En el verde pastal Donde florecen las hojas Las alas rojas de la paloma Se mecen tiritando de emoción Las palmas y las brisas Cantan bajo las nubes Que se pierden en las risas Escondidas en el horizonte Del corazón ardiente El viento mueve la alegría Escondida en la pradera En espera del vino Del apasionado labriego El sol se prende en los campos Y la luz de los ojos Dan vida a los labios hambrientos La paloma después de libar el vino Muestra su alegría recóndita Y aparece el azul del cielo En su turbado pecho.
Mi alma tiembla entre sus alas rotas, como la hoja que se desprende del árbol marchito en la ladera con sus raíces en el abismo del cielo.
Los tulipanes los mueve el viento y mis callados gritos y sentimientos, dispersan sus fragancias en el desierto, donde los ríos del eterno sufrimiento, cosen mis parpados con el hilo dorado de los recuerdos de los veranos.
Mis labios como colibrí volaron en los mantos y los sarmientos. En las ramas secas de los follajes los recuerdos rotos tienen sus nidos y la luna llena se pierde entre sonidos.
Enrique Canchola Martínez 05 diciembre 2023 Diciembre 01 de 2023
Al mediodía fluye la luz, de sus cándidos ojos, y en el umbral del oleaje sensual, brotan las flores del llano frondoso.
Entre las sombras marchitas lucen los pastales sus encantos y las bocas hambrientas, buscan la fuente de los sarmientos
A la mitad de la jornada, los deseos como viento, mueven los dulces follajes, en busca de la hoja dorada, que clama desesperada en la espesura del monte.
Al mediodía fluye la luz de sus ojos de ensueño, cuando aparece el oleaje de la paloma salvaje volando en el oblicuo paisaje.
La luz fluye al mediodía, de sus ojos de cielo, cuando subo a la montaña a escuchar la melodía, de la paloma salvaje que enciende el ramaje.
¿Por qué el hombre no abre la portezuela del portillo? ¿Por qué en medio de su soberbia, no da paso al manantial para que calme la sed del humilde chiquillo? ¿Por qué lo hieres, cercenándole la vida con la sed de su martirio? ¿Por qué no abres el portillo, para dar paso a las nebulosas que claman la sed del delirio? Portillo de alambres, de púas, que separan vidas humanas en el desierto de sus olvidos Portillos cerrados, que claman alaridos de espantos, en las penumbras de las oscuridades ¿Por qué se construyen murallas sin portillos, acabando la vida, el horizonte y el sueño de niños, destrozando sus lugares y sus comunidades? ¿Por qué predomina la arrogancia, la altanería del poder, con sus atrocidades y monstruosas vanidades? ¿Por qué esperamos que llegue la muerte antes del tiempo, con sus tormentas truenos y tempestades? ¿Por qué el hombre permite que se cierren los portillos, acrecentando el dolor, el hambre y la mortandad de seres, con sus horribles guerras, que azotan con sus barbaridades? ¿Por qué la vida del ser inocente, se castiga con sangre y con las horripilantes hostilidades? Pueblos hermanos, sangre de la misma sangre, que sufren en carne viva las calamidades ¿Por qué no se abre por unos instantes el alambrado, dando paso por el portillo, para dar un respiro a la vida hermosa, que clama a Dios perdón en sus inmensidades? No más muros, no más cercas, no más inmensas paredes, que destrozan la vida y derraman la sangre del inocente, con sus cruentas y sanguinarias ferocidades Por favor, abran el portillo para que llegue el riachuelo, con su preciado líquido, que calme la sed del cuerpo, que agoniza en sus fragilidades Portillo abierto hoy y siempre, para que llegue por ese paso y circule el agua, el pan, para la vida placentera, que está llena y brota de amores y felicidades No más soberbias, no más odios, no más muertes, no más guerras, ni batallas, ni más rencores los unos contra los otros, con sus atroces agresividades Que se abran los portillos y vuelva a florecer el jardín florecido, con sus amores entre vecinos y el saludo con sus libertades No más angustias, no más disparos, no más cañones, no más trincheras, no más misiles, no más angustias, ni ansiedades, ni maldades ¿Por qué no somos capaces de vivir en paz y que vuelva a renacer y a florecer la vida hermosa en campos, pueblos y ciudades? Si la tierra es inmensa, esplendorosa y alcanza para todos y está llena de riquezas por cantidades La vida divina es una sola y hay que saberla vivir a plenitud, que está llena de amor, de hermandad, de armonía y felicidades El tiempo viene y la vida se esfuma en guerras, en combates, en envidias, que azotan al interior de las sociedades ¿Dónde está la inteligencia el ser humano y la calidad de sus dignidades? ¿Por qué dejamos acabar y destruir la vida hermosa y nos adentramos en el abismo oscuro y tenebroso, con sus penosas y horribles oscuridades? Hagamos un alto en el camino y pidámosle a Dios en la soledad de la intimidad, que nos ilumine la mente y la conciencia con sus bendiciones y gratas bondades Pidámosle siempre a Dios, en su infinito amor, que ilumine a los gobernantes de las naciones, para que retorne la calma entre los hermanos y vuelva el saludo y la alegría entre los pueblos, con sus sabidurías y amabilidades
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla- Bucaramanga, octubre 19- 2023
Las paradojas de la percepción subjetiva de la presencia y la ausencia de los llenos y vacíos engañan a los órganos de los sentidos.
Los Qualia construidos por la mirada seductora altera sin piedad la razón del constructo emocional los labios tiernos y carnosos de escultura angelical llenan los vacíos de la ilusión placentera terrenal.
La paradoja de la onda latido del corazón altera el pensamiento y alegra a la locura dependiendo del experimento del amor cuando se percibe la silueta de la tentación.
la superposición y entrelazamiento de la locura y del amor codifican lenguajes binarios difíciles de comprender.