Poemas : Anécdota inefable |
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ANÉCDOTA INEFABLE Esto pasó cuando menos lo esperaba. La piedra me soñó petrificado. Nada sabía el aire ni el agua. El cincel, el martillo, la campana, la tarde, el tiempo... Todos dormían. Menos yo. Y en ese sueño era piedra. Frontera de nube y almohada. Desperté de noche sobre la luna. Siendo piedra, siendo sueño, sin saberlo. Dormí en el fondo del mar... Sin color. Frontera de roca y esponja. ¿Para qué decirlo?. Nadie lo creería. Y menos cuando se enteran que uno, es un sueño de una piedra. Y sin embargo, se puede. Aunque solo enamorado, de los ídolos, del amor. Y de las flores de acero. Se puede sentir. Se puede imaginar. Se puede soñar, incluida a la piedra que sueña. Pues ésto pasa en los sueños. De otras piedras. Cuando nos sueñan. Sin saberlo. Y el aire se humedece de alegría. Y lo que parece deja de serlo. Y al final no puedes contarlo. Completamente... ¡Solo lo inefable, como aquí!. Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Muy interesante poema que parece poner en tela de juicio el valor onírico del movimiento, en favor tal vez del de la contemplación pura. Un gusto de lectura. Le dejo un cordial saludo, Joel.
Gus
Estimado Gustavo : Buen año, y mejores tiempos tenga siempre. Es grato recibir sus certeros comentarios de re-lectura comprensiva y analítica. Gracias de su valioso tiempo. Nos seguiremos leyendo y comentando.
Joel, interesantes sus letras, saludos
Don Julio Medina : Buen año, gracias de su atención y cortesía.