Frases y pensamientos :  Razón
Entre mis tantas
palabras absurdas
y mis actos que ahora
parecen una locura,
más adelante encontrarás
un poco de razón...

Héctor H. García
Poeta

Poemas :  Porque aún te amo
Ésta no es la primera vez que lo he sentido;
por eso es que cada noche duele menos
y con la mañana encuentro más motivos
que me ayudan a olvidarlo…
y, mi amor:
a pesar de lo pasado…
yo te deseo lo mejor;
que la luna vele cada sueño tuyo;
que cada día te despierte el sol
y que a tu corazón
no lo alcance nunca, ningún dolor.

Héctor H. García.
Poeta

Frases y pensamientos :  Doble vida
Llevar una vida doble
ha de ser agotador,
pues las verdades de una
siempre serán las mentiras de la otra
y viceversa;
ya de por si, una es complicada,
la segunda ¿Para qué?


Héctor H. García
Poeta

Frases y pensamientos :  Dominó
Sí, te quise,
lo demás
fue un efecto dominó.


Héctor H. García
Poeta

Frases y pensamientos :  El precio de las cosas
Ahora, el precio de las cosas
no se mide en dinero,
sino en sueños y recuerdos,
mientras mas recuerdos te traiga una cosa
o mientras más hayas soñado con tenerlo
más caro será,
pero menos te importará pagarlo.

Héctor H. García
Poeta

Cuentos :  Aún no tiene título
CAPITULO I

Él esperaba junto al lago; a su alrededor todo era de un tono rosado por el efecto del sol que de a poco se ocultaba en el horizonte; sobre el lago brillaban millones de destellos, como si de sus aguas fueran a nacer las estrellas que al anochecer subirían hacia el cielo; la brisa era como habían sido todas las brisas de los veranos pasados; frescas, con ese peculiar toque entre romanticismo y nostalgia. Nada había cambiado, nada… incluso el viento silbaba de la misma manera mientras se abría paso entre las hojas de los mismos árboles que se mecían resistiéndose a él. En aquel lugar, precisamente en aquel lugar, él esperaba con las manos en los bolsillos, sacando la izquierda de cuando en cuando para mirar la hora en su reloj; en tanto, sus pies un poco ansiosos, pateaban quedamente las hojas secas que no habían resistido los embates del tiempo y yacían en el suelo; nada había cambiado… el mismo paisaje, el mismo nerviosismo, la misma emoción invadía su cuerpo; todo es como la última vez, pensó, y ante aquél paisaje y aquellas sensaciones, a sus recuerdos se sometió.

CAPITULO II

Unos veranos atrás…
Él caminaba con la mirada clavada en el pasto, como si fuera contando sus pasos al mismo tiempo que por su mente cruzaban todos esos problemas que en algunos días le eran tan cotidianos y que en otros no lo eran tanto. Como siempre y sin importar cual fuere el día; de los ligeros o de los pesados, él iba al lago cada tarde y sentado bajo la sombra de un árbol, solía pensar y escribir. Siempre el lago y siempre el mismo árbol, no había otro lugar que le llenara de semejante paz; no sabía si era el olor de la hierba húmeda; los sonidos del pequeño oleaje producido por el viento y que rompía contra la ribera o el canto de aquellas aves que en “su” árbol habían ceñido su hogar; o el color verde de los árboles y arbustos que se extendían al otro extremo del lago como una pared; o el agua que según la hora del día o la posición del sol iba cambiando de color, a veces incolora, anaranjada de vez en cuando y a veces gris si el cielo se hallaba nublado. No sabía que era en realidad, pero no había otro lugar que le produjera aquél efecto tan hipnótico que a veces tanto sentía necesitar para escribir o para olvidar.
Esa tarde no parecía fuera de lo normal; a sus oídos llegaban ya los sonidos del agua y de las aves, el lago, ese día, brillaba con un tono naranja intenso, ya podía respirar esa tranquilidad en el ambiente, hasta que unos débiles sollozos detuvieron abruptamente su andar; aquellos pequeños lamentos le hicieron alzar la mirada y pudo notar que del costado de “su” árbol, sobresalían unos "jeans" azules y tenis blancos con las agujetas sin anudar, mientras trocitos de papel volaban en todas direcciones y sin cesar.
Lentamente se acercó al lugar, no era para nada su intención provocar algún susto en aquella persona, aunque ello parecía, en ese momento, toda una hazaña; -un completo extraño… en un paraje desolado… acercándose…- a nadie le pintaría nada bien aquella escena, pensó, pero él nunca había podido ser indiferente ante nadie que sufría, no era de las personas que fingían que nada ocurría tan sólo para evitar la incomodidad; por eso y con un ápice de indecisión se detuvo a un par de metros frente a ella, quizás más nervioso él que ella; se aclaró la garganta y casi como un suspiro ahogado, pudo decir:
-Hola…
Ella alzó la vista frunciendo un poco la nariz y entrecerrando sus ojos húmedos, y por un segundo, que a él le pareció toda una eternidad, sus miradas se cruzaron…
Poeta

Frases y pensamientos :  Todo depende
Si digo que no quiero verte
y de reojo te miro,
no te preocupes,
es alguna prueba solamente;
en cambio, si mientras camino y me alejo
no me ves voltear,
olvídalo entonces,
pues lo que quiero es olvidar.

Héctor H. García
Poeta

Poemas de amor :  ¿Quién es usted?
Dígame ¿Quién es usted?
¿En qué momento le he conocido?
¿Por qué me provoca estas irracionales
ganas de escribirle?
Dígame quién es usted;
cuya imagen a mi cabeza invade
en ciertas horas de la noche
y de quien, en algunas ocasiones,
de mi voz se desprende su nombre,
de la nada y sin querer…

Héctor H. García
Poeta

Poemas de desamor :  No hay trato
Lo lamento,
usted y yo no podemos hacer un trato
si lo que yo le pido es para usted demasiado
o si lo que usted me ofrece no es suficiente,
por más ilusorio que suene;
por más que se desee,
una sociedad en tal desacuerdo
estará siempre condenada al fracaso;
y con una inversión tan valiosa,
es mejor mantenerla segura.

Héctor H. García
Poeta

Frases y pensamientos :  Eres mi teoría
Eres tú, para mí,
la representación física
de todas las teorías;
eres desde mi "big bang"
hasta mi "efecto mariposa"
eres tú, mi teoría universal.

Héctor H. García.
Poeta