Poemas :  Pócima cara... (Visual neosurrealista)
PÓCIMA CARA

El
Rostro
De papel
Tiene hambre
De tinta fuerte ya
Que persigue una calle
Por el espejo débil drama
Licuando al fuego de casa y cuchara
De cama y tenedor de puerta y tristeza
Pintando de noche las ventanas sedientas
De la vil justicia sanguinaria con el tedio raudo
Adulterando al auditorio del armario lento
Estrechando los aplausos del cementerio
En la obscuridad erguida que inventa
En la frenética copa que teje latidos
En la caja monedas que afiebran
Odios horizontales honorables
Pésimas piedades pintables
Laudables lenguajes lanza
Papeles entintados
Licuados caros.

El papel mortecino del humo ha sido piedra
en la cabellera del silencio caballero pardo
con la tormenta de las algas en las pupilas
y la danza de los musgos en la mano suave
De miel y fuego, de piel y jugo, en la luz hoy
Que sabe a higos con los pechos de alabastro
entreabierto en la distancia que estremecida
mira la intimidad ardiente de la hormiga alada
con la mariposa que arrodillada canta córnea
en la cándida montaña bajo el puente papelero

Estando
El brebaje
Decorando
La siesta débil
Con la boca seca
Inseparablemente
Acuática en la memoria
De la carne de las tumbas
Salvajes reminiscencias ricas
Rindiendo rejuvenecidos cultos
Al insensible suelo sacrificando zupias.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Arrugas del Tiempo
Arrugas del tiempo
Autor: Pierre Reverdy
1889-1960 ( Francia )
De ¨El Tragaluz oval¨ 1916 Versión: César Moro.


Arrugas del Tiempo

Cuanto más grito más fuerte es el viento
La puerta se abre
Arrastra la piel y las plumas
Y el papel que vuela
Corro por el camino tras las hojas
Que echan a volar
El techo se rebela
Hace calor
El sol es un imán
Que nos sostiene

Desde kilómetros
Me gusta el ruido que haces
Con tus pies
Me dicen que corres
Pero nunca llegarás nunca

El Viejo aficionado al arte tiene una sonrisa idiota
Falsario y ladrón
Animal nuevo
Todo le da miedo
Se apergamina en un museo
Y participa en las exposiciones
Lo he puesto dentro de un volumen en el ultimo anaquel

Ya no cae la lluvia
Cierra tu paraguas
Que vea tus piernas
Abrirse al sol

Autor: Pierre Reverdy
Francia 1889-1960
Poeta

Poemas :  Claridad inexplicable
CLARIDAD INEXPLICABLE

Es
Claro
¡Qué no entiendo!.
Como la quietud destella.
Como diminuta transparencia.
En el espacio imborrable de memoria.

¡Amor indestructible de sangre a sangre!.

Porqué la vieja sombra era de papel en ella,
en su intento de ser luz, de tinta limitada ya,
por las camisas de una lasca pulida que vio,
la atención de las vértebras circunstancias,
durante el primer año de refugio desnudas,
las montañas en su profunda incredulidad.

¡Recuerdo qué no muere de tiempo a tiempo!.

Porque en un plato el tiempo plata desayunaba,
unos desdichados relojes inmunes y coloridos,
labios amasando al amor la garganta delicada,
del dinero propenso a sufrir relámpagos lentos,
del mismo quebranto del hambre del hombre,
donde saltamontes en bicicleta, comían nubes.

¡Pedestal de sentimientos en báscula rústica!.

Porque los geranios saltaban por los picos,
de las primeras alas del agua,
y en los gorriones de pobreza,
los gusanos merendaban enormes huecos,
con un sabor de almendra amarga,
vestidos de libros olvidados. Claridad que duele.

De
Mil
Modos
Meridianos
Impermeables
¡Lágrimas temporales!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Amblar ambliope
Amblar Ambliope

Del papel cegador la razón tiene la noche atrapada
en gélidos encantos de las hojas del viento.

Hablando el otoño al fondo de las piedras pardas
despertando a la izquierda del amoroso reptil.
Por la soledad que respira viajera en el veneno
musical del aroma cansado en la desnudez.

Del escritorio clamando fiebre con las aves ligeras
en los párpados del ritual que ladra curioso.
Donde las horas pasan los minutos petrificados
con el humo frenético del año que olvidó ser.

¡No, no, no, las cadenas están en calma crudas!.

Por el armario que prefiere ser ojo sin precio cerrado,
en los dedos caminantes, y la risa rebelde agria.
Leyendo al cuerpo las figuras inevitables hiedras
ante las tardes de la ingenuidad monótona.

Entre los pétalos sedientos
del rostro tibio excelso
de la mirada que quema,
y escribe de viva carne.
Porque la cama duerme bajo el tapete despierto
que persigue un alfabeto suculento inocente.

Y gritan los harapos no cantes a esa luna cabal
que en las noches intercambia las estrellas.

¡No, no, no, dibuja ni la lluvia repartida ni letrada!.

Por
El
Amblar
Ambliope
Donde
Solo
Los
Pájaros
Cuelgan
Los
Picos
Escarpados.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Espumas Musicales
ESPUMAS MUSICALES

Entre
los pájaros que encienden,
al sol naciente, sus lejanos muros,
y a las vegetales nubes de sus alas,
solo la memoria acude, cual infernal serpiente,
donde el vuelo aguarda,
el cansancio prematuro de las cosas,
por el abanico de su brisa.
Al mundo infiel cual preciosas piedras.
Del núbil fuego al fondo.
Del día enervante de ráfagas brumosas.
Al último adiós de una mirada.
Al camino de lúgubres cortejos.
¡Espumas, espumas, musicales son!.

Cuerdas sin trino ni voz desnuda,
por la sombra que se agrieta,
en los precipicios de la soledad marmórea.
Por los versos que acompañan.
Las estrofas con el rostro
De cometas,
en las tintas,
de los pálidos papeles,
en el alma de un anhelo.

¡Son las dichas altas en el suelo!.
¡Son los sinsabores sus corrientes!.
Ya espumas de florida primavera.
Ya burbujas con la suerte del otoño.
¡Musicales, musicales!.
¡Oh, espumas de la pluma prófugas!.
Vuelan, vuelan como llaves,
los cantos tristes,
por los espejos que renacen,
en las mástiles del agua,
en los desnudos mañanas,
abriendo las hojas,
de los frutos deseados,
de las noches del tiempo,
espumas de una amarga sonrisa,
espumas del tedio y del clamor insano,
son musicales por la senda tortuosa,
son musicales del delirio entusiasta.

Son
lo que son
por el ámbito del mundo
dónde sueños y pesadillas
despliegan sus alas por igual
en el seno bizarro
del seno que brotan
notas de pasiones derramando el desencanto
notas de ilusiones cultivando el espejismo.

Son
lo que son
¡Sólo espumas moribundas en la esencia genuina del claustro, en flor del halago dulce, del corazón
mendigo, una manzana del cielo hirsuto, una mano que aclama la dulzura acariciar, la virtud germinadora, palpitante y trémula, del crepúsculo que entona su ritmo en las ánforas de arcilla!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Cuentos :  Por la ventisca
POR LA VENTISCA

Por fin se puso a tocar algo en el aire.
Ahí, dónde se inclinan las sonrisas
de los perfumes y flores de excusas enredadas
entre los dedos. Antes de subir las escaleras
agradecido del zenzontle trepado en su canto
de rama en rama... Beatífico y radiante.
Esa mañana le miraba de reojo. Tomaba
la primera sombra su descanso fresco
aferrado a la dulce tarde qué recordaba.
Hacia el final de mayo esa sinfonía tocaba
a su imaginación, terminada... Necesitaba
solo unos retoques de brisas intermedias
y pulir el frío de los silencios breves, blancos
copos flotando entre las estrofas que con su
suave presencia estrechaban sorpresas
de serena influencia conmovedora.
En la letra combinaba letras, olores, texturas.
¡Una maravilla que asustado, tímido pocas veces
dejaba escapar de las grandes y pesadas
experiencias amargándole la naturaleza
sensible en sus preocupaciones alegres!.

En esta ocasión el mejor papel para envoltura
que pudo conseguir no le pareció suficientemente
bueno para su propósito... Confiaba en creer animar
el aire mismo, en un cabalgar atinado nubes y nieve.
Y entre vacilaciones y dudas se colocó por encima
del clima, templado como un patrón de sastre
y cortaba sus reflexiones bajo una oleada de palabras
sin expresar la consoladora esperanza de la casa
imperceptible símbolo dispuesto en la hora que detuvo
la conferencia sin remuneración. ¡Vaya humo virtuoso!

Esa vez, dijeron qué tenía un brillo extraño
en la mirada, pero no así en los dedos
serenos de un color definido ignorando
la realidad herida incapaz de comprenderse
al fondo de la más sencilla explicación
qué vuelve todos los días más confusos
por la búsqueda desesperada de una sola certeza.

Se sentó al costado de una ventana y no dijo palabra.
Con los ojos entrecerrados sorbió un poco del té frente
al cuadro impresionista en la imaginación qué le parecía
infinita y a veces lo comparaba con una mariposa tejida
de sueños y angustias, ó lo contrastaba con la pequeñez
de una luciérnaga que se acomoda al obscuro silencio
iluminándolo y proyectando visiones en los últimos rayos
del sol callado a ratos. Con las noches de raigambre
catastrófica del repelente engendro del sillón previo.

¡Se trata de una lucha perdida!. Dijo entredientes
dando una extraña tonalidad al momento.
La cara del cuadro nos miraba sin decir palabra desde
la pared dispuesta a saltarnos.
¡Es difícil decirlo!.
Y decirlo en letras fijas, tan pobremente vestido y calzado
de música ávida tocando las montañas que refulgían
en la nieve a lo lejos débiles y superficiales los susurros
sin tener en cuenta la tibieza creativa que alumbraba el
huésped en sus ropajes humanos...
¡Sí muy difícil decirlo!. Sobre todo sin recordar el silencio
de esos cinco minutos detenidos en el fondo del reloj
dónde se pierde la noción del instante.

Y volvió a tocar algo en el aire.
Pero esta vez descartó el papel
de cualquier objeto.
Y se envolvió en su creación
lentamente desapareciendo...
Y cada vez que lo recuerdo
Vuelve a tocar algo en el aire.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Sonetos :  A alegria da poesia
Nunca mais eu cantei,
e faz tempo que dancei...
Nunca mais eu fiz nada
que "simbolizasse" alegria.

A alegria que me traz a poesia,
fica incrustada no papel...
Eu não solto a voz,
e nem balanço o corpo.

A poesia não me deixa
morto de prazer,
como quando canto ou danço.

A poesia me deixa num canto,
com meu canto mudo.
Só minhas mãos que dançam.

A.J. Cardiais
Poeta

Poemas :  Fumador de nubes
FUMADOR DE NUBES

Fumador.
Cuando el mar naufraga en un cerillo.
De nubes.
Lleno de susurros hechos olas.
De flamas.
¡Qué sumisas beben hielos!.


Fumador.
En la roja tempestad que muere.
De nubes.
Un aire rodando por la orilla.
Del instante destrozado de las algas.
En la aurora derretida del verano.
Una bajo las urnas y botas.
Otras, cenizas cada día.
De nubes.
Al después que sube culpable.
¡Fumador!.


Donde toda la muerte, parece olvidada,
en la vida que no existe,
en el piso que gime pies,
en el viento confundido,
en la muerte qué persiste,
Dónde toda la vida perece despreciada.


Fumador.
De los dioses hechos.
Añicos infinitas veces.
De nubes... Tan dóciles como monótonos,
los párpados,
piensan. ¡Qué piensan y sienten con cada pestaña!. En los años que pasan y pesan.


Fumador.
Entre los años reapropiados del minuto.
De nubes.
Con la identidad larga de los gestos.
Por los suelos perdidos del engaño.
Dónde... Hay vicios de muerta historia.
De nubes...
Con los ácidos consejos de las grullas,
en la calvicie de los gallos eclipsados.
Y la creación opresiva del eco de nubes.
¡Del eco en su monólogo lacónico!.
Fumador.


Del empobrecido tabaco desempleado.
Del ennegrecido bolsillo hambriento.
¡Oh, matriz sublime de lo inmediato!.
De nubes.
¡Oh, cicatriz reveladora de lo evidente!.
De nubes.


Fumador, fumador, fumador.
¡Oh, sí!.
Por las irreverentes gotas intocables,
de las propuestas irrelevantes,
en la indudable revolución del papel,
en la inservible memoria del agua.
¡Lágrimas hechas del polvo!.
¡Lágrimas vendiendo ceniza!.
De nubes... Sin húmedas familias.
De nubes... Sin énfasis desérticas.
De nubes... Sin cielos ciertos.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas de amor :  Humidificado...
H.U.M.I.D.I.F.I.C.A.D.O.

Por aquél septingentésimo suspirar.
Vestido de drama el lucro luce.
Entre palpitares quincuagésimos anhelos.
¡Aceitunada facilidad frágil!.
Como el ingenuo papel arruga.
Quebrando al mar fragante.
Que linda inquieto al pié ligero.
Humidificado, humidificado.
¡Va que viene!___Dando y dando
___Al séxtuplo fresear nocturno___


Humidificado.
En ardoroso dúo.
Humidificado.
En éxtasis duplo.


A veces.
Fastidiando la confianza inserta.
Lo que dícese al hincar la espuela.
¡Ya lejano el lado helado sin enfriarse!.
__Por las piernas del hexaedro__
Con las chancletas al encharcarse.
Y al claustro encismar del encomio.
¡Porqué sonoro el pulso siente!.
Del hado y alado enrojecido.
Humidificado, humidificado.


Donde solloza el infierno ternuras,
el fuego que baña en secreto,
al blanco cristal subterráneo,
entre las letras que pasan,
en la sombra de la mano nubes,
bajo los hombros tenues latiendo,
las perlas encendiendo al sombrero.
¡Lámpara y falda!___Del tuétano volcánico.
___Susurros con escaleras___
___Murmullos con lubricantes___


Humidificado ha sido, siendo presente.
Del carnavalesco cariz ávido.
Humidificado, del corcusido embalse manso.
Lo que comprende al pico hendido del vencejo.
Humidificado y obsequioso al criticar actos ajenos.
Por imitar la declinación ruinosa, humidificado. Solo.
Al porfiar silvestre del naipe.
Por dar sombra, el toldo tolera.
Al roer obras notables sobrio, humidificado solo.
Del septingentésimo suspirar y quincuagésimos anhelos.


Humidificado en el, recuerdo presente.
Ya vacía la cápsula se halla.
Del susurro entre lubricantes.
Del murmullo entre escaleras.
Porqué alberga el monte soñando.
Venus en la tierra encarnada.
Del volcán activo y su lava tibia.
Ondulando en blandas cumbres.
El aliento erecto del relámpago.
Humidificando al fruto de los años. ¡Nuevamente!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Recovecos
RECOVECOS

Por
El
Insomnio
¡Qué vive!
Fuera del valle... Recov...Ecos
Dónde
El lápiz a la mano escribe
Todo lo que hubo fosforescido
Del papel en la sombra blanco

De los que nada fosforescerán ya más... Ni llamas.
Del olvido contundente
Arden veinte escándalos viviendo...¡Recovecos!
¿Llamas, llamas acaso al fuego, más ya?
Por la luminosa seducción del eco

Dónde
Llamas fueron de lo que fosforesció y murió
¡Entre la más abundante injusticia!
Del encarcelamiento sin fronteras del eco
Miles, miles, hieles, hieles, recovecos infinitos

¡Resonantes!
Al breve febril trecho
El inquieto fuerte libro... La voz anaranjada
La espina germina... Del culpable letal fugacidad
¡Más allá de la mirada!... Miriadas de inocencias
El párpado no otro es...¡Más allá de la mirada!
Y por lo que agradeciese del desagrado
¡La siembra de seca sangre!... Ecos, recovecos
Entre
La pestaña del apoyo
Entre
La ofrenda lucidez del cautiverio
El cauterio escribe con sus pasos
Para beber del abismo el árbol

De la fuga mansa un lago... ¡Sangre, sangre, ecos!
Recovecos... ¡Qué recoge al corazón la tierra!
Como si todo lo sangrado hubiere agradecido sagrado... El mismo abismo en cada latido
Por los nómadas tejado dulce
Ágata desciende al fondo

Al peso penetrante del ramaje
¡En la noche que transmuta!...Cualquier aurora,
sólo fúnebre la retina huele y duele, impotente.
Al olvido del papel de la justicia hecha añicos
Anegada en el semblante qué anubla todo cielo
¡Cuando la ansiedad aflige, y deseca!
Al extremo de los portales... Recovecos infames
En aquél regazo al rincón inerme, inerte, agudo.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta