Poemas sociales :  El rico taco de obispo
“Deleite del propio Cristo.”

Todo comenzó un domingo
cuando llegó a Tenancingo
de Degollado un Obispo,
representante de Cristo.

Como era fiel menester
se le ofreció de comer
sabrosa “tripa de seso”,
así empezó, fue por eso.

La célebre tradición
de nuestra linda región
del rico “taco de obispo”,
en estos versos me avispo.

“Deme de lo que le dio
de comer al santo Obispo,
deme de lo que pidió
otra vez el propio Obispo”.

Platillo que brinda vida,
carne de cerdo molida
con jitomate mezclado,
epazote combinado.

Cebolla, chile manzano,
con sazón, el más humano,
en la víscera metido
conformando un embutido.

Primo hermano del chorizo,
del salchichón, Dios lo quiso
que los supere en grosor,
por supuesto, en gran sabor.

Tal receta fue muy breve,
mi conocimiento es leve,
porque, cada cocinera
guarda fórmula certera.

Existen muchas versiones
con almendras, con piñones,
con pasas, con dejo a dulce,
lo que al paladar seduce.

Su preparación al horno
de tierra que no es muy hondo,
como barbacoa de hoyo
a veces se hace de pollo.

El grato guiso de “obispo”
que disfruta el Arzobispo,
en la tortilla se pierde
entre salsa roja, verde.

Así se conforma el taco
gordo, regular o flaco,
que, con la mano se abraza
y con dedos se atenaza.

El movimiento es innato
depositarlo en un plato
servirlo con nopalitos,
zanahorias, exquisitos.

Esta costumbre celebro
que lo goce todo el pueblo,
mas, es de reyes manjar,
ya se me empieza a antojar.

Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Tenancingo de Degollado, Estado de México, a 24 de julio de 2018
Dedicado a la Señora Rosa Cristina Mercado Barrera, como regalo de cumpleaños . . .
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
Poeta

Poemas :  Encandiladas...(Ultraísta)
ENCANDILADAS
((( Ultraísta )))

Las letras mudas desmembraron al silencio
escondido en las ruinas acongojadas
enmohecido el mar con las espinas
desvestidas aullándole al tranvía
Como el agua embadurna el hambre
en la voz del jabón sin sueño
por el año color de hormiga
en la sinceridad de la ceniza flecha
grisácea en la blancura violácea
de luz agridulce con burbujas

Hoy de ayer vestido el reloj medita
en aquel lamento que decora la cocina
atigradoramente añil al tacto salada

Por las ramas de la sombra tibia
escondiendo al terremoto en un estanque
Con el invierno sereno al mirarse
Un espejo cargando sus recuerdos
Al nogal de los primeros años
Del campo que suspira en la carreta
Como el ave fuma el verdor en la salida
Del aliento suave luciendo granos
donde el trino errante yace
agitando al infinito en una gota
de viento a la deriva otoñal.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Referencias útiles son...

https://es.wikipedia.org/wiki/Ultra%C3%ADsmo
https://www.youtube.com/watch?v=kz9wYxGRYE0
Poeta

Poemas surrealistas :  O.P.I.O.I.D.E.S.
O.P.I.O.I.D.E.S.

Dejan al dolor con el placer de la cabeza.
Corriendo bajo la ventana de los codos.
La tranquilidad cerraba la puerta haciendo ruido.
Rodando con las manos sudorosas.
Y una bicicleta afuera caía boca abajo.
Tan tierna como el clavo de plata en el patio.
Que suspiraba aspirando a ser fantasma.
Rápido con la sábana del sábado.

De la semana pasada por agua.
En el temeroso cuerno de un escarabajo.
Sin trabajo cuando el pan ya nada come crudo.
Del tenedor de la muchacha vista por detrás.
De las velas en la última playa caminando.
Esperando hablar con el musgo del molusco.
En la cocina olvidada con pensarla de pié.
Con el dolor acabado de bañarse en las caderas.
Con la aurora en su apogeo lleno de aceite.

Del placer cosechado con la miel bajo la lengua.
Decía ser la causa urgente de un fósil.
Fabricado ayer con un poco de talco.
De la noche más devota desnudándose dormida.
Al nadar la luna desorientada.
Al llegar tarde la marea del cementerio.

Con el criterio del grillo camaleónico danzando.
Aplaudiéndole a un billete perdido.
Creyendo en las promesas del loro verde.
En el techo de la ceniza en cuarentena.
Viuda la lechuza pedía un poco.
Adolorida del alfiler sin cáscara desnuda.

La mirada voluptuosa de los huesos a la cabeza.
¡Sí, sí ... Claro!.
Por eso fue necesario ingerirlos uno a uno.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Fantasía de un canto nuevo
FANTASÍA DE UN CANTO NUEVO

Los tristes desayunos, alfombraron las jorobas,
del sol por la montaña que vino,
ebria del añejo desierto bajo el zapato,
que aprieta la pálida faz estrellada,
que aprieta el azul terrestre augusto,
del trilobito indefenso en licuadora,
con el aderezo del dolor del taladro,
con el humus del vítor del cedro,
y los alaridos terribles del monitor,
ancestro seguro de los apantallados,
sin cayos ni julios ni diciembres,
yertos por el pasado olvidado,
del barril en el carril servil del aplauso.

¡Oh, días que asesinan!.
Que asesinan, que asesinan, que asesinan.
Semanas, meses, años, lustros.
En un siglo de corderos en la cocina.
Y en la ventana palomas.
Y en el suelo serpientes.
Y en el techo patos.

¡Créanlo, créanlo, créanlo, créanlo, créanlo!.
Mil millones de ojos y orejas y pieles y pelos,
de la materia gris se han olvidado.
por los hoyos negros celestiales.
de la láctea vía fuera del vaso.
del jarrón de la vitrina y letrina.


Bien lo saben la luna y tanta estrella,
en la noche de los insomnios verdosos,
en la tarde de los ecos amarillos,
en la mañana de los ojos rojos.

¡Porque cantan, cantan y cantan!.
Ranas y camaleones.
Al buitre y la hiena.

Llena, llena, la luna llega,
con un zapato caliente,
con un zapato caliente.

Enseñando una calavera,
enseñando una calavera,
danzando brujuleada danzando.

Llega, llega, como un cordero de arena.
lleno, lleno, como un alfiler polvoriento.
Llena, llena, la luna llega.

Y en cada mano le hierve un eco,
enseñando una clavera,
enseñando una clavera.

Con el viento disecado en el vientre.
Danzando brujuleado danzando.
Con el talento alojado en el diente.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas de nostalgia :  Esencia Campesina
Pregunten qué aromatiza
todavía mi memoria
y diré del pan de gloria
de mi abuela campesina.
Del humo, que en despedida
me dejaba, como broma,
con las pupilas llorosas
en cuanto abuela encendía
su económica cocina
de astillas estrepitosas.
.
Pregunten qué reverdea
mi memoria todavía
y la fronda evocaría
de dos higueras inmensas;
sombra del patio de tierra.
Y tunas y cina-cinas,
perales y la sufrida
pasión que el sauce profesa
cuando al deshojarse besa
la laguna distraída.

Pregunten qué melodías
mi memoria oye sonando
y yo diré que, trinando,
discorde es la algarabía
de aves que despierta el día.
Diré vibración que es canto
del viento en los alambrados
con “tijeretas” prendidas
como notas peregrinas
en pentagrama acerado.

Pregunten de qué portentos
mi memoria se extasía,
diré de liebres furtivas
y el furor de aquellos perros
escarbando cual mineros
si un “peludo” descubrían,
de nutrias que zambullían
o la astucia de los teros
defendiendo nido y huevos
a maniobras que despistan.

Pregunten a cuál hazaña
da mi memoria resguardo
y en cabriolas un "tostado"
a influjo de mis andanzas
diré que me acercó al aula,
potro heroico imaginario,
crines él, yo jopo chato
por la brisa que zumbaba
en mis oídos y mi alma,
'por el cielo mi Pegaso'.

Pregunten qué paradigmas
en mi memoria son sellos
y les diré de mis credos
de un tiempo de fantasía
de aquella niñez vivida
que todavía guarezco,
que me nutre por momentos
y refresca y gratifica
con la esencia campesina
que gracias a Dios, conservo.

Pregunten qué invocaría
mi memoria, de esos años
y diré que lo nombrado
más albas y atardecidas.
Diré lluvia que repica
sobre el lomo resignado
del techo aquel de mi cuarto
y diré “Las Tres Marías”
guardando a la patria mía
su firmamento Uruguayo.






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Glosario:
Cocina económica: Cocina de hierro a leña.
Tijeretas: Ave de cola como tijeras.
Peludo: Armadillo, Tatú.
Tostado: Color de pelo de un caballo.
Teros: Aves.
Poeta

Poemas :  Anfractuosidades
ANFRACTUOSIDADES

_____ ¡Anfractuosa! _____
Por la voz que a la pupila sigue,
un relámpago en la sonrisa,
brota un cielo extraño,
a la tibia farola de la noche,
del frío anudado en la ventana,
del grano desnudo en la cocina,
del pié inquieto de la silla.

_____ ¡Anfractuosa! _____
La voz sencilla está en la arena,
con la soledad relampagueante,
la voz siembra su lluvia,
con la silencia tumba,
la voz serena respira,
con la sorpresa invisible,
la voz sopesa cada labio.

_____ ¡Anfractuoso! _____
Porque ya nadie llueve llaves llenas,
ni hay pudor pálido peinado,
ni ya queda duda dable debida,
ni hay simple muerte magra medida,
ni ya fuera nueva nave negada,
ni hay dentro suelo sano sedoso.
Porque ya nadie turba tanto tendido.

_____ ¡Anfractuoso! _____
El bosque el árbol la rama,
sobrecogida sobrelleva sobresaltos.
El mar el lago la charca,
diminuta discurre disgregando.
El camello el caballo la cabra,
contempla corredores cosechando.
Ésto éso aquéllo insufrible sinuoso.



Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas de nostalgia :  Cocina Criolla
Con campera artesanía,
luce en el terroso suelo,
su tosca madera y cuero
overo-pampa, una silla.

Cerca, la pila de astillas
implora cálido fin,
arrodillada al perfil
moreno de la cocina.

Como sombra con pereza
ascendiendo en lento paso,
la pared y el cielorraso
muestran del humo la huella.

Olla, caldera, fregón,
atizador y rendido,
como esclavo fugitivo,
rodó en el suelo un carbón.

El mate, quedó embretado
en su pedestal de tiento,
del tempranero rodeo,
prolijamente “ensillado”.

Callada, contra el adobe,
permanece la alacena,
que en el almuerzo y la cena
pondrá loza, acero y bronce.

Hay un estante adornado
con papel color violeta,
que muestra hierbas y especias;
‘secretos de buena mano’.

Y en un rincón, dormitando,
descansa gaucho el apero,
inspirándole a los perros
sus hazañas de a caballo.

Retinta la damajuana,
se insinúa provocando
para entregarse chirriando,
seco el mimbre de su enagua.

Media hoja de la puerta
previene la acometida,
de patos, pollos, gallinas
y lechones en carrera.

(Carrera que yo corría,
cachorro en aquellos años,
con ellos entreverado
en campera algarabía).

En fin, esa es la cocina
humilde de paja y barro.
Alguno que otro cacharro,
burla la memoria mía.

Y trajinando sencilla,
en reflexivo silencio,
me parece que la veo…
anda la abuela María.


Poeta

Textos :  Con tutiplén soberanía
CON TUTIPLÉN SOBERANÍA
(Texto Neosurrealista)

El cuello del deseo
se ha enamorado lloviendo
de la imagen tatuada
en la nube sin dueño
¡Pasión sin raíz, sólo hoja!...

Es como ordenar las estampas repetidas de una serie
de otoños entre paradojas del mañana, metáforas en
letras añejas, y calificativos sin peligro, al sentir la
presión de las últimas premisas. Sobre todo las que
en el ensueño lloran, con la puerta fatal de los alientos.
En ese encuentro de siete palabras, a pesar de la noche,
y de la situación dónde hay miles de hijos sin padres, en
los modernos techos que solo a veces vociferan, agrios,
y perforando al aire con las tumbas que flotan en las
oficinas, que toman la ley de los cangrejos con el precio
más barato, y que lava el odio cuando apenas tiene doce
años en la fabricación de plumas de gallina, y una pobre
máquina de coser en la cocina cruda, y sobre la ventana
vacía en la orilla de las flores del cosmos seco a sus ojos,
porque doblan las rodillas las estrellas en las cavernas.

Pero ésto no nació ayer, por el túmulo dónde se recorta
el aliento, y se abulta el sudario de nieves y silencios.
¡ No !... Proviene de un brumoso pasado que podría ser
en realidad más antiguo que muchos ayeres descoloridos
y refugiados en un pizarrón de risas y vinos, de arrogancia
y culpa, porqué la roca podría solo estar soñando el aire,
con el material ardiente centímetro a centímetro en los
periodos poco conocidos, y excavados en el suelo de ocre
de lémures y camaleones... ¡Cobrando el sueldo por aplaudir!.

En palabras dulces, otro espacio es el escepticismo de los
jardines en la seguridad de un lápiz, y la libertad cosmopolita
que mantiene preocupadas a las bicicletas recién cortadas,
con la voz temblorosa, de un proyecto que abarca varias
generaciones entre las enredaderas que mecen al aire tibio
de forma geométrica, y de modo semejante a los bloques
en que alguna vez habían estado escondidos...

Así las cosas, la majestuosidad del entorno se encuentra
libre en un rincón del olvido, vagando por regiones raras,
usando los alimentos autóctonos con los refrescos en las
proporciones suficientes para una fuga legal y gloriosa.
Preparada con frescas tumbas de aceite y algodón, en los
establecimientos donde bien se vende la consciencia, y
puede usarse la leche en polvo conservada en formol.

Como esto es tan importante, se le considera indisoluble
en cloro, debido a que habla con señas, y con énfasis
especial en los problemas de como iluminar al sol, y
como continuar ventilando el fondo marino, sacrificando
los altos niveles de certeza en la basura, con el sueldo de
un ratón codificado como asesino de las vacas que golpean
inmisericordes al mercado de los precios bajos, cuando las
esporas son ingeridas por los herbívoros en una noche de
carbohidratos tímidos e ignorantes...
¡Ah, tutiplén soberanía!... Como un regio tesoro muestra
las ubres llenas, la honestidad en un horrísono estampido,
y el mal se obstina en no regresar por el profuso suelo rojo
que jamás tendría ninguna sangre en el enjuiciamiento del
más sabio de los escritorios en cuarentena por el asombro
turbio al pasar por un paisaje de trompas y de faros, y de
continuar considerando a los aeroplanos culpables del
azul de cielo y la conservación de las nubes rosas


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Hilando el frío
HILANDO EL FRÍO

El hielo tiene ventanas en la tarde lejana
de los trenes asustados en la mirada
y los cobres sin techo exprimidos
en los filos del anís y las aldeas
en los pergaminos agonizantes
de la cocina sin panes ni risas
en las páginas de lágrimas yertas
en los miedos de rápidas conchas.


El hielo viene del humo roto de las lupas
con el suelo de testigo y de sirena
donde el filo de la rueda el fango escucha
las mañanas de paisajes enterrados
en la nieve que duele
en la rodilla que muerde.


La verdad herida de la burla viviente
al otro lado de los dientes
en las lenguas del abeto y hojalata
en la manzana vestida de ceniza.


El hielo aprende el tumulto sin cuerdas
en la soledad planeada prevista
por las alcantarillas de los dedos
distantes mandolinas de tronco hueco.
¡Cubriendo al cielo desnudo!.
inocente polvo de alfileres.


Hilando el frío amable confidente.
De los vagos ecos inermes.
Ya suena la tórtola lejana.
En la variedad de los zumbidos.
¡Qué la selva inculta del asfalto tiñe!.
Enmarañando el paladar del ritmo,
que inunda la opacidad anheloante,
de irrefutable vorágine ligera.


El frío hilando está, las húmedas mejillas.
Del olvido ladrador entre silencios.
Con los inagotables sueños en pedazos.
Destejidas las esperanzas desmañanadas.
Entre las arañas de mañas vanas.
Telarañas del hielo vegetaciones del silbido.
De las ventanas asustadas sin techo ni cobijo.
Hilando el frío hilando de las muertes vividas.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas surrealistas :  Rebuscado cocodrilear
Rebuscado cocodrilear

Antes de caer el cocodrilo. Antes.
Muy antes de los dátiles azules.
Cada teléfono era un confuso remolino
de trenes qué vibraban por la sierra
con un abismo de hazañas extrañas
y un laberinto ceniciento.

--Rebuscado, rebuscar... ¡Encuéntrate!

¡Ah, ése torso de hierro!
¡Ah, ése templo del pensar!
Nada hay en el filo de una zorra
¡¡¡ Ni pirámides, ni sueños, ni limones!
Tanto negro gorrión estilo génesis.
Es la glorieta sin raqueta pura pesadilla.

---¡Encuéntrate, antes de perderte... Perdido!

No, no, nunca humo fué tan líquido.
¡Y mucho menos el asfalto rojo!.
Pero se ven rebaños y bolas de billar
en los periódicos amables huecos.
Y las tijeras iluminando las botellas
de los cráneos devorados de un sillón.

--Rebuscado, rebuscar... ¡Encuéntrate!

¿Cómo qué nadie hace nada?... ¡Nada!
Nadan los peces sin arena... Alegres.
Van las manadas ignoradas de las piedras
con las entrañas en camisas de perfume
con las telas de las velas enceradas
y aceradas las pestañas son esponjas.

--¡Encuéntrate, antes de perderte... Perdido!

Y el último hecho violeta queda lirio
en la infecta lengua de otro cocodrilo
atrás del vidrio. Antes de caerse.
¡Ah, que zapato roto!... Huella de cocina.
¡Ah, que pobreza de sombrero!... Extinto.
Tantos son los vidrios al hablar... ¡Opacos!.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta