Y hay días en que somos tan lúbricos, tan lúbricos,
que nos depara en vano su carne la mujer;
tras de ceñir un talle y acariciar un seno,
la redondez de un fruto nos vuelve a estremecer.

Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noches lúgubres el llanto del pinar:

el alma gime entonces bajo el dolor del mundo,
y acaso ni Dios mismo nos pueda consolar.

Mas hay también ¡oh Tierra! un día... un día... un día
en que levamos anclas para jamás volver;

un día en que discurren vientos ineluctables...
¡Un día en que ya nadie nos puede retener!

Mujer Ajena

Mírate mujer: copa de fino talle,
trago exótico con rodaja de luna, frente al mar.

Mientras transitas, enajenada y ajena,
mírate orlada por la estela del nunca jamás.

Mírate: delirio de mis sentidos,
poesía de otro, plagio temprano a mi tardo ideal.

Guitarra de arena y ámbar, mírate,
etéreamente pulsada por mi arresto pasional.

Mírate: meridiana en tu belleza
y tristemente ambigua en mi coherente realidad.

Ajena, en mi único presente y futuro sin ti,
en mi única, única vida mortal... mírate pasar.

EL BARCO EBRIO

El Barco Ebrio
Arthur Rimbaud
Francia 1854-1891

Yo sentí al descender los impasibles Ríos
que ya no me sirgaban mis conductores rudos;
de blanco a pieles-rojas chillones y bravíos
sirvieron en los postes, clavados y desnudos.

Por las tripulaciones nunca tuve interés
y cuando terminó la cruel algarabía,
a mí, barco de trigo y de algodón inglés,
me dejaron los Ríos ir adonde quería.

Bogué en un cabrilleante furor de marejadas
más sordo e insensible que meollo de infantes
y las viejas Penínsulas por el mar desgajadas
no han sufrido vaivenes más recios y triunfantes.

La tempestad bendijo mi despertar marino.
Diez noches he bailado más leve que un tapón
sobre olas que a las víctimas abrían el camino,
sin lamentar la necia mirada de un farón.

Cual para el niño poma modorra, regodeo
fue para el agua verde este casco de pino;
dispersando el timón y perdiendo el arpeo
me lavó de inmundicias y de manchas de vino.

Desde entonces me baña el poema del mar
lactascente, infundido de astros; muchas veces,
devorando lo azul, en él se va pasar
un pensativo ahogado de turbias palideces.

Algo tiñe la azul inmensidad y delira
en ritmos lentos, bajo el diurno resplandor.
Más fuerte que el alcohol, más vasta que una lira
fermenta la amargura de las pecas de amor.

He visto las resacas, la tormenta sonora,
las corrientes, las mangas -y de todo sé el nombre-;
cual vuelo de palomas a la exaltada aurora,
y alguna vez he visto lo que cree ver el hombre.

Yo he visto al sol manchado de místicos horrores,
alumbrando cuajados violáceos sedimentos.
Cual en dramas remotos los reflujos actores
lanzaban en un vuelo sus estremecimientos.

Soñé en la noche verde de espuma y nieve ahita
-en los ojos del mar, lentos besos de amor-
y en la circulación de la savia inaudita
que arrastra áureo y azul, al fósforo cantor.

Asaltando arrecifes, un mes tras otro mes,
seguí a la marejada histérica y vesánica,
sin creer que las Marías con sus fúlgidos pies
cortaran el resuello a la jeta oceánica.

¡No sabéis... ! Dí con muchas increíbles Floridas,
con ojos de panteras y con pieles humanas
mezclábanse arcos-iris, tendidos como bridas,
al rebaño marino de las verdosas lanas.

He visto fermentar las enormes lagunas
en cuyas espadañas se pudre un Leviathán
y he visto, con bonanza, desplomándose algunas
cataratas remotas que a los abismos van...

Vi el sol de plata, el nácar del mar, el cielo ardiente,
horrores encallados en las pardas bahías
y mucha retorcida y gigante serpiente
cayendo de los árboles, con fragancias sombrías.

Quisiera yo enseñar a un niño esas doradas
de la onda azul. pescados cantores, rutilantes...
Me bandijo la espuma al salir de las radas
y el inefable viento me elevó por instantes...

Fui mártir de los polos y las zonas hastiado,
el sollozo del mar dulcificó mi arfada;
con flores amarillas ventosas fui obsequiado,
y me quedé como una mujer arrodillada.

Igual que una península llevaba las disputas
y el fimo de chillonas aves de ojos melados,
y mientras yo bogaba, de entre jarcias enjutas
bajaban a dormir, de espaldas, los ahogados.

Y yo, barco perdido entre la cabellera
de ensenadas, al éter echado por la racha,
no merecí el remolque de anseáticas veleras
ni de los monitores, nave de agua borracha.

Humeante, libre, ornado de neblinas violetas
segué el cielo rojizo con brío de segur
llevando -almíbar grato a los buenos poetas-
mis líquenes de sol y mis mocos de azur.

Las lúnulas eléctricas me fueron recubriendo,
almadía, escoltada por negros hipocampos.
Las ardientes canículas golpearon abatiendo
en trombas, a los cielos de ultramarinos lampos.

Yo que temblé al oír a través latitudes
el rugir de los Behemots y los Maelstroms en celo,
eterno navegante de azuladas quietudes,
por los muelles de Europa ahora estoy sin consuelo.

Yo vi los archipiélagos siderales que el hondo
y delirante cielo abren al bogador.
¿Te recoges tú y duermes en las noches sin fondo,
millón de aves de oro, venidero Vigor?

El acre amor me ha henchido de embriagador letargo.
Lloré mucho. Las albas son siempre lacerantes.
Toda luna es atroz y todo sol amargo.
¡Que se rompa mi quilla y vaya al mar cuanto antes!

Si yo ansío algún agua de Europa es la del charco
negro y frío en el cual, al caer la tarde rosa,
en cuclillas y triste, un niño suelta un barco
endeble y delicado como una mariposa.

Ya nunca más podré, olas acariciantes,
aventajar a otros transportes de algodón,
ni cruzando el orgullo de banderas flameantes
nadar junto a los ojos horribles de un pontón.

Creadora de Vida

Creadora de Vida
Tú, amada mía, que diste vida
Porque me diste tu amor, dilatando
El tiempo en una noche soñando
Tomé tu cuerpo, mi amor seducida.

Mi simiente puro fuiste acabando
Ojos cerrados, tú fuiste atrevida
Cubriendo tu piel, mujer bendecida
Tu alma impoluta se fue deshojando.

Bajo mis brazos, creaste más vida
Pasaron los días y aun sigo amando
Tu piel candente, de manantial fluida

Los meses trajeron años, tomando
De mí la esperanza, mi amor, tu vida
Triste silencio, eternidad dormida.

Por Conrado Augusto Sehmsdorf

[img width=300]https://lalunaquetemira.files.wordpress.com/2013/03/madre-naturaleza-necesitodetodos1.jpg[/img]

El amor nuevo

Todo amor nuevo que aparece
nos ilumina la existencia,
nos la perfuma y enflorece.

En la más densa oscuridad
toda mujer es refulgencia
y todo amor es claridad.
Para curar la pertinaz
pena, en las almas escondida,
un nuevo amor es eficaz;
porque se posa en nuestro mal
sin lastimar nunca la herida,
como un destello en un cristal.

Como un ensueño en una cuna,
como se posa en la rüina
la piedad del rayo de la luna.
como un encanto en un hastío,
como en la punta de una espina
una gotita de rocío...

¿Que también sabe hacer sufrir?
¿Que también sabe hacer llorar?
¿Que también sabe hacer morir?

-Es que tú no supiste amar...

UNA ASESINA MUY SIGILOSA

Había una vez una mujer,
mirando a la luna,
y se preguntó,
¿pronto encontraré el amor?

Una mujer tocando el acordeón,
con una nota muy sutil y melódica,
una nota con tonos tristes y lúgubres,
en el fondo de su corazón se esconde algo siniestro,
que nadie quisiera experimentar en ella.

Una mujer,
con el corazón de una viuda negra,
bella por fuera,
despiadada por dentro,
si te veo,
será mejor cuidarme de tus encantos mortales.

¿Y qué más existe?
en un corazón congelado,
excepto el pensamiento de una asesina,
bella y silenciosa,
que toca el acordeón,
al terminar de tocarlo,
de desatará su lado siniestro,
su instinto asesino se liberará.

Erick R. R. Torres
(Ángel Negro)

LA PUERTA

Por esa puerta huyo, diciendo: "¡Nunca!"
Por esa puerta ha de volver un día...
Al cerrar esa puerta, dejo trunca
la hebra de oro de la esperanza mía.
Por esa puerta ha de volver un día.

Cada vez que el impulso de la brisa,
como una mano débil, indecisa,
levemente sacude la vidriera
palpita más aprisa, más aprisa
mi corazón cobarde que la espera.

Desde mi mesa de trabajo veo
la puerta con que sueñan mis antojos,
y acecha agazapado mi deseo
en el trémulo fondo de sus ojos.

¿Por cuanto tiempo, solitario, esquivo
he de aguardar con la mirada incierta
a que Dios me devuelva compasivo
a la mujer que huyó por esa puerta?

¿Cuando habrán de temblar esos cristales
empujados por sus manos ducales
y, con su beso ha de llegarme ella
cual me llega en las noches invernales
el ósculo piadoso de una estrella?

¡Oh, Señor!, ya la Pálida está alerta:
¡Oh, Señor!, ¡cae la tarde ya en mi vía
y se congela mi esperanza yerta!
¡Oh, Señor!, ¡has que se abra al fin la puerta
y entre por ella la adorada mía!
¡Por esa puerta ha de volver un día!

El clamor

Alguna vez, andando por la vida,
por piedad, por amor,
como se da una fuente, sin reservas,
yo di mi corazón.

Y dije al que pasaba, sin malicia,
y quizá con fervor:
-Obedezco a la ley que nos gobierna:
he dado el corazón.

Y tan pronto lo dije, como un eco,
ya se corrió la voz:
-Ved la mala mujer ésa que pasa;
ha dado el corazón.

De boca en boca, sobre los tejados,
rodaba este clamor:
-¡Echadle piedras, eh sobre la cara;
ha dado el corazón!

Ya está sangrando, sí, la cara mía,
pero no de rubor;
que me vuelvo a los hombres y repito:
¡He dado el corazón!Argentina

Ángeles y Demónios

Son todas las mujeres ángeles
y son todas pinches demónios
que a los hombres les dedica el infierno
y a ellas mismas el cielo.
Son cabronas que cogen cabezas,
sacan los ojos de los puros,
andan desnudas en la Iglesia
y duermen bajo la luna sucias de sangre.

Pero son viejas que pintan sus labios con fresa
y refliten sus ojos en las estrellas;
aman, matan y se van
frías como el hielo, pero calientes como el fuego.

A Tu Lado

Se que no confías en mi
Que tu vida ha sido dura
Aquel cobarde te marcó
Tu rostro un refleja amargura
Ya no crees en los hombres
Te olvidaste del amor
Intentas huir de cupido
Buscando un futuro mejor.
Entiendo que aun tienes miedo
Y no quieres que me acerque
Pero yo soy diferente
Déjame tan solo verte
Quiero extenderte mi mano
Darte mi apoyo incondicional
Jamas voy a maltratarte
Como lo hizo ese animal
Toma mi mano tan solo
No intentaré presionarte
Solo quiero estar a tu lado
Solo déjame cuidarte
Protegerte del peligro
Volver a observar tu sonrisa
Sonrisa que se ha marchitado
Con cada brutal golpiza.

No estas sola mi angelito
Aquí estoy para quererte
Mi mano sera la guía
Que te ayude a sostenerte
Olvídate del pasado
Esa bestia quedo atrás
Te ha causado mucho daño,
Pero no lo veras mas
Yo no quiero hacerte daño
Como aquel hombre malvado
Tan solo toma mi mano
Déjame estar a tu lado.

Mas poemas en Mi Sentimiento en un blog

MI CUÑATAI

MI CUÑATAI

Tomando tereré, el horizonte
me hizo ver, el ayer de tus días
felices.
La pantalla remendada, el hilo
sucio cantaba, mi nariz solo
callaba, como mi corazón te
lloraba.
Los viernes en la manzana,
la biblioteca discute: “todos hablan”
¡Si! “todos los libros deseando ser
leídos”.
Aun el peligro en las calles,
hacen que mis versos sean con
detalles…

Mientras el guaraní es cantando
en arpas y guitarras, el pobre
muere de necesidad igual que yo.
Y aun recuerdo esos versos que
llamaban a mis tontos deseos,
de escribirte también guaraní.
Cuñatai porá, mis poemas
huelen a ti, a tu jardín, a tu esencia
tan dichosa de ser cantada por
los bohemios, por los poetas,
por los que saben de ti.
Mi cuñatai.

Autor: José Monnin elpoeta
Limpio-Paraguay
Derechos reservados
05/01/2013
Del libro: Poemas especiales.