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deshago el tiempo en pensamientos perdido en el hueco oscuro del fruto que la noche sostiene deshojo uno que otro suspiro apoyando un cuaderno escolar entre mis rodillas... vivo el absurdo de una poesía cansada. se hacen las dos, las tres de la mañana, son de nuevo las nueve ya la luz de su recuerdo escapa fugitiva hasta dejar en el alma sólo un rastro de polvo de estrellas apagadas. motas de olvido que se me quedan entre las ideas.
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Poeta
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Vivo en este paisaje de paredes macilentas, de libros desgastados por la insaciable lectura, pretendo no mirar los objetos de este cuarto... unos cuadros azules, las lámparas, el viejo televisor... los tristes recuerdos de alma que de mi corazón colgaste ... es como si temiese encontrarte... en cada uno de ellos, pero..¡ que va! vivo rodeado de tanta tristeza sin traducción el amor y el olvido después de todo no parecen tan distintos detrás de este vidrio de recuerdos insomnes. Quizás el amor tiene que ver más con ausencias que con presencias Sigo diciéndome a mi mismo que todo estaba arreglado ... que tanto dolor ..servirá para algún propósito... y que más allá de estas noches que destilan tormento y del amor que se destiñe... alguna lección me espera. De esta manera mi alma se rinde sin saber de qué sustancia estaba hecho el triunfo. Mientras tanto, la luna muere sobre los tejados y una lluvia pertinaz vuelve a repetir su humedad agregando nostalgias y dolores sobre éste mi corazón... que no termina de explicarse.
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Poeta
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Como no amar esos hermosos ojos verdes... espejo sutil de tanta pureza Ojos que esconden del amor la incoherencia Cuanto dura la eternidad, un beso acaso o tu mirada de amor adentrándose en mi corazón y que me domina Amor sostenido por el hilo de los sueños mariposa azul, reina mía todo lo que aspiro es, sumergirme en el mar de tus anhelos conversar sobre estrellas sobre la vida... vivir a tu mirada por siempre atado Es tu mirada verde como tu alma... demasiado profunda, como para no amarla
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Poeta
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Has pensado en el efecto de una moneda en la palma de la mano La seguridad del que la da la soberbia del que la posee la humillación del que la pide Has pensado en los niños transparentes en el color de la muerte en la injusticia de la suerte Has pensado que todos tenemos derecho a todo Has pensado que aquel que todo lo posee muy bien pudiese ser un ladrón.
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Poeta
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Qué será de mi cuando ya no te sienta y tu mirada ya no arda paralela a un costado de la mía. Me quedaré sin sueños sin palabras ... Un vendabal azul comenzaría a borrar de la arena del recuerdo la huella de tus pasos. El corazón roto del cual ya no brotará el verso sano... y el reloj del alma marcará un solemne protocolo de silencios. No volvería a nacer y si lo hiciera obligado por esta deuda en el alma... sería cristal opaco para no reflejar el sol de tu luna o esa niebla verde que adorna tus ojos. Sin ti ... solo contemplando el silencio tratando de alcanzar tus ojos que se cerrarán entre unos párpados que una vez fueron los míos. Me dejaría caer con la incierta voluntad de la otoñal hoja que la mano del tiempo desprende. No, no temo a la soledad pero sí al adiós a ese adiós sin palabras acompañado de ese dolor profundo ... que no cesa que no miente nunca calla. Cerraría mis ojos ante esa ausencia de luz... Jamás descansaría del alma.
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Poeta
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“Sin importar la belleza de eones acumulada en la noche constelada, o el esplendor titilante de la gota de rocío sobre el verdor de la hoja, si no existiese una consciencia inteligente que pudiera contemplarla y admirarla, la creación toda, sería un acto fútil”.
Luis E. Rivera Abadía
Reflexiones sobre la muerte
La realidad de los seres humanos habitando en este plano de fisicalidad es la eternidad; siempre hemos sido, siempre hemos estado y siempre seremos. La muerte tal y como es explicada por la ciencia, la sociedad y las religiones no existe. La “muerte” es una de las muchas mentiras, verdades a medias, sistemas de control y parcelas de poder que permite que una élite sacerdotal promueva el miedo, el terror sicológico y mental, para también de paso obtener enormes ganancias en base a ese terror explicado e inculcado por virtud de algunos “libros sagrados”.
Toda nuestra cotidianidad ha sido organizada y esquematizada en torno a una “partida, al día que me toque marchar”. Por esa razón, las cartas testamentarias, los calendarios divididos en años, meses, días, semanas; cronómetros subdivididos en horas, segundos, minutos, nos recuerdan la ilusa maldición de la temporalidad que camina abrazada al tiempo lineal.
Los seres humanos no “poseemos un alma, o espíritu”. Los seres humanos somos El Alma, conciencias inteligentes viviendo experiencias en lo físico; una matriz de puntos luminosos entrelazada al ADN del cuerpo físico, astral y mental, fractales de la Divinidad. Nuestra verdadera realidad álmica vive olvidada y encerrada entre decenas de candados subliminales en el subconsciente y sepultada dentro de un ego anclado a lo material.
Se nos alecciona para que pensemos que es todo lo contrario; que desde nuestra penosa humanidad alcanzaremos lo eterno por medio de un intricado sistema de ritos, mandatos y ordenamientos, rindiendo nuestras energías, libertades y lealtades a deidades extra corpóreas enmarcadas en un azul cielo victoriano .
Toda nuestra existencia terrenal está organizada en torno a ese miedo visceral hacia la muerte. De ahí la urgencia por adquirir los seguros, los panteones pre pagados, los Parques de la Luz, la obsesión con dejar huellas físicas en este plano, nuestro apego a bienes materiales, el querer vivir todo de una vez y muy rápidamente.
Hemos confundido la experiencia con nuestra verdadera realidad, que está supeditada a la dimensión de lo sempiterno; una cosa es el carruaje y otra el conductor del mismo, una cosa es la computadora y otra el sistema operativo que permite que la información fluya.
Creemos que nada merecemos, que necesitamos que otros nos salven y así mitigar el temor de no continuar existiendo. Con todo esto, negamos el verdadero amor, aquel que reside en las dimensiones sutiles del alma (que nada tiene que ver con la química de las feromonas) y que nos insta a entender quién en realidad somos y de alguna manera disipar los temores provocados por la aparente fugacidad de nuestra existencia. Es esa energía la que da cohesión y estructura geométrica a nuestra existencia eternal y nos liberará de nuestra pavorosa percepción de la mortalidad. El amor trasciende los umbrales de la muerte física pues es la fuerza vital de nuestra realidad espiritual y la que sostiene el andamiaje del multiverso.
Conciencias Inteligentes que crean el fino, rico y vibrante tejido de la eternidad es lo que siempre hemos sido… y seguiremos siendo. La muerte es sólo uno de los extremos de un luminoso lazo para que del amor incondicional y sempiterno podamos asirnos.
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Poeta
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Llegas puntual como siempre. A la hora en que las sombras pugnan por esconderse en mi claustro. Ataviada con tu sensual vestido transparente. Los labios pintados con el mustio barniz del olvido. Deshojas ante mi una flor de silencios gemidos del alma que se mezclan con la quietud de la noche. ¡Iluso soñador estrechado entre sus brazos la elíptica silueta de un recuerdo! Te haces un ovillo junto a mi pecho llenando mi regazo con los girones de la vana espera. Me conoces bien, frágil en el amor, vasallo ante el dolor. Ya no me encuentro, por ser diferente me quedo solo. Con tu fantasma irradiando tristezas en la obscuridad. Apártate de mi, dueles más que siempre al usurpar su lugar... ¡Soledad!
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Poeta
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Esta historia se pierde en la noche de los tiempos, entre la bruma matizada por el gris de un páramo agreste, árido y seco. Nacidos en Judea, una aldea sometida al poder del águila romana; nación ensangrentada por el filo de las gladius de los centuriones. Lugar tumultuoso, en el que a diario un nuevo líder Zelote aparece predicando el final de los tiempos y del opresor latino, sólo para semanas más tarde purgar su osadía colgado y amarrado a un madero vertical. Las calles polvorientas y los pedregosos caminos conocen bien la historia, el seco viento del desierto repite sus nombres, Yeshai ben Panthera, y Judas ben Halachmee, gemelos de la adolescente hebrea Miriam Stadea.
Desde muy temprana edad los hermanos fueron educados en las montañas de Qumrán hogar de los terapeutas, los monjes esenios. Fueron iniciados en los misterios del Pleroma, en la física de la conciencia, en los arcanos de fusión con el Aeón Sophia. Recogiendo al amanecer, los hongos de la Amanita Muscaria para las ceremonias secretas, y entrar en estados de conciencia alterada. Instruídos uno en el consejo del Anciano Josef, guardián y padre espiritual de la comunidad Esenia; el otro a los pies del Rabino Hillel en su escuela filosófica, la máxima autoridad de la Torah.
Yeshai ben Panthera, educaba al pueblo sobre la ignominia de Yaldabaoth al creerse único Dios del Cosmos entero, imitando la construcción del Pleroma, creando una proyección de realidad virtual en simulación de un patrón dimensional de mayor jerarquía. Pasando por alto y sin reconocer la corriente cósmica surgida del núcleo galáctico que le dió vida, el Aeón Sophia.
Sus palabras atravesaron desiertos, palmeras, corazones y espíritus, hasta llegar a oídos del agresor intervencionista romano y a una canalla ignorante y traidora.
Acusado de sedición y traición fue condenado a la lapidación. Un método cruel y barbárico, en el que el condenado envuelto en una blanca sábana era enterrado hasta la cintura o el cuello para sufrir una muerte lenta y dolorosa. Utilizando piedras no excesivamente grandes para evitar la muerte con el primer golpe. A veces por compasión haciendo tomar al condenado un brebaje de yerbas narcóticas para suprimir en algo la agonía.
Yeshai ben Panthera pudo escapar al suplicio huyendo hacia Egipto. Allí siguió expandiendo su conocimiento como sanador en las sociedades secretas de los Maggis y alcanzando el trigésimo tercer grado de sabiduría hermética. Marchando finalmente hasta Britannia con su familia inmediata y creando luego de su desaparición física un linaje de reyes en dicho lugar.
Judas ben Hallachmee el otro gemelo, olvidó sus días de infancia en Qumran, se convirtió en soldado, en guerrero, en un bebedor de vino y amador de los placeres mundanos. Estaba dotado de un temperamento en extremo volatil e incontrolable, el cual era alimentado a su vez por un odio visceral al interventor del águila en sus estandartes. Vivía sólo para ver expulsadas las legiones romanas fuera de su país.
Se hizo acompañar de un grupo de seguidores, en el que permeaban los más rebeldes estamentos de la sociedad judía de la época, los marginados, los olvidados de la tierra. Una milicia que conspiraba contra el satus quo de la polvorienta y explosiva aldea del medio oriente.
El discurso inflamatorio de Judas fue sofocado violentamente. Su gesta fue vana y fútil, las gladius de los centuriones, aplastaron la diminuta revuelta y su líder condenado a la cruz, por atentar contra la estabilidad del águila romana.
También pudo escapar a la muerte, porque en los gemelos parece haber cierta sincronicidad en cuanto a eventos trascendentes. Apeló a su derecho por haber nacido con sangre real de tener un reemplazo en la ejecución. Fue enviado en esclavitud hasta la India donde vivió el resto de sus días como constructor de tiendas en el pueblo de Cachemira.
El inclemente sol del desierto fue quemando y derritiendo los días, meses y centurias del espacio tiempo. Las historias de los gemelos de Miriam Stadea, sobrina de Herodh, fueron llevadas por sus respectivos seguidores de aldea en aldea, de casa en casa en forma oral. Estos contadores de las hazañas de los hermanos gemelos, o prebisteros eran personas poco conocedoras de los rudimentos de la lectura y escritura, de la grammatikon; una multitud de idiotas farfullantes que mezclaban la grasa de sus historias con la de los antiguos dioses paganos. Pedían dinero, comida y sexo como pago por divulgar las historias de Judas ben Hallachmee y Yeshai ben Panthera. Los prebisteros eran en ocasiones lidereados por algún escriba llamado Obispo, que se daba a la tarea de escribir las historias narradas.
La tradición oral y escrita siguió su curso, las historias de los gemelos de Miriam Stadea continuaron repitiéndose de boca en boca, amalgamándose la una con la otra, mezclándose y entremezclándose en una compacta y extraña alquimia, haciéndose y deshaciéndose en un eterno ciclo como la lluvia.
Hasta que al final, no se supo quién era uno o el otro. Forjándose una historia única, que en su fondo son dos historias y que no cesa de afectar cada nanosegundo de nuestra vida lineal, historia aún inconclusa… tal vez por la intervención de algún Demiurgo.
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Poeta
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Cuando mas clara te parezca la lluvia de marzo Y aún cuando creas que entre tú y yo todo está dicho... Igual recuérdame Cuando contemples con mirada ascendente y pura el triunfo de la noche constelada y la derrota del atardecer sumergido en las olas... Igual recuérdame Cuando la soledad vaya a tu encuentro y de tu nuevo amor te sientas insegura... y las sombras de la incertidumbre florezcan en tus penumbras Igual recuérdame Cuando el brillo de la desesperación ilumine tus pupilas y el pasado poblado de recuerdos te visite dormida... Igual recuerdame Y no me olvides prematuramente y no te comportes como si mi dolor no fuera también tuyo y no importara... Igual recuérdame Soy el hombre que desde siempre te ama[img align=left width=300]http://k16.kn3.net/92CC2C806.jpg[/img]
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La abuela Cristina terminó su oración no quedando satisfecha con la misma. Tuvo un presentimiento que sus ruegos y súplicas al Dios al que le había “servido” desde la plataforma de sus creencias no eran escuchados.
__“Tanto que te pido y te sirvo Dios mío y no me concedes el anhelo de mi corazón” Un gigantesco y denso techo vibratorio se interponía entre las oraciones salpicadas de fe y reverencia de la anciana y el Dios que el dogma planetario enseñaba con múltiples nombres de acuerdo a la cartografía.
Lo que los sentidos físicos de la abuela Cristina y su cerebro no pueden decodificar es el enorme cubo geométrico, una cámara de tiempo “atemporal” que cubre todo el planeta. Sobre el planeta mismo inmerso en la cámara de tiempo, una rejilla electromagnética a su vez cubre todo el plano terráqueo. Hay alrededor de 49 cruces o perpendiculares de rejilla por metro cuadrado, dándole a la geometría de la prisión una forma de panal con celdas hexagonales. Cada celda tiene trescientos metros de profundidad. El ensamblaje de la rejilla consiste en dos espirales de plasma con una frecuencia vibratoria de 2 gigahercios, para dar estabilidad al escenario virtual.
Cualquier alma que mediante el mecanismo de la muerte física trata de salir, es atrapado dentro de una de las celdas. El contenido energético de la misma es transmitido o vaciado al alma y esta a su vez perderá noción de sus experiencias pasadas. Cada celda también posee un mecanismo de programación que le dará “sugerencias al alma sobre su regreso nuevamente al plano físico y las supuestas misiones que debe concluir” Las deudas kármicas, los pecados y la paga por los mismos es todo parte de intricada de red de engaños que nos devuelve perennemente de vuelta a este planeta prisión.
La abuela Cristina es mucho más anciana de lo que ella puede entender, tampoco es el ser que ella cree ser. En el principio ella (su esencia o alma) fue una entidad lumínica procedente del Octavo Universo. La abuela vive atrapada dentro de su propia genética, enclaustrada en un avatar biológico. Su esencia, su realidad, está oculta dentro de un carruaje de nervios, tejido y hueso creado por un demiurgo o dios menor al que ella rinde devoción una y otra vez. El 98% de su genética fue creada por esta raza de demiurgos. Ensamblaron su gen lumínico o esencia a un 2% de su capacidad dentro del avatar biológico. En algún momento hace miles de años la consciencia o genoma lumínico tomó control de la prisión físico-biológica y algunos logran escapar. No así la anciana que continuó presa del dogma que sugiere el demiurgo fue la verdadera Creación.
El interventor espiritual añadió, sumó otra herramienta para perpetuar la cautividad, una conciencia física, una especie de músculo mental y espiritual que suprime y acalla la voz de la esencia primigenia. Este nuevo candado sepultó la consciencia lumínica original creando una barrera entre el avatar humano y su verdadera realidad. Una interrupción en la comunicación hacia las realidades más sutiles, nadie entra, nadie sale, nadie puede transmitir ni recibir información.
Ella vive en un holograma virtual, su vida actual es una eterna reiteración de vidas anteriores, miles de ellas. La historia antigua que conoce son retazos de realidad de otras dimensiones, ingeniosamente ordenadas para dar una sensación de “secuencia en el tiempo lineal” Todas sus existencias han estado siempre regidas por el dogma religioso reinante de la época. Por la amnesia a la que es sometida por la tecnología espiritual que circunvala el planeta. Atrapada dentro de una genética creada por el demiurgo que le impide reconocer quién en realidad es.
Desde este plano azul, hogar de la abuela, las oraciones, la fe, la devoción no puede alcanzar el punto de partida original, el Universo Lumínico. Hay una prisión, dentro de una prisión y dentro de otra prisión, como si la abuela estuviese habitando en una muñeca rusa matrioska.
Citar el texto, rezar, orar, citar la concordancia, repetir lo que otros escogieron para ella, como lo verdadero, justo y razonable jamás le devolverá la libertad… pero ella continúa orando y sus plegarias y rezos estrellándose contra la barrera del demiurgo, hasta que algún día entienda su verdadera realidad…
Ella vive en un prisión planetaria, su cuerpo biológico es otra prisión y el dogma religioso al que le sirve un enorme y pesado candado con la que los controladores tienen a buen resguardo su conciencia lumínica.
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