Poemas de reflexíon :  De López, Biden y su aterrizaje en el chAIFA
“Todo, por cierto, muy chafa . . .”

López siempre en entredicho,
Biden le cumplió el capricho
de aterrizar en el chAIFA,
le vio la cara de paisa.

Por eso nada le envidio,
a cambió, recapturó a Ovidio
y le aceptará migrantes
deportados, ya desde antes.

Trump dijo que se doblaba,
yo corrijo: “se empinaba”;
volviendo al aterrizaje
el tal Joe ni vio el paisaje.

De terribles terregales,
ventarrones, lodazales,
porque ya llegó de noche
al peje subió en su coche.

“La bestia”, fue largo el tranco
para llegar a Polanco
una hora siete minutos,
según tiempos absolutos.

El poder nada te priva
ahí iba la comitiva
presta abriéndoles camino
al citadino destino.

Andrés vio los botoncitos
les dio sus apretoncitos,
amigos y contlapaches
nomás sintieron los baches.

Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 08 de enero del 2023
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
Poeta

Poemas :  Ininteligible acatamiento... (Neohermético)
ININTELIGIBLE ACATAMIENTO
(Neohermético)

Estuve anublando duramente,
reciclado isóceles empequeñecido,
lunar plantado en esquirlas,
menos temprano incólume,
queriendo estertores débil.

Y tarde llegó,
el desmañanado primero,
aglutinándose lábil escabroso,
insalubre espaldar afrontado,
aniquilado precoz añejo,
destemplando esfenoides,
en bemoles almendrados raudos.

No embargante, en venta,
fusiones frígidas atestan,
infectos mamarrachos cohibidos,
urdimbre abigarrada grácil.

Veo al ecóico desgajado,
y en árboles rugir amasijos,
expiatorios comulgando crueles.
¡Perversidad fasotímica indemne!.
Aunque, valiente, endulza lúgubre,
coqueteo del gritar, agrietado grave,
patibulario empecinarse pueril,
enigmático autómata fétido,
tan siempre ulótrico en creámica,
melindrosa estertorosa fiambre.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas surrealistas :  En la noche verde...
En la noche verde...

Me soñé soñándome desayunando noche,
agria risa que descendía de la nube espinas,
del placer de las campanas sordas grises,
y el grito amarillo y ligero de las cavernas.

¡Dormí, siglos en pedazos, distintos al ojo,
rojo, el aliento al esconderse de los bosques,
débil sabiendo que los lagos lamen secos,
los ecos ahogados por alfileres desnudos!.

¡Creí añejar las delirantes montañas,
en las alas de los barriles de polvo!
¡Sinfonías de lágrimas bajo la tierra,
y la sangre de las estrellas en el río!.

Ya nadie sueña en los relámpagos violetas,
de tigres, humo lloviendo como voces,
sobre la vertical de los años mudos,
vistiendo las tinieblas de manchas blancas.

Hubiera preferido devorar las brasas,
como peces de maderas embriagantes,
el ácido quemar de las ausencias sin fondo,
seguir las mariposas decorando la tristeza.

Pero lloví demasiado en el pasado algodones,
inermes las plumas furiosas de paja indefensa,
en mis necias pesadillas de plástico emplomado,
y acerando el huracán de los frenéticos gusanos.

Tal vez, la noche joven la red enrojecida arruye,
el palpitar de la ceniza en el pálido sollozo,
que lleva los moluscos al desayuno de las tardes,
por las albas del verde amargo atardecer perdido.

Dicen que las serpientes hablan rectas dulces,
en medio de los vidrios sembrando ebriedades,
ocultándose las rodillas con el festín del fango,
por el que se disipa la memoria del resto frágil.

Soñé que me soñaba la sangre seco y nocturno,
en el verde de esa noche que la llave abría,
los hoyos sin cesar de escoltar al éter frágil,
en los dedos de las sillas hecho olvido.

¿Habré sido acaso el sueño atroz de un año,
del ocaso desprendido del futuro suelto y roto,
o los huesos del aliento perdido en la camiseta,
del polvo que estalló en una lágrima humillada?.

Nada sé ahora del aire ciego sordo y mudo,
de piel en el pesado abrigo del servil grupo,
de la carne seca de los botones indiscreto,
del festín en donde todo es cruel abuso llano.

Porque en la noche el rumor se acuesta casto,
volviéndose verde vértigo vasallo vilipendioso,
donde me dicen me sueñan por horas los gatos,
verde joven verde coraje verde noche verde.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Inconexo e imputrescible
INCONEXO E IMPUTRESCIBLE
( Neosurrealista)

Entre cientos de palabras la razón,
se pierde crucificada con crueldad.
¡Azul sin tiempo de ser verde!.
Porqué
El amanecer se ha quitado,
la noche somnolienta,
bañando al sol,
las sombras que tocan,
las campanas en silencio.
Por la ignorancia invadido.
Oasis obstinado original.
Por la libertad inventada.
Máscara mayúscula música.
Por la desigualdad aumentada.
Vestimenta vidriosa vitoreada.
¡Por el espíritu perdido!.
Recostado,
en los brotes de las hojas,
extraviadas,
en la nieve sin otoño,
frío desnudo,
del calor en trozos rotos,
andando,
por lo menos,
el sol al mediodía.
En la inconsciencia programada y regalada.
Fatalidad fervorosa fingida flauta floja.
Por el grande contra el pequeño.
Por el fuerte contra el débil.
Por el armado contra el indefenso.
Por el rico contra el pobre.
¡Oh, cenizas de la fraternidad!.
Decorando al destino.
Inhumano.
Salpicando las ventanas,
con los hilos vidriosos,
del viento envejecido,
con la reverencia,
verde de una nueva nube.
¡Vestida de ese día!.

¡De historia, muerte y cobardía!.
Porqué
El alma se ha enfermado.
Y la compasión se ha evaporado.
Y la magnanimidad es un sueño.
Y la bondad se vende, se fabrica.
Y la benevolencia se anuncia.
Por imaginarlo inconexo.
Por creerlo imputrescible.
Donde.
La nueva obscuridad camina,
por la piel de la consciencia,
ciega, de espaldas, arrodillada.
En
Este futuro.
Excelso excéntrico.
Expedicionario exterminio.
Extravagante extremo extravío.
Productor de ausencias puras.
¡Productor de ausencias puras!.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Frases y pensamientos :  SOY
SOY



Soy más fuerte, que cualquiera.
Y más débil que todos.



Autor: José A. Monnin
Limpio-Paraguay
Ley Nº 1328/98 del derecho de autor.
Poeta

Poemas :  Albricias del ajobo
Albricias del ajobo

Usted tiene una muerte digna ahora.
Usted tiene la oportunidad de amarla.
¡Muchos otros hay qué no tienen ninguna!.
Oportunidad repetitiva de morirse.
¡Sin lograrlo sanamente!.
Por acumular la inmortal riqueza.
Por apropiarse del poder eterno.
Por coleccionar incógnitas piadosas.

Usted.
Tiene la respuesta acumulada de ausentarse.
Estimulando.
Inevitablemente el exceso de la razón cabal.
En las fuerzas armónicas del inframundo.

Usted tiene su muerte ahora, y suya es por siempre.
¡No la comparta!___Nadie le dará la suya.
Desarróllela fundamentalmente sana.
¡La muerte que usted goza puede perderlo!.
Y ser el juego marginal débil,
de blindados huesos acuñados.

¡Piense en números!___El cielo es matemático.
¡No en letras!___Usted está más allá del omega.

Con
Las
Albricias
Del
Ajobo

El jurado emitirá el fallo perfecto.
solo al millonario vivo para el edén.
y se divulgará su bondad apasionada.

¡No abandone su muerte!.

Puede serle robada en las cenizas,
de las mismas urnas celestiales.


Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
Poeta

Cuentos :  Historia de un cuento
HISTORIA DE UN CUENTO

Desde el vientre de una diminuta pluma antes,
quetzal era su madre solo en la mano aunque
no con mucha frecuencia del principio al fin
entre las hojas, ramitas, frutos a veces volando,
cuando empezó a salir muy pequeño pero muy
visible, con unas letras tiernas balbuceando...
En los renglones imaginarios de las blancas
hojas recicladas. Luego marchaba, torpe y lento,
como gateando cuatro verbos y el sujeto, a veces
caminaba en un pie pues le dolían los adverbios
y alguno que otro artículo de taciturnas frases entre
largas y cortas oraciones.


A poca distancia bajo una vieja y desteñida
gorra estaba su padre cultivándole sueños,
reales o alegóricos [/font]ensueños gráciles, en
los intrincados caminos de grises y blancas
substancias amables e imaginativas circun-
voluciones que ascendían inocentes hacia
ahí, a ese lugar especialmente secreto, desde
la región reticular del tallo de los deseos del
despertar y de la protuberancia sutilmente.

El día avanzaba sin piedad, entre nublados
melancólicos, sin duda de carácter débil,
pues aún atormentados, la sequía continuaba.

Esa vez, su madre fue tomada amorosamente
por la misma mano de su padre qué lo había
engendrado, bajo la sombra del árbol, qué
caía sobre la gorra, y le indicaba suavemente
plasmar en letras confortables a los imagina-
tivos ojos qué tal vez leyeran.


Al principio, recordaba él, no se escribía.
Hilo contado parecía y seguía, y muchos
lo pasaban de boca en boca como a él,
que recordaba muchos, de
sus abuelos,
mitos, fábulas, leyendas... Estaban en su
memoria varios, desde los Vedas Hindúes,
hasta los de Sherezada seguidos de una
interminable lista de épocas y lugares..


Tras su confinamiento en aquél cajón
polvoriento y pálido estaba plasmado, pasmado
a veces sobre unas letras irregulares.
Había viajado en sobres, bolsas, cajas,
maletas, carpetas, en fin una vez le cayó
agua de un techo y por poco y se ahoga.

___Así se sobrelleva el embate del destino,
se decía, bosquejándose tiernas arrugitas
del papel amarillento donde estaba___

¡Y del qué misteriosamente desapareció!.

Esperanzado pensaba en lo inmaterial del
tiempo inmemorial, diciéndose:

Algún día alguien me verá con buenos ojos
abriendo sus ventanales creativos, y podrá
reconstuirme, encontrarme quizá, en la
misma fibra de su vida, coloreada entre
realidades, fantásticas, o doloridos vientos
susurrando, multiforme ideas y estilos.

Y me verá correr, sonriendo moralmente serio,
extraño artístico y despeinado, fumando filosofía,
ó cazando historias hechas o por hacerse, entre
sabores románticos y olores mágicos, o en las
infinitas formas y esencias qué mejor les acomode.


Aunque por éstos tiempos, esperaba, invisible,
hasta cierto punto creación en germen, y solo
dialogaba con algunos de sus hermanos textual-
mente físicos y muy variados electrónicos digita-
lizados increíblemente antiguos.


No obstante, vivía latente en blandas mentes,
en el fondo espiritual de corazones razonables,
en el mismo ser encarnado del relato... Y solo
esperaba. Esperaba salir de nuevo, al espacio
psíquico multicolor trascendente tal vez algún día.

___Para hacer su propia historia y contarla__

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas surrealistas :  Pálida vibra
PÁLIDA VIBRA

Con el pié,
postizo de repente,
el papel, en especial del agujero.
¡La seductora, interrogante!.
Vibra, vibra... ¡Vibra pálida!.
Carga.
Una migaja en dos cucharas.
Al sabor diurno.
Débil parpadeo.
De la nada... ¡Vértigo sublime!.
Pálida
Vi
Bra... Y hace... Vibrar al que yace.
Desde joven, convirtiéndose.
Profunda fundación, rota. (Vibrátil ardiendo).
La posibilidad, desfigurada. (Llamarada).
Impulsor del último trébol.
¡Hasta morirse un penacho!.
Desmelenando al helecho ancho.
Más fuerte que una hora.
¡Débil ángulo disipado!.
¡Al jarro de medianoche!.
¡Un...Domador...De la nada!.
En la cabeza encantadora,
al brasero descosía el barrio.
¡Víctima del suburbio heraldo!.
Con el velo, cilíndrico sin piedras,
el freno, al aroma del corcho, escalafón.
Carretilla, presa, por la locomotora.
¡Inmensas calderas de jacintos!.
Cada noche se queja,
la sirena sorprendida,
de la virgen, cierva, en selva, salva, alba.
Pájaros secos, del papel, estatuas.
¡Sobre los subterráneos edificios!.
¡Sobre los montones escalonados!.
Indefinidamente públicos,
sujetos de la muñeca, gaseosa.
Pálida... ¡Vibra, vibra!.
Donde se ramifica el heno,
barométricos eucaliptos duermen,
en la plaza de gavetas.
¡Hay plantas, de patos de pronto!.
Y al jabón le salen cuernos.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas de introspectíon :  Desencadenándonos
DESENCADENÁNDONOS

En la muerte inerte. ¿Qué duele?.
En la tierna eternidad.
¡De los viejos momentos!.
En la tierra........¿De cuál sueño?.
En la mueca hueca...¿Qué libera?.
¡De los eslabones esclavos!.
Las nubes de las paralelas olas.
Caminan por los atajos.
Esconden la obscuridad.
¡Que va en paz riendo!.
Por debajo de cada mañana.
Entre cada tarde que corta.
Un filo sin equilibrio.
Un afilado libro puro.

En la fuerte fuente.
Del pensamiento débil. ¿Quién oye?.
El silencio torturante.
El éter amplio......¿En verdad ahonda?.
El olor divino intacto.
Del recóndito supremo.

Con la redondez del horizonte.
Ningún recomenzar es imposible.
Ninguna noche tiene historia.
En el
En el... Reino incompleto del tiempo.
¡Cualquier palabra enreda!.
¡Cualquier salida encierra!.
La libertad sin fondo.
La esclavitud ignorada.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta