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ENTRE LENTES SORDOS ENTRE LENTES SORDOS ENTRE LENTES SORDOS
Y aquí yace el tiempo añejo entre las uvas, en la pequeña barca, del espacio embriagado, en la edad sin piedra. ¡Enrojecido!. Tan pequeño antes del verde, por el desencanto de granos sueltos, al sol profundo envejecida madera, hierro y niebla, la luz empalidece, vertiginosa, a lo lejos, deshojando sueños, velos, distancias, una cama, las campanas acariciando, las mejillas, el suelo, flotando yertas, vestidas de abismos, las sonrisas, los crepúsculos consuelan.
Sin COMITAS GENTIUM En COMMUNE NAUFRAGIUM Donde
Añejo el pañuelo calla el piano, triste y vagando entre los humos, las teclas estremeciendo, flores, las uvas y los barriles, en el vientre, las cifras de mil ausencias, alimenta, e inmóvil vende al silencio. Como CICATRIX CONSCIENTIAE PRO VULNERE EST
¡Cultivando lágrimas en las nubes!. En la bonanza óseo el nido queda, la quietud antigua en las campanas, por el vivir multiplicando los grillos, huecos sonoros, obsesiones falsas y sal, raudal de crueldades ciegas, escudo y lanza. Entre las frágiles y cálidas abejas mieles alacránicas, paz en huelga y lumbre, entre un ronco caracol marino, las hieles desayuna desnudo, de buitres somnolientos, invasores.
Entre lentes sordos CORPUS SINE ANIMA Y El CONSANGUINEUS LETI SOPOR
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Não quero falar da lua só porque ela vive nos iluminando. Não quero falar da chuva só porque ela vive nos banhando.
Não quero falar do sol só porque ele vive nos aquecendo. Não quero falar do vento só porque ele vive nos refrescando...
Eu quero falar da VIDA. Da vida que eles dão às nossas vidas.
Da vida que lhes tiramos com nossas poluições. Da vida que está morrendo por culpa da nossas ambições.
A lua, a chuva, o sol, o vento, são Natureza. E Natureza é VIDA.
A.J. Cardiais imagem: google
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Poeta
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Abra sua janela, para o Amor... Não o amor de um só. O Amor de um sol, que ilumina e aquece todo mundo, sem distinção...
Abra sua janela para o Amor, e deixe a dor sair “de fininho”...
Você nunca estará sozinho. Terá sempre alguém querendo lhe dar carinho.
A.J. Cardiais
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Poeta
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EN MI ANIVERSARIO Autor: Juan Ignacio Macoñó Alba [email protected] Escrito el 06/06/2012
No lo puedo creer Un año más se me ha ido Tan veloz como el viento Tan intenso como el sol.
Maravillas en el universo Se han pintado por doquier Canciones, sonrisas, abrazos, Arcoíris al amanecer.
Y yo, yo, que hago aquí Boquiabierto y mal parado Contemplando el pasado Como si algo pudiese cambiar Del recuerdo ya olvidado del ayer y el pasado En el Día de mi aniversario.
Ja, jay, como el tiempo se fue volando Como, dicen por ahí: Los días pasan volando, Otro año, se me ha ido, No puedo detener el tiempo Se me escapa de las manos En menos de un suspiro, En menos de una mirada, A llegado este día: Día de mi aniversario.
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Poeta
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Não sou poeta de gabinete. (já disse isso) Vivo com meu estilete recortando a vida...
E a cada fim do dia, é uma despedida. Você repare o sol sumindo: ele não desce sorrindo...
Também não desce chorando. Ele desce fingindo que o dia está acabando e que a noite já vem chegando...
O que é a noite senão, o escuro da vida? Então a vida está oculta na noite.
A.J. Cardiais 04.11.2010
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Poeta
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La Parima es el sueño faraónico y la piedra de Moisés, el panal negro de la Hermana, que el Hermano Francisco no vino a conocer. Catedral del misterio, Sierra del Sur, ignota, lengua escondida de la voz del agua, párpado mal cerrado de Dios, que deja ver la hebra azul de una mirada.
Yo soñé para tu Gloria, río de la Patria, escribir una palabra esencial en la hoja de la sabana, mojando en tus fuentes oscuras el aguijón celeste de una pluma de garza. Pero, solo encontré mi sangre, con su rojo tenuado por la mezcla de las lágrimas.
Sin embargo, te ofrecí venir ¡y en tu camino estoy! Tu saldrás de tus fuentes: el Dios de la Parima, el Dios Indio, te abrirá la puerta de su gran casa oscura; el Viejo Dios te dejará venir como todos los días y en tu camino estaré yo... Tú sales de las manos de tu montaña, como sale un milagro de la mano de Dios, como todas las noches, de la jaula del cielo se escapa y va a los campos el pájaro del Sol.
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Poeta
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Fantasías en mi cabeza, voy a la deriva lejos de todos los mares, profundidades de los océanos, he oído el cuento de la doncella del mar. Toda esta belleza, se ilumina en mi vida, cada noche de luna llena, escucho su bella voz, arrulla mi alma solitaria. Me brillan con la luz de plata, mil y una estrellas brillantes, este laberinto de la vida, me lleva a su casa en tierra. Toda esta belleza, se ilumina en mi vida, cabalgo sobre las olas, hacia los lejanos mares, me acuesto en la arena dorada, refleja el sol en mi cara, me hacen soñar. Erick R. R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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¿Ves el sol, apagando su luz pura en las ondas del piélago ambarino? Así hundió sus fulgores mi ventura para no renacer en mi camino.
Mira la luna: desgarrando el velo de las tinieblas, a brillar empieza. Así se levantó sobre mi cielo el astro funeral de la tristeza.
¿Ves el faro en la peña carcomida que el mar inquieto con su espuma alfombra? Así radia la fe sobre mi vida, solitaria, purísima, escondida: ¡cómo el rostro de un ángel en la sombra!
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Poeta
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O sol se foi e com ele uma parte do dia.
Começou a Ave Maria...
Uma brisa me alisa esperando que eu retribua citando-a na poesia.
A.J. Cardiais imagem: a.j. cardiais
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Poeta
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Llegará un día en que la raza humana Se habrá secado como planta vana,
Y el viejo sol en el espacio sea Carbón inútil de apagada tea.
Llegará un día en que el enfriado mundo Será un silencio lúgubre y profundo:
Una gran sombra rodeará la esfera Donde no volverá la primavera;
La tierra muerta, como un ojo ciego, Seguirá andando siempre sin sosiego,
Pero en la sombra, a tientas, solitaria, Sin un canto, ni un ¡ay!, ni una plegaria.
Sola, con sus criaturas preferidas En el seno cansadas y dormidas.
(Madre que marcha aún con el veneno de los hijos ya muertos en el seno.)
Ni una ciudad de pie... Ruinas y escombros Soportará sobre los muertos hombros.
Desde allí arriba, negra la montaña La mirará con expresión huraña.
Acaso el mar no será más que un duro Bloque de hielo, como todo oscuro.
Y así, angustiado en su dureza, a solas Soñará con sus buques y sus olas,
Y pasará los años en acecho De un solo barco que le surque el pecho.
Y allá, donde la tierra se le aduna, Ensoñará la playa con la luna,
Y ya nada tendrá más que el deseo, Pues la luna será otro mausoleo.
En vano querrá el bloque mover bocas Para tragar los hombres, y las rocas
Oír sobre ellas el horrendo grito Del náufrago clamando al infinito:
Ya nada quedará; de polo a polo Lo habrá barrido todo un viento solo:
Voluptuosas moradas de latinos Y míseros refugios de beduinos;
Oscuras cuevas de los esquimales Y finas y lujosas catedrales;
Y negros, y amarillos y cobrizos, Y blancos y malayos y mestizos
Se mirarán entonces bajo tierra Pidiéndose perdón por tanta guerra.
De las manos tomados, la redonda Tierra, circundarán en una ronda.
Y gemirán en coro de lamentos: ¡Oh cuántos vanos, torpes sufrimientos!
?La tierra era un jardín lleno de rosas Y lleno de ciudades primorosas;
?Se recostaban sobre ríos unas, Otras sobre los bosques y lagunas.
?Entre ellas se tendían finos rieles, Que eran a modo de esperanzas fieles,
?Y florecía el campo, y todo era Risueño y fresco como una pradera;
?Y en vez de comprender, puñal en mano Estábamos, hermano contra hermano;
?Calumniábanse entre ellas las mujeres Y poblaban el mundo mercaderes;
?Íbamos todos contra el que era bueno A cargarlo de lodo y de veneno...
?Y ahora, blancos huesos, la redonda Tierra rodeamos en hermana ronda.
?Y de la humana, nuestra llamarada, ¡Sobre la tierra en pie no queda nada!
* * *
Pero quién sabe si una estatua muda De pie no quede aún sola y desnuda.
Y así, surcando por las sombras, sea El último refugio de la idea.
El último refugio de la forma Que quiso definir de Dios la norma
Y que, aplastada por su sutileza, Sin entenderla, dio con la belleza.
Y alguna dulce, cariñosa estrella, Preguntará tal vez: ¿Quién es aquélla?
¿Quién es esa mujer que así se atreve, Sola, en el mundo muerto que se mueve?
Y la amará por celestial instinto Hasta que caiga al fin desde su plinto.
Y acaso un día, por piedad sin nombre Hacia esta pobre tierra y hacia el hombre,
La luz de un sol que viaje pasajero Vuelva a incendiarla en su fulgor primero,
Y le insinúe: Oh fatigada esfera: ¡Sueña un momento con la primavera!
?Absórbeme un instante: soy el alma Universal que muda y no se calma...
¡Cómo se moverán bajo la tierra Aquellos muertos que su seno encierra!
¡Cómo pujando hacia la luz divina Querrán volar al que los ilumina!
Mas será en vano que los muertos ojos Pretendan alcanzar los rayos rojos.
¡En vano! ¡En vano!... ¡Demasiado espesas Serán las capas, ay, sobre sus huesas!...
Amontonados todos y vencidos, Ya no podrán dejar los viejos nidos,
Y al llamado del astro pasajero, Ningún hombre podrá gritar: ¡Yo quiero!...
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Poeta
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