Poemas :  EL VERBO SER
EL VERBO SER
Autor: André Bretón
Francia 1896-1966


Fue un escritor, poeta, ensayista y teórico del surrealismo, reconocido como el fundador y principal exponente de este movimiento.
Texto extraído de antología publicada por Jaime Campodónico. Editor (Lima, 1993). Versión de Armando Rojas.


Referencias útiles son...
https://es.wikipedia.org/wiki/Andr%C3%A9_Breton
https://www.youtube.com/watch?v=zeTcx0adoM8


EL VERBO SER

Conozco la desesperación a grandes rasgos. La desesperación no tiene alas, no se halla necesariamente en una mesa servida en una terraza, en el atardecer, al borde del mar. Es la desesperación y no el regreso de una cantidad de hechos sin importancia como las semillas al caer la noche dejan un surco por otro. No es el musgo sobre una roca o el vaso para beber. Es un barco acribillado por la nieve si queréis, como los pájaros que caen y su sangre no tiene el más mínimo espesor. Conozco la desesperación a grandes rasgos. Una forma muy pequeña delimitada por joyas capilares. Es la desesperación. Un collar de perlas para el cual uno no sabría encontrar un broche y cuya existencia ni se sostiene en un hilo, tal la desesperación. Del resto no hablemos. No hemos terminado de desesperarnos si comenzáramos. Yo, me desespero por la pantalla a las cuatro, me desespero por el abanico a medianoche, me desespero por el cigarrillo de los condenados. Conozco la desesperación a grandes rasgos. La desesperación no tiene corazón, la mano queda siempre en la desesperación sin fuerza, en la desesperación cuyos hielos no nos dicen jamás si murió. Vivo de esta desesperación que me encanta. Amo esta mosca azul que vuela en el cielo a la hora que musitan las estrellas. A grandes rasgos conozco la desesperación, de vastos asombros menudos, la desesperación de la altivez, la desesperación de la cólera. Me levanto cada día como todo el mundo y descanso los brazos sobre un papel floreado, no me acuerdo de nada y siempre es con desesperación como descubro los hermosos árboles desarraigados de la noche. El aire de la habitación es bello como palillos de tambor. Hace un tiempo increíble. Conozco la desesperación a grandes rasgos. Es como el viento de la cortina que me asiste. ¡Se conoce semejante desesperación! ¡Fuego! Oh van a venir de nuevo... ¡Socorro! Helos aquí cayendo por la escalera... Y los anuncios del periódico y los avisos luminosos a lo largo del canal. ¡Montón de arena, vete, especie de montón de arena! En sus grandes rasgos la desesperación no tiene importancia. Es un hacinamiento de árboles que una vez más van a hacer una foresta, es un hacinamiento de estrellas que una vez más van a hacer un día de menos, es un hacinamiento de días que una vez más va a hacer mi vida.
Poeta

Poemas :  Por el acantilado fantasmal
POR EL ACANTILADO FANTASMAL

Suspiros extendían al viento sinfonías,
porqué me fui haciendo destino,
destejiendo los otoños de una hoja,
en la hora del invierno fuera,
de la blanca noche de la nieve,
en las flores del vaivén desventuradas.

Ilusionado clamo candoroso de la joya,
ramas de sol astillas de luna,
cánticos de estrellas y recuerdos,
en el himno enamorado de los sueños.
¡Qué tiernos se borran y deshacen!.
En el vuelo de una almohada adormilada.

Cristalino exclamo temeroso de la espera,
hecha del delirio de un suspiro,
con el idioma de un latido luminoso,
en la fuente palpitante del instante,
eco entre la luz enmudecida,
humedecida mariposa que calla lento.

En éstas que te escribo, páginas doradas.
¡Qué se adhieren al olmo herido!.
¡Qué marcan las ventanas impaciente!.
Incandescente del sonoro color frío,
están las violetas de vírgenes alas,
con la tempestad que se marchita.

Por aquéllos que dibujó, mieles paisajes,
con el alba perfumada de murmullos,
que pintaron al agua con sed amantes,
sedas sanguíneas del alma sanas,
latidos detenían al pecho enamorado.
¡Del hambre cándida del infinito ilusionados!.

Por
Ser
El
Acantilado
Fantasmal
Acantilado.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  EL VERBO SER
EL VERBO SER
Autor: André Breton
Normandía 1896 París 1966
Esta versión al castellano es de Armando Rojas


EL VERBO SER

Conozco la desesperación a grandes rasgos. La desesperación no tiene alas, no se halla necesariamente en una mesa servida en una terraza, en el atardecer, al borde del mar. Es la desesperación y no el regreso de una cantidad de hechos sin importancia como las semillas al caer la noche dejan un surco por otro. No es el musgo sobre una roca o el vaso para beber. Es un barco acribillado por la nieve si queréis, como los pájaros que caen y su sangre no tiene el más mínimo espesor. Conozco la desesperación a grandes rasgos. Una forma muy pequeña delimitada por joyas capilares. Es la desesperación. Un collar de perlas para el cual uno no sabría encontrar un broche y cuya existencia ni se sostiene en un hilo, tal la desesperación. Del resto no hablemos. No hemos terminado de desesperarnos si comenzáramos. Yo, me desespero por la pantalla a las cuatro, me desespero por el abanico a medianoche, me desespero por el cigarrillo de los condenados. Conozco la desesperación a grandes rasgos. La desesperación no tiene corazón, la mano queda siempre en la desesperación sin fuerza, en la desesperación cuyos hielos no nos dicen jamás si murió. Vivo de esta desesperación que me encanta. Amo esta mosca azul que vuela en el cielo a la hora que musitan las estrellas. A grandes rasgos conozco la desesperación, de vastos asombros menudos, la desesperación de la altivez, la desesperación de la cólera. Me levanto cada día como todo el mundo y descanso los brazos sobre un papel floreado, no me acuerdo de nada y siempre es con desesperación como descubro los hermosos árboles desarraigados de la noche. El aire de la habitación es bello como palillos de tambor. Hace un tiempo increíble. Conozco la desesperación a grandes rasgos. Es como el viento de la cortina que me asiste. ¡Se conoce semejante desesperación! ¡Fuego! Oh van a venir de nuevo... ¡Socorro! Helos aquí cayendo por la escalera... Y los anuncios del periódico y los avisos luminosos a lo largo del canal. ¡Montón de arena, vete, especie de montón de arena! En sus grandes rasgos la desesperación no tiene importancia. Es un hacinamiento de árboles que una vez más van a hacer una foresta, es un hacinamiento de estrellas que una vez más van a hacer un día de menos, es un hacinamiento de días que una vez más va a hacer mi vida.
Poeta

Poemas :  Anacrónicas mañanas
ANACRÓNICAS MAÑANAS

Al canto del baile hermano
Afortunadas. En mala hora nacen.
En la voz
Escrita, de la belleza, nacen.
Del estanque caídas.
¡Mezcla del tiempo!.


Golondrinas, a las piedras, nacen.
Nidos del romance mudo.
¡Qué se inclinan al llamado estilete!.
Como
El espejo al reloj que se pregunta.
Como
El canto prodigioso del zenzontle.
Es
La red que llora intrusa el gorrión.
En el ojo peculiar del bosque.
¡Intriga dentro reliquia pobre!.

Porque.
Habla de ello, el camino, y ausente nace.
Del amurallado desencantarse.
En la selva la grafía del tigre.
¡Habla digo!: Sin vendarme, la cuesta,
del piso que recuesta el techo.
Al lecho.____Las paredes frías del optimismo.


En el fruto de las viejas semillas.
Del pueblo nacido en sangre fresca.
¡Fresa y cereza, secas uvas vanas!.
Por la vida escriben los años, dices, digo.
Nacen____En el horizonte, pertinaz, vertical.
Nacen____En el campanear sueños solos.
Nacen____En el embeleso campiñas secas.
¡Alechugado____Ensortijado solaz!.

Con
La
Brumosa joya gris.
Una verdad a medias.
¡Ponderada vindicación que ingenia!.
El embriagado baile brusco canto.
Busca imposibilitar.
El dañar calamitoso.
¡Al descalabro concurrente opuesto!.
De la llanura.

Certera la palabra hiere____Aves, peces, leones.
Porqué nacen_____Muy lejos del rastro blanco.
¡Dónde el círculo libre, se eleva bajo!.
La voz.
Del recinto mimbre.
Del estanque caídas.
¡Las horas nacen y nacen!.
A veces viejas ya, otras aún no.
Las
Horas
Nacen
Mañanas
Nacen
Al reloj sin manecillas.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Rodando...
RODANDO...

Libro
Un
Verso
¡Libremente!
Encadenado
En la fonética vanguardia
Guarida
Entre
Los fragmentos distendidos, en la dinámica,
Estáticos
Y
Estéticos
Con
La rigidez del magno renglón apolillado.

Ro
Dando... Ro, ro, ro...
Nadando.
Por
El museo de los proyectos.
¡Circuitos pasando esencialmente!.
Las emociones, diseñando,
los lectores, creativos.
Con
La barba musical, sueños, iguales.
Ro, ro...
¡Ndando!.

En la rueda
Hermética, bajo la pipa, parda, ilusa,
Con el vacío, de las ramas metálicas
¡Y las ranas, rodando, cultivan lluvia, con el humo fácil!
Al fin, ineludible de la intemperie,
Entre la seda memorable
¡Húmeda, rueda, rodando, también la brisa!
Una mitad de aurora
Una llamarada qué mima joyas
En las palabras esmaltadas.

Y
Rodando
Escondidas en voz baja
al invisible escudriñar
¡Paisajes inadmisibles de lo improbable!
escombros del desconcierto,
sinfonías más allá de la realidad,
hacen.
¡Melodías triunfales de las orquídeas!.
Y
¡Espinas frágiles esquinas!.

Rodando
Ron
Dando
Sobrios
Los
anhelos, añejando, esféricos y algodonosos.

Rodando
En
La misión del bosque
Una tinta pálida
¡Irrumpe!
Fábulas de ruedas, puntiagudas...
¡Lo reconfirman!.
Entre... Los rayos que discurren...


Autor: Joel Fortunat Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Infestadas arpas
INFESTADAS ARPAS

Numerosas y pequeñas,
Las esferas ortopédicas,
En la piel oxidada.
¡Siguen, siguen, siguen!.

La geográfica mordedura.
Y
Entre partículas, de letras en miniaturas,
corren tintos minotauros,
empero.
¡Entra la brisa imaginable!.
¡A través del sin embargo!.

Al salero de peltre cubriendo,
al fondo desenroscada noche.
¡Centauro!.
Miniatura sin esfuerzo.
¿Será acaso?.
Cuando la memoria largo se hincha.
¿Será acaso?.
Un suspiro vanguardista.

¡Equilibrista, inesperado, mármol, bueno!.
¡Verdaderas multitudes madreperlas!.
Con aquella___¡Angulosa disertación!.

¡Das arpas infesta!. Con todo, el mediomuerto.
Lentas, son, las gotas del rugido,
¡Al remordimiento que frenético se aleja!.
Y
Del balcón, al desafiar la vida.
Y
Del tierno ciclón, al respirar.
¡La parcela llena de llagas!.

Ar
Pas
Das
In
Festa
Das.

En
El capítulo de leche, fresca, pelviana.
¡Cuadrado al fondo!.
El
Jeroglífico
¡Consuelo qué alarga la bajeza!.
Al fulgor perverso del qué cuelga.

Infesta.
Al pié de indigencia
Ar
Pas
¡De la ignominia!.
Das
¡Al triangular, el círculo afilando!.
El ombligo de la córnea.
Y al odio del ámbar.¡El granito!.
Fulminando al mango.

¡Pasinfesta Dasar!.

Con abejas.
Con el desastre ilimitado.
Con todo el regreso de la cloaca.
En el vientre abierto.
¡De la ciencia del engaño!.
Y
El arpón artero, aullando.

Con
La fuerza, del gigante, carcomido.
Y
La isla en el bolsillo.
Las tentaciones de las trenzas, trazas.
¡Al morirse las joyas sin precio!.
El camino escabroso de la terraza.
Y
Depositando la inocencia en ataúdes.


Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
Poeta

Poemas surrealistas :  Por el eco afónico
POR EL ECO AFÓNICO...

Por
El
Eco del embudo. ¡Aparece silencioso!.

Silencioso, silencieux, silenzioso, still, ruhig.

Afónico
Por
El
Eco.

Lo que una espada deja en la punta,
como un lirio,
malamente,
el salvaje misterio de velos finos,
despacio,
en que con torpe mano,
la carne absurda se forma,
adrede,
hace de un tronco su luctuoso manto,
presto,
en el éter fúlgido y sereno,
demasiado,
a su capricho un infinito de azulada esfera,
enseguida,
y luego baña el surco su silvestre aroma,
medido,
y ante su obra humedece al espejo rojo,
agradeciendo,
y se arrodilla, se empecina, en la orilla de la luna,
y se pregunta, se interpreta, en la pendular espuma,
dudándose.

¡Dudándose desnudo!.
Y
por eso la ribera las leyendas finge,
de joyas duras sobre la caja,
invariable,
entre tu desnudez intacta y la mudable muerte sometida, súbdita y primera,
tartajosa,
entre su figura descarnada,
y la flor del beso del rocío,
marfil indomable,
espabilado,
entre el pincel de plantas trepadoras,
y el profundo licor, aliento hundido,
taxativo,
entre la dura boca en la espalda impaciente enarbolada, una llamarada ahila.

En las formas, en la carretera, que subyugante agrupan,
reales a un fantasma, una incógnita viajera,
de la mente, de la brisa, en el pecho,
carmesí,
de ridícula melena hirsuta ahogada invención,
y hecha del ídolo ya, sacrificado,
en su altar que cariñoso mece
atmósferas trémulas,
del eco ronco.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Ramillete ingrato... (Experimental)
RAMILLETE INGRATO

Dices.
Gritas.
Cantas. ¡Con el ramillete ingrato!.
Cualquiera ha sido el culpable.
Cualquiera aunque no quiera, ni lo sea, ni siquiera lo sepa.
Si voy de aquí, hasta nuestros días,
ya no quiero verdaderas joyas,
solo
más oír, menos ausencias,
de la voz toda una regia mansión,
fuente de voz que suena a eco,
donde sublime resplandece lo que ya falta,
ya sereno, ya esbelta linfa, como así de confesor,
ramas bellas derramando cielos,
si se escapa de la suave ternura
el poder de arrepentirse.
Nada hallo
fuera del clarín estridente,
en que se afirme tumulto
de galeras labrado
nada de humano
nada de ilusiones
y
la proa resulta hueca
la gruta insulto
acuático
si
ésta
cárcel es de caracoles
profundas delicias
por otra resignada
insolación aislada,
al fin fragante primavera muerta
al fin temprano polvo encorvado
en cada vacío,
cada nido,
cada estéril brasa,
por lo que acabaremos.
De hundir,
los puentes en los techos de los lechos.

¡Oh triste soledad!. En su cuadrante, por lo mucho que se tiene,
y la del engaño
de creerse fulgurante escarlata, entre la fortuna ingrata,
en humana compañía, caminante, golondrina de oficina,
moviéndose y tomando chocolate,
que del mirar se advierte,
entre espejos,
desconocido ermitaño, el viejo Cronos en su trono.

Por el destronado ingrato ramillete, de relojes egoístas y paredes necias.
Lo que ha ido
muriendo poco a poco se olvida por el suelo,
hasta llegar el día que la historia
repita vena a vena cada arteria
cada hueso, cada sudorosa lágrima
en que
los reflejos salten
de espejo a espejo,
como extraños
a sí mismos
y
descubran que ya no vivían, ni las ideas radicales, ni los ramilletes temporales. ¡En el cementerio de los espejos!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas de introspectíon :  Dejar de ser...
DEJAR DE SER...

Dejar de ser__Lo que no fue.
No mueve ni el cielo__Del recuerdo.
Herida la muerte__Del mañana.
Al abrigo.
Del frágil torbellino.
De angostos afanes y avances.
De mariposas marinas y tigres.
Sin
Esplendor.
¡Nace una joya!.
Sin
Ángulos
¡Escribe su verdad!.

Dejar de ser y...

No desabriga madura la modestia.
Uno
De
La fama. ¡Tirano desierto!.

No deshoja el agua bañada de música.
Uno
De
La nube. ¡Tapiza desdichas!.

Por
La
Pasión
Inmortal. Del humano. Humo.

Dejar de ser y...

Lo mismo__Falta comenzar.
En la llanura__Dura arista.
La
Perla
Ejemplar.
Brilla sin corona.
La
Diadema
Sublime
Rubí colibrí.

Dejar de ser y...

Del
Pecho
Fulgor de guirnaldas.
Con la llama tropical de un cristal.
Con el jardín envuelto de un clavel.
Del
Lecho
Juntar lo diferente.
Entre los brazos anudados del tiempo.
Entre las fugitivas esperas de los ayeres.

Dejar de ser y...

El camino agrama valeroso el destino.
Entre la realidad que amedrenta.
El tumulto marchito de agujas.
Entre la razón que muere.
El allá. ¡Del más allá!.
Donde. No hay. ¡Final ni principio!.

Dejar de ser y...

¡Qué las tumbas penen creciendo!.
Y los candiles revienten lechones.
¡Oh, llama, camello, gorila, sueña siendo!.
Por
La
Esencia. ¡Sin forma!.

Dejar de ser y...

Por. Por. Por.
Por la madre del infinito.
Por el silencio camino sin regreso.
Por el polvo sin egoísmo.

Dejar de ser y...

Ser solo la nada con el todo.
Solo
La
Nada
Con
El
Todo.
¡Uno, en todo como un todo!.
Y
Dejar
De
Ser. ¡Solo siendo, siendo nada!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas de amor :  Joyas nocturnas
}{ JOYAS NOCTURNAS }{

De muchos encajes alumbrados se vistió
La noche
Serena
Sincera
Lucero.

Flauta primaveral de la melancolía
Esmaltada
Mirlo blanco
Esmeralda
Inclinada.

Vagando por el mar como la vida
Desvanecida
Flamas cultiva
Enciende joyas
Tierna campana.

Acrecentando caminos dulces
Canelas despiertas
Amores honestos
Triunfante venciendo
Palabras marchitas.

Encajes dorados amados
Esmaltada la noche
Mirlo blanco sereno
Esmeralda sincera
Inclinado lucero.

Inmaculada blancura
Sinceras noches enciende
Flamas serenas cultiva
Tiernas campanas luceros
¡Enciende la noche joyas!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta