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Una noche fría, una noche de luna roja, llega a mi palacio una mujer, sin decir nada entró a mi morada.
Solo vino a buscar algo, no se que será, no dijo nada, ni un saludo cordial.
Solo vino a buscar algo en este lugar, que será, algo que la hirió emocionalmente, algo que la hizo sufrir mucho.
Visitante silenciosa, contéstame, di algo, solo dijo unas pocas palabras, nunca mas, solo eso y nada mas.
¿Está todo bien?, respondió con un no definitivo, busca venganza, arrancar el corazón del que la hizo sufrir, solo eso y nada mas.
Entra al cuarto de cocina, buscó un cuchillo, con el cual mataría al pobre diablo, nunca mas, esas fueron sus palabras.
Nunca mas me lastimara, se fue, salió sin despedirse, se marcho sin decir nada, absolutamente nada.
La noche siguiente, regreso a mi palacio, con el cuchillo en la mano, lleno de sangre, regrese, esas fueron sus palabras.
Visitante silenciosa, que fue lo que hiciste, mate al bastardo que me causó mucho daño, ahora espero que tu no seas como el, solo eso dijo y nada mas.
Visitante silenciosa, oscura y mortal, mataste al culpable, con mi cuchillo, lleno de sangre, cumpliste con lo cometido, ahora te quedas, sin decir nada, nunca mas, solo eso y nada mas, fueron esas tus palabras.
El silencio invadió mi mente, escribiste en la pared con la sangre, que quedó en el cuchillo de tu víctima, escribiste esas palabras tan tétricas, nunca mas voy a amar, solo eso y nada mas.
Te quedaste en mi palacio, sin decir nada te fuiste a un cuarto, solo tus palabras me dieron un poco de miedo, nunca mas dijiste, solo eso y nada mas.
Erick R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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Puede haber odio para mí, todas las cosas que hago, debes permitir que mi corazón se vaya, decidas que mi corazon se desangre.
Puedes hacerme llorar, puedes hacerme caer, puedes hacerme vivir o morir, y me pregunto cómo y te preguntas por qué.
Tu lado compasivo, tu lado inocente, se ha ido, solo existe odio en ti.
Tal vez hice mal, en enamorarme de ti, no supiste apreciar este corazon, tal vez sea mejor terminar.
Se está haciendo más difícil, empeorando ahora, todo el tiempo, estamos cada vez más fríos, cavando más profundo en nuestras mentes.
Erick R. R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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Este poema es dedicado, A todas las doncellas, De vestimenta negra, Con alma siniestra en su interior, Dedicado a aquellas mujeres Que recitan poemas negros, Que visten con elegancia, Que poseen fuerza oscura, Que son amantes de la noche.
Esta dedicatoria la hago, Con toda el alma, Serán bendecidas con la luna, Para todas las viudas negras, Para aquellas súcubos insaciables, Para aquellas hadas oscuras, Les entrego mi alma.
Estoy dispuesto a ofrecer mi vida, A todas ustedes, Les doy mi alma, Les doy mi vida.
Esta dedicatoria la hago Para ustedes, Seré su leal íncubo, Su noble ángel negro, Les doy este poema, Les doy mi sangre.
Erick R. R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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Alicia, noble y pecadora, amante y asesina, silenciosa y tímida.
Noche tras noche, te veo vagar por el cementerio, en busca de almas sin descanso, en busca de beber sangre.
Noble Alicia, noble musa siniestra, eres mi perdición, eres mi esperanza.
Alicia, asesina silenciosa, amante de lo prohibido, tus besos me matan.
Erick R. Torres (Ángel Negro)
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Poeta
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Madre, madre, cansado y soñoliento quiero pronto volver a tu regazo; besar tu seno, respirar tu aliento y sentir la indolencia de tu abrazo.
Tú no cambias, ni mudas, ni envejeces; en ti se encuentra la virtud perdida, y tentadora y joven apareces en las grandes tristezas de la vida.
Con ansia inmensa que mi ser consume quiero apoyar las sienes en tu pecho, tal como el niño que la nieve entume busca el calor de su mullido lecho.
!Aire! ¡más luz, una planicie verde y un horizonte azul que la limite, sombra para llorar cuando recuerde, cielo para creer cuando medite!
Abre, por fin, hospedadora muda, tus vastas y tranquilas soledades, y deja que mi espíritu sacuda el tedio abrumador de las ciudades.
No más continuo batallar: ya brota sangre humeante de mi abierta herida, y quedo inerme, con la espada rota, en la terrible lucha por la vida.
¡Acude madre, y antes que perezca y bajo el peso, del dolor sucumba; o abre tus senos, y que el musgo crezca sobre la humilde tierra de mi tumba! ¿Sabes lo que es un suspiro? ¡Un beso que no se dio ¡Con cadena y cerrojos los aprisionan severos, y apenas los prisioneros se me asoman a los ojos!
¡Pronto rompen la cadena de tan injusta prisión, y no mueren más de pena que ya está de besos llena la tumba del corazón!
¿Qué son las bocas? Son nidos. ¿Y los besos? ¡Aves locas! Por eso, apenas nacidos, de sus nidos aburridos salen buscando otras bocas.
¿Por qué en cárcel sepulcral se trueca el nido del ave? ¿Por qué los tratas tan mal, si tus labios de coral son los que tienen la llave?
-Besos que, apenas despiertos, volar del nido queréis a sus labios entreabiertos en vuestra tumba, mis muertos, dice: ¡Resucitaréis!
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Poeta
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Descienden taciturnas las tristezas al fondo de mi alma, y entumecidas, haraposas, brujas, con uñas negras mi vida escarban.
De sangre es el color de sus pupilas, de nieve son las lágrimas, hondo pavor me infunden..., yo las amo por ser las solas que me acompañan.
Aguárdolas ansioso, si el trabajo de ellas me separa, y búscolas en medio del bullicio, y son constantes y nunca tardan.
En las fiestas, a ratos se me pierden o se ponen la máscara, pero luego las hallo, y así dicen: -¡Ven con nosotras! Vamos a casa.
Suelen dejarme cuando, sonriendo, mis pobres esperanzas como enfermitas ya convalecientes salen alegres a la ventana.
Corridas huyen, pero vuelven luego y por la puerta falsa entran trayendo como nuevo huésped alguna triste, lívida hermana.
Abrese a recibirlas la infinita tiniebla de mi alma, y van prendiendo en ella mis recuerdos cual tristes cirios de cera pálida.
Entre esas luces, rígido tendido, mi espíritu descansa; y las tristezas, revolando en torno, lentas salmodian, rezan y cantan.
Escudriñando el húmedo aposento rincones y covachas, el escondrijo do guardé cuitado todas mis culpas, todas mis faltas, y hurgando mudas, como hambrientas lobas, las encuentran, las sacan, y volviendo a mi lecho mortuorio me las enseñan y dicen: Habla.
En lo profundo de mi ser bucean, pescadores de lágrimas, y vuelven mudas con las negras conchas en donde brillan gotas heladas.
A veces me revuelvo contro ellas y las muerdo con rabia, como la niña desvalida y mártir muerde a la arpía que la maltrata.
Pero en seguida, viéndose impotente, mi cólera se aplaca. ¿Qué culpa tienen, pobres hijas miías, si yo las hice con sangre y alma?
Venid, tristezas de pupila turbia, venid, mis enlutadas, las que viajáis por la infinita sombra donde está todo lo que se ama.
Vosotras no engañáis; venid, tristezas, oh, mis criaturas blancas abandonadas por la madre impía, tan embustera, por la esperanza!
¡Venid y habladme de las cosas idas, de las tumbas que callan, de muertos buenos y de ingratos vivos... Voy con vosotras, vamos a casa.
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Poeta
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Mundo del pasado
...Hoy pretérito... Mi mundo se ha ido.¡Sangre seca!. Por el tiempo hueco. ¡Aliento helado!. Conmigo voz y carne. ¡Abatido lirio!. Niño del terror. ¡Manto ceniza!. Licor mordido sin futuro.
...Hoy perdido... Mi mundo ya no existe. Fue nube equivocada. ¡Mi mundo murió sin mí!. Soy espada sin punta. Sin filo. ¡Solo tejo paja!. Ruina del ayer mutilado. ¡Sólo polvo de esqueletos!. Pretérito perdido. Mi mundo es. Madrugada neutra y muda. Tarde de látigo y sirena. Vidrio de ataúd y agonía. ¡Hijo del olvido!. ¡Vidrio amargo!. Amargos ayeres, presentes secos.
Del olvido y la amargura. Hoy perdido entre pretéritos. Mi mundo se marchitó. ¡En fragmentos de muerta fe!. ¡En pedazos de oraciones vanas!. ¡Mi mundo se fue por siempre!. ¿Hasta cuándo?... ¿Hasta cuándo?. Hoy estarás perdido en tu pretérito.
Mundo, mundo del pasado. Hueco ha quedado todo. Todo vacío de mundo. Huecos de vacíos. Atrapados. ¡Ahoras!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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SÚPLICA (José Antônio Gama de Souza-Balzac)
Los hombres no hacen la guerra La muerte que lleva lejos de ti La sangre se derrama sobre el terreno La vida de todos nosotros!
Leopoldina, MG, Brasil.
(Originale) SÚPLICA (José Antônio Gama de Souza-Balzac)
Homens não façais a guerra A morte que tira de vós O sangue que derrama na terra A vida de todos nós!
Leopoldina, MG.
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Poeta
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Son todas las mujeres ángeles y son todas pinches demónios que a los hombres les dedica el infierno y a ellas mismas el cielo. Son cabronas que cogen cabezas, sacan los ojos de los puros, andan desnudas en la Iglesia y duermen bajo la luna sucias de sangre.
Pero son viejas que pintan sus labios con fresa y refliten sus ojos en las estrellas; aman, matan y se van frías como el hielo, pero calientes como el fuego.
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Poeta
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LLORAME
Baila, gitano, baila Llorame sevillanas Qué hoy tengo ganas De ir a bailar también.
Venga, que gitana soy Tengo la sangre ardiente Que quiero bailar hoy Como baila my gente.
Como el tablado suena Sob eses tus tacones Baila, gitano, baila Como bailan los hombres.
Que yó bailaré gitano Con my bello peinado Lucindo en my vestido Y con una rosa al lado.
Me entregaré, gitano Al Lloro sevillano Lo cantaré con Alma Lo cantaré llorando.
Y mis tacones sonarán Con los tuyos, disputando El sonido del Llanto Y esse tu sangre gitano.
(Por Ana C. /Sob_Versiva)
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Poeta
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