Poemas :  Hablo de ti.
Hablo de ti
Autor: Henrik Nordbrandt
Dinamarca 1945
Novelista, poeta notable, máximo representante de la poesía danesa actual. En el año 2000, recibió el premio Pequeño Nobel, de la Academia Sueca para autores escandinavos. De "Nuestro amor es como Bizancio" ("Los siete dormilones" 1969)
Versión de Francisco Uriz Editorial Lumen S.A. 2003


Hablo de ti

y me es difícil hacerlo.
Así es que hablo de que hablo de ti

cuando hablo del otoño, de telarañas tan delicadas
como perdidas en los surcos por novias olvidadizas
de las pesadas gotas del rocío bajo el tardío sol vespertino

y más tarde de las largas sombras sobre la explanada
de la tormenta que sacude las copas de los tilos
ya antes de que yo empiece a hablar de las estrellas

y del resplandor de las estrellas en los cristales rajados de la casa
que tintinean cuando ataca la helada de la noche
y todos los sonidos devienen penetrantes, cuando hablo

de todo esto, de todo esto que habla de ti
y de lo que es tan difícil hablar.

Así hablo de ti.
Poeta

Poemas :  La Ciudad
LA CIUDAD
Autor : Saint-John Perse
Francia 1887-1975

Pseudónimo de Alexis Saint-Léger Léger, Fué Doctorado en Ciencias Políticas, diplomático y poeta. Premio Nobel de Literatura 1960.
De Imágenes para Crusoe. Este es versión de Jorge Zalamea Borda
.



3.-La ciudad

La pizarra cubre sus techos, o bien la teja en que vegetan los musgos.
Su aliento se vierte por el tiro de las chimeneas.
¡Grasas!
¡Olor de los hombres urgidos, como de un soso matadero!,
¡agrios cuerpos de las mujeres bajo las faldas!
¡Oh ciudad contra el cielol
Grasas, aspirados alientos, y el vaho de un pueblo contaminado
-pues toda ciudad se ciñe de inmundicia.
Sobre la lumbrera del tenderete -sobre los cubos de basura del hospicio
-sobre el olor de vino azul del barrio de los marineros
-sobre la fuente que solloza en los patios de la policía
-sobre las estatuas de piedra mohosa y sobre los perros vagabundos
-sobre el chiquillo que silba, y el mendigo cuyas mejillas tiemblan
en la cavidad de las mandíbulas,
sobre la gata enferma que tiene tres pliegues en la frente,
la noche desciende, entre el vaho de los hombres...
-La Ciudad por el río mana hacia el mar como un absceso...
¡Crusoe! Esta noche, cerca de tu Isla, el cielo que se aproxima loará al mar,
y el silencio multiplicará la exclamación de los astros solitarios.
Corre las cortinas; no enciendas:

Es la noche sobre tu Isla y en su contorno, aquí y allá,
dondequiera se curva el impecable vaso del mar;
es la noche color de párpados, sobre los caminos entretejidos del cielo y del mar.
Todo es salado, todo es viscoso y pesado como la vida de los plasmas.
El pájaro se arrulla en su pluma, bajo un sueño aceitoso;
el fruto vano, sordo de insectos cae en el agua de las caletas, cavando su ruido.
La isla se adormece entre el circo de vastas aguas,
lavada por cálidas corrientes y grasas lechadas,
en la frecuentación de légamos suntuosos.
Bajo los manglares que lo fecundan, lentos peces entre el cieno
han descargado burbujas de su cabeza chata; y otros que son lentos,
manchados como reptiles, velan. -Los légamos son fecundados.
-Oye chasquear a las huecas bestias en sus conchas.
-Sobre un trozo del cielo verde hay un humo apresurado
que es el enmarañado vuelo de los mosquitos.
-Los grillos bajo las hojas se llaman dulcemente.- Y otras bestias que son dulces,
atentas a la noche, cantan un canto más puro que el anuncio de las lluvias:
es la deglutición de dos perlas hinchendo su gollete amarillo...
¡Vagido de las aguas girantes y luminosas!
¡Corolas, bocas de moaré: el duelo que apunta y se ensancha!
Son grandes flores móviles en viaje, flores vivientes para siempre,
y que no cesarán de crecer por el mundo...
¡Oh el color de las brisas circulando sobre las aguas calmas,
las palmas de las palmeras que se menean!
Y ni un lejano ladrido de perro que signifique la choza;
que signifique la choza y el humo de la tarde
y las tres piedras negras bajo el olor de pimiento.
Pero los murciélagos cortan la noche blanda con pequeños gritos.

¡Alegría!. ¡oh alegría desatada en las alturas del cielo!

...¡Crusoe!, ¡estás ahí! y tu rostro se ofrece a los signos de la noche,
como una invertida palma de la mano.
Poeta

Poemas :  INVOCACION A LA OSA MAYOR
Invocación a la Osa Mayor
Autora : Ingeborg Bachmann
Austria 1926-1973
.

Escritora de poemas, cuentos, ensayos y libretos para Ópera. Obtuvo Doctorados en Filosofía, Psicología y Literatura. Una de las más importantes escritoras modernas en lengua alemana. Esta es versión de : Cecilia Dreymüller y Concha García. Ed. Hiperión 2001.

Invocación a la Osa Mayor.

Osa Mayor, baja, hirsuta noche,
animal de piel de nubes con ojos viejos,
ojos de estrellas,
por la espesura irrumpen relucientes
tus patas con las garras,
garras de estrellas,
mantenemos despiertos los rebaños,
pero encantados por ti, desconfiamos
de tus flancos cansados y de tus dientes
agudos y semidescubiertos,
vieja osa.

Una piña: vuestro mundo.
Vosotros: sus escamas.
Yo la muevo, la hago rodar
desde los abetos del principio
hasta los abetos del final,
la resoplo, la pruebo en la boca
y la agarro con las zarpas.

Ya tengáis miedo o no lo tengáis,
pagad en la limosnera y dadle
al ciego una buena palabra,
para que sostenga a la osa de la correa.
Y sazonad bien los corderos.

Podría ser que esta osa
se soltara, no amenazara ya más
y corriera tras todas las piñas caídas
de los abetos grandes y alados
que cayeron del paraíso.


Autora : Ingeborg Bachmann (Austria 1926-1973).
Poeta

Poemas :  Cíclica desmañanada
CÍCLICA DESMAÑANADA

Eterna vuelve cada mañana,
en la esperanza dormida en la noche,
como cambia el verde en las hojas,
el afán amarillento del otoño,
donde se pierde cada verano.
¡En la blancura de la nieve áurea!.
¡En el rumor que corre en el agua!.
¡En el valle de calles de lunas crecientes!.

Cíclica desmañanada cíclica.
Desmañanada cíclica desmañanada.
Cíclica.
Desmañanada.
Cíclica.

Por la sonrisa de espumas de brisas.
De olvidos de llamas de pianos.
De gotas de campos de vientos.
Agobiante desahogo indignante.
Revivificante extrínseco núcleo.
Diligente trajín y pigricia.
En lo ingrávido con largueza regio.
En lo efectista hinchado espiritoso.

Cíclica.
Desmañanada.
Cíclica.
Desmañanada desmañanada.
Cíclica cíclica.

Derramando al espejo reflejos vacíos,
en la tarde magra y fría del detalle.
¡Soñador destello de extraña entraña!.
Por la mirada temblorosa del embeleso,
en las cúpulas sin límites de pájaro,s
voraces, volátiles, fabricantes de pobreza,
en racimos de palomas lavando ropas,
por los aires de las culpas colectivas.

¡Cíclica desmañanada cíclica desmañanada!.

En los trenes repletos de preguntas,
de panes acuñados con el hambre,
con el vientre de los ojos lleno,
en las manos que se decuelgan del suelo,
del cielo poblado de serpientes y gusanos,
de la oquedad mas cercana y purpurina,
por la obscuridad que frenéticos cultivan,
por la mañana incesante del agua seca.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Lupus óxido
Lupus Óxido

De ángulo dormía un perro.
Por la ventana la luna

Fiel violeta en el jardín.
La noche encima de su mesa

De invierno campaneando
El silencio otoño

La primavera lejos.
Del rectángulo el café bebe

De la tienda de la esquina nada.
Cultivando gotas sembrando

Brisas en la noche sombras.
Al débil manantial intratable

Embalsamador de cristales
Inmediatos.

Kilómetros de plaza pálida.
Litros del espantapájaro

Las pupilas recogen puñados
De ceniza

Al influjo fidedigno del cemento
Y al valeroso lápiz enfermo
Lo
Dijo
En
La
Hoja
Enmohecida... ¡Como su lupa!


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta