Que boda de tradición con Banda, ¡que linda unión! al estilo de Huecorio, el Templo su adoratorio.
Año del ochenta y siete fue la fiesta, gran banquete, hablo del siglo pasado, el enlace más deseado.
Dos de mayo fue la fecha, pasión, cupido, su flecha el cariño al cien por ciento, un recuerdo y sentimiento:
Muy galán iba Saúl, Lucía, . . . como cielo azul, la novia despampanante bella dama impresionante.
La reunión maravillosa, no merecían otra cosa, hubo muchos invitados no faltaron los colados.
Esta miel lo malo mata, bonitas bodas de plata, estar juntos fue su sueño veinticinco años de ensueño.
Sacramento el matrimonio no a las cosas del demonio, Dios vela su comunión, el tiempo es rezo, . . . oración.
Cronos seguirá a su lado, será por siempre un aliado, el casorio deja huellas tres hijas, todas estrellas.
Erandi, Nelly Lucía, Daniela, triple alegría su mayor satisfacción la sangre, el corazón.
Hoy, refundan la familia adórense sin vigilia, sigan por la hermosa senda tal vida será leyenda.
Nuevas nupcias en Huecorio su casa, bendito emporio, se los juro yo no miento ya dio fruto el casamiento.
No les hablo del dinero sino de amor verdadero, el que mueve corazones, el que alivia las tensiones.
El que hace que se soporten que los defectos no importen, a ese querer me refiero, al que, por cierto, me adhiero.
Gloria, que puertas nos abres, mis respetos a sus padres en donde quiera que estén, me los educaron bien.
¡Felicidades pareja! ni un problema los aleja, seguirán por siempre juntos aunque ya estén bien difuntos.
Mi Pátzcuaro, San Pedrito, se los digo y lo repito en Apúpato buen trato, ¡casorio, . . . momento grato!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Desarrollo Ecoturístico Apúpato, San Pedrito, Lago de Pátzcuaro, Huecorio, Estado de Michoacán de Ocampo, México, a 05 de mayo del 2012 Con los mejores deseos y toda mi gratitud, dedicado al bello matrimonio formado por la Señora Lucía Becerra y Saúl Morales . . . Reg. SEP Indautor No. 03-2012-083012362100-14
Somos los hombres huecos, los hombres rellenos. Apoyados el uno al otro, aditamento cefálico lleno de paja. ¡Ay! Nuestras voces secas, cuando murmuramos juntos, son tranquilas y carecen de sentido, como el viento en el prado seco o las patas de una rata sobre el vidro roto en nuestro seco sótano.
Figura sin forma, sombra sin color, fuerza paralizada, un gesto sin movimiento; aquellos que cruzaron con ojos firmes hacia el otro reino de la Muerte nos recuerdan -si acaso- no como almas violentas y perdidas, sino simplemente como los hombres huecos, los hombres rellenos.
Traducido por: Gustavo Larsen, veintisiete de marzo de 2019.
Sobre el nombre también la sangre hierve, hierba escudo y nudo crudo, el tiempo. ¡Atrocidad feroz!... Boato y apoteosis. Ya ni hocicar al pretérito ilumina. Ya ni al oxidarse estropeado exalta. Ya ni el vilipendio ignoto infama.
Restos del hombre sombras vierten. Al ínfimo infinito el íntimo fracaso, rudo ruido raudo roído ruin. ¡El aire al mismo grito gruñe!. Tiranía brutal de la vanidad infame. ¡Vaya expoliador probo del vituperio exultante!.
La nota del dolor tan sólo informa, informe la triste tarde embiste, la estrofa rota, las ratas raudas. ¡Oh, espuma!... De la fúnebre belleza, la aurora en duelo doble duele, por el orondo indócil óbice soso.
Pérfido erebo Cetro lesivo Hasta en lo recóndito Inepto cúmulo De lo vil ruin ¡Ya, a la misma perplejidad, ofusca!.
Más de una hora inquieto, tratando de encontrarla por las calles, apostado en sitios estratégicos esquinas en teoría casi inevitables, húmedos bares de tres al cuarto, paradas de autobuses qué se yo. Y ahora, ahora estaba ahí, tranquila, tan campante, guapísima, del otro lado del cristal. La había visto de lejos, de muy lejos diría, para estos ojos miopes con que ando Ahí está ahí está, pensé, y se agitó mi espíritu lo mismo que se agitan las aguas tristes de los lagos con la brisa de otoño. Era el momento, esa ocasión que ni pintiparada, única: bastaría con empujar la puerta, mentir un simple encuentro fortuito, entrarle al quite, buenos días caramba, vaya una feliz casualidad, y todo hecho, todo; y luego, ya se sabe, cada uno debe tener su arte de enrollarse, su ars amandi, como ya dijo Ovidio. Era el momento sí. Pero pasé de largo igual que un apestado, como un perro con pulgas y el rabo bien metido entre las patas, jadeando, sin osar tan siquiera echarle una mirada de reojo: apijotado, vamos. Pasé de largo como las aves pasan en los cielos y el sol sobre los días y las flores que quieren reposar en sus cabellos y morirse en sus manos, y no saben.
La calle se ha hundido como la nariz de un sifilítico. El río es voluptuosidad que se prolonga en saliva. Lanzando su ropa interior hasta la última hoja los jardines yacen derrengados obscenamente en junio. Salgo a la plaza, me pongo en la cabeza la calle ardiente, como una peluca roja. Los peatones me eluden con temor: en mi boca agita las piernas un grito a medio masticar. Pero no oiré un reproche, no escucharé ladridos, y habrá flores a mis pies como a los de un profeta, porque ustedes, narices hundidas, lo saben muy bien: yo soy su poeta. ¡Vuestro juicio final me da tanto miedo como una taberna! Pero tan sólo a mí, a través de edificios en llamas, me sacarán en andas las prostitutas como a efigie sagrada, y me mostrarán a Dios en su descargo. ¡Y Dios llorará leyendo mi brevísimo libro! Hecho de temblores en compactado ovillo, no de palabras; y echará a correr por el cielo estrechando mis versos y los recitará a sus amigos conteniendo el aliento.
MI REFLEJO ___Siddhicharan Shrestha ( Nepal ) 1937-1992 Escritor y poeta brillante. Publicó 10 libros, y fué miembro de la Academia Real de Nepal y del Comité Rajasva.
Mi reflejo
Su aspecto es el de quien ha perdido algo, ha olvidado algo, ¿Quién es el que viene por este camino?
Camina como un perro Comprando el dolor con su duelo ¿Quién es el que viene por este camino?
Como piedra en un palo Una calabaza sobre rocas Arrastrado por niños Diciendo que es un hombre ¿Quién es el que viene por este camino? Inconsciente de la verdad Acogiendo sólo la mentira Bajando Convencido que está subiendo Contaminando el aire Ciego ante sus alrededores ¿Quién es el que viene por este camino?
Una forma sin belleza Un lenguaje sin sentimientos Un hombre sin alma Un pensar sin salida; Es mi imagen Que viene por el camino.
Silentes gorrioncillos te contemplan Pétalos deshojados, marchitos Es ahora la flor más hermosa que ayer Precisa lanzaba sus aromas al nacer…
¿Cómo ocurrió?... con las miradas preguntan Sin saber responder ni cubrir la vergüenza Del nombre manchado del hombre Que puso en tus manos un bello querer... piensas...
Pediré perdón… si Dios me perdona, ¿por qué no él? Pero no sientes remordimiento, ni pena… Lo que para ti, sólo fue un acto perdido Para él, será perder la vida.
El sol de la tarde que alumbró tu desliz Mortecino y menguante se hunde allá lejos Buscando la noche en la sima del mar Ocultando ajeno tupé… que no quiso ver.
Nadie te pidió perfección, sólo franqueza Le faltaste a un hombre, eso se paga Porque sábelo bien y de una vez, ni Dios perdona… Porque si no, no existiera el infierno.
Delalma 03/12/2012 10:55:58 p.m.
El hombre se reserva el derecho de cobrar, cómo, cuando y dónde. La tierra es pequeña bajo este cielo.
Autor del Canto Aconcagua, La Epopeya del León y otros muchos, odas, idilios, elegías, epitalamios.
CONFORMIDAD (soneto)
Por encontrar la dicha, que en el suelo tal como la soñó nadie ha encontrado, lucha el hombre en el mundo exasperado y empeña y gasta su incesante anhelo. Si algo logra alcanzar tras su desvelo, es hacerse a su vez más desgraciado, matar la fe, vivir desengañado, y de inclemencia apostrofar al cielo. ¿Y qué es lo que pretende?... ¿En qué grandeza finca la dicha y sueña la fortuna? ¿En el mando?..., ¿en la gloria?..., ¿en la riqueza? ¡Oh triple agitación, lucha importuna!... ¡Felíz aquél que sabe en la tristeza que no hay más dicha que no ansiar ninguna!
Y el mar fue y le dio un nombre Y un apellido el viento Y las nubes un cuerpo Y un alma el fuego. La tierra, nada. Ese reino movible, colgado de las águilas, no la conoce. Nunca escribió su sombra la figura de un hombre.