Textos :  El techo de acero y las oraciones de la abuela
La abuela Cristina terminó su oración no quedando satisfecha con la misma. Tuvo un presentimiento que sus ruegos y súplicas al Dios al que le había “servido” desde la plataforma de sus creencias no eran escuchados.

__“Tanto que te pido y te sirvo Dios mío y no me concedes el anhelo de mi corazón”

Un gigantesco y denso techo vibratorio se interponía entre las oraciones salpicadas de fe y reverencia de la anciana y el Dios que el dogma planetario enseñaba con múltiples nombres de acuerdo a la cartografía.

Lo que los sentidos físicos de la abuela Cristina y su cerebro no pueden decodificar es el enorme cubo geométrico, una cámara de tiempo “atemporal” que cubre todo el planeta. Sobre el planeta mismo inmerso en la cámara de tiempo, una rejilla electromagnética a su vez cubre todo el plano terráqueo. Hay alrededor de 49 cruces o perpendiculares de rejilla por metro cuadrado, dándole a la geometría de la prisión una forma de panal con celdas hexagonales. Cada celda tiene trescientos metros de profundidad. El ensamblaje de la rejilla consiste en dos espirales de plasma con una frecuencia vibratoria de 2 gigahercios, para dar estabilidad al escenario virtual.

Cualquier alma que mediante el mecanismo de la muerte física trata de salir, es atrapado dentro de una de las celdas. El contenido energético de la misma es transmitido o vaciado al alma y esta a su vez perderá noción de sus experiencias pasadas. Cada celda también posee un mecanismo de programación que le dará “sugerencias al alma sobre su regreso nuevamente al plano físico y las supuestas misiones que debe concluir” Las deudas kármicas, los pecados y la paga por los mismos es todo parte de intricada de red de engaños que nos devuelve perennemente de vuelta a este planeta prisión.

La abuela Cristina es mucho más anciana de lo que ella puede entender, tampoco es el ser que ella cree ser. En el principio ella (su esencia o alma) fue una entidad lumínica procedente del Octavo Universo. La abuela vive atrapada dentro de su propia genética, enclaustrada en un avatar biológico. Su esencia, su realidad, está oculta dentro de un carruaje de nervios, tejido y hueso creado por un demiurgo o dios menor al que ella rinde devoción una y otra vez. El 98% de su genética fue creada por esta raza de demiurgos. Ensamblaron su gen lumínico o esencia a un 2% de su capacidad dentro del avatar biológico. En algún momento hace miles de años la consciencia o genoma lumínico tomó control de la prisión físico-biológica y algunos logran escapar. No así la anciana que continuó presa del dogma que sugiere el demiurgo fue la verdadera Creación.

El interventor espiritual añadió, sumó otra herramienta para perpetuar la cautividad, una conciencia física, una especie de músculo mental y espiritual que suprime y acalla la voz de la esencia primigenia. Este nuevo candado sepultó la consciencia lumínica original creando una barrera entre el avatar humano y su verdadera realidad. Una interrupción en la comunicación hacia las realidades más sutiles, nadie entra, nadie sale, nadie puede transmitir ni recibir información.

Ella vive en un holograma virtual, su vida actual es una eterna reiteración de vidas anteriores, miles de ellas. La historia antigua que conoce son retazos de realidad de otras dimensiones, ingeniosamente ordenadas para dar una sensación de “secuencia en el tiempo lineal” Todas sus existencias han estado siempre regidas por el dogma religioso reinante de la época. Por la amnesia a la que es sometida por la tecnología espiritual que circunvala el planeta. Atrapada dentro de una genética creada por el demiurgo que le impide reconocer quién en realidad es.

Desde este plano azul, hogar de la abuela, las oraciones, la fe, la devoción no puede alcanzar el punto de partida original, el Universo Lumínico. Hay una prisión, dentro de una prisión y dentro de otra prisión, como si la abuela estuviese habitando en una muñeca rusa matrioska.

Citar el texto, rezar, orar, citar la concordancia, repetir lo que otros escogieron para ella, como lo verdadero, justo y razonable jamás le devolverá la libertad… pero ella continúa orando y sus plegarias y rezos estrellándose contra la barrera del demiurgo, hasta que algún día entienda su verdadera realidad…

Ella vive en un prisión planetaria, su cuerpo biológico es otra prisión y el dogma religioso al que le sirve un enorme y pesado candado con la que los controladores tienen a buen resguardo su conciencia lumínica.
Poeta

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