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Instantaniedades
Por allá donde la realidad se enreda Al sol estando sangrando embalado Entre lágrimas prestadas La cara cubierta de los abrigos baratos Flotan los pañuelos inocencias En los guantes importados en un bote En la pasión de la magnolia Novedosa novela del absurdo en vela Un tulipán teje su nido El barco perdido entre los focos ¿Qué a las aves viste de nuevo?. Me dices... Sin oírme De Lo ¡Que congelado de pronto el pulso guarda! En la constancia del balcón La importancia del poco tiempo Las amapolas son, serenatas fantasmales Inaugurando las excusas equivocadas ¡Con el esplendor leonino!. Horquillas de sorpresa, cinco minutos De la rima y la caoba En la puerta qué emanan los techos En la medianoche nácar Las cándidas paredes enhorabuena ¡Que soñaba sus naranjas! ¡Que donaba sus limones! ¡Que adoraba el piano! El último instante Distante, constante, inminente. Por aquéllo. Del pino hojarasca ruina. De la primera eternidad. ¡Que a los retratos ampara!. Por Eso Del ¡Añejo pestañear de los castaños!. ¡Qué en la neblina se deshacen! Como Ladrillos caninos Como Amarillos caminos Los ojos de cera el molde suplica ¡Desenlagrimando! La inocencia de los pañuelos. Sirviendo al agua sus colores y sabores. Al tiempo entre las ventana.s Pacífico progenitor del abismo estéril. Anticipada oscilación a obscuras. De La Semana trastornada en pocos mese. ¡Que se mecen trastornando los pañuelos opacando!. Los anhelos vivamente acuosos. Almacenes de precios inseguros. Del honor exangüe. Del temblar sereno al bastón. Un tulipán. Una magnolia. Instantes, distantes, constantes, del antes. ¡De la realidad que enreda!. El tiempo que al pulso guarda. ¡De pronto! En El Esplendor Rima leonina El bastón bajo el agua tiembla... Cada instante.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Miel hogaño fugaz
Noche ésta del rocío que cuelga, la hermosura de la mañana, que vuelve retoñando, la piel del jazmín, dejando caer la tarde tibia, los tintes violáceos de nuevo, mil flechas, destilando sombras, ligeras y mudables chispas, nacen las flores del arroyo.
Del Acaramelardientes Pendientespumosculos Amarespeculativos
En la frescura perfumando la voz, del mensaje, hojas ondulando, los nidos, que los suspiros guardan, esbeltos y flexibles, los reflejos arrullan las noches, inagotables, arbustos sedosos, del ensueño tinajas, turgentes, surgen apetitosas, las infancias bañadas del silencio.
Del Lunardientespiga Remarmoníalba Grandesperanzamorosa
Que cuelga la hermosura lejana presencia dónde relucen atemporales historias sin borrarse destellos breves en el fondo enormes en el inalcanzable pasado flotando en las cumbres circulares de la mañana nueva piel hogaño, miel fugaz, hogaño hogaño ¡Del tiempo que se desvanece!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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B.I.E.N.H.A.D.A.D.O.Amar amor al mar Remando almando olas Espumando al viento nubes Enamoradas ¡Otra vez! Entrelazados.
Lunares mieles pieles latidos Hiperbólicos tangentes ángulos Del péndulo arder amando. ....El centro interior De las bisectrices intersección El triangular vaivén El oleaje burbujeante El aliento trepidante El momento perpetuando ¡Verdiazul enrojecido!. Palpitar De nuevo Del ritmo risueño ristre Al mar Amor Amando ¡Remar, remar, remar! Amando Amor Al mar Remar riberas asteroides desnudos. No sólo Sueña Un Sueño Solo Una Vez Igual Al mar amor...¡Almando olas espumando al viento!. Remando Olas almando ¡Sin sembrarlas alas bajo tierra!. Cuando El Bien Ha Dado Nuestro Nido Dando. ¡Con el alma cada hola!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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INSOLACIÓN...
Por allá camino cerca encontré el sol solo me dijo poco menos que luz de la divina consciencia poco más que luz de la vida circular poco menos que riberas. Dices, del mar solar, somos. Desolados, asoleadoramente ensombrecidos. ¡OH, insolación!.
Es... En unos, las cruces, lirios. En que otros las llamas danzan. Cenizo el[polvo. Los pendones de cenizas. Ciertas donde nacimos. Inciertas donde morimos.
Pues. En clara aurora la cara enflora. Encarecida aún la misma muerte. Compañera cercana. La cruz. Solar. Del suelo suela sola. El Premio a la tierra es. Me dice el calor frío.
En los años que nos viven, las sonrisas que nos quitan, los abusos que nos dominan, al filo enarenado. ¡Escudando!. Y escuchando, andares y caminares.
El hemático dislate. Desmemoriado desdecirse. La menta y saborea. El engaño Agrio El rebaño Ante la mesa inerme. Ausente. La silla del ayer llena. ¡Cada techo entre mil lechos!.
Des Habitados. Caminos. Alimentos del vacío Sin un después. Sin un más nunca. Sin ser ya nada en cada ahora. Los años nos mueren extraños, los retoños desenraizados, bajo los cielos inundados, inundados, inundados. De Las Ausencias al amparo. Perenne aridez del nuevo suelo. Solo insooolación.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Y lo que no está se deja ver con los ojos de la emoción, se va creando el mundo de nuevo para ti y te sientes renacer por esa caricia impregnada de amor que en silencio preñado de susurros te recorre y te va dibujando… y sin saberlo, sintiendo, te vas descubriendo.
Y ves el mar infinito que cabe en tu mirada y que en su azul te lleva; y ves el campo que respira como si estuviera vivo –que lo está como tú pareciendo estar muerto-- y te llegan sus fragancias con su voces de color y que con su verdes –acaso de esperanzas- te llaman para regalarte otro crepúsculo fascinante donde deseas por un instante –eterno- perderte.
Y lo que no está ahora estará mañana como lo estuvo ayer, y será Elpis en su divinidad quien te colmará de flores, y sentirás la esperanza clareando en tu nuevo día.
© (jpellicer)
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Poeta
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Osamentas opulentas
La Obscuridad Han hurtado A la confusión la luz Ladrona de ilusiones encandiladora y cobejera
Las Velas Ayudantes De los buques Al bostezo descuidado por la fuerza revulsivo Del Orgullo Sin decoro Mangante timar Cuando ella tocó la viva puerta al trapisondear
Una Mariposa Negra malmandada
Apergaminado edicto degradado En la hora fijada de antemano desaborido rumbo Ante La gramática Admisión celeste Del monólogo mortal En el suelo suela de la modorra al escarabajear
Al Modo Poseído De la moda ¡Qué de nuevo brota dentro del paradigma bizarro! Donde Los años Se acumulan Rugosamente cutres Blanquecinos sin perder el tiempo acalambrado hoy
Los Péndulos Ante las fieras Máquinas del rostro Enjuto el traje de los números tuétanos de cócora Nerviosos Al final óseo Abejarucos robóticos De lo rastrero magnánimos Considerando instintivas fórmulas acampanadas
En La sonrisa Del bolso negro Descalabro asalariado En la historia de la falsa sombra despotricando En La balsa Filantrópica De azul descaro Con la corbata de alfileres con el cuello blanco
Opulenta Fermentada Dovela dolosa Osamentero atajadero...¡Del celaje sombrío!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Hemos sido tal vez todos prisioneros De una fachada de mascaras ante el mundo Piezas en un ajedrez de poder y dinero Con la ilusion de control por un segundo
Encerados en una fria mazmorra De barrotes forjados con miedo Pedazos de alma, luces y sombras Mendigos de amor sincero
Tiernos cachorros en apariencia Fieras letales y furiosas por dentro Homo Sapiens cuando tenemos conciencia O solo bestias de apareamiento
Alertas ante un pedazo de carne Sigilosos al menor movimiento Perseguimos la presa sin dejar que descanse La hacemos nuestra sin remordimiento
En eso nos convertimos Al dejar a un lado los sentimientos Al olvidarnos de lo divino En esta jungla de asfalto y cemento
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Poeta
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CORAZON DE FLOR
Lo conoció, no era el mismo ya, y mucho menos, ningún otro, el color de clorofila, entre los latidos. Pétalos de tiempo, olor, olvidos en espirales, ahí. Tan cerca del círculo, pálido y triangular de lejos. Leía entre las pupilas, lilas, las lunas, los meses, meciendo, a veces, suaves terciopelos puntiagudos. Y muchos soles, corrían bajo su suelo. Esa vez. Al colgar del techo las estrellas que soñaba. La noche, corriendo las cortinas lentamente, adornadas, entre una montaña doblada. Florecía, marchito del alto fondo. Palpitando. Pero no era el mismo, y lo sabía el reflejo al salir del agua, seco. Más, ahora, que estaba, ausente. Solo, como una vieja sombra, fantasma, tan dulcemente ácido filtraba el color castaño. ¡Quién lo dijera!. Tras el cristal...
Esa vez. Paladeaba la tristeza, su piel, empapelada, vegetal, plástica y vieja tinta de una memoria, que salta en la ventana de tiempos idos, de tiempos que regresan, unos cuantos. Recuerdos, de relojes olvidados en el tiempo amarillento, de las tardes, anudadas en aquéllos años. Tal vez, se soñaba jardinero, en el fondo solo clavel, admiraba, sintiendo palpitar, en las faldas nocturnas de las almohadas, una afilada sonrisa. No obstante, al margen, la depresión teñía, sus hojas y las ramas escribían, los recuerdos, del tallo, del polen, día tras día... Pero, ahora... ¡No era lo mismo!. ¡Claro que no!... En el cuarto, en una esquina arrugada, donde la vieja plancha, detuvo la marcha, del calor, evaporado, al cortar las humedades, las sequías del día. Su corazón. ¡De flor!. Redondo y superficial, el horizonte nada tenía. El jardín de instantes era solo, ese momento, un descanso bajo la puerta, un trabajo sobre la ventana y nada más. De nuevo, el espacio se cerraba, deteniendo al tiempo, al abrigo venidero de la calle. Y él, corazón de flor, cultivó jardines en los desiertos. Y tormentas en una gota. Esa vez, con el eco en cada pétalo, un latido un día, tal vez perdido, cuando el tiempo lo detuvo. Y lo dejó, cristalizado. Siendo lo que era, flor del desierto. ¡Petrificada al sol!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ACLARÁNDOSE...
Más allá de la temblorosa sombra. En el fondo, desconocido, de una noche. ¡El amor, a veces, bebe lágrimas!. A veces, en un gris, de instantes.
Se__Acla__Ran...
La campana golpea el silencio. Las palabras, de pronto, demasiado tarde. ¡Dulces de nuevo abiertas!. En un desgano, sin recuerdos.
Se__Acla__Ran...
Más allá, del milagro inmóvil. ¡El amor sirve de guía!. Al dolor, que sangra, indeciso. Al borde, de un latido sacudido.
Aclarándose, aclarándose.
Campanear que se desliza. ¡Al impulso de una réplica!. Ceniza... Clavada... Al fuego. ¡Y el aroma del tiempo, muerde!.
Acla Rándose. ¡Con un simple aclararse!.
En el vértigo de lo imprevisto. En el pórtico de lo entrevisto. ¡En la bruma explicable apenas!. ¡En la urgencia del drama viejo!.
Acla Rándose. ¡Con un simple aclararse!.
La sombra temblorosa se remueve. Y la niebla en llamas queda. En...La flor... ¡De un gesto inolvidable!. ___¡Más allá de una noche!___
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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TORVA TORTUOSIDAD
En el que se enfrentan. Algodón y quincalla. Con el cielo que clava. Las pupilas en el pecho. Las raíces en el fuego. Y En los quiméricos ...naipes. En las esquinas... redondas. ¡Al oír!... ¡Una sirena desasirse!. Sembrando... Quinolas sin cartas. Arrepentida de las olas. En La Torva tortuosidad.
El mundo perdido despertó duramente cazando, frondosos húmedos pasados bañados de cáscaras, nómadas hordas del hambre manadas de sed olas, cuando dan a luz los matorrales el parto de la, muerte amamantando sepulturas arrinconado mundo.
Torva tortuosidad. Por él. Verdoso desfruncir. Del ceño campirano ...Pajizo. Al amarillar...Del horizonte zafiro rubí.
Túneles exóticos____Estrafalario mimetismo. El laberinto____Descubren los techos. ¡Por el rumor de los pisos!.
Torva tortuosidad.
Torva tortuosidad. En las sillas sin cabeza. En miles...de palabras crucificadas. En las...alas consumidas de la fe. ¡Dónde los...dioses se arrodillan!. Túneles...barriles del olvido Ofendidos por...las ausencias Dispersas
¡Y el duelo, quebrantado de las piedras!. __Torva tortuosidad__ Ropaje del corazón desierto anclaje del alma, furtiva en la ceniza desnuda esponja, del pañuelo que recibe en la conversación, ficticia. Del Corazón...Desierto...Plumaje.
Mientras Mueren las palabras En las botellas Con el penacho de dos olas Dos troncos,____ dos desamparos ¡Un puñal_______ brota de las paredes! Con las ruedas__ de las aristas En la punta del_____ hongo y encapuchado monólogo.
_Tortuosidad_ Del tiempo, del templo, el rostro. Con el está bien....Del más allá. Con el eso es todo...Del corazón amonedado.
-Enmodada vacuidad- Cuándo de nuevo aparece el morir de nuevo. ¡Oculto el velo de la mano!. ¡Qué mueve las redes del aire!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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