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El clima se vuelve frío, la noche se aproxima ya, quiero volverte a ver, quiero sentir la calidez de tus labios. El cielo se torna gris, el sol no se deja ver, es un día perfecto, es momento de la gran noche. Helados vientos soplan en mi cara, el frío me hace temblar, la calidez en tu interior busco, la calidez de tus labios. Es un clima brusco, un clima que a veces es bello, otras veces mortal, solo quiero verte amada mía. Quiero sentirte otra vez, juntarnos toda la noche, contemplar el invierno, que pronto se acabará. Erick R. R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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Vuela tibia
Por la mañana la llama roble una veloz hoja con el nido en la voz escucha de nieve la suave marea. ¡Qué brisa el eco!.
En la honda tarde, un soplo de arena, dócil abeja, la miel con el viento, llama, verde, oblicua, lento, telón, levantando, al coral vistiendo, de playa el otoño, los pasos reenciende, mañana suave aliento, recordando, veloz, aquél nido, que brota, del eco, la miel, por el viento.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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TRISTEZA ANTE MI CHOZA DERRIBADA POR EL VIENTO DEL OTOÑO.... Autor: TU FU Poeta Chino (712-770)
En el octavo mes del otoño el viento aúlla con cólera y se lleva en torbellino el techo de paja de mi choza. La paja vuela, cruza el río, se extiende por las
márgenes. La que vuela más alta se queda suspendida de las
ramas del bosque, la que vuela más baja cae girando en el patio. Los niños de la aldea del sur se ríen de la
impotencia de mi vejez. Tienen la audacia de venirme a robar delante de
mis ojos. Sin disimulo arrancan la paja y huyen a través de
los bambúes. Les grito hasta que se seca mi boca, pero de nada
sirve. Entro de nuevo, suspiro, me apoyo en mi bastón. El viento cesa bruscamente, pero las nubes siguen
amenazantes. El cielo del otoño calla, se oscurece en la noche que llega. Las colchas y sábanas son usadas y están duras como hierro, los niños, como les repugna acostarse en ellas, las han roto a patadas. Todos los lechos están húmedos, ni un sólo rincón
quedó seco, las piernas me duelen, sin poder estirarlas, me aflijo, me lamento, no puedo cerrar los ojos. La noche es larga y húmeda. ¿Cómo la pasaré? Si se pudiese construir una mansión con miles de
cámaras, tan inmensa que protegiera a todos los que tienen
frío, todos tendrían la mirada más dulce. El viento y la lluvia nada podrían contra ella, sería sólida como una roca. ¡Ay!, ¿cuándo llegará el momento de ver aparecer
ante mis ojos esa casa? Mi choza está derribada, moriré con el frío que entra. Poco importa.
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Poeta
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EL ÁNGEL ÁNGEL
Y el mar fue y le dio un nombre Y un apellido el viento Y las nubes un cuerpo Y un alma el fuego. La tierra, nada. Ese reino movible, colgado de las águilas, no la conoce. Nunca escribió su sombra la figura de un hombre.
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Poeta
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GASTADA SANDALIA
Gasta Ada Sanda Dalia El gris pájaro, de aquél instante, gastado, insistente al mediodía de nueces, zapato, que corre en las flores, ramas al viento, gastado, un tanto más que menos, en la transparencia un arrebato, zapato. ¡Hostil!. De lo menos un poco más. Decoro al que corroe raído. ¡Gastada sandalia!.Parece. En el cielo mínimo. El Cielo mínimo... ¡Gastado, gastado, camino!.Con el Suspiro Descalzo Despierta. El aliento... ¡Camino, camino, gastado!.
En La humillación, muda, en alas mojadas. Se levanta migrando un puente agrio. ¡Testigos en bloques falsos!. Ladrillos entre las mieses mudan. ¡La sed del ánimo en ruina!. Una colina, sin embargo, amarga. Al reloj profundo, en sueños y campanas. ¡Luz del instante, alrededor grisáceo!. Menos... ¡Verde de sí mismo!. Vino vano viene. Letras al olivar dice, hacer hológrafo. Más... ¡Azulgrana de sí mismo!. En vano deviene. La semilla. ¡Quieta!. Escapa. Al zapato desventura en crisis. El camino. Caminar... Descaminado... Gastada. San...Dalia...Al margen...Desempleado...Zapato. Tan desempleado Tan tiempo Tan viento Tan insistente, gastado, se gasta el camino...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Cantan las hojas, bailan las peras en el peral; gira la rosa, rosa del viento, no del rosal. Nubes y nubes flotan dormidas, algas del aire; todo el espacio gira con ellas, fuerza de nadie.
Todo es espacio; vibra la vara de la amapola y una desnuda vuela en el viento lomo de ola.
Nada soy yo, cuerpo que flota, luz, oleaje; todo es del viento y el viento es aire siempre de viaje.
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Poeta
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Pregunté al viento si en su cálido pasar, su hechizo, su hermosura Afrodita de un sueño, una palabra, una caricia un soplo de su magia para mí quiso dejar.
Pregunté al viento y en confuso remolino su cara, cobrando vida para mi alma, se elevó y se alejó en única y divina danza; se desvaneció en el pasado vestida de murmullos dejando el ahora impregnado de aromas de esperanza.
Al viento pregunté y no me contestó: Dime en qué puerto su barco amarrado quedó, dime en que mar, en que noche para siempre durmió; Háblame con tu veleta, guíame entre silencios, piérdeme para siempre y haz -con misterioso soplo- que empujado de las olas junto a ella vuelva a despertar.
© Jpellicer
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Poeta
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Cuando tu broche apenas se entreabría para aspirar la dicha y el contento ¿te doblas ya y cansada y sin aliento, te entregas al dolor y a la agonía?
¿No ves, acaso, que esa sombra impía que ennegrece el azul del firmamento nube es tan sólo que al soplar el viento, te dejará de nuevo ver el día?...
¡Resucita y levántate!... Aún no llega la hora de que en el fondo de tu broche des cabida al pesar que te doblega.
Injusto para el sol es tu reproche, que esa sombra que pasa y que te ciega, es una sombra, pero aún no es la noche.
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Poeta
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Amado dueño mío, Escucha un rato mis cansadas quejas, Pues del viento las fío, Que breve las conduzca a tus orejas, Si no se desvanece el triste acento Como mis esperanzas en el viento.
Óyeme con los ojos, Ya que están tan distantes los oídos, Y de ausentes enojos En ecos de mi pluma mis gemidos; Y ya que a ti no llega mi voz ruda, Óyeme sordo, pues me quejo muda.
Si del campo te agradas, Goza de sus frescuras venturosas Sin que aquestas cansadas Lágrimas te detengan enfadosas; Que en él verás, si atento te entretienes Ejemplo de mis males y mis bienes.
Si al arroyo parlero Ves, galán de las flores en el prado, Que amante y lisonjero A cuantas mira intima su cuidado, En su corriente mi dolor te avisa Que a costa de mi llanto tiene risa.
Si ves que triste llora Su esperanza marchita, en ramo verde, Tórtola gemidora, En él y en ella mi dolor te acuerde, Que imitan con verdor y con lamento, Él mi esperanza y ella mi tormento.
Si la flor delicada, Si la peña, que altiva no consiente Del tiempo ser hollada, Ambas me imitan, aunque variamente, Ya con fragilidad, ya con dureza, Mi dicha aquélla y ésta mi firmeza.
Si ves el ciervo herido Que baja por el monte, acelerado Buscando dolorido Alivio del mal en un arroyo helado, Y sediento al cristal se precipita, No en el alivio en el dolor me imita,
Si la liebre encogida Huye medrosa de los galgos fieros, Y por salvar la vida No deja estampa de los pies ligeros, Tal mi esperanza en dudas y recelos Se ve acosa de villanos celos.
Si ves el cielo claro, Tal es la sencillez del alma mía; Y si, de luz avaro, De tinieblas emboza el claro día, es con su oscuridad y su inclemencia, imagen de mi vida en esta ausencia.
Así que, Fabio amado Saber puede mis males sin costarte La noticia cuidado, Pues puedes de los campos informarte; Y pues yo a todo mi dolor ajusto, Saber mi pena sin dejar tu gusto. Mas ¿cuándo ¡ay gloria mía! Mereceré gozar tu luz serena?
¿cuándo llegará el día que pongas dulce fin a tanta pena? ¿cuándo veré tus ojos, dulce encanto, y de los míos quitarás el llanto?
¿Cuándo tu voz sonora herirá mis oídos delicada, y el alma que te adora, de inundación de gozos anegada, a recibirte con amante prisa saldrá a los ojos desatada en risa?
¿Cuándo tu luz hermosa revestirá de gloria mis sentidos? ¿y cuándo yo dichosa, mis suspiros daré por bien perdidos, teniendo en poco el precio de mi llanto? Que tanto ha de penar quien goza tanto.
¿Cuándo de tu apacible rostro alegre veré el semblante afable, y aquel bien indecible a toda humana pluma inexplicable? Que mal se ceñirá a lo definido Lo que no cabe en todo lo sentido.
Ven, pues, mi prenda amada, Que ya fallece mi cansada vida De esta ausencia pesada; Ven, pues, que mientras tarda tu venida, Aunque me cueste su verdor enojos, Regaré mi esperanza con mis ojos.
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Poeta
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PUPILASTRONÓMICA
Con el siempre de las alas quemaba. Cada llama____En cada flor. ¡Bebiendo del amor la miel!. Pupil Astro Nómica... En la fusión de galaxias enamoradas. Zagal En la vida de los anhelos palpitantes. Zalema En la casa del tiempo núbil. Zollipo En la carátula del cielo.
¡Colisión encarnada ensortijada!. Pupila. Apasionada. Enamorada de cielo en cielo.
Escucha La música del espejo y mariposa Escucha La música del lago y sonrisa ¡Empupilda! Como Pestañas que cantan Como Perfumes que danzan ¡Un día... Una mañana!.
Entre Cadenas del vivir_____¡Dulce sufrir!. Entre Cadenas del morir_____¡Hermana luz!. Tesoro Escalera ¡Túnel amigo!. Allá En La Pupilastronómica. ¡Esperar aún!.
Esperar aún. Cuando. Aún ya no haya esperanza. ¡Con toda la debilidad de la ignorancia!. ¡Dónde ya solo la esperanza muere.! Y el fuego...Tiene miedo...¡Qué no sabe!. Dentro del agua del viento. El cielo bajo la tierra. Y Los dioses en el corazón del hombre. Saliendo del destino. Hermético. Excluido del trágico. ¡Existir!.
Dibujando anónimos olvidos Hospedado. Lo desconocido. Realidad____Que nunca fue. ¡Dónde existió!.
Por La indiferencia En la posibilidad de cualquier antes Por La indolencia En la imposibilidad de ningún después.
Por El mar de sueños Por El camino solitario Del hombre La miel del amor bebiendo. En cada flor___Cada llama. ¡Cuándo las alas quema!. Las pupilas y los astros. En Los sueños del vivir. En Los fuegos de hielos.
Solo Párpados Entre Silencios. ¡Astros y pupilas!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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