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Mi madre es una hermosa mujer Mi hija es una muchacha muy linda. Mi madre dijo que la vida es una escuela. Mi hija no me oye mucho. Mi madre, a veces, es irrita conmigo. Mi hija es rebelde. Mi madre es radical. Mi hija es una rosa en el botón. Mi madre es una dulzura. Mi hija no suele mentir. Mi madre cree en mí. Mi hija es una buena muchacha. Mi madre es una dama. Mi hija, no sabe ... Mi madre es grandiosa. Mi hija, nunca sabrá. Mi madre pagó mi universidad. Mi hija, nunca imaginó ... Mi madre es todo para mí. Mi hija, un día te contará ...
José Carlos de Arruda Río de Janeiro / RJ - Brasil
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Poeta
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No importa cuán larga sea la distancia que nos separe, ya que es menos alegría, orfandad y ese suplicio no lo quiero, reniego de él... no hay forma de compensación válida, no hay, el amanecer no puede ser el mismo, sin su reflejo en tus hermosos ojos y... tu sonrisa...
Tu sonrisa primera, que ilumina más mis días que enciende e ilusiona mi alma, que aplaca, mis ansias y hasta los miedos que no brotan, es que es tu cercanía cierta, lo que reclama vehemente cada fibra de mi ser, de mi vida, me haces tanta falta... es que te amo tanto...
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Poeta
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Hay sitios que consideramos nuestros refugios más seguros, pero a veces resultan ser tan sólo castillos de papel apuntalados con nuestros sueños y esperanzas más frágiles.
Héctor H. García
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Poeta
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Un deseo, un sueño cumplido; esperanza, alguna coincidencia, que triste; todo sucede, pero nada permanece en la noche que llamaste melancolía.
Héctor H. García
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Poeta
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En esta madrugada, de ventana mojada Solo tengo de ti, recuerdos de tu mirada Tan pura , que no me daba cuenta que estaba Diciendo que no me amabas, fantasías creaba
Creyendo que eras mía, pero ya no tenía nada Ni tu mente, ni tu alma, solamente dejaba Un pequeño resplandor, una chispa bajaba Dejando todo inerte, mis manos apretaba.
Por Conrado Augusto Sehmsdorf (Kurt)
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Poeta
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Qué pena da ver las cenizas de nuestro amor inmenso Cuanto valor hoy, le doy a todo lo que vivimos. Pienso y mis ojos se ponen turbios de lágrimas grises Como sudor frío en tardes calientes, saber que no esta Tu sonrisa en mi vida, sentida ausencia en mi corazón.
Es la razón de existir y el morir un poco mañana, La luz que entra por mi ventana, trae aquellos recuerdos Vagos, lejanos, como desiertos sin oasis, cierto Pensamiento de un moribundo esqueleto, de huesos Rancios, tirados como al olvido en algún cementerio.
Pasaron muchos años de aquellas alegrías póstumas Pero aún siguen doliendo en el alma, como si estuvieras Aquí, a mi lado tendida, abrazada a mi piel, hielo Que siento caliente, porque se derrite cuando sueño Triste es estar solo, amarrado a un puerto que no existe.
Por Conrado Augusto Sehmsdorf (Kurt)
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Poeta
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Atroz el dolor que la embarga, cruel desvarío, causaba desánimo la palabrería ensalivada de veneno que por la lengua babeada en las fauces de Bárbara el odio insaciable brotaba. ¡Y no le conmueve el terrible golpe asestado con toda intención a Sentida! Siendo tan certera le destroza el corazón, desbarata a su propio origen sin más razón que la de disfrutar aquel suplicio insano; de su acción se jactaba, y justificaba la espantosa humillación, despiadada, maquinada, sacada de una película de horror. La pupila prepotente, empolvada de orgullo, vestida de soberbia y envanecida, desollaba con sus propias garras la causa que la trajo hasta el eje de este mundo imperfecto; enjuagaba con lodo ante los ojos incrédulos del murmullo el amor que una vez aquella parida le dio desde sus entrañas… Y todos tuvieron pavor, y todos miedo sintieron, pero para remediarlo nada hicieron.
Y yo que estaba tan cerca de Sentida, veía como la irritación de Bárbara desgastaba aquella débil esperanza de perdón, de intrínseca reconciliación que la desdichada madre buscaba. ¡Y secaba con mis manos el llanto estrepitoso que rodaba por las mejillas quebrantadas; recogía en mis brazos sus lágrimas de angustia, intentaba calmarlas en mi pecho turbado! Mi corazón confuso comenzó a sentir el mismo dolor que estremecía a Sentida; era llanto agudo, de gemido pesaroso, un cántico nostálgico tajeado con puñal de acero en la intimidad de las fibras del alma. ¡Manaba sangre el agravio como creciente del río; acosaba el flujo turbulento, impetuoso, continuo!… Desaguaba lamento la queja incontrolable; y al final, tuve que resignarme ante tanto quebranto, porque también empecé a sufrir lo mismo que Sentida… Al intentar aliviar la severidad de aquella angustia imparable, quedé inerme; ni tan siquiera pude detener del diluvio la tempestad de lágrimas; mas lo único que conseguí hacer fue llorar con ella.
Julio Medina 22 de enero del 2017
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Poeta
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EL ZAFIRO AZUL
La lluvia de estrellas, bajó hasta el rio, de corriente mansa llevándose consigo el zafiro azul azul, como sus ojos enamorados bruñidos, esperanzados al amor, fue un canto enamorado de las aves que en aquel momento volaron apartándose ligeras envolviendo entre sus alas las evocaciones, todo aquello era un abanico de dicha, la noche larga vibró de placer, llevándose entre ensueños etéreos lo divino, comprometido desafiando al destino y en el primer concitar apareció el día, evaporando el delirio provocado por la ilusión, mientras la niebla espesa y el cauce del rio, se llevara el recuerdo del zafiro azul, aquel que nunca apareció, el mismo que por las noches en lluvia de estrellas, se escucha plañir entre las piedras y la vorágine del rio.
Mónica Lourdes Avilés Sánchez. Derechos de Indautor País México.
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Poeta
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Yo tengo una amante, que me llena y despierta, seductora y envolvente me invita a la cama todos los días, todas mis noches, me cubre con su peso entregándose absolutamente toda.
Compañera fiel y constante, siempre está, siempre ahí para mí, yo tengo una amante que por años me suplica no dejarla, y me es doloroso pensar en hacerlo, yo tengo una amante que debería decirle adiós, pero me es difícil abandonar para poder liberar la culpa de una vida a oscuras, esa vida que una amante calladamente te regala.
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Poeta
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No jardim da minha casa sentei-me a ver a Lua. Caneta e papel na mão, preparei-me para escrever, Mas sobre o quê? das brincadeiras na minha rua? Escrever sobre a juventude? é possível, vamos ver.
A vida é como o tempo passa e nem damos por isso. Nós pretendemos viver não pretendemos envelhecer Mas a vida é composta da juventude e da velhice, Nós envelhecemos mas não podemos rejuvenescer.
O tempo passa, que tristeza, passa a uma velocidade Sem controlar, olhamos em frente e o futuro já passou Sem que se saiba até onde pode ir a nossa bela idade. Olhei para a Lua e a Lua meus cabelos ela prateou.
Começaram a ficar brancos e assim só podemos sonhar. É o preço que temos que pagar por uma vida vivida Que nós a quisemos de amor sem hipocrisia mas amar; Dos anos passados só fica a saudade da mocidade perdida.
A. da fonseca
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Poeta
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