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INVIERNO (soneto) ...Miguel Angel Asturias Poeta Guatemalteco (1899-1974)
Premio Nobel de Literatura 1967, fué narrador, dramaturgo, periodista y diplomático. Obras famosas: Hombres de maíz y El Señor Presidente.
INVIERNO
En rodillas de viento galgo y huella fui tras de ti, mujer en mi presencia transportada por ágil luz de estrella de sentido en sentido hasta la ausencia. Atravesaste, amor, los egoísmos que en sílice de lágrimas desvelo yuxtaponiendo abismos sobre abismos en mi insoluble soledad de hielo. La gran araña de la lluvia teje con agua y viento telarañas móviles ¿qué mañana serán cuando despeje? Superficies de vidrio sin quebranto, como serán mis ojos cuando inmóviles hayan llorado ya todo su llanto.
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Poeta
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La luz brilla en la hermosa primavera, dentro de un sendero limpio de neblina, el humo blanco del invierno suspira, y la pelusa que flota en una gentil visión. El resplandor parece derramarse, en este momento empieza a tomarme, miró hacia las nubes, y es como si fuera envuelto en este sonido melodico. Hermosa primavera, me envuelve en su nube gris, en sus tardes de lluvia, donde el sol no sale aun. La lluvia es tranquila, la noche se vuelve serena, la quietud de las nubes, el sonido del viento melancolico. La primavera llego, las nubes de lluvia se presentan, es la hora de la melancolia, la cancion del viento susurrante. Erick R. R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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El fragmento de sueño que me diste, merodea en la noche interminable, una de las estrellas que se acercan, desaparece y el encanto del amanecer resuena.
Una noche pase contigo, una noche de luna llena, serena y melancolica, un arrullo a mi alma.
Bajo esta lluvia incesante, ya no tengo la necesidad de temerle mas al pasado, ahora el futuro que te abandona, acaba de empezar.
Bajo las estrellas, el cielo es infinito, la luna hace su presencia, la noche vuelve a aparecer, de forma inesperada.
Erick R. R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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Te encuentro en la mañana, contemplando el alba, levantada estas, te vas al horizonte. Sabes el camino de vuelta, miras el cielo, completamente gris, el momento de la lluvia, ha comenzado. Decides caminar, abres tu sombrilla, contemplas el cielo, que está llorando. Contemplo el cielo, gris y triste, la melancolía me invade, llevo conmigo tus recuerdos, de aquellas noches de amor, que hemos disfrutado entre los dos. Cada noche, cada momento lluvioso, pienso en ti, no puedo alejarte de mi mente. Erick R. R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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Cae la noche, llueve en este mundo caotico, estoy inspirado, que sera lo que me inspira.
¿Que es lo que me arrulla? ¿que hace que me deje sin aliento? ¿de donde viene esa melodia? ¿cual sera a señal que me envias?
Esa cancion, alivia mi alma atormentada, ese dolor que invade mi corazon, ha desaparecido por completo, esa voz de sirena bajo la lluvia.
Esa melodica voz, me arrulla, me da cobijo, con tu bella cancion, mi querida niña, curas mis heridas.
Erick R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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El cielo se pone gris, gotas de lluvia caen, te veo ahi sentada, en espera de ser besada.
Caen lagrimas del cielo, tocan tu piel, te abrazo lentamente, beso tus hermosos labios.
Un beso bajo la lluvia, un beso quieto, suave y silencioso, abrazada a mi tu estas.
Estas conmigo, besandome bajo este cielo, cubierto de nubes grises, tocando tu hermosa piel, rozando nuestros labios, estamos bajo la lluvia, besandonos y enamorados estamos.
Erick R. R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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Al oír tu dulce acento me subyuga la emoción, y en un mudo arrobamiento se arrodilla el pensamiento y palpita el corazón... Al oír tu dulce acento.
Canta, virgen, yo lo imploro; que tu voz angelical semeja el rumor sonoro de leve lluvia de oro sobre campo de cristal. Canta, virgen, yo lo imploro: es de alondra tu garganta, ¡Canta!
¡Qué vagas melancolías hay en tu voz! Bien se ve que son amargos tus días. Huyeron las alegrías, tu corazón presa fue de vagas melancolías.
¡Por piedad! ¡No cantes ya, que tu voz al alma hiere! Nuestro amor, ¿en dónde está? Ya se fue..., todo se va... Ya murió..., todo se muere... Por piedad, no cantes ya, que la pena me avasalla... ¡Calla!
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Poeta
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Oh, qué triste lluvia fina, sin el viento que la vida, cría, viene de aire frío del sur, al sudeste de la nuestra esquina, caída, en vano, de un cielo no-azul, en el que se va, tan chica.
Oh, lluvia fina. Es llovizna que por nada descansa en el aire, como un velo de gotas, que vuela en la mañana que sería de verano. Oh, lluvia fina no-buena, trae el frío al Sao Paulo, y toma el sol de la Gamboa.
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Poeta
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REALIDAD ADIVINADA
En la mano estremecida bajo el sol. El sombrero, café, en el vaso. Cabe. Y cae bien______ Antes. En la noche_____ Bajo el sol. Tendido, césped, entre la lluvia. Lecho, en que duerme, luz, barniz bajo la mesa.
Tomó lentamente, cada minuto, lágrima, recuerdo. Bien me lo decía: El fondo dolorido. En la fe de las palomas. El hijo de un año sueño dentro al alma. Todo era luz vieja. Luz del silencio, su alegría, y color rosado azucarado. *EnElFulgorDeLosLeños* En la vieja, chimenea.
Esa vez, como miles de hogares. Ni viven, ni respiran, ni saben del tiempo alegre. Las arpas lloraban los violines. Las guitarras en los rincones. Las mesas en los sillones. ¡Todo!.
Era un lugar de ausencias. Un lugar perdido, frío y polvoriento. Antes. Había sido diferente, ahora, De pronto. ¡Todo cambió para siempre!. En el cementerio. De los sueños, añicos de fragmentos. ¡Sola!. La pesadilla. Cesó.
La muerte muerto lo encontró. Ya no vivía sus sueños. En la vieja lápida. Estaban solos. Los huesos. Del dios que abandonó la vida.
Dentro del cofre de Pandora. Todo está rodeado del misterio. ¡Era sólo, la fuerza de la costumbre!. ¡Luz de la esperanza!. Y el veneno amargo envejeció. ¡Color entre flores y latidos!.
El ponerse a salvo nada importa, fulgor de fe descalza. De perseguir la dicha. ¡Los años estallan desiguales!. Leños. Bajo la chimenea.
En el desprecio absoluto. ¡De la vida!. Las estrellas nadan en su cielo. ¡Arpas sin cuerdas, sin alma!.
Era de sangre, infortunio, del mundo. Un perdido juicio. ¡Equívoco!. Lugar desempleado en una quimera. ¡Alegre, solo el invierno, sin infierno!.
Había perdido aquéllo que había. Sido y ya no era. De pronto al caer la tarde. Sonido, el fuego y la ceniza. De Las mariposas, chispas. Voces. ¡De la primavera!.
¡Cesó en la vida del dios muerto!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Una lluvia temprana, me coge en la curva, aquí en la calle de la cancela.
Esto no me molesta, yo camino en la tarde turvia, debajo de mi paraguas,
sólo para ver cómo se está ella, mi amor, Maristela, que mirame desde su fria ventana.
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Poeta
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