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CRISTALINO ENSUEÑO
Cris Tal Y No En Sue Ño.
¡Cómo desde cuándo te atrista una inmensa luz arista el ritmo vibrátil y versátil vuela dentro del insecto que canta apasionado ilusionado entre las hojas!.
Es la flor fogosa. Es la sinceridad amiga, entre cuyas líricas salas, ingrávidas son rocío, qué ni le estorban para el vuelo, ni le paralizan, para el canto.
En dura cárcel, donde la miro. ¡Fértil, fugaz, imaginada!.
Así bebedizo, vuela el alma, cataratas, venciendo las pequeñas humedades secas, de amarguras, de ecos, de pirética belleza, no logrando ni sutil, ni tenue, alzar a las nubes sus remos, allá donde, los mares vuelan, y no silban fuera, ni atónitos ni apáticos, por las pérfidas, saetas.
Bajo sinrazón, por el ciclón que ahora camina, y tiene solo atristadas, aristas, acérrimos, aceros, arteros, derribado, desde cada hogar un lloro.
En las manos limitadas mientras... ¡El sentir pensante sienta!. Y Nada omita la verdad que escriben, las serenas poesías, los hombres genuinos.
El jardín que humana cualquier flor. En el más humilde insecto. ¡La vida brilla siempre!. Hoja, transparente, planta sensiblemente.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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El Garfio Grifo
Por el nido alado, no reflexiona, Ésto, qué sin razón destruye...El Mismo qué nunca encontrará... ¡Qué acobarda el miserable refugio! No una dulce melodía Es, la morada polvorienta, una colina...
Del amado, vestido, cada retoño luce Mismo, cada momento, etéreo... ¡Modo del espíritu transeúnte!...
De mil cielos una bruma ¡Esto recorre, la tierra, sin descanso! ¡Se escucha su quejido!... ¡Trata, trata!...De entenderlo en profunda calma.
La grandeza es humilde valle, Misma de acero y tocado roble, ¡Convicción de tempestad bordada!...
Y después, mastica el eco... Se afila el arroyuelo Encuentra el horizonte... Y lo dejas ¡Consigo libre!... En cada sonrisa.
¿Qué veneno la verdad endulza? Veneno La Verdad Endulza...Endulzan los venenos y muere la verdad.
No hay odio qué santifique, ¡Es la siniestra codicia! Ya corrupción brutal...¡Ajena y propia! El qué sacrifica los pañuelos. ¡Mismo hilo y garfio!...
En cada códice, nítido reposa, Una lámpara postrera, ¡Parte del abrigo cándido! De roperos antiguos, La temblorosa belleza, ¡Persona de sombría jornada!...
Como los callejones incendia, Lo qué moribundo jadea... Y ¡Qué vertiginoso un ramillete deja! Como de la lucha brota, Una madreselva seca...
Mientras los sinsabores... ¡Pudren! Hace del dolor su canto De cadáver el vespertino rostro, La peregrina qué perece...
Una risa garfia, Vieja diadema y enredadera, ¡Canción entre melancólicos lebreles!.
Sino espina, cada estela, se muere, ¡Qué inútil, vuelve, cada destino niño!.
Consiste, garfio, cada empeño, En mil heridas generoso, ¡Qué han sembrado, cólera y desánimo! La hiedra, en trópico, galardón.
Sin relampaguear un solo dedo Por la desnuda muerte ¡Medio metálico y ausente!.
El Garfio El Grifo...El grifo y garfio grifo.
No reflexiona ni en la colina, Ni en ninguna estrella, Sangra sus higos, sólo nueces, ¡Hay!___Sí muchos espacios, Cunas, camas, canas, meses y mesas. ¡Desearan los huesos y las arenas! De los cobardes gigantes De los colmillos enormes ¡Ya encontrarán su suerte!
Garfios, garfios... ¡Grifos, grifos!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Inconsciente década
Se han envejecido las lámparas. Provocando, la desgranada luz, escarchas. La cabellera, que vibra. ¡Lastimera!. Disolución de primavera mustia. De bronce lomo. La fingida tardanza. Entidad sin disimulo, por la paja.
Inconsciente. Década. De cada. De cada.
Se hace honor a la desdicha. Produce plumas el invierno. Un espejo, cejas arqueadas. ¡Cambio las copas, marchitas las noches!. ¡Y agrio, el vino fluye!. En la palabra más difícil, consecuencia de la cansada tinta.
Inconsciente, inconsciente. De cada. ¡Década!.
* * * * * * *
De Esta Década. Se queda la garganta angosta. Presente, la langosta de agosto. ¡En un pueblo de lagartos!. Un foco de lámparas fundido. Uno. Estado del candil fresco. ¡De los sueños muertos!. Cambio de alfiler entre semillas.
Visible, la frenética cadera. La calle, de pañal, de terciopelo. Armonía, del violín, amor. ¡Amordazado!. El mundo, interior, de las batallas. Equilibrio de hojalata, hondo palpitar. ¡La verdad qué no se dice!. Integración de espuela, montura, látigo. Inconsciente. De ésta, década, de cada. Cada. +++++ Se provoca la disolución. De la entidad de fúnebres corceles. De lo deforme. De lo que sin razón cultiva.
¡Miles de fantasmas!. ¡Lámparas inquietantes!. Después. Entre. ¡Cielos, cielos. Cielos perforados!. ¡Sinuosos mástiles de monstruos!. Los decrépitos flagelos. Lámparas de fingido bronce.
Una vez. Una, una, una, vez, vez. ¡Soñado cambio!. En el deseo visible, entre invisibles. ¡Vaya visible armonía!. En El Equilibrio. ¡Aún en el desequilibrio estable!. ¡La integración!.
1.2.3.4.5.6.7.8.9... 10.10.10. ¡Años perdidos!.
Familias del humo. Cobres pobres. ¡Los alientos, débiles infantes!. Siguen... ¡Esperanzados!. ¡Sin remedio, cada imposible!. Día, semana, mes... Año tras año. Año de más años... ¡Solo la integración!. De cada. Década inconsciente. ¡Ausencia, esencia de múltiples, ausencias!. Década, década.. De. Cada. Cada. De cada imposible nacido siglo. ¡Imposible!. Detenerlo de inconsciente seguir. ¡Nada queda. Sí. La disolución qué provoca!
Éste, empobrecido, milenio, con... Esta década... ¡Inconsciente!.
Ha ¡Quedado sólo, entre las soledades solas!. Un charco inmenso. ¡Inmerso, inverso!. De lámparas, apagadas, secas y ecos. Desdichados. Los huecos, de las paredes. Los hierros, de cada tijera y plomo. Los innúmeros y arenosos, ojos de los polvos. Casas Familias Cunas. ¡Ciego, ciego, el cielo observa!. En Las Almohadas, las alfombras, los aceites. Y nada. Nada, solo entre las albercas, y tal vez, despierte, sólo, entre cada. Cada. De. Infinitas décadas.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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En una feliz ciudad hay la felicidad? La ciudad es verdad? Incluso puede ser... Pero, sólo para aquellos con la velocidad.
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Poeta
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ME SUEÑO Naciendo Por la mañana Joven…joven envejeciendo.
En la tarde, tarde del olvido… Y por las noches… ¡En las estrellas, sueño, luz y pesadilla!
Cuando, cuando dejarán de morir los inocentes… De pequeños, niños, blancas esperanzas.. En éste turbio, turbio mediodía, de palabras…
Palabras que se dicen…Miles y miles… De voz vacía, y latidos huecos!!! ¿Dónde, dónde?…Mis ruegos y plegarias se fueron…
Son humo, son un te ama tu dios cobarde humo… Humo de los ojos ciegos… ¡Sin sangre, sin alma! Desde cuando es esto…No se, ya no me veo…
Y en las noches como ahora… Busco algún dios honesto, una esperanza cierta… En este aquí de ahora que respiro y sufro…
Sí sufro, por dentro y por fuera…Sí, si… Vengo aprendiendo de las muertes, la vida que se aleja… Se aleja... Con sus dioses muertos. ¡Con los labios secos, y sin ahora cierto!
Por que me sueño, si en el paraíso estamos… Esperando vivir mañana, después de morir… Con felicidad, sin memoria y sin pecados…
Pero despierto, despierto cada día… Y veo, veo mi ceguera, no encuentro a dios… Por ningún lado, o está bebiendo injusticia. ¡Sangre inocente, familias en cadáveres y abuso!
Soy un ciego…No deseo ningún perdón. Esta verdad que vemos, es un solo sueño mío…
Cada noche que me sueño...
Y al despertar…Todo sigue igual… Y tú tienes razón, vive así como siempre.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Aprieta, Carpintero, con tus clavos etéreos el madero húmedo que quiere desmembrarse Átalo bien, sostenlo a ese otro madero recortado que puebla en viento el pináculo del mundo… Carpintero, obrero de la civilización, símbolo permanente del trabajo limpio. te prestaré hoy mi fuerza, enclenque fuerza de quien no tuvo nunca la devoción azul de tu martillo y tu esperanza pero déjame ayudarte igual a unir esos maderos Que no tiemble tu mano al martillar certero con tu frente sudando el impecable canto de tu esfuerzo ¡Une muy bien esos maderos! Son el faro que enfrentó mil sirenas, mil arrecifes de ojillos camuflados, dos mil capítulos que casi hoy lo desmembraron… Anda, ¡Vamos ahora! tiremos los dos juntos para levantar estos maderos ¡Así! con rabia y tiempo retrasado ¡tira! Que falta hacía reforzar algo esta cruz sobre el camino… ¡Gracias, gracias a ti, Carpintero amigo!
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Poeta
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Te amo Por pequeñas Y grandes cosas. Por tu delicadeza, Por tu suavidad, Por traerme lo que Ahora sé ser la propia Felicidad...
Te amo Por adornar mis días Con todos los colores, Con las más lindas rosas que Un día yo ya vi...
Te amo Porque me haces sonreír y Levitar, porque me traes Un nuevo luar donde el cielo Beija el mar...
Te amo Porque hicisteis de mi Cansado corazón el tuyo Más sublime altar e casa...
Te amo Porque sólo ahora la vida Tiene sentido, Porque nunca había Vivido eso que me das...
Te amo Porque hicisteis de mí una Flor, porque eres mi único Y verdadero amor.
Karla Bardanza <embed src="http://www.doviralata.xpg.com.br/player.swf" width="1" height="1" bgcolor="#000000" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" flashvars="file=http://www.youtube.com/watch?v=kl8Kgnd9i5Y&feature=related&autostart=true"></embed>
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Poeta
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