POR EL ACANTILADO FANTASMAL
Suspiros extendían al viento sinfonías, porqué me fui haciendo destino, destejiendo los otoños de una hoja, en la hora del invierno fuera, de la blanca noche de la nieve, en las flores del vaivén desventuradas.
Ilusionado clamo candoroso de la joya, ramas de sol astillas de luna, cánticos de estrellas y recuerdos, en el himno enamorado de los sueños. ¡Qué tiernos se borran y deshacen!. En el vuelo de una almohada adormilada.
Cristalino exclamo temeroso de la espera, hecha del delirio de un suspiro, con el idioma de un latido luminoso, en la fuente palpitante del instante, eco entre la luz enmudecida, humedecida mariposa que calla lento.
En éstas que te escribo, páginas doradas. ¡Qué se adhieren al olmo herido!. ¡Qué marcan las ventanas impaciente!. Incandescente del sonoro color frío, están las violetas de vírgenes alas, con la tempestad que se marchita.
Por aquéllos que dibujó, mieles paisajes, con el alba perfumada de murmullos, que pintaron al agua con sed amantes, sedas sanguíneas del alma sanas, latidos detenían al pecho enamorado. ¡Del hambre cándida del infinito ilusionados!.
Por Ser El Acantilado Fantasmal Acantilado.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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