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“¡Ay, Señor de los Milagros, . . . soy uno de tus milagros!”
Se nos tiznaron las milpas, se reventaron las tripas de la tierra incandescente, Volcán, coloso inmanente.
De natura fue el encono, fragor de pirekua, tono, nació un cono muy humeante ¡P’urhépecha, rey vibrante!
No hubo pena, ni castigo, déjenme, les cuento y digo: Tata Dionisio Pulido te lo juro, yo no olvido.
Que tú asististe a mi parto, de la mente no te aparto, ¡si temblaste junto a mí, si viste como surgí!
Con mis fumarolas prietas, huaraches pisaron grietas, sobre un anafre . . . se sufre, percibiste olor a azufre.
Espanté tus sentimientos, ¿recuerdas mil novecientos?, año del cuarenta y tres, del mundo fui el interés.
Convoqué a muchos famosos fotógrafos y curiosos, vulcanólogos, pintores, poetas de mis amores.
De Angahuan, hijo adoptivo grandioso, superlativo, michoacano por derecho, Meseta, mi dulce lecho.
En geología soy hazaña, magma, piedra de obsidiana, mineral, vapor ardiente, un fantasma gris latente.
He suavizado el carácter, exhalo por ancho cráter, sigo activo, visitado, mi lava no se ha acabado.
Soy turismo, panorama, de económica derrama, nunca quedaré a la zaga, soy cirio que no se apaga.
San Juan Viejo iluminado, ¡milagroso Dios amado!, enterrado oficias misas, a ti brindo mis cenizas.
Por joven, sigo creciendo, Nana Cueráperi entiendo, ¡soy tu entraña, soy tu herencia, corazón, fuego, . . . tu esencia!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda México, D. F., 20 de febrero del 2013 Dedicado a Don Guadalupe Trigo (QEPD) Reg. SEP Indautor No. 03-2013-051712171201-14
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Poeta
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¡Ayuda, . . . me extingo!
Pintada de origen, tatuada en mí nuca, yo llevo a la Virgen, no la olvido nunca.
Señora de la Salud, te brindo mi gratitud, Patrona de la región, te rezaré una oración.
Me idearon Dioses con cantos y voces, mi sangre es su llanto, las olas mi encanto.
Nací en las entrañas de un lago imponente, mis cruces y hazañas me llenan la frente.
Pátzcuaro mi orgullo, mi cuna, mi arrullo, de húmedo linaje mi casta, mi clase.
Fui bien bautizado con agua bendita, me siento agraciado, mi reina es Mintzita.
Me llaman Pescado, me apellido Blanco, soy muy educado, sobre todo franco.
Fui criado entre lirios con velas y cirios, crecí entre las piedras, el plancton, las hierbas.
Busco lo profundo, adoro este mundo, mis fuertes aletas son dignas de atletas.
Mi color plateado siempre enamorado, corazón sensible, tranquilo, apacible.
De escamas brillosas, láminas acuosas, que cortan con filo, de la red, el hilo.
Sensibles mis branquias de ilusiones amplias, respiro nostalgias de hechizos, de magias.
Me gusta nadar, jugar . . . y amar, fondo de Janitzio para ello es propicio.
Soy oro lacustre, soy de mina ilustre, no me han valorado, me han mucho explotado.
Frágil de osamenta, rosario de espinas, presagio tormenta, ¿mi fin adivinas?
Con cuerpo pequeño soy feliz, risueño, mi honor es isleño, ¡qué grande es mi empeño!
Por más existir, por sobrevivir, quiero ser su sueño y vivir mi ensueño.
¡Ayuda, me extingo!, por eso respingo, no me desatiendan, espero me entiendan.
Cazonci Tariácuri, protección le ruego, Señor Huitziméngari, muéstreme su apego.
¿Recuerdan mi amigo “Achoque”?, su muerte fue un duro choque en mi alma y sentimiento, ¿imaginan lo que siento?
¿Qué pensarán sus abuelos que cuidaban mis anhelos?, ¿qué dirán sus nietos?, ¡sáquenme de aprietos!
Una acción con seriedad le exijo a la autoridad, resuelvan mi situación, los premiará la Nación.
Mi hábitat decente le pido a la gente, ¡venga nube negra!, la lluvia me alegra.
Requiero de aguas aseadas, transparentes, cristalinas, piscinas de hermosas hadas, ¿tú por qué las contaminas?
Que me siembren pido, busquen mi cultivo, intenten reproducirme, ya existe técnica en firme.
La piscicultura les dará esa ayuda, estudios de altura, moderna apertura.
Banco de genoma de la vida aroma, ¡qué viva mi especie!, que no se desprecie.
Soy de tipo endémico, exclusivo, ¡soy único!, pa’l enfermo este refrán: “pescado blanco con afán”.
Mi cabeza piensa y a ustedes dispensa, que apoye la ciencia actos de conciencia.
Podrán más pescarme, comercializarme, me cotizo caro, quiero ser su amparo.
Cuando a mí me apresan los viejos me besan, porque soy sagrado debo ser deseado.
Déjenme bailar la danza que interpreta Don Aurelio, casi no tengo confianza, escucharé el evangelio.
¡Aquí no hay secreto!, mi veda es respeto, mi crianza es bonanza, futuro, esperanza.
Con la boca expreso un triste lamento, también mando un beso, mis penas al viento.
Yo, Kurucha Urápiti, abogo por mí . . . para ti, pido que mi desventura no se torne en tu amargura.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Isla de Janitzio, Michoacán, México, 21 de abril del 2011 Dedicado al Maestro Don Aurelio de la Cruz Campos Reg. SEP Indautor 03-2011-090913353800-14
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Poeta
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“Del cielo, del bosque, . . . sacra.”
Monarca del cielo, preciosa, alada, divina, sedosa, aterciopelada, hermosa, longeva, que inspiras poesía, factor de equilibrio en la ecología.
Te vistes el cuerpo de lindos colores, el naranja, el negro, te rinden honores, con tonos brillantes, coquetas pintitas de blanco pigmento, a admirarte invitas.
Cinco mil kilómetros, viajas por el aire, entre tersas nubes pasas con donaire, contra la intemperie luchas impasible no obstante que eres pequeña, sensible.
Cumples el destino, pues, fuerte, resistes, tiendes al milagro por eso es que existes; de sitios distantes, de lares lejanos, desde Norteamérica sin esfuerzos vanos.
Huyendo de invierno, otoño por marco, en gran migración cruzas cielo zarco, te alías con millones en vuelo fraterno, la “matusalén” va guiando el Eterno.
Al vaivén del viento, mágico momento de asombro increíble de vida portento, sorprendiendo a todos llega a Michoacán y a Estado de México, colonia, “huracán”.
El bosque, gozoso, brinda bienvenida, natura te quiere por más consentida, así que, contenta sus brazos te abre porque reina eres de la sierra madre.
Perfecta, te adaptas a tal medio ambiente, innato prodigio, ser noble, ferviente, es tu hibernación en ramajes finos de oyameles, pinos, de cedros y encinos.
Reserva de biosfera, remanso de calma, parakata, maja, que encantas el alma, en doce santuarios se guarda tu especie, ojalá el humano, consciente, te aprecie.
Puede visitarte, respetando normas, ver revoloteo, cuidando las formas, en Sierra Chincua, la Mesa, el Rosario, en el Capulín, muy reglamentario.
En noviembre llegas, en marzo regresas, en desfiles de hadas, de sacras altezas, danzando te marchas, al norte, al final, tu instinto persigue el ciclo vital.
La gente pregona que eres mexicana, tu hazaña y belleza la tierra engalana, mereces el rango de símbolo patrio, altar, catedral, con todo y su atrio.
Posees un valor magno, excepcional, reconocimiento, amplio, . . . universal, Patrimonio eres de la Humanidad de rango Mundial, con gran dignidad.
Valorar tu esencia la moral impone, la ignorancia grave, luego se interpone, tenemos cultura para resguardarte, vayamos más lejos hay que venerarte.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Municipio de Zitácuaro, Estado de Michoacán de Ocampo, México, . . . Dedicado al Sr. Homero Gómez (QEPD), gran defensor de la mariposa monarca . . . Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“En la Barranca del Cupatitzio, . . . Dios, agua, vida, origen, dulce inicio.”
Meseta encumbrada, Dios así lo quiso, paraje del cielo, edén, paraíso, botón michoacano, la región más tierna, Uruapan bonito, primavera eterna.
Jícara esmaltada, ¡Río del Cupatitzio!, barranca, hondonada, al fin precipicio, que bello, tan lindo, Parque Nacional, purépecha, sacra ecología cultural.
El bosque, sus plantas, ¡cosa más hermosa!, olor de la tierra fresca “charandosa”, árboles, follaje, joyas inmanentes, el agua, las piedras, remansos, afluentes.
Un canal en calma, rocío del candor, la compuerta se abre, torrente de amor, cascadas que rompen frágiles cristales formando las ondas en los manantiales.
“Cola de Caballo”, venga “La Alegría”, “Catalina” riega mi alma todo el día, “Copa de Oro”, “El Puente” de salto elegante, natura se muestra feliz y arrogante.
Líquido sonido, golpe de poder que arrulla el oído . . . al caer, correr, ¡“El Gólgota”, “Yerbabuena”, “Gandarillas”, toquen al son de tonadas, tonadillas!
Por el río que canta, denme un si bemol color de “Arco Iris”, espectro del sol, las truchas se bañan al compás de claves, bailan las ardillas, se entonan las aves.
Encinos y pinos, ramas bullangueras, plátano con hueso, las verdes higueras, blanco carbonato, tomo “cebadina” rica, efervescente, garganta se afina.
Fuente “Los Espejos”, que un venero emana, cuento los chorritos que, “Eréndira”, hermana, Mural de Mapeco, húmedo y silente, arte de un artista que admira la gente.
Burbujeante pila es la “Del Tornillo”, que hace las delicias de todo chiquillo, es “Janintzitzic” tersa “flor de lluvia”, repicar de gotas, la nube . . . diluvia.
Su “Velo de Novia” escurre y salpica, el cauce, el caudal, ya se magnifican, “Cola Pavo Real” de plumas muy finas, fluidos transparentes parecen cortinas.
Senderos sinuosos que están bien trazados, kioscos, escalones, chulos empedrados, calzadas “De Sapos, “De la Media Luna”, puente “Del Recuerdo” del cariño es cuna.
Vengan visitantes, “Los Recién Casados”, que se quieran mucho “Los Enamorados”, cuidar medio ambiente es imperativo, que luzca, que brote, su ser reflexivo.
“Camelinas” finas, flores bugambilias, un paseo precioso para las familias, bendición de un Fraile, su fe, sangre que arde, “Rodilla del Diablo” que se fue cobarde.
Allá, en lo más hondo, en lo más profundo, arriesgando todo, conquistando el mundo, se va el clavadista tras de la moneda, exponiendo vida, borbollón lo enreda.
¡Qué baile, qué dance, mi “Juaquiniquil”!, musical su brisa de copa gentil, es culta la guía del hombre maduro, prepárate niño es tuyo el futuro.
Jabonosa espuma, “Cutzi” solo hay una tan blanca, brillosa como la fortuna, veo las espirales de los remolinos, siento el fresco viento . . . de nuestros destinos.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Uruapan, Michoacán, México, a 16 de noviembre del 2012 Dedicado al mejor guía, Jesús Reyes Rodríguez Reg. SEP Indautor No. 03-2013-111212464200-14
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Poeta
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Los campos divinos, se llenan de llantos el Monte Parnaso, morada sagrada las musas alegres, perciben sus cantos es la oda a la muerte, funesta balada...
la lira dorada, lamenta el deceso del cisne finado, le espera Caronte la muerte segura, un aciago suceso lamento de azur, un olímpico monte
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Poeta
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“Eterno, sagrado lago, de la vida . . . un empalago.”.
Parque Nacional de cepa, de eso, ni duda quepa, lo conforman diez hectáreas con flora y especies varias.
Tangancícuaro orgulloso por recinto tan hermoso, donde natura se fragua, Camécuaro, espejo de agua.
“Lugar del baño”, bendito, michoacano rinconcito, “sitio de amargura oculta”, la creación es cosa culta.
Cupátziro, Junguarán, sus riberas regarán dos preciosos manantiales, líquidos intestinales.
Lago que refleja el cielo, nubes que conforman velo, por las que se filtra el aire, purificador donaire.
De “ahuehuetes” centenarios, de oxígenos necesarios, templo de la ecología, santuario del alma mía.
Que ostenta raíces sanas enlazadas como hermanas, de claro color café, del renacer . . . de la fe.
Subacuática esa vida, justa, lacustre medida de la humanidad, un lema: “el bosque es ecosistema”.
Ocotes, madroños, fresnos, viejos, maduros, muy tiernos, conífera, ocal, encinos, los pájaros, cantos, trinos.
Hojas, ramas, los follajes lucen sus vistosos trajes verdosos, sobre el cristal del remanso celestial.
Estanque, cual bautisterio, pila, jícara, misterio, paraje de ángeles, hadas, de criaturas bien amadas.
Ranas, cangrejos y peces, patos que graznan, mil veces, chapulines, en concierto, mariposas, vuelo al viento.
Un joven, tierno sabino, precioso ejemplar, divino, yo, le llamo “Sabinito”, crecerá hasta el infinito.
Primero Dios, con cuidados, de guardabosques soñados, de gente bien educada, ¡no, a la ignorancia malvada!
Cantarito de agua miel del maguey producto fiel, abejas revoloteando, ¡Camécuaro, amor reinando!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda México, D. F., a 1º de noviembre del 2017 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“Merecen nuestra alabanza.”
Colinas que son emblemas de la región, sus diademas, salvaguardas de los pueblos, van mis versos, con requiebros:
Sin llegar a ser montañas sabemos de sus hazañas, de su paso por el tiempo, se han fraguado a fuego lento.
¿Cómo medir su grandeza con tinta, sin ligereza?, ¿cómo expresar su volumen, corpulencia, en un resumen?
Elevaciones sagradas, por la orografía estudiadas, entre sí no están lejanas la geografía las hermana.
Lomas que protegen tierras, mudas testigos de guerras, escondrijos de tesoros, flora, fauna, son sus oros.
Siente mi ser, que te abraza, Cerro de La Calabaza, recinto de arena, grava, veta que nunca se acaba.
Suministras minerales de eras inmemoriales, tal filón que no se pierda, tienes el alma de piedra.
Tu primo, volcán Mazkuta, mi cariño se disputa, Kupambam, de muchos pinos, de madroños y de encinos.
Nos proporciona el Takare, cortar el que más agrade, pasto bendito de armiño pa’l pesebre de Dios Niño.
Collado de San Miguel, del Creador, tan solo de él, donde se encuentra la Cruz de albañiles, misa, . . . luz.
Pa’ decirles lo que siento, que mi amor les lleve el viento, el corazón no me alcanza, vieron nacer a Comanja.
Comunidad de agasajo, cerca de Santiago Azajo, vecina de la Estación, las Mesas, la Constitución.
Entre la historia, leyendas, Coeneo, michoacanas sendas, vaya sentida alabanza a esos Cerros de Comanja.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 14 de octubre del 2017 Dedicado a la Señora Yadira Juárez Tovar (a. z. r) Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“De Lara, . . . el más musical.”
Tlacotalpan, se engalana, nubes blancas lleva el viento, el trópico luce hermoso esperando magno evento.
En el río, las mariposas acompañan a Agustín, baten alas amorosas en tan musical festín.
Unas garzas, muy bonitas, ejecutan bien las claves, los grillos tocan marimba, pasan trinando las aves.
La brisa parece lira, maracas el agua clara, tañe el arpa verde iguana, ¡es la Orquesta de mí Lara!
Se menean las palmeras al compás de lindo son, por la música embriagadas, quieren bailar un danzón.
Entre tanto, allá, en el cielo, se mira al sol muy dispuesto, está pidiendo un bambuco a la salud del Maestro.
Ya muy entrada la noche, una estrella resplandece, le sigue el ritmo al Jarocho que, cantando, le agradece.
Tierno enjambre de cocuyos, con cadencioso decoro, muy melodioso cintila, le hace coro al Flaco de Oro.
Aparece, ya, la luna, preciosa, en cuarto menguante, invitada a dicha fiesta, llegó, muy de pipa y guante.
En el lugar se rumora que los dos son elegantes, que Agustín mucho la adora, hasta dicen: ¡son amantes!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Tlacotalpan, Veracruz, México, un 30 de octubre . . . Dedicado a Don José Luis Morán Bautista, adorador del Maestro Lara . . . Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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A ti Voy naufragando, en alta mar; el vuelo de una gaviota guía mi destino. Diez noches el sueño y el torbellino. Diez soles muriendo en el hosco cielo.
Mi suerte está echada al mar salatrino. A la ávida ola que azota con celo. Al cielo que ciega con su atroz velo y a la sed calcina por libar vino.
Vuelvo a ti; sobre este ensueño marino ansío el valle de rosa y espino que enciendes en mi alma llena de anhelo.
¿Pues, que Dios, con su yugo adamantino, que mano torpe sobre mi intervino y me aparto de ti, luz de consuelo?
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
Autor: Daniel Castillo 11 de agosto del 2020
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Poeta
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“En el altiplano, . . . es rey.”
Hay que gritarlo profundo, mi México lo dio al mundo, en náhuatl, metl, se llama, es de agaváceas, fiel rama.
Por tierras altas y secas, sus energéticas vetas, feraces fincas de vida, brota el maguey con medida.
En una fila, formado, airoso, fuerte, educado, este “cardo” suculento que crece, terco, irredento.
Justo en los surcos del campo, mostrando un hermoso encanto, va plantado “a pie de gallo”, “encadenado”, sin fallo.
En “maxacle”, linda hilera, “metepán” o “mecalera”, se gana su espacio a ley, con majestad, como rey.
Escamoles, chinicuiles, todos ellos muy gentiles, se arrodillan a sus pies, súbditos, en suelo y mies.
Las pencas verdes se yerguen, en lontananza se pierden, rasgan el cielo los picos, nubes blancas son cobijos.
Maduro, de buen crecer, en el centro de su ser, guarda la piña sagrada, por natura consagrada.
Su guardián, el jimador, “tlachiquero”, catador del néctar del aguamiel, orgullo de Mayahuel.
Que brinda el pulque bendito, beberlo, yo, necesito, en un “tornillo”, una “xoma”, la felicidad asoma.
Esas hojas, tan carnosas, son forraje y otras cosas, con sus fibras más textiles se elaboran los “huipiles”.
Cactlis, del mejor estilo, mantas, costales, buen hilo, cuerdas, agujas, punzones, material pa’ construcciones.
Amate, papel pergamino, los Códices Mendocino, Matrícula de Tributos, nos narran sus atributos.
En rituales, sacrificios, hay muchos otros indicios, describiéndolas grandiosas, curativas, poderosas.
Registran bien los anales portentos medicinales, contra la tuberculosis, el reumatismo, fiel dosis.
De jugo con miel, melaza, bien preparado en la casa, jarabe, alcohol y vinagre, que tal planta se consagre.
Moctezuma, sus jardines, parcelas, otros confines, adornaba con magueyes, por ser símbolo de reyes.
Que la cultura se inculque, el maguey no solo es pulque, pues tiene mil propiedades grandiosas, no nimiedades.
Que la historia, al fin, persista, fue factor en la conquista de México, por España, es “pita” de mil hazañas.
Testigo del mestizaje, adorna bien el paisaje, con púas, penas, sin desliz, vio cambiar nuestro país.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda. Ciudad de México, a 12 de octubre del 2020 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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