Poemas de amistad :  Germán Gayoso
“Emprendedor, . . . candoroso.”

Fotografía que no miente
¡la felicidad se siente!
que dichoso, que buen mozo,
su nombre: Germán Gayoso.

Época del siglo veinte
su fortuna es ascendente,
año del cuarenta y dos
en su camino está Dios.

Premiándolo con amor
en sepia, sobrio color,
vivencia de la armonía
estampa de antología.

Invitado va a una fiesta
su alegría es manifiesta,
parece que está bailando
un minué acompasando.

Anda de muy buen talante
bien boleado y elegante,
pavimento en que se posa
digna pose candorosa.

Juventud que sale avante
la bonanza por delante,
los edificios testigos,
zaguán, ventanas, postigos.

A flor de labio sonrisa
esa suerte tiene prisa,
el poste, la cruz su vigía,
¡la prosperidad . . . lo guía!

Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Cantina “La Reforma” (hoy, “La Covachita de la Reforma”), Col. Narvarte. México, D. F., a 07 de diciembre del 2012
Dedicado al Sr. José Antonio Gayoso Sáenz (QEPD)
Reg. SEP Indautor No. 03-2013-051712171201-14
Poeta

Poemas :  Zamborotudo zapapico
ZAMBOROTUDO ZAPAPICO

De amor un rayo ni tus ojos marchita,
el fulgor de la frente con prisa nueva,
pues la linfa en su fuente resplandece.

¡Vaya zarabanda!.

El silencio veterano junto a la estufa,
la melena hirsuta de sangrienta mofa,
de fortuna en busca el mundo muda.

¡Vaya zarpazo!.

De la vieja ausencia en espiral serena,
el viento al cantar se apaga intrigado,
envidiando las tumbas de las veredas.

¡Vaya zambullidas!.

Soñadoras y perdidas a la vida visten,
con la nieve entre los cabellos grises,
la infancia risueña embalsamándose.

¡Vaya zoquete!.

En la silueta mustios papeles extraños,
en las campanas de pergaminos viejos,
el desamor al herir taladrando agravia.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  CARO DATA VERMIBUS *
CARO DATA VERMIBUS *

No son solo ésto gozos,
propios con tu ausencia,
ni de la humanidad,
toda esa nulidad,
sino que los mismos,
dioses te ofrecen,
ahora sacrificios,
pues en tu ausencia,
la misma podredumbre,
es una delicia.

Y aún la logorrea,
y el silencio absurdo,
permiten razonar mejor,
lo que a ti,
por fortuna siempre,
te ha faltado.

¿Puede acaso el mal
engendrar bien el daño
que a sí mismo
siempre vuelve?.

¡Ningún paraíso habrá mejor,
que gozar solo,
si tu ausencia fuere eterna!.


* Carne dada a los gusanos (Ca Da Ver ).


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Enfrontilar amarillento
ENFRONTILAR AMARILLENTO

Por la hoja de timbre cristalino
vaga el trino
que se desprende
del amarillo
otoño
de quimeras brillantes
de grotesco llanto
que deslumbra
y palidece postrimero
como un lirio de punzante dardo
como un peregrino de suave aliento
por el tiempo resonante
en la hirviente grieta
vaga el trino vaga
en la yerta rama
de los sauces grises
del palomar nativo
del granito frío
vaga la hoja vaga
en la infiel fortuna
dolida y fatigada
con los férreos dedos
que sin cesar recorre
que sin sentir despide
de cristalino timbre
en su fúnebre agonía
vaga vaga
el amarillo
del uncir
al ensobear
otoño tras otoño
invadiendo
cuando
se
aleja el ciprés
del
suelo
que se desprende.



Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Cuentos :  Babélica hibernación
BABÉLICA HIBERNACIÓN

Hacía un calor de nostalgia por
el frío en el yerto cristal
qué había olvidado olvidar
sobre el hielo supersticiosamente
remunerado cómo velas de la fortuna
con el humo de cera,
pero una llovizna invisible
disfrutaba alargando la nieve de
limón en el salón lleno de gente.
Es un hombre extraño
inventando el amanecer oyendo
a cualquier otra persona,
por la prisa de sus dedos.
y su imaginación algodonosa
caminando en las manchas sonoras de sabores encantados.

En aquellos días remotos el color de los automóviles era sobrio,
de un color negro intenso, terminado,
en tricapa con un juego
de franjas laterales rojas,
que corren a lo largo de los costados
y la defensa trasera con frecuencia cromada,
en algunos, en otros
los altoparlantes se localizaban sobre las puertas, pero a él nada de eso le importaba.
Pues, a veces transcurren siglos,
comprimidos en unos simples años,
y se le atribuyen poderes de barrer.
un tapete lubricado bajo el césped
azulado sin sentir miedo al sol fresco.
encendido por un camaleón.
Aunque he de confesar que a veces siento ligeras dudas al tratar de entenderlo,
y desmadejar el misterio de las circunstancias.

Sobre todo porqué tiene en la espalda,
una etiqueta qué imagino,
no sea una medusa real durante.
un rato inundado por las campanas
qué suenan a lo lejos, en la rueda de los perdones más profundos en las fugaces fiebres,
que irisa por ser dueño de tantas cosas en las voces de las sombras pródigas joyas arcanas.

Cómo el año pasado, apareció demasiado tarde,
y nada ganaba de leer
bastante bien situado en la esquina de un parque dibujando un arañazo en el semáforo descompuesto por el veneno de un bache que cortó su
parte delantera, incluyendo plataforma,
y túnel central donde había colocado
el cableado necesario bajo el cofre,
que dejó en la llanta de refacción.

Puedo decir, sin arrogancia, que con frecuencia fabrica sus ideas al cruzar un arroyo,
calculando el precio de un periódico viejo en la basura al dar la vuelta sin comprar,
las pastillas y tragarlas.
Esa vida le gusta sobre todo,
después de reponerse completamente del aparador en la blancura de sus manos con alargadas uñas,
bañadas por el sol ardiente, y un balde de agua
fría colgado de un balcón en el preciso momento que pasaba sobre él una paloma semidesnuda, y antes de correr las burbujas hacia las coladeras.

Un perro corría con la velocidad de una tortuga en la livianidad pervertida,
por la desilusión de una poderosa locomotora, y el desenfreno pasajero de los hechizos a medias entre unas nubes ferroviarias.
En las cercanías una bicicleta sonreía surcando el cielo tenuemente por sus resecos tirantes, y rechinaban unos niños atrapados en una panatalla.

Una vez otro hombre le dio incienso sin descifrar las muecas de su cara
reduciendo el círculo al dolor de la calle en el bronce de las almas descuidadas
por los vicios de la plata derretida , y la mirada perezosa apasionada por las flores salvajes, y el miedo al naufragio de una gota, modesta y obstinada en secarse.

Así vivió el último siglo cambiando de una profesión a otra; Adornaba hojas cada
otoño por el amarillento suelo lustroso en opinión de las penas y los sonrojos,
y una lágrima asomaba asustada de vez en cuando por alguno de sus ojos, luego
cambiaba de oficio pasándose de un extremo a otro de la calle, y temblando de
lujuria estrenaba nuevos trajes entre lujosos autos preguntándoles: ¿Cuánto vales?.
Siendo muchas veces el héroe de las pistas y el toreo efectivo a media calle.
Reconciliado con el polvo decidió un buen día regalar su demencia al ritmo bárbaro
del mercado sin dinero ni verdura.
Bueno, digamos, con más exactitud, por la
vecindad alucinada de las últimas verdades metafísicas, donde todo se compra y
se vende, incluso insignificantes idiocias de bolsillo lleno de hambre gloriosa, y el
mismo apetito ensordeciendo a la pobreza fabulosa de un rascacielos, harto de la
mantequilla con su silencio alambrado.

Feliz, sentado en un rincón, abandonando
el aliento prestado, y sin sufrir mucho el medio suicidio comprado en cómodos
abonos que nunca dejó de pagar durmiendo en cualquier calle, y sin molestar al
desprevenido pavimento. En el mayor frío de la historia reconstruyó la mítica torre.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  EL AMOR DE MI AMOR
EL AMOR DE MI AMOR
___Autor: VIDYAPATI
(Siglo XV).


El mayor poeta erótico hindú de su tiempo. Escribió muchas obras doctrinarias en sánscrito. Es famoso por sus canciones amorosas. Esta es traducción de:
M. Rolland/J.L.M.


EL AMOR DE MI AMOR

El amor de mi Amor es cruel como la muerte.
Construí un hogar para encontrar la dicha
y el fuego del fogón lo ha consumido.
Esperaba bañarme en un mar de placeres
y, ¡ay!, el mar estaba envenenado.
Busqué la frescura en el claro de luna
y el sol me ha ardido.
Quise planear sobre las cimas
y he caído en el abismo.
Pedí una gota de lluvia
y el trueno me gruñó amenazante.
Lo poco que tenía lo perdí todo
mientras buscaba la fortuna.
Mi amor se complace en mostrar mi vergüenza,
mi amor que es cruel como la muerte.
Poeta