Rastreador sacrílego
RASTREADOR SACRÍLEGO
Busco, me dices: La montaña,
clandestina de los ensueños perdidos,
de los manantiales algodón,
en los arcos de plumas verdes,
que bailan rojo al embeleso,
y al cristal de las arenas.
¡Pureza en sacrilegería!.
¿Nerviosismo supernumerario acaso?.
Me dicen, dilatando lo difuso,
lo deliberado famélico,
al detractor ubicuo y carnicero,
en la irreverencia mutante, me dices.
Busco, busco, no lo niego,
el dulce motivo de las sirenas,
en la espuma de las perlas,
con la realidad de las cadenas,
una golondrina abastecida,
una palabra por inventarse, neologismos.
¡Ya abunda el incorruptible desenfreno!.
¿Afrentosa integridad honesta en ocaso?.
Me dicen, con la escrupulosidad facciosa,
ser en la veracidad con desmesura,
una desvinculación y vilipendio,
en la fornitura imprescindible, me dices.
Busco, busco, ser el mes,
hermano amigo de los años,
con el silencio justo,
que su ignorancia acepta,
con el espacio ausente,
que el tiempo cultiva grácil.
Busco, me dices, decirte...
Que la luz es más obscura.
Que la paz es simple sueño.
Por las voces apagadas del aliento.
Por los peces agresores del veneno.
¡Sacrílego y rastrero rastreador de cielos!.
Si
Solo
Soy
Aquél
Que en la insulsez del exabrupto piensa.
¿Porqué se busca regalar el engaño para salvarse?.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Pacem in Terris II
[img align=center width=525]http://3.bp.blogspot.com/_cFoTKZRHMqc/TJQWJxhJdeI/AAAAAAAAAks/Ew9qT1xOtuE/s1600/bunchopeace.jpg[/img]
Llevamos por tí tantas violaciones tatuadas en los pechos
que ni la muerte ni sus angostos cajones
le enderezan el dolor al cuerpo retorcido.
En mi tierra, a la paz casi le arrancaron la lengua;
no es más que arengas acalladas con hierros candentes.
Pero de nuestras bocas lívidas aún se escucha el hilo de su música: paz.
Se oye en los brazos alzados, en las manos que acomodan mortajas,
en la mirada que parpadea los turnos entre la insanía y la cordura.
Y los tantos palos y los muchos puños del carcelero
no consiguen acabar contigo,
porque a la paz se la amordaza, tortura o encierra, nunca se la mata.
La paz entonces está en vela,
mientras dormimos sobre el sonido de su huérfana sílaba.
©Gustavo Larsen, 01/28/2014
He sentido...
He sentido la paz,
mirando, absorto en tu recuerdo,
la belleza que sin dueño ni nombre
de nuevo se escapa;
ese caudal de emociones
que roba espacios a la sangre
haciendo de las venas por un segundo “eterno”
insólitas rutas de ilusiones.
He sentido el silencio,
estallido de la nada que retumba
y que todo lo calla;
no hay espacios, no hay lugar,
ni principio ni final,
¡silencio!, solo silencio y paz.
Candileras que van trazando
sendas por donde perderse;
¡perderse!...
acaso única forma
ganada por la ceguera y pobreza del hombre,
en ese loco y justo afán de volver a encontrarse.
©(Jpellicer)2012
Misantropía
Pido casa al desierto
que al abrir su ventana
sola palma mostrara
la dimensión de arena.
Y por las noches quiero
bajo su fría calma,
la silueta de palma
pedestal de una estrella.
Mi soledad pretendo
para limpiarme el alma;
de aquí no quiero nada
que la nada me diera.
Si nómada en camello
pasajero cruzara,
leve señal de raza
que su presencia fuera.
Y si un día regreso,
lo haré mundo, si cambias,
con mi razón humana
ni sabio ni poeta.
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Especulando...
ESPECULANDO...
No quiero mancharme, dijo, la mancha,
a la pureza perdida entre espejos,
ciegos de luz con razón,
en la voz tal vez voz sin los labios,
en la paz tal vez pez sin las redes.
¿Quién puede dar lo que no tiene?.
Al que espera recibir lo que no quiere,
no siente no piensa no escucha.
¡Siendo la espera pura!.
Sin esperanza o con ella.
O a pesar de ello.
¡Uno fuera de sí mismo!.
Afirmación del cero!.
Negación que ilumina y obscurece.
Sincronía...Sublime.
¡Afirmando al sí!.
Excelsa...Isocronia.
¡Negando al no!.
Especulando, especulando, especulando.
Todo simultáneo, falsamente cierto.
¡El engaño aparente, la mentira esencial!.
La mentira del reflejo superficial.
¡En la huida de todas las retinas!.
No, no, no.
¡No quiero mancharme!. Dijo...
Sin marcharse.
Sin reflejarse.
¡Perdidos todos los espejos en la incuria!.
Nunca la encontraron.
Era, era... ¡La pureza que nadie poseía!.
¡Ciega la luz sin razón!.
Cualquier humilde obscuridad sin importancia.
Especulando, especulando, especulando.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
El honor del viento
[img align=center width=470]http://1.bp.blogspot.com/-C2FZgdv1XD8/Th5sGM3C8YI/AAAAAAAAFi8/r8QfnXeSubw/s1600/arikha-viento-en-los-pinos-pintores-y-pinturas-juan-carlos-boveri.jpg[/img]
De tus brazos cardinales llegará el testimonio,
lo veraz de todo lo visto,
para esos cuerpos que en el prado vemos y que ya no están.
Tormentas traicioneras los corrompen lejos de aquí,
les comen de raíz la libertad de su reposo.
No toleres que ennegrezcan sus huesos
junto al lodo de la noche injuriosa.
Que les insufle tu aliento purezas errantes
y renazcan vigorosas las de ellos,
que un honor fuera de moda los lleve
a su descanso y derribe el portal
de la blasfemia decompuesta.
Fulmina estos embarres con tu sabiduría,
¡oh, viento poderoso!
Abre el surco que el yermo apenas ha soñado.
Hay algo feraz que nos espera
bajo lo estéril que hoy se pisa.
©Gustavo Larsen, 02/04/2014
Dedicado a todos los caídos por las causas justas, las olvidadas, las absurdas y las nobles. Porque de alguien fueron hijos e hijas.
Poemas Curvos VI ('Nam)
[img align=center width=465]http://www.gnosis.art.pl/iluminatornia/sztuka_o_inspiracji/zdzislaw_beksinski/zdzislaw_beksinski_075.jpg[/img]
Yo recuerdo, ¡sí!, a todos sus padres,
silbando en los caminos de piedra y lodo,
cantándole al músculo de los aserraderos,
en los trenes viejos sobre la trocha generosa,
sin más tiempo
que el de un beso de labios agrietados en la frente,
de un racimo de falanges callosas
ofreciendo el contacto humano de las buenas noches.
Y recuerdo, ¡claro que sí!, a sus madres.
Sus delantales de pan y salsa roja,
esas nodrizas indomables de los barrios,
de las campiñas y su barbecho
siempre hambriento de semilla y sueños de lluvia.
Sus muslos, sus manos, su amor sublevándose
a sus lágrimas, las de sus hombres,
las de esos hijos que ellas esperan.
Y me pregunto qué decirles, cómo explicarles
que esta bandera debe ser lienzo más que suficiente
para secarles todo el llanto, porque así lo piden
esos otros padres y madres de muchos cubiertos,
que algún día tendrán el estipulado privilegio
de ser retratos en las paredes de sus hijos,
y no como ellos, el lado vivo de sus últimos espejos.
©Gustavo Larsen, 04/01/2015
LA CALIDEZ DE TU ABRAZO
Siento en la piel el amor,
que me transmitió tu inolvidable abrazo,
abrazo cálido y callado,
que más de mil sentimientos expresó,
haciéndome viajar entre nubes y estrellas infinitas.
Abrazo que me da la fuerza para seguir adelante,
Abrazo que me hilvana a tu ternura y a la vida.
Abrazó que arropa mi corazón, abrigándolo del frío,
quedándose impregnado en mi memoria.
Dulzura que me adhirió a tu pecho,
que embriagó mi alma, llenándola de ilusión.
Estrechándome fuerte entre tus brazos,
me sentí feliz, amada y protegida,
y mi corazón abrazó con amor al tuyo,
musitándole al oído:
¡¡¡eres tú, toda mi vida!!!
Claudia Alhelí Castillo
02-11-11
Paz & harmonia
Vivemos num clima de paz,
não de harmonia...
Na verdade vivemos
sob uma guerra fria.
E para sobreviver
fingimos ser alegria
os risos e cantorias
movidos a álcool
nos finais de semana.
A paz é o cessar fogo,
é ausência de artilharia.
A harmonia é união,
fraternidade e alegria.
A paz está contida
na harmonia.
A harmonia nem sempre
está contida na paz.
A.J. Cardiais
imagem: google
Avenencia de forastero
AVENENCIA DE FORASTERO
Por allá donde el tren fue corrido,
perturbando al calentamiento excesivo,
del pronóstico nefasto un centímetro,
donde el aire casi muere bajo el mar,
y la distancia muere peregrina.
Ahí dónde se humedece la lluvia,
aunque las erupciones huyan,
y al sol le iluminen sin esfuerzo,
con el trigo que al molino mueve.
Por la raíz donde la esperanza sangra,
y la sombra esculpe al mármol,
con la huellas del último verano,
desentrañando telúrico al destino.
Por allá el mismo proceso atiza el fuego,
que más que humano, angélico perece,
y mece desenterrando una estridente voz,
en la ruindad de pretéritos abrojos rojos,
caminan las pupilas en la opresión impía.
En la conmovedora sencillez insigne.
De la montaña más profunda.
En la periferia de una estrella.
Por el sueño de cada nube.
¡Qué la paz desesperada suda!.
¡Qué la vejez trina cuando nace!.
En el color más joven desempleándose.
¡Avenencia más vieja qué pasmada es abismada!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez