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Ya era el atardecer, cuando el relinchar de mi caballo, un sobresalto y el ladrido de los perros me hicieron despertar. Habíamos ido como de costumbre a hacer pastar a las ovejas; las dejamos en la hondonada, con dos perros de guardianes, para que pudieran comer y subimos a la colina para vigilar. Le quité los aperos y nos pusimos a descansar, valga mejor decir, yo me puse a descansar porque mi caballo vigilaba. Rato después que mi caballo pastara, vino a sentarse a mi lado. Yo me recosté sobre su lomo y a mi mente se agolparon los recuerdos, cosas ya sin sentido, como suele suceder. Pensaba también en los gratos momentos que pasé con Alejandra, pero ahora todo era un sueño. En la villa más cercana, al fondo se veía que en algunas casas ya encendían sus farolas y las colgaban en la estancia. Así son los pueblos de mi tierra, un poco alejados de la tecnología. Valles verdes en todo su esplendor, pero ya el trinar de los pajarillos se hacía cada vez más débil, pues la tarde caía. Yo miraba el atardecer y cómo el sol se ponía detrás del mar. Desaparecía el azul, el celeste y todo se volvía cobrizo, cosas de la naturaleza.
Mas ese relincho, no era una alarma cualquiera, era la advertencia de una amenaza real. Pude divisar que habían cuatro animales salvajes de pelaje oscuro, tratando de atacar al rebaño, mientras los perros les hacían frente. Mi caballo se paró en dos patas, relinchó de nuevo y se dispuso a partir. Apenas si tuve tiempo de tomar un estribo, pegar un salto y sobre su lomo, asirme a su crin y salir al galope. Eran cuatro lobos hambrientos queriendo devorar mis ovejas. Ni bien llegamos me tiré del caballo y con el estribo, a un animal que me atacaba, le partí la cabeza, ahí quedó tirado, en estertores de muerte. Mi caballo, valiente él, trataba de pisotear a otro que le mordisqueaba las patas, mientras los perros se habían trenzado en una fiera pelea, uno con cada lobo. Di unos pasos y con el mismo estribo le tiré un golpe en el lomo a la bestia que peleaba con mi caballo, fallé y caí al suelo, el lobo se me vino encima, menos mal que traía mi cuchillo de caza al cinto. El lobo saltó sobre mi, mas preciso saqué el arma y se lo clavé en el corazón, su sangre caliente corrió por mi mano y me mojó el pecho. De un buen mordisco, mi caballo lo tiró lejos. Un lobo logró huir, al otro lo mataron los perros. Luego de calmarnos un poco, los perros, el caballo y yo, fuimos a tomar agua al arroyo que por ahí discurría. Luego regresamos a calmar a las ovejas que todavía se hallaban un poco asustadas; después tuve que destazar a dos lobos para que los perros lo comieran, al otro lo dejamos ahí tirado para festín de los animales carroñeros.
Delalma 24/03/2020
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Poeta
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Tú eres aquel vino divino que adormece mis sentidos y en mis días de borrasca apaciguas la tormenta. Tú ya sabes cuando a veces la pena me alcanza solitario en algún rincón me ves bebiendo una copa ¿Qué haría yo sin ti?... pienso Cuando en silencio vienes Y me abrazas por el cuello… me quitas la bufanda y me haces sonreír. Quitándome la copa y el cigarro me entregas tu boca fresca ¡Amor! ¿Por qué no me bebes a mí? Susurras… Lo que más me duele es ver que te alcanza mi tristeza perlas de brillo diamantino, caen por tus hermosas mejillas. Dulce tentación, sólo te pido que mis penas no te duelan sé paciente, no borres tu sonrisa… sí, mejor salimos a tomar un café.
Delalma
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Poeta
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Yo te voy a vagar por la gala de tu cuerpo beso a beso por tus requiebros ribereños hasta hallar la fuente donde tus ríos afloran para ahogar mis deseos y matar tus suspiros. Vágame tú por la arboleda de mis pensamientos con tus manantiales de savia, límpidos haciendo crecer ávidos de ti, mis abedules antes que el invierno con el hielo llegue. Sembremos juntos un árbol nuevo regando con tus caudales mis raíces y sin que lo llamen, el zorzal vuelva a entonar alegorías a mi pasión y a tu belleza. Delalma
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Poeta
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En taumatúrgico chasquido… el amor te arranca de la tierra y te eleva al cielo entre copos de algodón surcas el infinito unido a las mariposas y pétalos de bellas rosas. Aquella es la razón de la vida, de existir llegar al paraíso etéreo, virginal sentir el alma tocada por Dios, por los ángeles y la voz del amor llamándote… Mas cuando el amor su voz ahoga caes a lo más profundo del infierno lleno de ira y rabia contenida, sólo te invade la locura y hablas con la muerte. Paradoja de la vida, amar para y sufrir. Mas ese amor para que nunca muera tiene que morir y en medio del dolor te arrancas el corazón, se muere.
Hay quienes como yo prefieren un amor más ennoblecido, más divino pero hay otros que prefieren un amor más humano, más profano... Lo ideal te lleva a pensar y a buscar la felicidad del otro, a cambio de la tuya lo carnal sólo basta con tocarlo, con poseerlo y la magia en tres gemidos, se acaba. Sólo hay un medio para llegar al amor, amar entregando todo lo vivido y haciendo realidad los sueños concebidos porque el amor existe, yo lo he conocido. Delalma
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Poeta
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Mar adentro, entre vientos y mareas Un velero de blancas velas, se avizora Parecen alas de gaviotas desplegadas Misterioso… ¿Qué habrá en su seno?
Poco a poco va dejando el mar… Sólo el ruido de las olas al romper Es certeza que la nave ya arribó Y recuesta su quilla en la arena…
Sin timón, ni timonel, ni marineros Lentamente, de babor y estribor Dos puertas se desgajan, secas ¿Sería por el sol o por la sal del mar?
Es raro pero, nada hay adentro Sólo un viejo libro de cuero repujado Al abrirse, hojas escritas al cielo volaron Cual bandada de palomas liberadas…
Mas no todo está perdido, queda el cuero Y unas letras negras a fuego grabadas Donde a duras penas se puede leer: “Te regalo mis poemas, poesía”.
Delalma 23/03/2020
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Poeta
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El tiempo, como el viento… vuela Llevando voluntades y recuerdos Mas también, como el viento Los recuerdos añorados, vuelven.
Y aquí estoy, volviendo tras las huellas De un camino que en mi mente se quedó Aferrado cual estrella anclada en el cielo Que en la noche busca, el brillo de tus ojos.
Vuelvo como Don Quijote, con mi yelmo Una adarga bajo el brazo y un caballo flaco, Ni galgo ni escudero, por caminos ya andados A enfrentar gigantes, buscando a Dulcinea.
Delalma 18/03/2020
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Poeta
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Às vezes um poema precisa de um descontrole, de uma disritmia, de uma quebra de sigilo.
Às vezes um poema precisa se internar num asilo, e se curar da realidade, para seguir o seu curso.
O poema tem, por impulso, que dar vazão a um sentimento...
Seja ele bom ou ruim. O poeta tenta, assim, registrar algum momento.
A.J. Cardiais 16.07.2019
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Poeta
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Me pediste que hiciera un poema para ti, Por el día de la madre, escribí palabras vagas Sin sentido, el amor es infinito No tiene tiempos, no tiene edades, es un poema Sin metáforas, ni sinalefas, no tiene rimas Es tan perfecto, que el cariño de una madre Supera cualquier verso de cualquier poeta No tiene verbos, ni sustantivos es eterno sentimiento Nunca cambia, es como desierto sin viento Es como primavera en otoño, es una sonrisa Tierna y dulce, en un día oscuro de niebla.
Por Conrado Augusto Sehmsdorf (Kurt)
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Poeta
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Poesia é uma besteira, que ninguém vê; que ninguém encara...
Quando o poeta, com sua tara, resolve escrever, o povo fala: Poesia é isso?
O povo quer algo difícil de acreditar. Mas a poesia está no ar, está no céu, está na terra está no mar... Está em todo lugar, e de diferentes formas.
Não existem normas, para que a pessoa fique em "estado de poesia.
A.J. Cardiais 11.08.2018
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Poeta
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Meu poema sai em busca de aventura... Quando a ideia cai, é a rima que o segura.
Meu poema é o tal que espanta muriçocas, quando elas saem das tocas querendo algo fenomenal.
O meu pobre poema, fica jogado ao leu quando sai do papel,
Pensando que o sistema o levará ao céu... É ai que começa o dilema.
A.J. Cardiais
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Poeta
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