Poemas :  Beldad en maldad
BELDAD EN MALDAD

Eran solo amarillas,
las fantasías de las noches rojas de sangres,
verdes en la brisa miel goteando.
Aquellas olas muslosas como el enjambre fragante,
en el temblor del verano y la luna de pinos.
¡Donde las sirenas se pierden serenas!.
En los paisajes de los lentos rebaños,
por los tibios besos de nadie.

Pues si no.
Si no.
Aquéllo de otra manera.
Se hubiere erguido.
Legible y flexible.
En el púdico regazo.
En la caverna audaz.
¡Beldad en Maldad!.

¡Atrás de las paredes blancas!.
El silencio tiene un sabor alegre.
¡Bajo los claveles de las alfombras!.
El agua hace pájaros de plata.
En la luz fatigada de las flores.
En la paz perdida de los caminos.
En la voz apagada de las consciencias.
¡En la tierra de los nuevos escombros!.

En
Aquéllo
Que si
Quisiésemos irguiésemos
De
Otra
Manera
¡Más allá de éste astronómico fracaso!.

Por el amarillo fúnebre atigrado.
Por el sangriento fino almidonado.
Entre las noches que gotean los techos,
en las mesas de mil espectros,
en los peces de mil perdones.
¡Las mieles reparten los ataúdes!.
En los enjambres del hambre alambres.
Por los silencios con fiebre fríos.

Y
No
Que
Solo
Se irga
La
Impotencia...
¡En la enclenque y desmirriada razón.

Con esta beldad en maldad.
Por estar ahí.
¡Cuando ellos yergan solo el fracaso!.
En la quietud que al horror da miedo.
Por las sendas enlutadas.
¡Prócer de lo borrascoso!.
¡Expolio de lo legítimo!.
En las últimas razones donde solo lo sinuoso brilla.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Textos :  Unbreakable
Unbreakable


Abrió lentamente los ojos, despertando finalmente de su sueño. Sin embargo, los cerró nuevamente a causa de la pesadez de sus párpados, propia del cansancio de la noche en vela, y también producto de la luz solar que se filtraba por la ventana y encandilaba su visión. Se movió perezosamente en la cama hundiéndose más entre la almohada y las cobijas, tal vez intentando prolongar unas horas más aquel reparador sueño.

Abrió los ojos bruscamente contemplando la figura del joven que dormitaba junto a ella, se veía tan frágil e inocente… Parecía incluso un pequeño niño necesitado de cariño.

Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro, era curioso que aquel joven fuera el mismo que la había protegido durante tanto tiempo, aquel que demostraba tanta fortaleza y seguridad en sí mismo, aquel que se veía inquebrantable, aquel que era su luchador.

Llevó su mano a la frente del castaño, tanteando su temperatura corporal y alegrándose que la fiebre hubiese desaparecido completamente.

Una oleada de sentimientos recorrió su cuerpo.

Fue entonces cuando aquel extraño pensamiento cruzó por su cabeza ¿Y si desde ahora ella lo protegía? Tal como lo había hecho él con ella desde el mismo día en que se conocieron ¿Y si a partir de ahora era ella quien lucharía por él?

En aquel momento cayó en cuenta de algo, y se sobrecogió un tanto al entenderlo, ella casi no sabía nada de él… No sabía de su pasado, ni de sus sentimientos, ni de la razón por la que él era de esa manera.

Llevó su mirada a su muñeca izquierda, leyendo una vez más (como tenía costumbre hacer) la marca en ella.

“Unbreakable” decía.

Gracias a estos instantes de ensimismamiento, no se percató que el joven había despertado, llevándose un pequeño susto al verlo sentado frente a ella, con su mirada somnolienta fija en sus ojos. Hecho que por alguna razón aceleró los latidos de su corazón.

El joven llevó las manos a sus ojos frotándolos con fuerza, tal parecía que no había terminado de despertar, redirigiendo su mirada a los ojos de ella. Pudo percatarse que lucía algo cansada, y llevaba todavía la ropa del día anterior.


“- Estaré en la otra habitación, tienes que descansar y no quiero molestarte- sonrió cálidamente, reflejando, sin embargo la preocupación que la embargaba.

- Espera…- La detuvo tomándola del brazo con las escasas fuerzas que aun tenía- No te vayas. No me dejes solo…"

Recordaba perfectamente de la noche anterior.

Le sorprendió de gran manera la sonrisa que de pronto se dibujó en la chica de ojos verdes, logrando de ésta manera, que apartara la mirada y se sonrojara un poco, acelerando los latidos de su corazón.

- ¿Qué hora es?- fue lo único que acertó a decir, ganándose una mirada confusa de la chica- Olvídalo, yo mismo revisaré- agregó levantándose bruscamente de la cama dirigiéndose hacia la salida de la habitación.

La joven sonrió de nuevo.

Tal vez no sería tan mala idea.

Miró de nuevo la marca en su mano izquierda decidida, apretando luego el puño y llevándola hacia su pecho, donde se supone va el corazón. Desde ahora lo protegería sin importar cual era el papel en que de verdad estaba destinada a realizar, se convertiría en su luchadora pasara lo que pasara.
Al mismo tiempo, y sin saber el por qué, el joven observaba la marca en su muñeca derecha:

“Unbreakable” decía.

Después apretó el puño y llevándolo luego hacia su pecho, dejó escapar un suspiro.
Poeta

Poemas surrealistas :  Amnésicos necios
AMNÉSICOS NECIOS

Por los círculos y masticados ángulos.
¡Son víctima y verdugo tres olvidos!.
Más cautivos que millones,
y masivas las agujas.
Ya reptan sus captores, los castores,
en la sombra metálicos discursos.

¡Tan amnésicos, tan necios!.
¡Necios como amnésicos!.

Por los triángulos desnudos humos,
las coronas amasan los collares,
en las nieves, las tiernas hojas.
¡Son las muchedumbres escombro!.
En cada hombro. ¡Puntos suspensivos!.
¡Ríen deshabitados!. Sin manos.

¡Tan necios, tan amnésicos!.
¡Amésicos como necios!.

Salir por los inmediatos intrincados,
pocos bosques raspan.
Muchas cabras sin dalias quedaron.
Muchos proyectos comen mitos,
con la multitud de huesos y semillas,
entre tiendas secas y descoloridas.

¡Tan amnésicos, tan necios!.
¡Necios como amnésicos!.

¡Cuánta división agrupa guantes!.
En la cuna que perdió su rostro.
En los trenes de corderos.
En la lengua de los cerdos.
¡Hay cardos, espinas, cedro y gusano!.
¡Y el futuro, añicos hecho, solo llora!.

¡Tan necios, tan amnésicos!.
¡Amnésicos como necios!.

En la mitad, y la fiebre de paloma,
una campana esculpe una navaja,
con cemento irremediable, y estrujado,
el perfume maniatado.
Más allá, la pureza es frágil.
Y los insectos compran cualquier lombriz.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas de sombríos :  Siniestro soliloquio
SINIESTRO SOLILOQUIO

Desnuda del viejo polvo, congrega gris,
la fresca mosca comiendo gatos.
¡Y quietos alacranes generosos!.
Aparecen ofuscados.
¡En la comarca de una fuente seca!.

Los cocodrilos anhelos sin filo,
brillaban curvos de anís y lentes,
embriagados por la espalda del eclipse.
¡Y helados, tres, un trigo!.

¡Qué griten los enjambres!.
Nada importa.
Tengo pezuñas del mismo tema.
La hierba caracoleando.
Y la sonrisa vacía.

Miren la luna con fiebre sangra.
Y mil veces al mismo diablo.
¡Lo siento!.

*Si triste vives, morirás dichoso*

Nada hay que esperar del incierto musgo.
Las tinieblas se han sembrado.
Y los frutos implacables brotan.
Y huelen a primaveras negras.
Las tinieblas se han sembrado.

El carbón del ángel sordo.
Se vistió de piel humana.
Y prodiga el amor. ¡Azufre!.
Al
¡Qué!
Sufre desnudándolo.

¡Es el cielo tricolor del vidrio!.
De los celestes gusanos.
En
Este
Bello
Paisaje.

En éste bello paisaje.
¡Dónde solo hablo sólo!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas de tristeza :  Lluvioso recuerdo
*** LLUVIOSO RECUERDO ***

Una noche lluviosa murió tranquilamente.
Entre mis luchas, en el olvido aquél, hoy pienso.
Del astro, melancólico, bajo la lumbre.
De su boca, de fuego, con la fiebre ardorosa.

Lluviosa de fuego.
Lucha melancólica.
De su boca.
Una noche.
Bajó el olvido.

Iba topando con ella a cada paso,
de mis consuelos y la reja, asomaba.

Bajo la lumbre,
del astro,
sin par, era brisa, en su hermosura.
¡Sentí en el pecho, nubes y sol!.
Y hablar al viento,
del perfume,
ése...

La mirada, cruzaba, por un velo.
Y encima el alba,
de mí,
corazón herido.
Esa noche,
lluviosa vive.
Desde aquél,
hermoso día.
En la aurora nace...
¡Pienso, siento, recuerdo!.
Venturoso, feliz, fui al encontrarla.

En el camino.
Áspero de perlas y espinas.
¡La vida!.
Y
Recordar... Lluvioso, ésa noche.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta