JoelFortunato

Poemas, frases y mensajes de JoelFortunato

Selección de poemas, frases y mensajes mais populares de JoelFortunato


Arrojada ensoñación... (Experimental)

ARROJADA ENSOÑACION

Del soñar me dices vengo.
Alborear quizá anocheceremos.
Porqué sé, creo, nacerá en alguna vez.
¡El otro corazón del tiempo!.
En esa claridad que se refleja, lejos latido.
Con la mística substancia acústica.
En los textos.
Demasiado imposibles, al espejo,
que se limpia en la sangre muy tarde,
denegándonos haber partido.
¡Entre panorámicos pórticos incólumes!.
Me dices. ¡Vengo!
Como si hubiere llegado el invierno, cubre al fuego del espejo al que se limpia.
En el viento paralelo donde florece.
¡Una llama repentina herida habiendo sido!.
Una y otra vez.
Al final del futuro que se ha ido.
¡Encordando al deshelar las escépticas posturas!.
Aquéllo donde yazgan las horas perdidas.
En la ruta del reloj interminable.
Torneando el aliento del alfarero.
De arcilla la desdicha amasando.
¡Al pasado fallecido que ha teñido!.
Nacerá de alguna vez.
El corazón en un latido, ido, inventado.
El momento de túnicas vistiendo.
¡Al vapor enredado al soñar arrojado!.
Rojo rojo, ensoñación arrojada, enrojecida siendo.
Porqué, creo, tal vez.
Del significado repentino escapar.
Del mismo tiempo al que retorno.
Por haber habido un vivir aliquebrado.
En un soñarme, demasiado. Dices:
Estuve crucificando noches.
En la fragancia peculiar del arcoiris.
En la marcha de la tarde abrupta.
Porqué, sé, creo, tal vez.
Cultivar del viento el aroma.
Volando después los años.
¡Antes de tejer al tiempo!.
Los pasados, amasando, el camino.
¡Aliento del reloj, arcilla humana!.
En la paz que refleja el reposo.
Una ausencia presente en el espejo.
¡En los himnos sin palabras!.
Sabores, sombras, colores, dolores.
¡Qué se hayan en ésto!.
Y en aquéllo.
En el sendero abundante de la ignorancia.
Del soñar me dices: ¡Vengo!.
Del soñarme con tu sueño, vengo despertando.
Porqué, sé, creo, tal vez.
¡Qué neutral es cualquier nunca!.
Creo, tal vez.
¡Qué parcial es ningún siquiera!.
Tal vez.
¡Porqué vengo del soñarme, con tu sueño!.
Vengo rojo, rojo, con ensoñación arrojada, enrojecida. La noche que dices me sueña, despertando al día.
Porque vengo del soñarme con tu sueño.
Y al sueño, sueño y dejo, durmiéndome.
Al cerrojo arrojado al sonrojo.
Ensoñación.
Enrojeciendo del alma la sangre.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

El simbolismo emplumado

EL SIMBOLISMO EMPLUMADO

Nunca como ahora había sido capaz de verlo
tan cerca, y comprendido lo que pasaba detrás
de las palabras. Era un día claro por pequeño
qué fuera el ancho mundo tatuado en el rostro
inexpresivo. Quería poner punto final al asunto,
pero no sabía cómo. Convencido de la irrealidad
del sueño, y poseído por una parte de su lógica,
no aceptaba las objeciones limitadas del mundo
visible. El camino era una abstracción estrecha,
largo, penoso y a menudo lleno de peligros.

Lo visitaba con agrado a pesar de las inevitables
miserias genialmente irracionales cuando en las
esquinas sombrías se le colgaban otras sílabas
después de subir las escaleras agotadoras en una
hoja del cuaderno.
No podía encontrar una buena razón.
Las palabras esperaban su turno, siempre en el
límite quemante de la basura cerrando los ojos
en un intento de evitar el horror de sentirse tan
a la intemperie. Harto de incertidumbres, una
luz en revoloteo de lo qué alguna vez fue, para
inmediatamente repetirse, basta de subjetividad,
no hay escapatoria, es necesario hablar, es una
opción continua. Y la opción es el signo de este
tiempo. De la comunión del pensamiento por el
ramaje trémulo, de los irresistibles deseos del
yugo cómo una fugitiva pincelada entre flores.

Estaba escribiendo de aventuras qué creía secretas
cuándo apareció en el umbral. Bañada de bosques
dónde vuelan las luciérnagas viendo la alfombra qué
forman las copas de los árboles entre el zumbido
de las libélulas plateadas qué terminan de desprenderse ante las gotas de las ramas formando burbujas que estallan sin ruido, y no dan tiempo para reflexionar entre una cosa u otra.

El cuarto estaba frío y oscuro. Si hubiera gritado de manera decente ninguna ventana tendría los vidrios tranquilos, y de la mente dormida brotarían infinidad de minúsculas centellas rescatando su propio afán y desconcierto antes de producirse una espantosa catástrofe. Donde se borra la inscripción que sucumbe al tiempo en el instante agonizante y la cintura atrevida.

La cara no importa mucho, a fin de cuentas, pero, si hay tiempo todavía se verán las curvas sin pasar inadvertidas en aquel lugar dónde se cambiaba la profundidad reproductiva de los seres vivientes. En la pena de verlas marchitarse día
a día y a despecho, quizá de todo el mundo radiante de la inocencia pura ignorando la pobre suerte cuando no conviene.

Se aguantaba poco antes de la medianoche utilizando un escrito con una escritura desconocida de la qué sus autores hubieran sospechado.

Había una pequeña nube refugiada entre sus brazos haciendo perder la rigidez qué espesaba un chubasco de perfume, de aquella tibieza del verde coincidiendo en los ojos sin poder
creer en la estatua desnuda deteniéndose lentamente para comprobar si lo qué está ahí es posible...
Parecía forjada escalando los promontorios, y las estrellas eran demasiado visibles cuándo sacó la llave y entró.

No había nada parecido en el interior de la cueva al lado de la puerta de la tintorería demasiado real para ser verdad en la pintura de su propia exigencia.
El engañarse es enorme, sinuoso, sin fin, con un porvenir derretido, como un río que huye para siempre perdido. Como las hojas del otoño seco por la juvenil soberbia. En la misteriosa alquimia como un nido de soledad y madreselva.

Desnuda como estaba, contempló su soledad sin ninguna curiosidad al rededor en la última hora de un compás abierto.
¿Dónde había quedado su antiguo pudor, el recato, y la intimidad de antes?. ¿Dónde las campanas de la brisa?. Tal vez en el peregrino eco adornado del triunfo conmovido.

Las palabras paulatinamente se desvanecían en la amargura incomprendida de su tinta evitando ser leídas por la distancia siempre más grande del significado, en las tiernas pupilas,
de las golondrinas dónde la espuma se divisa cuándo la tentación declina al nacer las lunas, y los enajenados soles desfallecen.
En el plumaje de las débiles tintas de los vívidos fulgores sombríos.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Asombrada... (Experimental)

A.S.O.M.B.R.A.D.A.

En la sombra del aire rosado,
espera. ¡Disciplinadamente!.
La mañana, costumbre, indispensable.
¡Del agua qué teme medirle!.
Los pedazos de noche sencilla.
En el rostro de moribunda colmena.
En los alados cereales de panes.En la sombra la luz aprende,
la hora de la traslúcida muerte,
la carga amarga del menosprecio.
Encendido el paisaje adormecido.
En la angustia fósil del pecho.
En la luna prisionera del ojo.
Por la vertiente de vidrios masticados.
En la sombra crepitan los grises.
¡Corrosivos elefantes herreros!.
De la sed inundada del tejado.
Cuando el césped emborracha el viento.
Cuando la luna cultiva alfileres.
En el vino, camino, al enigma.
¡Desfilando los anhelos desvestidos!¡Asombrada, oh sí, asombrada, asombrada!.
Por todo eso que la ignorancia permite.
¡Con el perdón!. Seguro, infalible, sombreado.
¡Qué a la pólvora hace añicos!. Y viento al tiempo.
¡En el edén!. ¡Qué quiere!. Parecer lo que no es.
Por el amor, sí, por el amor. ¡Sí, sí!.
¡Qué nunca aún se ha dicho de ninguno!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Rastreador sacrílego

RASTREADOR SACRÍLEGO

Busco, me dices: La montaña,
clandestina de los ensueños perdidos,
de los manantiales algodón,
en los arcos de plumas verdes,
que bailan rojo al embeleso,
y al cristal de las arenas.

¡Pureza en sacrilegería!.
¿Nerviosismo supernumerario acaso?.
Me dicen, dilatando lo difuso,
lo deliberado famélico,
al detractor ubicuo y carnicero,
en la irreverencia mutante, me dices.

Busco, busco, no lo niego,
el dulce motivo de las sirenas,
en la espuma de las perlas,
con la realidad de las cadenas,
una golondrina abastecida,
una palabra por inventarse, neologismos.

¡Ya abunda el incorruptible desenfreno!.
¿Afrentosa integridad honesta en ocaso?.
Me dicen, con la escrupulosidad facciosa,
ser en la veracidad con desmesura,
una desvinculación y vilipendio,
en la fornitura imprescindible, me dices.

Busco, busco, ser el mes,
hermano amigo de los años,
con el silencio justo,
que su ignorancia acepta,
con el espacio ausente,
que el tiempo cultiva grácil.

Busco, me dices, decirte...
Que la luz es más obscura.
Que la paz es simple sueño.
Por las voces apagadas del aliento.
Por los peces agresores del veneno.
¡Sacrílego y rastrero rastreador de cielos!.

Si
Solo
Soy
Aquél
Que en la insulsez del exabrupto piensa.
¿Porqué se busca regalar el engaño para salvarse?.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Sugestionado

Sugestionado

Anhelo volar, pero me brotan escamas,
anhelo callar muchísimo y me azoro.
No hay hoja seca que no sea resta,
no hay sombra noble sin desenfreno.

Anhelo escuchar, pero me trago brumas,
anhelo esculpirme, pero me invalido.
No hay futuro callado que no estalle,
no hay fruta ni raíz de viento lento.

Dormiré, pues, antes que podrirme,
aliento descarnado, hueso del eco,
modelo caduco sentimiento en fermento.

¡Adelante!. ¡Adelante!. Nada sé del morirme,
adelante, a comer lo ya comido,
adelante riso, fecunda tu risa.

Entre más viernes menos madejas,
más lunas y menos miércoles.
Por eso, el pino perece pétreo.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Descarnada justicia

DESCARNADA JUSTICIA

Si escuchas todo, mira las estatuas.
Tal vez palpes las penas dulces,
y digan cuan salado es el viento,
cuan metálico el aliento del espejo,
en la flor que guarda mil jardines,
y el vapor del tiempo con sus ecos.

¡Justicia descarnada!.

Procurando respetar la obscuridad,
cultivando ambigüedad y caracoles,
en la violeta áspera y primaveral,
en la métrica del diáfano rosal,
una visión aproximada,
versión del frágil humo,
en el hermético calamar,
una recurrente hormiga sonríe,
entre cuatro direcciones,
y facilidades de arena,
de la deliberación irreparable.

¡Justicia descarnada!.

Siendo como el polvo el matorral,
terrestre aureola que figura incluso,
en los mensajes intermedios del ejemplo,
llamativa embarcación de pastilla vigorosa,
la proliferación del castigo del tigre del pelo,
del elefante como una jirafa siente siempre,
la sexualidad manchada del atributo arrogante.

¡Justicia descarnada!.

Fabrícale. ¡Oh, sueño!. un vaso al mar,
en la nube pintada al óleo,
tan grande como un alfiler maduro,
que teja la espuma al viento.

Fabrícale. ¡Oh, noche!. Un vestido,
a cada estrella sobre la frente,
tan pequeña como una ballena antigua,
que anude montañas al sol.

Y cuando todo esté listo
escribe con almohadas pensativas
del movimiento sin la hierba
de la espina en agonía
y el hambre de las sombras
con los dedos esmeraldas
del rubí de clavos puros
del camino de los halcones
del reclamo ardiente del olvido
en la memoria estremecida
del follaje bajo el suelo
y de sus hemáticos sabores.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

C.O.N.F.I.D.E.N.C.I.A.L.M.E.N.T.E.

C.O.N.F.I.D.E.N.C.I.A.L.M.E.N.T.E.

Moriré, más que ayer, instantáneo, en blanco,
helado por el fuego, a pintar la luna;
durmiendo, navegaré su altura en llamas,
y atraparé al viento antes de bañarse.

Estando ausente, sin saberlo, seré vestido;
pero el vacío completo me dejará quieto.

Y nada extraño, será invisible al tacto
por la música, hecha de nubes, perdidas
entre la ceniza, que respiro vaga
por el piso de mis plantas secas
sin hablar del barniz quedo.

Sólo, lleno con mi ausencia, igual al hueco
dejaré escrito con silencios
al techo colgando por el suelo
perdido entre las hojas miles
de árboles petrificados.

Y cuando, húmeda la orilla, se vea,
anudada por las raíces mi memoria;
Y corra, serena por el humo que llora,
como mariposa de azúcar del mar despierto.

A la muerte desnuda y cruda
que siempre tibia
me acompaña
dormida bajo la piel de mi tiempo.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Doncel terrícola... (Experimental)

DONCEL TERRÍCOLA
Don...
Porqué justificada se ve la doblez.
Cel...
Entre la lengua usada a ratos.
Terrí...
Entre la sopa que nada toca.
Cola...
Ineludible al destino del conejo.
Doncel...
Ardilla umbrosa trébol mágico.
Terrícola...
Al nivel de arena que guarda el agua.
___¡Oh, inconsciencia en la tierra
por la tierra, verdiazul multicolor!.
¡Doncel solo doncel!.
Dueño de nombres en los márgenes...¡Sin don!.
Por el olvido que nos suprime...¡Sin don!.
Cel...Porqué pisoteada la nube busca.
Cel...Por el impávido tranvía lejano.
Terrícola.
En la memoria que cae de las miradas.
Terrícola.
En la mirada, solo tonos indescriptibles.
Don____En la piel a deshoras.
Cel____Pedazos de sueños.
Te___De acantilados en venas cortadas.
Rrí____Contaminados en manadas de intentos.
Co____Dependientes del más allá hecho grande.
La___Corriente de un remedo...¡Falso imita!.
Por
Lo atractivo que es al folleto creer algo.
¡Aunque la esperanza espere!. Solo a sí misma.
Doncel, doncel, doncel.
Al tendido, andamiaje___ ¡Terrícola inconsciencia!.
Por estar del cristal la muerte cerca.
¡Desenterrado!.
Supuesto del museo inocente. ¡Antropoide!.
¿Primate o ultimátum?. ¡Androide!.
Don...
De la desgracia de la escalera.
Cel...
Del sacrificio de cualquier piedra.
¡Terrícola, terrícola, terrícola!.
Desnuda indiferencia nodriza del fracaso.
Don___De la virtud entre postales.
Cel___¡Qué se desprende sin rumbo fijo!.
Terrícola___¡Qué las paredes rasga y rasga!.
Don
De dar... Lo que demasiado explica.
Don
De quitar...Cuando nada sabe de la salud terrestre.
Rupestre
Aún
Demasiado
Pedestre.¡Tal vez algún día la razón no se demore!. Don...Cel...Ular...Cel...Este.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Tentaciones undosas

TENTACIONES UNDOSAS

En la cortina un parpadeo
al umbral persigue
del soñar una antesala
de apariencia colgando al árbol
en las hojas de la luna un grito.
¡Undosas tentaciones!.
Por el silencio del esculpir la voz
del pensamiento en las orejas
del minuto añejo de las palabras
el reloj de caña cana come.

La temblorosa audición perdida,
¡Tentaciones undosas!.
Por hacer del reloj el vuelo
de plumas arroyos estaciones de seda
treinta cloroformos olor tabaco
al turista vigilante de los pianos
pinos inclinando macetas y ventanas.

¡Undosas tentaciones!.
En la vista del recuerdo música
dónde ciego apenas, luce opaca,
los pasos de la mano en caravanas,
del dolor qué a diario undoso sigue.
transparente hemorragia en crisis.
¡Tentaciones undosas!.

De aluminio agitando al vidrio,
en la sopa bajo la mesa fantasmal,
del tambor una linterna esquelética,
deja al monumento al empedrar al mar
decorando la hermosura de ausencia y fuga,
¡Undosas tentaciones!.

Yertas en el pecho de la consciencia.
¡No, no sólo ahí!... Sino en todo aliento extinto.
Se indigna el mismo viento mar y tierra, viviendo.
Porqué carcome a diario el paraíso incesante ya.
Con la carne del cementerio que arrastra en cada vena.
¡Tentaciones Undosas!.

¡Al olvido rinde culto, adorando hueso y ceniza!. En las ruedas del palomar atigrado escarabajo. En la esperanza del cruel pastel. En la caja del cenicero almibarado. Embriagando las carretas de exóticos latidos.
¡Undosas tentaciones!.

A pedacitos del respirar gratuito
de salir del presente vano, maldito.
¡Nace esa nada qué nada niega en todo!. Siendo la esencia, del dolor de la ceniza un acordeón. Interminable engendro, que al césped maldice cada verde.
¡Tentaciones undosas!.
Por enrabietar las nubes de paz gris sangrantes Injuria, ultraje, escarnio, destrucción de miles de hogares. ¡Ahogó en la frente las orillas de cualquier luz!.
Por los años qué protestan inmóviles viandantes.
las barajas del meridiano entre dados cargados dedos. ¡Undosas tentaciones!.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Yo ví...

YO VI...

Yo... Vi...

Porqué lloviste las ramas entre las sombras,
la mirada derramando entre las ventanas,
el pueblo penando entre las cenizas,
el rumor recogiendo entre las nubes.

Yo vi...
¡Sí!.

La humedad.
De los recuerdos.
La sequía.
Del los olvidos.

¡Sí, sí!___ Recuerdo el manso sufrimiento.

Del campo abandonado.
Del arado enmohecido.
Del aplauso adulador.
Del rupestre encorbatado.

Yo vi...
¡Sí!.

La sonrisa del metal en la consciencia.
Del mismo mal bajo las sillas.
Del aplauso del vacío reptando.
Del abuso sobre el asfalto.

Yo vi...
¡Sí, sí!.

Porqué.
Lloviste.
Tiempo.
Tus recuerdos.

¡Sí, sí!.
Tiempo, tiempo imborrable.

En tu lluvia de relojes.
En las espinas coronada.
En las ácidas espumas.
En las manos de villanos.

Yo vi...
Gotear, gotear, gotear.

Mil sombras___ De soles qué no debían morir
Cientos
Mil veces___ De inocentes lagos y cataratas
Cientos, cientos, de fantasmas entre las nubes...

Yo vi...
¡Sobre mi desierto mi sequía incurable!.

Y vi...
Lluvia solo.
De lágrimas.
¡Ignoradas!.

Donde solo, solo queda...

El dolor que crece entre las matas.
Entre las espigas de la fatiga.
El vil mantel de la mentira.
Entre las lenguas de la guadaña.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Acerado ser

ACERADO SER

Más
Lo
Siento
Ya no
Quiero
Esperar más
Y al sol ser
Solo
Un monosílabo.
¡Al tempestear intempestivo!.
No y sí
De los vaivenes
Del intrépido templarse
Ser sí a veces
No otras tantas
Con valentía serena
Amadas piel a piel¡Sin horizonte, sin mañana!.
En la serenidad del valeroso desasirse.
Con el vitalizar solo en la visura.
Más
Lo
Siento
Eligiendo la inocencia.
Ya no del caracol silencio.
¡Quiero en la curiosidad saber!.
De nuevo al filo de los rayos.En las estatuas que abisman.
En su seno la obscuridad intrusa.Ya no
Quiero
Esperar más
Encendiendo al infinito.
Inmóviles los mástiles.
En el mapa musical.
De las luciérnagas.Por la infancia.
¡Tempestear!.
De la voz ante el espejo.
Intempestivo. ¡Oh, si ser, intempestivo!.
Acaso
Solo... Del ocaso, acaso, a veces.
¡Hasta los sonidos de los huesos!.
Intrépidos.
Matando la serpiente sigilosa.
Por los años.
¡En la vocación desolado camaleón!.Cuando
Acusa a la nieve de tristeza.
Cuando.
El fuego amargo suspira y quema.
Todo.
Al amparo trágico enhebrando.
Todo.
Por tempestear la misma.
¡Pasión intempestiva!.
Serena.
Valentía.
¡Donde el ser solo, se templa!.
Acero uno flexible metálico, invisible, ser y ser.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Habla amada... (Lipograma monovocálico)

¡Habla Amada!

¡Habla amada habla!.
Salta al mañana.
Ama... Al mal, asalta.
Sal al mar... Anda.
La mañana clama.
Anda... Anda.
¡Anda calma, clama!.
¡Anda...Ablanda las alas!.

Ama
Amada
Ama

Ara, abrasa, las algas amargas.
Las abaratadas malas arañas.
Las amargas actas, magras.
¡Anda amada, habla!.
Ablanda las almas...
Sal, para acatar acabar.
Al mal, más. ¡Al amar!.
Ama la masa la sal.

Ablanda
Al mar
Al amar

Ama la sal al mar.
Sal, sal al mar, amada.
Al aclarar las mañanas.
Habla, amada, alhaja alada.
Ablanda las malas mañanas.
Abrasa las malas almas.
Al amar. ¡Al bañar al mar!.
Habla amada a la mañana.

Ama
Habla
Clama

Sal al mar... Ama al mañana.
Al saltar al altar, habla al mar.
¡Anda, amada, sal, ama!.
La mañana ablanda al mar las alas.
Las alas claman al mañana.
Las mañanas calman al alma.
Al amar, al amar... Amada... ¡Ama!.
¡Aman la calma, las almas calmadas!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Fugaz ermitaño

FUGAZ ERMITAÑO

En
La
Instantánea
Soledad
Corre
En los olvidos que no son.
Sin embargo, tan conocidos,
en el inmenso momento lejano,
que se muda con sus siglos.
Instantáneos.
Solitarios.

¡Con el bálsamo dócil dulce!.
Fugaz.
Ermitaño.
¡Año con año vuela!.
Del gas el fuego en fuga frágil.
Hogaño engaña.
¡Solo arañas!.

Con esa ausencia en partes,
del aroma una doble faceta espera,
el léxico demacrado del portón,
en la nativa reivindicación votiva,
en el tribunal de los fantasmas,
una copa los afanes hunde,
lo que prometía dar temiendo,
el trabajo sin elegante desfiguro,
en la mínima derrota del silencio.

Fugaz eternidad en un silencio grito.
El ermitaño siente año con año.
En la misma calle inquieta.
En el estruendo que aflora.
El primer número confuso.
De la tormenta metida al balcón.
¡Dónde las tardes desfilan!.
Bajo las sombras del ayer.
Año fugaz ermitaño silencio.

En el desierto tentador dátil.
De la víctima menos profunda.
En el ardor del invierno desteje.
La falsa vida temporal del gusano.
¡Qué enseña de muerte!. ¡Sonriente!.
En el fondo del eco un mismo huésped.
De la fiesta de hogueras inductor fugaz.
Desconfía literalmente sacrificando seis.
Años del pudor goteando miles de vidas.
¡Fugaz ermitaño fugaz año de alimaña!.
Son los olvidos suspendidos del tiempo.
De la fe imposible, lenta carretera peregrina.
¡De cada cadáver y campana muriendo!.
En el ángulo que compra honores vanos.
¡Toda la mitad importante del silencio cómplice!.
De las conocidas extremidades azul y rojo.
Del subterráneo una grandiosa partida culpable.
¡Qué retorna sacudiendo cualquier memoria!.

Ermitaño... En el instante de extremo a extremo.
Fugaz... En las emociones desesperadas.
¡Cuándo al universo cambia!.
Año con año en la lentitud rentada.
Antaño...Engalanándolo de dulces fantasías.
Hogaño..Tejiendo olvidos en el aire.
¡Huye acompañado de mil ausencias cultivadas!.
Al sol alumbra con sus velas arañando al cielo.
Ermitaño fugaz acompañado de estrellas invadido.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Secreto y prohibido... (Experimental)

SECRETO Y PROHIBIDO

Un espacio de fuego enamorado.
Un placer desconocido y lejano.
Lejano y en las nubes del hoy.
Del anhelo y de la angustia.
Amor de pasión y suspiro.Suspiro
de gozo
solo.
Un
solo
simultáneo.
Un
juntos.
¡Una pasión!.
Un amor distante.
Que se pierde por el cielo.
Y se encuentra con el alma.Alma
del placer
infinito.
En el
instante.
¡Del impulso!.

Del abrazo.
¡Del beso!.
Que deja
en cada
fuego
su huella.

Y en cada huella
el espíritu,
y en cada
cuerpo...
¡Una perla!.

Ese tiempo que detiene los relojes...
Y los hace infinitos.
Que en los recuerdos vive...
Que las muertes no apagan...
Que los mundos iluminan...
Es
un
secreto,
un
secreto
tan...
Tan bello, y silencio que deja...Y deja
brotar
la música
apasionada.

Dentro y fuera
del cuerpo,
bajo
la piel
dormida...

¡Qué despierta cada día!.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Para Tloque Nahuaque

PARA TLOQUE NAHUAQUE

Se ha abierto mi silencio, pétalo de tiempo.
Flor de viento, flor de polvo.
Se ha abierto la eternidad por un instante.
Burbuja solo, solo un momento.

Ha nacido esta flor.
De pétalos del silencio.
Esta flor ha nacido.
Del silencio, de pétalos, del silencio.

Hoy a ti, entrego esta flor.
Hoy a ti, elevo este canto.

Y que no me amedrente,
el que nada necesites.
Y el que estés más allá del más allá.
Y el que la nada y el todo iguales te sean.

Hoy a ti, elevo este canto.
Hoy a ti, entrego esta flor.

Aunque carezcas de forma o la seas de todas.
Aunque seas invisible o visible en todo.
Aunque seas impalpable o palpable en la nada.
Aunque seas más de todo lo que pueda saber.

A ti... ¡Oh! Innombrable solo.
Por los mil nombres que nadie conoce.
Por la eternidad que nada te es.
¡Qué todo lo haces y en nada decreces!.

Hoy a ti, elevo este canto.
Hoy a ti, entrego esta flor.

A ti. ¡Oh, ésta flor de silencio!.
A ti, mi polvo, mi viento, mi tiempo.

Para Tloque Nahuaque.
Dueño del cerca y del junto.
Dueño del más lejos absoluto.
De toda substancia del espacio infinito.
Del movimiento constante y toda medida.
Del antes de todo principio.
Del después de todo final.

Hoy a ti, entrego mi silencio, mi tiempo.
Ésta flor de viento.
Ésta flor de polvo.
Se ha abierto en la eternidad.
¡De un instante solo burbuja, burbuja solo!.

Hoy a ti elevo este canto.
Desde Ollican.
Desde Tlalticpac.
¡Antes qué me vaya al Mictlán!.
Hoy a ti entrego esta flor.

Recíbela si así lo deseas.
Yo solo te pido, que tú seas feliz.
Aunque tu estés más allá de cualquier cosa.
Y la felicidad crees ó destruyas ó nada te sea.

Estoy en el Omeyocan.
Y en éstas palabras.

A ti entrego mi flor, mi silencio.
En éstas palabras que no necesitas.
En éste silencio que nada es.
¡Solo recibe esta flor, sí así lo deseas!.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Surgiendo al trascender

SURGIENDO AL TRASCENDER

Entre pantanos y panteones un loto late
frágil en la demora de sed un lustro
cuando pudo y debiera ser un sol
en la mañana dichosa solo miel
en la piel sangre caramelo y leche
de gloria el lecho en cada cirio
clarín astro y dulce flor y astilla
del castillo peregrino brote y flama
que rueda y embelesa un vuelo vano
donde sucumbe la tumba pronto
y acude cada espejo al descanso
tan descalzo como fúlgido diamante
y deja al jazmín en plácida laguna.
En su inmortal secreto el siglo
sigiloso incontenible se derrama
y altiva cumbre perdona estéril
ya doblando al viento triunfante
con el viejo compás de las olas
y los ríos añoran y agitan fuego…

Cuando hiciere lo que hacemos
en la esperanza sembrando sueños
y en el sueño durmiendo estrellas
y en las estrellas bebiendo nubes
y en las nubes cultivando rosas.
Por dormir al sueño hecho día
con las noches desnudas hojas
del árbol un otoño y mil moños
del trébol un verano y un durazno
ardiente sereno y calmo cuento
en el bosque sin miedo y grato.
Deshuesando al dolor y sufrimiento
con la fuente de la paz fragante
con la mano del hermano alegre
con la espuma del vivir vivo
en el claror clareando cada vela
cada piel cada latido cada pié
donde espera un farol su luz
y la sombra deja de ser asombro.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.

Cuando muere un beso

CUANDO MUERE UN BESO

Del
Dorado
Recato
Cuando
Muere...Muere un mundo de labios...Y tus besos son agua sagrada...En mi desierto ayer...Donde vive como adagio entre plata y carbón, angélico y benévolo...

Dormido y dolido.
Es un medio mundo.
El mundo.
En la familia.
Y el hermano,
en cada hombre.

Los besos. En un beso.
Del desinterés alegoría.
Tantas veces.
¡Oh!. Esperanza.
Ya estás débil.

Ya no te siento,
ya no te veo.
¡Esperanza!.
Beso del futuro.
Eres
solo
un reflejo en la luna.
O un sueño
del sol. Labios de nube.

Ayer
del beso
del agua.
Del agua del tiempo.
Cuando muere.
Un beso.
Del ayer del nunca.

Como murió el ahora.
Un ahora fugaz,
tan fugaz como siempre,
como siempre ha sido.

El beso,
del polvo,
al hombre.
Cuando,
el aliento,
que se le va.
En
Un beso
Una esperanza
Una eternidad
Cuando
Muere
Un beso, no dado, olvidado.
¡Antes de nacer!.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Oda al corazón

ODA AL CORAZÓN

De los abruptos
latidos
al miedo
incendiado
de pasión
roja
la noche
el bosque
en la piel
en la mirada
desenterrando
muslos, pechos y suspiros
anudando
barro y aliento
desnudando
pulso y gozo
transformando
las palabras
las pupilas
bajo
el vientre
desbordante
de rosados claveles
latiendo con ritmo
a veces
perdido
en el pecho
en el lecho
en el techo
con dolor agudo
del
no saber
o de saberlo
imposible
temiendo
seguro y desvalido
a veces
muchas noches
escribiendo a la luna
el sol a la vida
transparente
a veces
luchando
con la razón
sin prudencia
sin desearlo
latiendo
soledades andando
feliz y lejano.
Un día,
y otro...

Latiendo latiendo
no tanto
junto al relámpago
seco
ondulando
paso a paso
con
la
primavera
con
el
verano
arrítmico cantando
aleteando cansado
incomprendido
emocionado
en los labios
en las manos
en los ojos
en la cama
en la noche
latiendo y quemando
recuerdos del agua
en el placer
de las llamas
que sueñan
vivir
en la sombra
late que late...

¡Oh, tú, corazón!
que no se deja
tocar
una vez más
más tiempo
galopando
nervioso
en el suelo
en la suela
en el cielo
de piedra
pocos
se dejan
se acercan
convencidos
late que late...

¡Oh, corazón, poderoso!.
Guardián de la vida.
¡Oh, especial!.
De la luz guardián
del
silencio
que sacude
el tiempo
impulsando
la sangre
del cuerpo y del alma,
latiendo... Latiendo... ¡De milagro!.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Vida escrita

VIDA ESCRITA

Con las letras
que desnudan.
La escritura
del silencio. Más allá...
de la carne.
En el aire. Más allá...
del hueso.

Bosques
de palabras. Libros...
sin escribirse.
Camino y sandalia.
En la mirada...
temporal.
Los incendios. ¡Bajo el agua!

En la lluvia. ¡El tiempo se detiene!
En el sueño
qué muere.
Durmiendo
calendarios en las manos.
En los años
sepultados. ¡Invisibles pasan !

Caballos de luz.
Cabellos de sombra.
En la
inmersión
de las estatuas.
Por el tiempo...
plano y curvo.

Van y vienen.
Letras del corazón.
Ritmo del aliento.
Por el mismo espejo.
Del reflejo.
Eterno.
En una gota. De vida escrita.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Anacrónico monólogo

ANACRÓNICO MONÓLOGO

Porque ahora soy un recuerdo.
Un pasado antes de tiempo.
Un sueño antes de soñarse.

Anacrónico.

En un sol que se impacienta.
Ante la pasajera sombra.
Una luz perdida en la memoria.

Monólogo.

En la noche más profunda.
En la ausencia más notable.
En el viejo temor que retumba.

Anacrónico Monólogo.

Interior.
De apariencia sosegada.
Monólogo, anacrónico, monólogo..

_¡Soy recuerdo, me dices, memoria!__

Entre la espera huidiza.
Al extremo del aliento.
Espesa presencia susurrante.

Un sueño sin soñarse.
Atado a la vigilia fracturado.
Un pasado sin tiempo.

Cultivando.
Noches.
Agridulces.

__¡Soy recuerdo en espera, olvidado!.__

En un pliegue oculto del día.
Ante la luz permanente.
Una sombra grabada en el viento.

Anacrónico.
En el día menos corto.
En la presencia menos evidente.

Monólogo.
Sólo monólogo.
Anacrónico, diacrónico y sincrónico.
¡Qué más da!.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Autor: "POEMAS CERCANOS" Editorial Palibrio