Poemas de naturaleza :  El cenzontle
Sobre el arce, en la colina,
más allá del horizonte
ayer se posó un cenzontle
con cánticos, silba y trina
feliz estaba en la cima
su siringe, encantada,
timbró la mejor tonada
suplicando a Dios bendito
que su don fuera infinito
ya que sin trinar no es nada.

Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 02 de abril del 2024
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
Poeta

Poemas de naturaleza :  La gaviota y los marineros
“Hermanados en mar y cielos . . .”

Cuenta, dice, la leyenda
que un ave tiene encomienda
de velar por los marinos,
de guiarlos en sus destinos.

En los viajes, derroteros,
por sus líquidos senderos
en las travesías tan largas
de horas felices y amargas.

Sobre todo, en los naufragios
donde cunden los presagios
de la triste mala suerte
cuando les llega la muerte.

Se trata de la gaviota
por ser buena, fiel, devota,
si el navegante fenece
élla en su blancura crece.

Así, sin perder la calma
la gaviota lleva el alma
del marinero hasta el cielo
ejecutando ese anhelo.

La afianza a su fuerte pico,
despliega alas de abanico,
trasciende la mar acuosa
volando, pues, majestuosa.

Para ese encargo cumplir
llegando a Dios, al subir,
le entrega esa alma de ofrenda
dando vida a tal leyenda.

Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 18 de marzo del 2023
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
Poeta

Poemas de naturaleza :  Del ave sobre mis manos
“De sentimientos arcanos . . .”

Supe de la intensa vida
de un ave desconocida,
venía de surcar los llanos,
se posó sobre mis manos.

Su cuerpo estaba dañado,
el semblante fatigado,
sangrando, aún, por la herida,
me contó algo, convencida.

De su sagrado linaje,
de tan vistoso plumaje,
me platicó de aquel nido
sobre el árbol más querido.

De sus cánticos hermosos,
de cortejos amorosos,
de tanta hazaña bendita,
me comentó de esa cuita.

Que lo dañaron los vientos
huracanados, sedientos
del dominio de los cielos,
poseídos por los celos.

De que sufre el gran Eolo
quien, luego, quiere estar solo,
la compañía no tolera
y modales no modera.

Mientras sus alas curaba,
el piquito se alegraba,
pues quería volver al vuelo,
cumplimentar magno anhelo.

De partir con su parvada,
con su pareja adorada,
a saborear la fortuna
que les brinda el sol, la luna.

Me habló, en fin, de la consciencia,
de sus sueños y querencia,
de que le gusta ir en pos
del Creador su amigo, Dios.

Me puse muy reflexivo
y le dije: “sigues vivo,
con toda tu majestad
vuela, pues, en libertad.”

Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 03 de marzo del 2021
Reg. SEP Indautor (en trámite)
Poeta

Poemas :  Envilecimiento desmesurado
ENVILECIMIENTO DESMESURADO

Azulada sombra asombra al temor vano,
porque al aire arranca su misterio,
que de tenebrosa tinta la luz sale,
del esplendor conservando las huellas.
¡Entre las plantas que duelen al cielo!.

Lento el suspiro, las ventanas adoran,
donde la eternidad palpita y se agiganta,
en el ángulo del silicato doble.
¡Tan lindo espejo en su ardor!.
¡Por el llanto que consterna a un búho!.

Las aves de la huerta se fatigan.
¡Ya no cabe más blancura!. Ni hay huevos.
El corazón desayuna el olvido. Y calla.
Con la manzana del gusano bendita.
¡Y los manantiales se quejan solos!.

Amarga es la limosna de sonrisas,
por las humanas carrozas del estiércol.
Se difunde grata y se desata. ¡Hábil!.
Y ningún desenfreno es igual a otro.
¡El sordo golpe camina de espaldas!.

Los retos solo lanzan los retratos,
donde el foso se agiganta jugando,
en la noche de férreas lámparas,
al venturoso vuelo del martirio.
¡La piedad y la injusticia vomitan juntas!.

El suelo malhumorado mal muere,
reclamando la imprudencia al agua,
con la voz del vegetal desgreñado.
¡Un cordero se afana!. Y ríe un pescado.
Las velas ofrendan al barco. En la arena.

El sueño duerme sin sombrero. En la luna.
Un breve instante corre. De cabeza.
Y la luz herida olvidó la sombra,
el himno encarnado en la tristeza.
¡En una legión de nudos ágiles!.

La bruma abruma el pecho abierto,
y la cuchara devora el hambre. ¡Injusta!.
Por el rostro melancólico del Tic-Tac.
¡Las piedras preciosas no son dulces!.
Y las ausencias buscan donde instalarse.

*****


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Por Tu Cauto Modo...(En Castellano Medieval)
POR TU CAUTO MODO
(Castellano Medieval)
.

Atanto me siento de todo bien quito
tengo en el mundo segunt que lo veo
que con grant pobresa non se que me digo
en quien me debia tener abrigado.

Con fambre, con desesperanca, con sed
non sofrieron otros como yo e sofrido.

Cuales nunca fueron dados
nin los passados reyes ya
nunca les dieron tamaños.

Son frias como la nieve, e arden como el fuego.
Pero mas dulce canta, que otra ave mayor.

¡Non se escrevir
que me fase sofrir!.

¡En tormenta tamaña
con deseo vevir!.

¡Que en la salutación, mejor es en la prueba!.

De la buena pimienta es pequeño el grano.
En oro muy poco grand valor e grand precio.
Mételos en amores a omes, aves e bestias.

¡Echar muchos mugrones los amugronadores!.

En la obra de dentro hay tanto de faser
sembrar trigo e cortar las montañas
faze dias pequeños e madrugadas frias.

Danos muy malas tardes, et peores mañanas.
Vengue vuestra locura, ca en poco tovistes
ser libres e sin premia,
reñid, pues lo quisisteis.

Qua cuant grant es el duelo,
e cuant grant pesar.

E antes del tienpo ha de envegecer
mas que las otras vida penada
por cuanto lo tengo de fecho provado.

Que fuese donoso yo nunca vi pobre
Que fues desdonoso tanpoco vi rico.

Ca esto que digo si es razonable
aqueta conprende adonde la estoria
mas es fablada de la probedat.

De los esperantes muy bien rescebido
sin cuento sabido millares de bocas.
Las piedras porque duras quebraban de pesar.
Ca mas son que arenas en riba de la mar.

Del mundo non vemos nada.
Acordatvos de su estoria.
¡Quien más la mira, más cresce su veer!.



Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.


POST DATA:
Referencias útiles son...

http://www.wikiwand.com/es/Espa%C3%B1ol_medieval
También...
http://www.wikilengua.org/index.php/Castellano_antiguo
Poeta

Poemas :  Asas
As aves se perderam,
maldizendo os homens
que, por inveja,
inventaram de voar...

Maldições, que azar!
Os homens não nasceram para tal!
Descobriram a liberdade de voar,
e se aperfeiçoaram em matar...
Insensíveis!

Deus não deu asas às cobras
e nem aos homens,
por reconhecer-lhes
as maldades.

A.J. Cardiais
03.01.1990
Poeta

Poemas :  EL BARCO EBRIO
El Barco Ebrio
Arthur Rimbaud
Francia 1854-1891


Yo sentí al descender los impasibles Ríos
que ya no me sirgaban mis conductores rudos;
de blanco a pieles-rojas chillones y bravíos
sirvieron en los postes, clavados y desnudos.

Por las tripulaciones nunca tuve interés
y cuando terminó la cruel algarabía,
a mí, barco de trigo y de algodón inglés,
me dejaron los Ríos ir adonde quería.

Bogué en un cabrilleante furor de marejadas
más sordo e insensible que meollo de infantes
y las viejas Penínsulas por el mar desgajadas
no han sufrido vaivenes más recios y triunfantes.

La tempestad bendijo mi despertar marino.
Diez noches he bailado más leve que un tapón
sobre olas que a las víctimas abrían el camino,
sin lamentar la necia mirada de un farón.

Cual para el niño poma modorra, regodeo
fue para el agua verde este casco de pino;
dispersando el timón y perdiendo el arpeo
me lavó de inmundicias y de manchas de vino.

Desde entonces me baña el poema del mar
lactascente, infundido de astros; muchas veces,
devorando lo azul, en él se va pasar
un pensativo ahogado de turbias palideces.

Algo tiñe la azul inmensidad y delira
en ritmos lentos, bajo el diurno resplandor.
Más fuerte que el alcohol, más vasta que una lira
fermenta la amargura de las pecas de amor.

He visto las resacas, la tormenta sonora,
las corrientes, las mangas -y de todo sé el nombre-;
cual vuelo de palomas a la exaltada aurora,
y alguna vez he visto lo que cree ver el hombre.

Yo he visto al sol manchado de místicos horrores,
alumbrando cuajados violáceos sedimentos.
Cual en dramas remotos los reflujos actores
lanzaban en un vuelo sus estremecimientos.

Soñé en la noche verde de espuma y nieve ahita
-en los ojos del mar, lentos besos de amor-
y en la circulación de la savia inaudita
que arrastra áureo y azul, al fósforo cantor.

Asaltando arrecifes, un mes tras otro mes,
seguí a la marejada histérica y vesánica,
sin creer que las Marías con sus fúlgidos pies
cortaran el resuello a la jeta oceánica.

¡No sabéis... ! Dí con muchas increíbles Floridas,
con ojos de panteras y con pieles humanas
mezclábanse arcos-iris, tendidos como bridas,
al rebaño marino de las verdosas lanas.

He visto fermentar las enormes lagunas
en cuyas espadañas se pudre un Leviathán
y he visto, con bonanza, desplomándose algunas
cataratas remotas que a los abismos van...

Vi el sol de plata, el nácar del mar, el cielo ardiente,
horrores encallados en las pardas bahías
y mucha retorcida y gigante serpiente
cayendo de los árboles, con fragancias sombrías.

Quisiera yo enseñar a un niño esas doradas
de la onda azul. pescados cantores, rutilantes...
Me bandijo la espuma al salir de las radas
y el inefable viento me elevó por instantes...

Fui mártir de los polos y las zonas hastiado,
el sollozo del mar dulcificó mi arfada;
con flores amarillas ventosas fui obsequiado,
y me quedé como una mujer arrodillada.

Igual que una península llevaba las disputas
y el fimo de chillonas aves de ojos melados,
y mientras yo bogaba, de entre jarcias enjutas
bajaban a dormir, de espaldas, los ahogados.

Y yo, barco perdido entre la cabellera
de ensenadas, al éter echado por la racha,
no merecí el remolque de anseáticas veleras
ni de los monitores, nave de agua borracha.

Humeante, libre, ornado de neblinas violetas
segué el cielo rojizo con brío de segur
llevando -almíbar grato a los buenos poetas-
mis líquenes de sol y mis mocos de azur.

Las lúnulas eléctricas me fueron recubriendo,
almadía, escoltada por negros hipocampos.
Las ardientes canículas golpearon abatiendo
en trombas, a los cielos de ultramarinos lampos.

Yo que temblé al oír a través latitudes
el rugir de los Behemots y los Maelstroms en celo,
eterno navegante de azuladas quietudes,
por los muelles de Europa ahora estoy sin consuelo.

Yo vi los archipiélagos siderales que el hondo
y delirante cielo abren al bogador.
¿Te recoges tú y duermes en las noches sin fondo,
millón de aves de oro, venidero Vigor?

El acre amor me ha henchido de embriagador letargo.
Lloré mucho. Las albas son siempre lacerantes.
Toda luna es atroz y todo sol amargo.
¡Que se rompa mi quilla y vaya al mar cuanto antes!

Si yo ansío algún agua de Europa es la del charco
negro y frío en el cual, al caer la tarde rosa,
en cuclillas y triste, un niño suelta un barco
endeble y delicado como una mariposa.

Ya nunca más podré, olas acariciantes,
aventajar a otros transportes de algodón,
ni cruzando el orgullo de banderas flameantes
nadar junto a los ojos horribles de un pontón.
Poeta

Poemas :  Anhelantes
Anhelantes

Por el corazón de una flor soñamos.
Sembrar espejos...Cosechar Nubes.
Hacer lágrimas de cristal... ¡Dulces!.

Vivir el tiempo sin sentir que se acaba.

El aliento, que regresa a su origen.
Felíz. Satisfecho. Íntegro. Verdadero.
Porqué el polvo cae rendido después de vivir.
¡Cuándo la ausencia crece!
¡Cuándo la distancia envejece!
¡Cuándo el tiempo pierde su sentido!.

Desierto. Ceniza. Olvido. Indiferencia.
Ambición. Destrucción. Vicios. Decadencia.
Flor del tiempo.
Seca. Ni siquiera recordada.
¡Asesinada por regarla con el egoísmo!.
Por haber quedado todo hecho de anhelos.

Como...
El viento que ya no vuela.
La luz y la sombra desaparecen.
Movimiento frío... Reposo tibio.

¡Dónde las aves y los peces duermen juntos!.
El espacio y el tiempo se unen.
Porque la vida y la muerte son una!.
Y no son lo que parecen.

En la eternidad pura, que nadie conoce, ni imagina.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Épocas lúbricas
ÉPOCAS LÚBRICAS

Con mucha noche en los ojos,
esperan las palabras las campanas,
mudas las alfombras veloces,
los amantes en lazos de oro,
desnudan los enjambres en una abeja,
de colores, labradores del tálamo,
y las flores, aves, cuevas,
y los cielos, fuentes, campos,
épocas lúbricas.

Tejen soles en las tardes,
las arenas en las playas,
conchas, caracoles y brisa,
donde todo en torno resuena,
donde el camino corrió,
perlas piernas, y nácar olas,
muchas de ellas, apuestas doncellas,
en suma espumas mármoles y bronces,
épocas lúbricas.

Con la elocuente, y atronadora fiera,
inspira la tormenta rápida, y violenta,
del encanto, que al alma enciende,
las mieles de nieve pura,
los destellos del inmortal aliento,
bordando, al Edén las arboleda,s
las manzanas del delirio, y la serpiente,
erecta, el alma, donde se mecen,
épocas lúbricas.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Encelajado Descerrajado
Entre la niebla que desgaja vidrios de lluvia
vuela encelajado el estornino del recuerdo inerte,
sembrando su simiente abastada de cantos de madera.
Abrotoña una curiosa primavera en el espinoso otoño,
retoña la esperanza y apuñala el faldar del olvido.
¡ Pícaro pico del ave que remeda el frío desquicio
del barroso lago lingüístico nutrido en papiros acuosos !

¡ Encelajado !
Agitando el anillo del cascabel enmudecido
dentro de un confín geográfico tan cercano
como el llamado ancestral de la palabra y la especie,
como linces que ríen en la noche de su presa.

¡ Descerrajado !
Como saeta buscando el pretérito bohemio.
¡ Color de pupilas angostas !
¡ Ojos que se reabren al brillo del carcaj amenazante !
Encelajado descerrajado
en plumas del adorno insistente,
volátil y pasatista,
en las ventanas del recuerdo
de la flor en los cabellos.
Poeta