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Varoniles aves
Impregnados, al oírse, tres pálidos varones revistiendo, repugnancia, dogmática. ¡Escuchábalos!... Hechos un haz de matices Con la imaginación virginal vorágine.
Dijeron creo El rompehielos alfombrando En...Undívago diálogo Todo Fue un placer, qué con el amor, se adhiere, En un asir y desasir las horas.
Enarbolados pregoneros de la pradera en la banderola fragilmente atada arriba indiscretos los castaños flaqueaban la inocencia con la vida pagando así anduvieron antes del morir la tarde borrosos virtuosos y vidriosos los ojos.
Con frecuencia la esperanza la razón desconoce temerosa huyendo de la muerte. En el mundo No es otra cosa ¡Qué una trampa!___En la punta del abismo De las aves fieras errantes Aguilas hablando halcones escuchando cóndores amigables compañeros. ¡Tres varones emplumados! Todo cuento amalgamado recordando En el zigzaguear de la memoria...
Lo qué hubo El ensordecimiento previo
Pasado Desanduve imaginando donde estuvieron Emplumados Dialogando...Las solas aves fieras ¡Qué varones parecieron! Palpando nobles el grácil árbol ¡En la expresión undísona del viento!.
En el ayer seremos cazados cada día con la estrechez selvática del hombre la torpeza del ladrillo lejano por el campo en medio de la tarde bruma herida de la noche porvenir a comer ninguna en la desgracia del cielo atormentado en la palabra ambigua ungüento de cigüeña de la leyenda ahilada enajenante abajo vemos ultraje ropaje y embalaje ensoberbecidos rojeando cada celaje esclavizando encarnizadamente unos cuantos a miles de millones. Son Sólo aves del disociar Reblandeciendo, retorcer y torcer palabras, por el nevoso zurcir y atenacear del soez barroso y deshonroso ahombrado parecer de unos cuantos.
Reverenciados y transubstanciados dialogaban.
El águila batiendo soles de agua bajo el vuelo Dijo.
El halcón la luz buscando ahoras pasados y la liebre libre.
El cóndor la cordillera la res recién nacida negra y blanca en las plumas del invierno.
Escuchaba También las hojas, el aire, las ramas En la lejanía Montaña ys desnuda, el crudo frío, En la copa derramada Por tanto invierno Por el viento ensordecido Aquéllas aves, sin su vuelo Sombras heridas destruyendo En las ramas, hojas de los rincones Libres, aéreos nuevos días, esperando navegarlos. Por el cielo dónde corren sueños conquistando nubes Por el inicio del último horizonte Estaban.
Varoniles Aves Varoniles, aves, varoniles, aves. Estaban Estaban...
Ni en aquélla montaña, ese eco, ni éste diálogo, estuvo inmóvil, pendulando, casi nadando, por el escucharlo atentamente...
Por el depósito exótico del tiempo, Saltaba película, espéculo y ámbito fantástico.
Antes que muera, quise contarlo, salvándole.
Célebre triángulo plumajes dialogando ahora qué tradujese lengüajes enhebrando cuento al resurgir arpegio alado...
En la soledad sincera, En la novedad, brevedad y alegoría.
En el pensar de su decir, desanudando, plumajes vuelo garra dolores combates alegría recónditos magníficos símbolos aves dramáticas movimiento incursión ágil demostración salvaje vasallaje carnívoros dóciles titanes espiritualizados permanencia imprescriptible veloz fascinación atacar soltar aflojar temible suave tenaz flexible natural sutil insólitos otras veces.
¡Quedaron atrapados en el futuro! Creo, recordar, cómo fructífero satélite El cometa prismático del diálogo Intemporal caratula. Y Sin objeción, objetiva al objeto, matiz y luz.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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MALDITO SUEÑO
Sin qué salude Insensible____Al horror sereno Voraz Impávido______Al aclamar sonoro Infame Artrópodo____ Al mísero quejido Mezquino...
¡Se consume repugnante!
Ardiendo sangre doquier La voz amarga___¡Empedernido!
Dónde gallardo luce cada insecto Dónde desfallecida llora falaz Implume____ El vuelo____ El ave Y La Sangre, derrama... Selvas abundantes, de huesos y llantos Ese, esos, y aquéllos, de todos lados...
Apenas se aligera el sueño Abarrotada el alma de dolor continuo Quedó el corazón en un sólo gemido...
¡Que quimérico y fantástico pasa!
Saludando sólo lirios yertos Sin dolor dentro del pecho En el popular tumulto, adolorido... ¡Que al alma cándida desgarra! Insensible... Pájaro altanero____¡Escombro vivo!.
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El Sueño Maldito Carcome cada familia, almohada rubia Espina de coronas infames, del colmillo Arenoso del siempre desierto sin playa Oasis del oro negro, del coro en el templo Una... Noche... Sin estrellas... Solo rejas... Metal Metálicos son los pies, en las arañas... Del maldito... ¿Qué sueño sueño, ó, no?.
1...2...3...4...5...6...7...8...9...
¡Días, meses, mesas, horas y ahoras! El Ilustre desgraciado aletargado ¡Cada día cadavérico carcome! Del magnánimo fracaso ¡Emulo de cítaras y nieblas!
¡Dónde consolador Morfeo, dormita! Negra y fría_____La hora última Ciega de confianza Pobre hora_______¡Sin decoro! ¡Dónde iguales somos...! Todos muertos Durando sólo____ Lo que dura el sueño...
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De acero es el corazón Rebelde a los divinos ojos ¡Cuando las manchas cubren! La dignidad, atónita, en los hombres Bajo El Poder De Tiranos, inhumanos, pesadillas del planeta Huesos de viejo fantasma, ladrones de capotilla, Pesadilla qué roba el sueño, pesadilla que mata el alma, y la conciencia carcome...
En sus angelados, lenguajes multiformes Escondidos por los vidrios de las arañas Empapelados en los audífonos de hojalata Habla sólo... ¡Con ráfagas de rejas cualquier queja! Y culpa cualquier nube de ser soleado... ... Pero oh, sueño y pesadilla, ya mero ... Espero se terminen de secar los calcetines ... En éste invierno de algodonosos erizos.
Por Qué Así Debe Ser y será... Justa la balanza, algún día... Dónde De Súbito La Fuerza Emerge.... Infalible y justa protesta. Y palpita libre... ¡La virtud humilde! ¡De mil almas, miles de infinitos! Venciendo Al Sueño Infame... ¡La pesadilla!... Y despierte.
Despierte cada arena, flama, vela, ola, río... Despierte bosque, lago, montaña, corazón... Y despierte al alma, de cada conciencia. Despertar de la pesadilla... El sueño. Al sueño de la realidad...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Salva La Selva
Dulce huésped vital y blando. eterno vecino de la luna, del aliento verde selva, péndulo canto.
No de tus gozos el olivo viste, ya que, las alas el viento embiste, calla, no llores, y a tú raíz siente, siente que vive.
Hielo el invierno mata la plaga, hielo el invierno mata el dolor, ardiente la nieve, mañana menos, menos estará.
Allí los osos con amor dormitan, allí los ojos con amor despierto, nublan al odio que anís estrella, cielo en la tierra.
Siempre el peso de la esperanza, reverdece aquel en la escarpada lumbre, aunque los hombres el mal planten, quieren algunos el suelo. ¡Tú puedes!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ODA AL AMAR SOLAR...
La vida En el afán En los espejos danza Y murmura...
La mayor parte En La tarde del paisaje. Sol que sabe De sol a sol Y Sabe...
¡De la tierra... Por cada nube!. ¡Qué la vida quiso!. Ofrecerle De las brumas El simbolismo.
¡En un espejo!.
Donde danzan vibrantes Las edades Los latidos adolescentes Los reflejos De las lluvias, gotas ojos.
El cántaro desnudo La cítara en camisa La página incipiente Afán que danza Por otra Alcoba impaciente Labradora de corceles De jugos, de dulce gozo.
Del De La Y De... El...
Verde murmurar entre las hojas Una vez Donde las montañas Lo encerraron Los muros altivos En las calles sin nombres ¡Calles canas del esplendor espanto!.
El velo, cielo sin hojas. ¡Huésped piadoso lastimoso!. Inmóviles vivimos los cándidos. Metales. Mañanas teñidos con las sombras. Los callos en la cabeza. Los pastos de la noche. El mudo altar al grito. Enfermos y ásperos pantanos. ¡Menudos témpanos efímeros!.
La vida. Del inocente labio despojada. Con la púrpura bordada. En el árido follaje. Del aliento fatigado. En la compasión. De quiméricos delirios.
Un mejor... Mañana. En la tersa frente. De la vida libre. Del suelo, del sol claro reclamo. ¡Dónde aún vivos estamos!. Amor.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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¡Pues bien!, yo necesito decirte que te adoro, decirte que te quiero con todo el corazón; que es mucho lo que sufro, que es mucho lo que lloro, que ya no puedo tanto, y al grito en que te imploro, te imploro y te hablo en nombre de mi última ilusión.
Yo quiero que tú sepas que ya hace muchos días estoy enfermo y pálido de tanto no dormir; que están mis noches negras, tan negras y sombrías, que ya se han muerto todas las esperanzas mías, que ya no sé ni dónde se alzaba el porvenir.
De noche, cuando pongo mis sienes en la almohada y hacia otro mundo quiero mi espíritu volver, camino mucho, mucho, y al fin de la jornada, las formas de mi madre se pierden en la nada, y tú de nuevo vuelves en mi alma a aparecer.
Comprendo que tus besos jamás han de ser míos, comprendo que en tus ojos no me he de ver jamás; y te amo y en mis locos y ardientes desvaríos, bendigo tus desdenes, adoro tus desvíos, y en vez de amarte menos te quiero mucho más.
A veces pienso en darte mi eterna despedida, borrarte en mis recuerdos y huir de esta pasión; mas si es en vano todo y el alma no te olvida, ¿qué quieres tú que yo haga, pedazo de mi vida, qué quieres tú que yo haga con este corazón?
Y luego que ya estaba concluido el santuario, tu lámpara encendida, tu velo en el altar, el sol de la mañana detrás del campanario, chispeando las antorchas, humeando el incensario, y abierta allá a lo lejos la puerta del hogar...
¡Qué hermoso hubiera sido vivir bajo aquel techo, los dos unidos siempre y amándonos los dos; tú siempre enamorada, yo siempre satisfecho, los dos una sola alma, los dos un solo pecho, y en medio de nosotros mi madre como un Dios!
¡Figúrate qué hermosas las horas de esa vida! ¡Qué dulce y bello el viaje por una tierra así! Y yo soñaba en eso, mi santa prometida; y al delirar en eso con alma estremecida, pensaba yo en ser bueno por ti, no más por ti.
Bien sabe Dios que ese era mi más hermoso sueño, mi afán y mi esperanza, mi dicha y mi placer; ¡bien sabe Dios que en nada cifraba yo mi empeño, sino en amarte mucho en el hogar risueño que me envolvió en sus besos cuando me vio nacer!
Esa era mi esperanza... mas ya que a sus fulgores se opone el hondo abismo que existe entre los dos, ¡adiós por la vez última, amor de mis amores; la luz de mis tinieblas, la esencia de mis flores; mi lira de poeta,mi juventud, adiós!
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Poeta
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PREGUNTAS QUE DUERMEN
¿A dónde se han ido sueños?. ¡Qué vuelan sin alas!. Por las pajas de los amarillos amores, en la luz opaca, del ópalo ayer, que vela la noche, la flama, la cera del cero en acero. El hierro que hiere, la noche, que duele, que vela, sin rumbo. Una vez en la mano, otra más allá, silueta, silente, sinfín singular, en el tráfico, trágico, una casa, crepita humedades, marbetes, en mescolanza, olor olvido.
Burbujas sin cuerdas, cubiertas, de plumas y alfileres redondos. Piñas, ortigas, cascarones amargos, una rana inocente, ventana, rumor que cierra los ojos del mundo.
Muchas veces, pedazos sin voz, rampas salpicadas de pupilas, recuerdos de retinas, solo, un asombro fugaz, rompe un silencio, deshoja, un paisaje, de años.
¡De prisa, deprisa definitiva!.
Morada, que gime, violetas espinas. ¡Sueños desiertos, mirando vacíos!. Con la brisa, del hilo perdido.
¡Sueños, sueños!. ¿A dónde se han ido?.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Llegó com vestido negro, con mucho "encanto" y calma, El negro de tus ojos me causó una gran alarma.
Ella es un claro ser, que viene en la luz, com ojos amistosos, hermosos para vivir ...
Sonrisa conciliadora, amiga de el gran amor.
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Poeta
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CON TU SONRISA
Destellan en tus ojos. Las estrellas. y cielos. Estaré yo... ¡Ahí!. ¿En tu corazón latiendo?.
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Campos y valles alegres. Dentro de blancas nieves. Tus labios y cristales. Son minutos callados.
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Entre las diez flores. El bosque dobla lunas. Y el suspiro amargo va. Subiendo y bajando nubes.
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Cultiva vibrante mis labios. Abrillanta mis colores. Cicatriza mis heridas. Siembra secreta calma.
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Con tu sonrisa. La madrugada. Es huerto. Y sueño. Con Tu Sonrisa. Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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¿Tiene paisajes lo invisible? Comencemos por no verlo. Cierro los ojos. Hay una radiografía velada, rayones blancos delimitan esta foto de la nada. Tal vez un tinte rojizo o amarillo otorgan fluidez a esta huidiza imagen. Flashazos que implotan se burlan de mi atención cuando creo tenerlos atrapados. ¿Es llanura esta planicie o la toma aérea de unas montañas confundidas con sus propios barrancos? No puedo determinar direccionalidad y estos fotones comienzan a confundirse con mi cerebro. Ya no sé lo que estoy viendo tras mis párpados. Ya no sé si esta placa proviene de mis ojos o son mis anhelos borboteando en búsqueda de una figura propia. Asustado prefiero huir y buscar la seguridad en lo que no soy: el reino de la luz que se despliega afuera.
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Poeta
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¿Y dónde están los serafines… aquellos que sonaron los trompetas, que lanzaron dardos de colores al corazón errante de un poeta?
¡Ay Agosto!, te vas antes de ver primavera dejando frio en el aire, en el corazón y el alma ¿Quién me sostendrá en la espera… si como el viento… fuiste pasajera? Peregrina de ojos claros… las golondrinas volverán en el verano en busca del amor y de la mies pero tú, ya no vendrás. Las flores y las hojas, amarillean en los jardines crecieron los tiernos pajarillos y volaron, apenas acabada la estación... esperaré del amor, nueva migración.
Ya no escucho el canto alegre de trompetas sólo notas rotas de lánguidos violines, marcharonse ya los blancos serafines, llevándose la magia, y el amor. Delalma Lunes, 08 de noviembre de 2010
http://ligcueva.blogspot.com
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Poeta
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