Cuentos :  Cándido y travieso... (Anticuento)
CÁNDIDO Y TRAVIESO
(Anticuento)

Llovía. Todo había pasado tan rápido. Las alas
brotaron de repente, la puerta empalideció, la
nube de humo buscaba una salida.
No hay escapatoria posible; la noche reclama
a grandes voces un plato de silencio sin los pe-
ligros de la luna, asegurando que no va a dormir.
Leyó un viejo libro, empezaba a tener insomnio,
los ruidos de la calle eran extraños.

__ ¿Pero cómo es posible?.

No podía entender nada, estaba debajo de la puerta,
con la pluma en la mano, pero necesitaba de la ins-
piración para volar a la ventana. Sin importar que
haya aprendido a sondear entre los archivos, y
deleitarse en descifrar documentos relamidos.
Ahora estaba bajo la influencia del olvido y de
la incomprensión a su nueva visión a distancia.

__ ¿Podría acaso escribirse de esa forma?.

Al volver del campo unos cuervos se negaron a
escuchar el rebuznar de los asnos inquietos.
Después del desayuno frugal la sombra de
aquel árbol saltaba entre las hojas, las mesas,
y el escritorio, haciendo ruidos extraños, y repro-
duciendo el último incendio del panteón cercano.
La campana suena a lo lejos, tal vez vaya a misa.

__ ¡Qué absurdo!; Son las once de la noche, y
todo se habrá olvidado en una hora.

Una oleada de recuerdos le trae el aroma salado
de la playa miserable atrás de aquel volcán.
Limpio de adiciones y restauraciones, sin
mandarlo remendar por la censura, ni falsificar
de acuerdo a intereses perversos.

Dicen que el agua fría está escribiendo cartas
al polo, con el anhelo de la nieve enamorada del
hielo. Su autoridad deriva de ciertas desviaciones
deliberadas que se divierten amenazando ingenuos.

Lo grotesco no es lo incongruente, debe de hecho
evitarse en el momento que lo estético se este
transformando en estático. Y claramente se
este expresando la pared interna de la belleza
exterior, invisible por si misma en una sola lectura.

___ Volví a dormir, según me recuerda el techo
contrario a la lluvia, acusando a la sequía de
estupidez. De hábitos vagabundos y mediocres.

El camino sobre el agua cayó al suelo creando una
especie de escenario iluminado en el centro de
aquel bosque... Los peces felices pescaban insectos
en filas. Éstos últimos no ocultaban su ira, y su
repugnancia por el vidrio ; algunos ni siquiera
quisieron mirar ni una sola vez al espejo; otros se
reunieron en círculos de luz y se dividieron entre
las luciérnagas.

___ ¡Asamblea!... ¡Qué se presenten los hombres!.

Los pantalones arrugados contemplaron con gran
disgusto aquellas disposiciones, pero no se atrevieron
a despertar ni a los zapatos ni a las camisas; pues
habrían tenido que ver a los fantasmas de nuevo.
La noche se había aclarado un poco.
Abrió de nuevo el viejo libro, y leyó torpemente,
algunas palabras le recordaban su origen ; sin embargo
seguía sin entender... ¡Sí, sí, sin entender, y le molestó!.

___ ¿Serían sandeces o una realidad paralela?.

Creía escuchar con el rabillo del ojo ese olor dulce del
pasado alegre. Una perplejidad como esta no hubiera
sido imaginable fácilmente si el estilo nada indicara.
Observó sus plumas que se empeñaban en volar
escribiendo al aire, con la misma imposibilidad del ser.
No era, en efecto, demasiado agradable, sobre todo
después de haberse sentido humano... ¡Sí, sí, humano!.

___ ¡Sé lo que quieres decirme!... Dijo a la pared
colgado del óleo en ese cuadro. En ese espacio
policromo de ultramar y bermellón, entre la
obediencia inmaterial de los relieves dispersos.

___ ¡Qué no hace falta contarle a nadie lo que nos
hemos confesado hoy!... ¡Qué ninguna representación
visual permite percibir el molde, el diseño o el estilo de
este tipo de relatos, incluso el edificio desconocido de
cualquier anticuento que provoque el derrumbe de la
realidad que más convenga a la pobreza prolongada!.

Si bien ahora, yo aquí hago lo contrario ; pensó un tanto
indiferente, no queriendo permanecer pasivo por
completo, ni dejando de ser receptivo o evitar responder.

__ ¿Qué sería de mi si muero después de cinco días?.

___ ¡Así fue el año pasado, y nadie se encargó de
revivirme!... Entre tanta hoja y polvo, árbol y mesa,
escritorio y camas... No obstante, aquel librero
frío es buen amigo, a veces me comprende al sostener
tanta enciclopedia y tratado, como también libretas y
revistas orgullosas, periódicos horrorizados y demás.

___ ¿Qué eres tú, extraña cosa depositada sobre la
imaginación de lectores distraídos o superficiales,
y que solo esperan encontrarse a sí mismos en ti?...

__ ¡Déjenme en paz!. Historietas y chismes,
noticias deformes, informes distorsionados a precio
bajo, letras vanas amantes del engaño, discursos
manipuladores, inútiles y serviles...

Durante dos días tuvo la dicha de ser leído, de ser
re-elaborado y revivido, de conversar con las pre-
guntas y reflexiones, de descansar sus piernas en
la fantasía algodonosa de algunos lectores agudos,
sensibles, creativos y de especial inteligencia...

Intentó tranquilizarse, el camión se puso en marcha,
y la pesada caja fue sacudida; la calle estaba llena de
baches, y los encargados de su mantenimiento los
tenían bien decorados para las próximas elecciones.

Bajo una luz fantasmagórica las letras se escurrían de
las frases, destruían las rimas, los poemas saltaban
asustados, la censura aterrorizaba la creatividad más
débil, los cuentos volaban por los aires, y las novelas
estaban mudas, al salir del nido ya eran fósiles.

A lo lejos, en el camino de la fantasía se oían unas
carcajadas burlonas...

___ ¡Nadie te entenderá!. Y nadie, está ocupado
en otras cosas. Todo mundo espera leer sin esfuerzo.
¡Comprender por ósmosis!.

Entre lo pueril y lo bárbaro.

Si no es así...
___ ¿Desde cuándo un anticuento tiene vida fuera del texto?.

Y cuantas veces el texto es ininteligible, y corregido de acuerdo
a los gustos de las épocas sucesivas, por más decadentes y
regresivas que sean, dentro de los avances en otras áreas infames...

___Y ser cándido y travieso es lo que menos importa...

Llovía y llovía. Todo había pasado tan rápido.
Las alas brotaron, la puerta empalideció, la nube de humo
buscaba una salida... Y la encontró, cuando él murió en el olvido.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Cuentos :  Cándido y travieso (Anticuento)
Cándido y travieso
(Anticuento)

Llovía. Todo había pasado tan rápido. Las alas
brotaron de repente, la puerta empalideció, la
nube de humo buscaba una salida.
No hay escapatoria posible; la noche reclama
a grandes voces un plato de silencio sin los pe-
ligros de la luna, asegurando que no va a dormir.
Leyó un viejo libro, empezaba a tener insomnio,
los ruidos de la calle eran extraños.
__¿Pero cómo es posible?
No podía entender nada, estaba debajo de la puerta, con la pluma en la mano, pero necesitaba de la inspiración para volar a la ventana. Sin importar que
haya aprendido a sondear entre los archivos, y
deleitarse en descifrar documentos relamidos.
Ahora estaba bajo la influencia del olvido,
y de la incomprensión a su nueva visión a distancia.

_¿Podría acaso escribirse de esa forma?.
Al volver del campo unos cuervos, se negaron a escuchar el rebuznar de los asnos inquietos.
Después del desayuno frugal la sombra de
aquel árbol saltaba entre las hojas, las mesas,
y el escritorio, haciendo ruidos extraños, y repro-
duciendo el último incendio del panteón cercano.
La campana suena a lo lejos, tal vez vaya a misa.

__ ¡Qué absurdo! ; Son las once de la noche, y
todo se habrá olvidado en una hora.
Una oleada de recuerdos le trae el aroma salado
de la playa miserable atrás de aquel volcán.
Limpio de adiciones y restauraciones, sin
mandarlo remendar por la censura, ni falsificar
de acuerdo a intereses perversos.
Dicen que el agua fría está escribiendo cartas
al polo, con el anhelo de la nieve enamorada del
hielo. Su autoridad deriva de ciertas desviaciones
deliberadas que se divierten amenazando ingenuos.
Lo grotesco no es lo incongruente, debe de hecho
evitarse en el momento que lo estético se este
transformando en estático. Y claramente se
este expresando la pared interna de la belleza
exterior, invisible por si misma en una sola lectura.
___ Volví a dormir, según me recuerda el techo
contrario a la lluvia, acusando a la sequía de
estupidez. De hábitos vagabundos y mediocres.
El camino sobre el agua cayó al suelo creando una
especie de escenario iluminado en el centro de
aquel bosque... Los peces felices pescaban insectos
en filas. Éstos últimos no ocultaban su ira, y su
repugnancia por el vidrio ; algunos ni siquiera
quisieron mirar ni una sola vez al espejo; otros se
reunieron en círculos de luz y se dividieron entre
las luciérnagas.

¡Asamblea!... ¡Qué se presenten los hombres!.
Los pantalones arrugados contemplaron con gran
disgusto aquellas disposiciones, pero no se atrevieron a despertar ni a los zapatos ni a las camisas; pues habrían tenido que ver a los fantasmas de nuevo.
La noche se había aclarado un poco.
Abrió de nuevo el viejo libro, y leyó torpemente,
algunas palabras le recordaban su origen; sin embargo, seguía sin entender. Sí, sí, sin entender, y le molestó.
__¿Serían sandeces o una realidad paralela?.
Creía escuchar con el rabillo del ojo ese olor dulce del pasado alegre. Una perplejidad como esta no hubiera sido imaginable fácilmente si el estilo nada indicara.
Observó sus plumas que se empeñaban en volar
escribiendo al aire, con la misma imposibilidad del ser.
No era, en efecto, demasiado agradable, sobre todo
después de haberse sentido humano. ¡Sí, sí, humano!.

___¡Sé lo que quieres decirme!. Dijo a la pared
colgado del óleo en ese cuadro. En ese espacio
policromo de ultramar y bermellón, entre la
obediencia inmaterial de los relieves dispersos.
___¡Qué no hace falta contarle a nadie lo que nos
hemos confesado hoy!. ¡Qué ninguna representación
visual permite percibir el molde, el diseño o el estilo de este tipo de relatos, incluso el edificio desconocido de cualquier anticuento que provoque el derrumbe de la realidad que más convenga a la pobreza prolongada!.

Si bien ahora, yo aquí hago lo contrario; pensó un tanto indiferente, no queriendo permanecer pasivo por completo, ni dejando de ser receptivo o evitar responder.
__ ¿Qué sería de mí si muero después de cinco días?.
___ ¡Así fue el año pasado, y nadie se encargó de
revivirme!. Entre tanta hoja y polvo, árbol y mesa,
escritorio y camas... No obstante, aquel librero
frío es buen amigo, a veces me comprende al sostener
tanta enciclopedia y tratado, como también libretas y
revistas orgullosas, periódicos horrorizados y demás.

___ ¿Qué eres tú?. Extraña cosa depositada sobre la
imaginación de lectores distraídos o superficiales,
y que solo esperan encontrarse a sí mismos en ti .
__ ¡Déjenme en paz!. Historietas y chismes,
noticias deformes, informes distorsionados a precio
bajo, letras vanas amantes del engaño, discursos
manipuladores, inútiles y serviles.
Durante dos días tuvo la dicha de ser leído, de ser
re-elaborado y revivido, de conversar con las pre-
guntas y reflexiones, de descansar sus piernas en
la fantasía algodonosa de algunos lectores agudos,
sensibles, creativos y de especial inteligencia.
Intentó tranquilizarse, el camión se puso en marcha, y la pesada caja fue sacudida; la calle estaba llena de baches, y los encargados de su mantenimiento los tenían bien decorados para las próximas elecciones.
Bajo una luz fantasmagórica las letras se escurrían de
las frases, destruían las rimas, los poemas saltaban
asustados, la censura aterrorizaba la creatividad más
débil, los cuentos volaban por los aires, y las novelas
estaban mudas, al salir del nido ya eran fósiles.

A lo lejos, en el camino de la fantasía se oían unas
carcajadas burlonas.
___ ¡Nadie te entenderá!. Y, nadie está ocupado
en otras cosas. Todo mundo espera leer sin esfuerzo.
¡Comprender por ósmosis! Entre lo pueril y lo bárbaro.
Si no es así...
___ ¿Desde cuando un anticuento tiene vida fuera del texto?.
Y cuantas veces el texto es ininteligible y corregido de acuerdo a los gustos de las épocas sucesivas, por más decadentes y regresivas que sean, dentro de los avances en otras áreas infames.

___Y ser cándido y travieso es lo que menos importa.
Llovía y llovía. Todo había pasado tan rápido.
Las alas brotaron, la puerta empalideció, la nube de humo
buscaba una salida... Y la encontró, cuando él murió en el olvido
.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Ardor paralelo... (Dadaismo)
ARDOR PARALELO
(Dadaismo)

Va entre los zapatos caminando con hambre,
aquel sol de azúcar marina, la escarcha rala
escucha el sanitario pasando de la puerta,
al rodar el plato de la pared enamorado,
por decirlo de alguna manera entendible,
al cabello que aparta el reflejo del agua
goteando las sonrisas, de prisa por el techo,
donde el abanico dejó al calor pensativo.

Y ni que decir del patio que nada sabe,
ni explica de donde salió la montaña riendo,
porque el árbol, ya no quiere preguntarle.

Pues la sombra teme del ratón al queso verde.
Ayunando al día siguiente con frío descalzo.
Porque vende al último hielo tibio y triste,
nada más que tan caro, que ya no cenarán
la mayor de las carpetas olvidadas al salir
con las notas de las frutas del tigre rosa,
azulado por todos los rincones, corriendo
bajo la sal arrepentida del rojo que dejó.

Ardor... Bueno, no tanto, ni en la escalera
ha quedado la campana leyendo al destino
las cartas que la manzana ha secado lejos
de la cocina desempleando tenedores,
por el escritorio que esconde en una caja
de los más raros, al estar barriendo rápido
con la sábana del mantel agrio del óleo,
de los amores recortados de la última novela
que llora al plátano, con su leche de miel,
entre las piernas de la cama arrodillada,
en la decencia de los papeles del bote con
basura nueva, y la claridad legal del huevo.

Paralelo, es quien recogía la pesada peluca
con la importancia capital de las provincias,
extendiendo sus alas sobre él, tan lejano entre
las profundas especulaciones, en el rango de
la lengua, con la catarata de los vocablos en
la cocina, fecundante, de la fusión relegada
al culto funerario clandestino, del círculo,
con la divinidad abajo, evidentemente pobre
al entrar erecta la palabra por el cuello, y el
dolor en la cabeza del panteón primordial,
en el sarcófago tardío de la lujuria ligera, con
la fe de una leona salvaje, vendiendo cuchillos
al pantano de los cocodrilos mentirosos, que
vendieron el placer de las tortugas purificado.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  M.O.R.T.I.N.A.T.O.
M.O.R.T.I.N.A.T.O.

.....Deshuesa que deshuesa.....

Por el silencio más obscuro,
donde la ausencia brilla sola,
en una gota de viento,
dónde el tiempo duerme blando,
en una cueva de nubes...

¡Porqué deshuesan tiernas las cunas!.

Por el vacío que las paredes llueven,
en la casa embotellada,
de los platos comiendo hambre,
y las almohadas soñando,
y las sillas sentadas...

¡En aquéllo que hubieron desosado osadas!.

Porqué existe la creencia unánime,
de los océanos inmediatos al cepillo,
más intenso del agua triste y pastosa,
perturbada, esperando la próxima vida,
del siglo en un angustiado hidroplano...

¡Cómo desosaren al calcio los dientes!.

Al destrabarse, finalmente, el cielo,
recuperando su forma ya desplazada,
alguna vez terremoto satisfecho lío,
donde nacen los muertos alegres,
con un gesto altivo y maternal abrazo...

¡Cómo si siempre hubieren desosado!.

En el mundo que no existe con cabellera,
entre caballerosos los viejos domingos,
en el cuerpo de una noche irritada,
en la frente candorosa de una rana,
en la rama reptando la vida rastrera...

¡Entre aquéllo que desosarían mil pestañas!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas de naturaleza :  El eco verdoso
EL ECO VERDOSO

Con
una
desesperación
de caracoles
en
la
penumbra quebrada
el eco sueña, sueña, sueña.

Los filos
de verde torso
del frenesí vestido
por
todas
partes ardientes está
el eclipse ansioso
con
el rabo del ojo
en las esquinas
del alfabeto
en el fango
montando
peces de hojalata
de turbias manadas
desecando cándidas
lenguas
sin descanso
entre la nieve
con muletas.

¡Sublimes escorpiones!.
Hechos miedo puro
pobre, elusión inopinable,
entre las cejas
lapsus
apuñalando las rodillas
del hacha sin fondo.

Es tal vez
aquél
silencio en las raíces
o este herido polvo
de cuero celeste
o aquel gusano gris
suavemente
sobre el hilo
sacudiendo
el volcán que se derrama
concentrado
en los racimos
de las jaulas
aullando
desnudos
los suspiros
de la lluvia
que sube y quema
encadenando al cielo
agujas.

Tildado de muelle
con el
ahínco atemperado
por el techo desnudo
por la cama enlutada
por el solitario plato
por la ropa resbalosa
enroscado
el árbol
a
una
manzana
moribunda
persiguiendo al viento,
que se cubre
las verdes carnes
carnes, carnes, carnes,
con
las
hojas
movedizas.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Bigornio de légamo... (Neosurrealista)
BIGORNIO DE LÉGAMO
(Neosurrealista)

De la paz probar un plato.
la cuchara ha de hambre muerto.
Ya...
¡Vaya bicuadrado de bicípite bicoca!.
Al precio de las últimas rodillas,
en la mesa de las uvas inocentes,
multiplicados miles de veces,
en los vasos amueblados candelabros,
por la orden de la noche impresionada.
Ya... ¡De légamo el bigornio fructifica!.
Ya... ¡De óbito es el plato y la cuchara!.


De
Légamo
Bigornio.


¡Cuánta birlesca cunde!.
Apartando de la piel sus extremos.
Y de soslayo las cosas deseables.
Entre los premios consternados.
¡En el vituperio blasmar!.
Por esos idilios del bocadear.
¡En el fervor de los bancos!.
Del pobre boquiseco incauto.
¡En el favor de los brincos!.
De la parsimonia al paroxismo.
¡Cuánta birlesca cunde!.


Bigornio
De
Légamo.


De la paz con la certidumbre apresada,
va la corriente resignada a ser lavada,
por el ejemplo peregrino escalonado,
de la cena fugitiva forastera,
mendigando la riqueza sin retratos,
de las copas invitadas en ayunas.
¡Por los bocados del hambre!.
¡Por los páramos del hombre!.
Del légamo, bigornio, de légamo.


Ya los troncos copian al viento el olvido,
en las cadenas heridas del borde,
en las estrellas qué ladran,
al resplandor del vidrio agrio,
al palomar del traje sobrio.
Ya los troncos copian al viento el olvido.


¡Vaya, vaya, sórdido bigornio!.
Por el epítome sin efugio ni evasiva.
¡Vaya brete sin reclamo!.
De lo bruno bordado en incontables poblados.
Cafáreos calcáreos y escamados.
De lo bruno bordado escaldados.
¡Vaya brete de calimbo calinoso viperino!.


Ya, ya, el pamplinero en fuga es solapado.
De los hierros prometidos estremecidos.
De los inseparables imponderables.
En las falsas confusiones confesas.
Se castigan las migajas de los vértigos espesos.


Ya, ya, por el bigornio de légamo.

La calle se ha ido,
a morder la luna,
con el nido sangrante,
llena de hueco y ceniza.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Los almacenes
LOS ALMACENES

Aman de la rosa el rubor y la sonrisa,
en las formas puras de la brisa,
en los torrentes de los tinteros,
en los armarios de los suspiros,
en las miradas de los pisos.


Aman, aman, la blanca mejilla,
del agua crujiente exprimido néctar,
del volcán junto al tronco desnudo,
del ímpetu alegre un pulpo despierta,
del pedernal efusivo un ramo desierto.


Aman, aman, aman los pájaros,
el nido en la última hora del huevo,
el mundo en la siembra del pico,
el parto en la piedra del canto,
el rapto en la hiedra del cuento.


Aman de la pierna el temblor,
entre la luna caliente escondida,
entre la esponja saliente adherida,
entre la espada doliente mordida,
entre la lana esplendente partida.


Aman, aman, la húmeda colina,
por estar los helechos en jugo,
por estar las ventanas cerradas,
por estar los platos calientes,
por estar las tardes calladas.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Líquido temblar
Líquido Temblar

Por el sudor devorado en las noches,
deshojan lunas el mundo vacilante,
en los dientes de nieve despedida,
del perfil dónde siembra el mandril,
copas del torso ardiente despacio,
en el declive abandonado del tigre,
un elefante ansioso planta mariposas,
en la penumbra batiendo alfombras,
en la espina bordando cristales.


¡Oh!.Líquido.¡Oportuno!.¡Ah!

Porque a veces comen los platos helados,
las cenizas de las manos una rama caliente,
con el pulpo bajar del muslo a la mirada,
en los labios humedades fijando dulzores,
por las arpas del fulgor del mástil firme,
del puro ramaje gimiendo laureles cerezas,
de la espiga punzante temblando espumosa,
las sábanas de la sed inundada del perfume,
en la fiebre de las gacelas sin sueños.


¡Ah!.La fortaleza inspira.¡Oh!

De la dicha párpados límpidos,
aquietando el algodón resonante,
ávido antes de erguido al cierre,
de las puertas al ritmo bailable,
por la noche del nogal sonriente,
hablando del dátil turgente la esquina,
siente la cabeza el tibio vaivén miel,
de la entrada el roble doblando lunas,
cada lábil sueño de manos despiertas.


¡Oh,sí!.Más trepidante que trémulo.¡Sí,oh!.

Del espasmo ardiente del durazno,
al vapor del aliento alumbrar,
el fondo de la piedra alegre,
donde la mirada gime de ganas,
al dormir burlón del mármol,
rosado recuerda el reloj parado,
al impulso en rayo de luna,
por todo el interior de la fragua,
y del acometer fosfóreo celeste.


¡Líquido, líquido!.
¡Oh, sí, ah!


Con la humedad de la selva delante desnuda,
entre el momento que vibra cercano ligero,
quedando del brillo triunfante anhelando,
la nítida fuente profunda silente bordando,
y estando quedando la noche en su sitio,
y guardada la luna meciendo su cama descansa,
por los vuelos de la seda del torrente tibio,
dónde el tiempo inolvidable se atrapa fácil,
en el próspero temblar afortunado líquido afán.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas surrealistas :  Marinero a tus zapatos
Marinero a tus zapatos

Están en el océano.
Como pájaros dormidos, en las islas,
bajo el veneno de las plásticas tarjetas,
en la piel, con el exceso. Y si no hoy,
serán mañana... Los delfines enlatados.

Las migajas rotas entre cables.

¡Oh, pobreza del criterio deshilado!.
¡Oh, negro panorama de un café!.
Sin la ceniza del cigarro.

Solo las iguanas huelen hules.

¡Aleluya!. En las rodillas anidan los perdones.
Y mañana. Millones de alientos. En banderolas.
Gemirán. ¡Azula qué azula cada sangre!.

La luz de las protestas estará. Muy clorofila,
y en los campos anidarán las hienas.
En la calle, la luna quema. Los recuerdos,
las alas sin descanso. ¡La cuna quieta!.

Y en la cabaña- Hijos míos- El olor del hambre.
Y en la mesa- Hijos míos- ¡Platos y cuchillos!.
Por los niños. Sin muñecas. Sin canicas.
¡Correr al tiempo y remendar zapatos!.
Los hombres- Poco huelen- ¡La humanidad!.
Están en las historias sepultados.

Mejor atiende ése mensaje ocioso.
¡Busca esa llamada perdida!.
¡Organiza cada tiempo qué fue!.

La vida.
Viene del océano.
¡Del vivir las olas!.
¡Del nadar en sus burbujas!.
Y
De
¡Hacernos. Una gota de existencia!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta