Poemas surrealistas :  A.P.A.L.E.A.D.A.S...
A.P.A.L.E.A.D.A.S.
(Surrealista)

Las paredes ya caminan bajo el piso.
Con la sangre de la tarde en camiseta.
Una vez hecha de lodo helado.
Por el grano del trigo seco ciego.
El pueblo del zapato roto a diario.
En la mesa del retrato desempleado.
Y la estufa en la sartén.

Apaleada, sí, muy apaleada.
Salpica la tarde misteriosa.
Como a tres metros del humo.
Doblando la esquina sin trabajo.
Desesperada la lámpara cierra los ojos.
Con las manos en los bolsillos.
El anillo se ha perdido en las cobijas.
En las ramas del otoño nuevo.
Con los rostros olvidados por el tiempo.
Buscando la manera de terminar.
Con la manzana en la mano del gusano.
Erecto en la entrada de algún modo.

Apaleada, vaya apaleada que nos dimos.
Ese día ahí callado menos que un secreto.
Satisfecho admirador del muslo firme.
Fumándose una cama garganta abajo.
El canasto ebrio en la mermelada suave.
Por el camello queriendo ser caballo.
Salvaje en el petróleo robado siempre.
Tan rápido en la mentira querida.
Hablando del vino que fue solo queso.
Con eso de las persianas bajas lunas.
Por el piso que caminan las paredes.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Textos :  Monólogo ensamblador
MONÓLOGO ENSAMBLADOR
(Neosurrealista)

¡Sí, no, encendido, apagado, positivo, negativo!.

Donde se ha tabuizado la naturaleza y humildad.
Y en lo coloquial el éxito es la rúbrica inhumana.
¡Caudal artificioso, peculio retorcido, vanidad!.
¡Vaya estándar deducible del bolsillo!.
¡Vaya usuabilidad relictiva!.

Matemáticas sin humanidad números inexistentes.

Por el lenguaje mismo del sí mismo,
he hallado lo que ni siquiera quieren,
abiertos los caminos perdiendo,
la orilla de las rupturas,
en la reunión que aniquila perpleja,
la flecha sin el techo, jardín sin vegetales,
en la quietud peregrina dócil,
¡El símbolo evitando la pasión!.
Del ámbar jamás ausente brillo,
la sumisión de las antorchas,
en la todavía proximidad escasa.

¡Monólogo metálico, indiferente, objetivo sin objeto!.

Por la mirada que no puede nombrarse.
Por las imágenes de la distancia perdida.
En los hechos que se repiten rendidos.
Al rostro del pensamiento inútil vano.
¡Sí, no!... Doble orilla del reencuentro.
Del escondido anonimato, positivo, negativo.
Donde ofendidos dejan a los pisos alados.
Los insultantes, los después, del nunca.
¡Sí, no!... Difaman los pasivos incautos.
Positivos, negativos, por la sórdida validez.
Encendidos, apagados, por la escarcha. indistinguible.

¡Oh, ensamblado de máquinas ineptas, reptan y no captan!.

Los frentes y las borrascas frontales, en la superficie del tiempo,
extraído de cada una de las regiones desconocidas, síntesis de los
radicales libres, en las decisiones del aire, en los sentimientos de
los libros, alternancia del poder y la ignorancia, de las crisis a los
desastres, tras la efímera hegemonía del hipopótamo, debido a la
incidencia negativa de los factores positivos, y la cosecha excesiva
de triunfos confundidos con el fracaso, a medida que los hallazgos
se multiplican por moler las mínimas metas de los átomos divididos,
con el escepticismo sin énfasis, en la promoción de los tanteos de los
dedos, y los resortes que no valen más que los otros. Así, dos eran
los ciclos, de los versos polimétricos, de los milagreros retóricos,
con el hipérbaton relegado, y la luz de los intransitivos danzando.

¡Oh, monólogo, los tiempos han cambiado, la lengua maneja el cerebro!.

Ensamblando el azul al cielo, contando y cultivando estrellas,
Inventado la tierra, el aire y el agua... ¡Con el fuego inconsciente!
Y sólo por servir a lo que nadie ignora... ¡Pero nadie se ha hecho sabio!.
Y nadie es cualquiera, y nadie lo sabe, y nadie está en todas partes.
Con todos los inconvenientes hasta el menos importante.
Donde las características vestigiales son otra forma de evidencia
amorfa, que permite atravesar a saltos varios kilómetros, que tienen
los núcleos fuera de sus células, en una especie parecida al hombre,
pero no idéntica a la humanidad que reemplaza, porqué están lejos
de la descendencia desintegrativa, con un patrón similar de
cerca. De un agrupamiento, que acude a reverenciar lo que desconoce.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Apagándose trece
Apagándoce trece

Ese bendito rayo
tiene las cejas llenas de perdones,
pensaron los edredones.
Aunque las plantas subieron al techo y el piso,
corría bajando la ventana del patio.
Mañana dirán que nadie lo supo,
porqué las bicicletas descansan tristes,
las piedras de los clavos,
y no la tarde muerta que despierta noche.

Luego entraron los ríos escribiendo ligeros
y los patos desayunando violines del lago.

Esa nube, salta, vuela, escapa,
y deja la sombra colgando, dice un árbol,
y ningún pájaro escuchó las hojas,
por la nieve de azules corderos,
donde los duraznos pensaban naranjas.

Como todos callaban al viento, el hielo,
pudo sentir al fuego.
Después llegaron los gatos por los cigarros,
fumados, acariciando unos peces,
y los vidrios desnudaron,
unas puertas cerradas...

¡Nadie lo supo,
y la luz se detuvo para morir!.
Trece veces doce apagada.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Cuentos :  Por el subterfugio dúctil
POR EL SUBTERFUGIO DÚCTIL

En lo profundo de aquellas pupilas plateadas el sol estaba
solo en el cielo buscando las nubes qué reflejadas flotaban
bajo el lago moviendo las ramas entre las hojas.
Recuerdo qué lo vi poco después, pero no había recibido aún
la menor respuesta con la chispa inextinguible de tenacidad,
pensaba instalarse y liberar la fantasía. Pues la calles inquietas
y silencias ya no atraen tampoco a los valles donde viven los
fantasmas que nada entienden de la verdad íntima lejos de los
techos tan lejos de las fuentes del destino en las ráfagas salvajes.
___Dudaba quedarse en la cama qué representa la acción.
Pues sólo una persona viva, viviéndolo, puede difundir un pensamiento
vivo... Dudándolo por la cobardía de lo poco conocido.
Esto hace suponer que nos alegra porqué creemos estar más vivos
en la foto qué no importa olvidar. Pensaba escabullirse sin decir nada.
Pero su duda había escogido quedarse. ¡Y expresarse a pesar de ello!.

Hacía aire con abundante arena en esa tarde transparente a medias
sin compromiso para cambiar los planes inmediatamente cerrando la
puerta con suavidad porqué de una ventana a otra nada se mueve
atendiendo a los momentos brevemente obnubilados que son sin
lugar a dudas coherentes al desnudarse, y sobre todo por la bandada
de mariposas levantando la vista en el aire con el cuerpo amarillo, y los
grandes ojos de noche, y no sé si se llegue a captar la importancia de
todo esto, si se percibe con toda claridad, sin tratar de ocultarse en el
fondo superficial y confuso de las palabras sin cualidades precisas.
___¡Soñar obscuro es fácil cuándo la luz duerme dulcemente
fabricando noches con la plata de la luna, y tiene suerte dónde
nadie la tendría!... Dado qué mientras subsista una sola parcela
de inconsciente en actividad desordenada se proyectará una
irrealidad simbólica entre las palabras creyendo estar en contacto
con la dimensión paradójica de la inspiración indistinta.

En ese dilema estaba cuándo oyó los rugidos bajo el crujido de los pisos
de madera gastada. Se sentó porqué empezó a contemplar las inmensas
soledades más invisibles, impropias en la menor niebla, y a los lados de
la chimenea deteniéndose a observar las llamas pequeñas emergiendo
de un grueso tronco entibiando la miseria entre las casas qué pasaban
por las calles que abandonaron el poblado hecho añicos en la fórmula
más tóxica preparada por seis años dobles de miedo qué se ocultó bajo
cualquier asombro deprimente entre la agitación cotidiana.
En realidad eso creyó él, tratando de suavizar la paupérrima situación
que nunca disfrutaba como ahora que estaba adherida a intervalos en los
pequeños amaneceres deglutiendo el rencor de las afrentas sintiendo el
mundo desconocido que humildemente llueve sus ausencias.

¡Vaya por este subterfugio dúctil!. He intentado sobornarme por el
audífono dónde nadie quiero qué me moleste y aprecio reproducir
lo que constantemente se renueva en la destrucción repetida qué
no cultiva la memoria, y no esperar dificultad sin resistencia.
Así pasó. Y este no es un cuento, pues al principio del jardín, a la
izquierda antes del último encino, estaba la pila, redonda y gris.
Y ahí continúa, por si alguien lo duda y desea comprobarlo.

Se quedó allí parado observando la escalera sin comprender como
en un relámpago la armonía enciende lámparas en la tristeza estando
la noria bien tapada, y porque la mejor cara se había escapado cuando
estaba distraído dónde se derraman las espesas cumbres como fruslería
en la estolidez de un exabrupto ahíto del aturdimiento global.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas de reflexíon :  Claraboya climatérica
Claraboya climatérica

Sin ser otoño qué dádivas reciba
entre los puentes de tiempo
De los castillos arenosas limosnas
Se tiende la niebla opresiva
Del latir un corazón del campanario

¡Dónde se desvanece cada siglo!
Y
Las mismas campanas recitan las tristezas
Y
La llegada de la ausencia
Y
La presencia del mientras tanto

¡Dónde se desvanecen las memorias!
De sentir un aliento al viento...

Claraboya cordial cariñosa
Manantial refinado... ¡Clara!
Boyante virtuosa pureza...¡Clara!
Boyante dulce privilegio cariñoso...


Es
Del
Clima
Etérica...La esencia de mil mieles
Clima
Del
Es perado duraznear sus almendros

El momento alegre al desencanto tardío
¡Diligentes labios de nube!
¡Delicados éxtasis de luna!
¡Decorados pétalos de flama!
En los versos aún sin escribirse
Las estrofas de raíz secan su lluvia

Acantilados colinas montañas bosques
ánade incentivo, ansarino arrobo,
por las circunstancias
playas cunas permaneciendo hormiguean
ofuscan y despiertan la prudente lucidez
demasiado jugosas
por el antagonismo de inquietos pisos
techos cucharas renta impersonal costilla
rendija sacudida horrísona del huso deshilar
cortinas de corrupción privilegiada probeta
nudos y empaques... ¡Boyante clara del clima!

Doblemente olvidada, doblemente recordada
¡En la memoria del consuelo!
Las mismas quimeras tiemblan
En los versos imborrables, en el clima boyante,
La clemencia inventa las verduras
Caudales del engaño sutilezas
Canciones evidentes del silencio
En el ígneo pecho, cráter del aliento,

los muslos de la noche dibujan auroras tibias
por el himno cristalino tejiendo aguas musicales
y la llanura risueña el clima claro etérico
boyante... ¡Sin ser otoño!... Retoña sincero.

Autor:Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Sueños de marionetas
SUEÑOS DE MARIONETAS

Son
Porqué


En los ojos grises de luna lleven soles
Por el canto
Dónde duermen los hilos de madera
Hilos del soñar, piedras y algodón
¡Del humo hecho murmullo!
Sueños, sueños, por el bambú qué llueve
Su primer blusa de nieve cálida tejida
¡Palpitando la retina artificial!
En la gruta del café... ¡De los pingüinos!.


Son
Porqué


¡Sobrantes unos tótems gimen!
En la tinta sentenciada a ser araña.
Al dormir de la ceniza una serpiente.
Cuando habla del pescado por el techo.
Del fascinante amor enmascarado...
¡Sueños de marionetas!... Desnudos.
Pendientes de la espuma de los pisos.
En la píldora del buzo comiendo sopa.
Y se despluma de la jaula los barrotes.


Son
Porqué


Son creyentes momias de consciencia.
Empapelada al bolsillo de las pestañas.
Del vientre bajo el zapato pierna ágil.
Siendo verdes los ojos al cruzar un clavo.
En los precios instantáneos del silencio.
Como las espinas del unicornio dulce.
Los milagros del polvo un congregar mortuorio.
¡Qué la escritura de la carne tritura encadenada!
Sueños de marioneta son de marioneta sueños.


Son
Porqué


Nada saben de la mínima razón de la pradera.
Ni de los mil ojos de agujas en un camello.
Dónde la paja viste un millón de vigas hoy.
Dónde hay pianos recalcitrantes y crispados.
En la estrella congelada del vampiro piadoso.
Marionetas qué sueñan marionetas dormidas.
Al cuidado de los mendigos de leucémico peluche.
En la máquina hemofílica de gato, artificial ceniza.
Dejando al sol encuadernado con guantes en las sienes.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Anacrónicas mañanas
ANACRÓNICAS MAÑANAS

Al canto del baile hermano
Afortunadas. En mala hora nacen.
En la voz
Escrita, de la belleza, nacen.
Del estanque caídas.
¡Mezcla del tiempo!.


Golondrinas, a las piedras, nacen.
Nidos del romance mudo.
¡Qué se inclinan al llamado estilete!.
Como
El espejo al reloj que se pregunta.
Como
El canto prodigioso del zenzontle.
Es
La red que llora intrusa el gorrión.
En el ojo peculiar del bosque.
¡Intriga dentro reliquia pobre!.

Porque.
Habla de ello, el camino, y ausente nace.
Del amurallado desencantarse.
En la selva la grafía del tigre.
¡Habla digo!: Sin vendarme, la cuesta,
del piso que recuesta el techo.
Al lecho.____Las paredes frías del optimismo.


En el fruto de las viejas semillas.
Del pueblo nacido en sangre fresca.
¡Fresa y cereza, secas uvas vanas!.
Por la vida escriben los años, dices, digo.
Nacen____En el horizonte, pertinaz, vertical.
Nacen____En el campanear sueños solos.
Nacen____En el embeleso campiñas secas.
¡Alechugado____Ensortijado solaz!.

Con
La
Brumosa joya gris.
Una verdad a medias.
¡Ponderada vindicación que ingenia!.
El embriagado baile brusco canto.
Busca imposibilitar.
El dañar calamitoso.
¡Al descalabro concurrente opuesto!.
De la llanura.

Certera la palabra hiere____Aves, peces, leones.
Porqué nacen_____Muy lejos del rastro blanco.
¡Dónde el círculo libre, se eleva bajo!.
La voz.
Del recinto mimbre.
Del estanque caídas.
¡Las horas nacen y nacen!.
A veces viejas ya, otras aún no.
Las
Horas
Nacen
Mañanas
Nacen
Al reloj sin manecillas.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta