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El tiempo pasa, y no estas Acontecimientos fuera de nuestras manos, Aun así en la desesperada espera, te sigo amando.
Mi corazón pasó por momentos de crisis sin ti Se encuentra estable gracias a Dios por ello.
Todo lo hago por ti amor Me enseñaste a apreciar lo más importante Antes que el amor que te tengo, esta el de Dios que sobrepasa todo entendimiento.
Y eres tu quien me lo recordó, Eso me hace amarte aun más Mi amado, mi amor imposible, mi sueño no realizado.
Caídas y levantadas eh pasado en esta vida Pero se que estas tu allí Luchando a la par, La buena batalla con ayuda de Cristo Jesús.
Amor te extraño tanto, Ya no quiero derramar, mas lagrimas Quiero aprender a esperar La voluntad del que nos creo.
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Poeta
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Con estos ojos, hay.. !ojalá pudiera¡, Ver a través del vacío, Sin derroche de asombro, Para ver las estrellas, Sin desestimar su rostro, Y dejar que su resplandor, Resalte los rincones de este laberinto. Con eso, ..No puedo contar.. Pero incluso entonces, Incluso ahora. Puedo reflexionar sobre mi alma, Su singularidad, Como una hermosa anomalía, !Justo como los demas¡.
Y he encontrado cariño, Naturalmente, Dentro de ese florecimiento, Dentro de esa ráfaga, !Es vida, es¡...
Tambien algo crudo, como la aguja de un frio invierno, Que como una víbora, muerde, Que como una avispa, aguijonea,
Y entonces todo va lento, .. Y luego aún más lento ..
.. Hasta congelarse ..
Entonces mi alma Infinito testigo, Puede ver nuestra angustia, Nuestra agonía, Nuestro tormento, ...Como un eco... ...De la calida sonrisa...
...Que despide aquella... azul órbita distante... .- ... Ahora veo nuestro dolor a lo lejos ... sorprendentemente lejos.
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Poeta
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En este momento, ando inspirado, ando callado, ando enamorado.
La noche llama otra vez, ando solitario, este corazón busca un amor, el amor de una mujer.
Ese momento, quisiera sentirlo, no solo en sueños, sino sentirlo realmente.
Es es mi deseo, es mi anhelo, sentir tus labios amada mía, es mi mas grande ilusión.
Erick R. R. Torres (Ángel Negro)
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Poeta
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NOSTALGIA MINERAL
La triste montaña mira al cielo. Frío. Azul. Infinito. Frío. En la selva de las nubes. Roja es la esperanza. Sin tiempo. En el corazón del caracol. Sin sol. En la noche cansada. Sin luna.
Nostalgia. Gris. De metal. Por las costillas. Del camino. Por las alas. Del campo. Entre el martirio. De un instante. Entre el martillo. De un lirio. Noche y día. De sol y luna.
Mineral. Memoria. Del humo. Con la tristeza del caramelo. Con la sed del corazón. Sangre de luz y de sombra. Muerto el honor y el recuerdo. Frío. Amarillo. Finito. Frío.
Nostalgia. Mineral. Solo agua. Lágrimas. Joyas. Secas. Despreciadas. Arte invisible. Del aire petrificado. Porque el cielo ha quedado ciego y sordo. En la triste montaña. Mira y mira. Mudo el suelo... Inundado de sangre seca.
Arriba y abajo. La consciencia hecha polvo. La memoria está perdida. En las nubes de la selva. En las noches solitarias. La montaña es de fantasmas.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Harto ya de declararte sentimientos que poco atiende tu engreído corazón, he decidido disfrutar el mientras tanto de tu indecisa simpatía a mi favor.
Y con tu quiero y no quiero tornadizo, (interpretado, fragante y bien doblado en el bolsillo interior de mi quimera) sigo tu maña con mi fe de por si acaso.
Y saboreo tus te amo para siempre o dulcifico tus ya no te quiero ver con entereza de caniche enamorado que sobrelleva por cariño tu desdén.
Pero si triste recupero mi hasta cuando de tu no sé muy bien qué voy a hacer, considerando la crudeza de tu nunca, hallo sensata la razón del para qué.
Allí libero el yo renuncio contenido, mas lo sujeta el puede ser de tu mirada y me le prende ese brillito de algún día que a mi delirio pone pitos y matracas.
Y si aguafiestas mi dilema conjetura, el si contigo no estaré perdiendo tiempo, en su embeleso mi pasión dócil ostenta su ciego sino del no tiene más arreglo.
¿Qué ganaría con mi tiempo desolado, (a replicarle a mi recelo estoy dispuesto) sin tu sonrisa, tus desaires y tus mimos y sin mi brío del no importa yo te quiero?
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Poeta
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Nieve en el campo…
Blanca Como un caramelo dulce Que sabe a licor banana, Como un “te quiero patata”. Nieve sobre el verde, Blanca como paloma blanca Y que tú la amas. Blanco en el campo mío, Sin que sus ramas de arena Me quemen la vista Al contemplarla. Nieve en el campo del alma Y árboles frutales, Todos blancos, Con sus troncos color pino. Blanco del alma Que dice: “Nieve en el campo azucarado, Que no engaña”. Mensaje mío de esperanza, Que no sé si sabré comunicar A tiempo… Nieve en el campo amargo Que vuela como flores Caídas del cielo Y mi pensamiento Que yace aún, Lejano.
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Poeta
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Hoy no me hables de miserias, ni enfermedades ni maldad ni muerte, que hoy, mi decepción está optimista.
Háblame de perfección, de paz, de amor perenne y todas esas cosas que nos “pintan” de pequeños.
Hoy no me interesa debatir el porqué del triste fracaso de lo primordial, ni quienes tienen la culpa, ya que lo sé, ni quienes van a enmendar tal hecho, porque sé que es otra mentira más.
Háblame de un paraíso alternativo. No del de estratagema religiosa, sino de éste, pero imparcial. Éste, con inmunidad infantil genuina, donde se restituya a la inocencia el paraíso natural que le viciamos.
Háblame sutil como me hablas para que desista, cada vez que invoco, (a riesgo de morir de ilusa estupidez) los cándidos poderes que me harían cambiar el mundo de un abrazo.
Y si quieres hablar de realidades, dime por ejemplo: por qué relucen tus ojos cuando me ves aparecer, y qué piensas cuando te aferras a mí, mimosa y en silencio como ahora.
Pero hoy no me hables de miserias ni enfermedades ni maldad ni muerte, que hoy, mi decepción está optimista.
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Poeta
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Antes del silencio
Antes Del Silencio Dorado El azul sin tiempo La verde esperanza ¡Aún no había nacido!.
Ni La música amarilla Al ser eterno El punto del principio Al final que vuelve puro... ¡Antes!.
Del Silencio Nacimiento de la muerte Círculo de la vida Al escuchar El fondo El centro El final ¡Latir del canto! Al entrar transparente Al destino del infinito ¡Burbuja!. De la palabra... ¡Del antes!.
Antes, antes... Antes Del Silencio Y después, luz, espacio, tiempo...
¡Mar de amor! Humedad del corazón. ¡Por la humanidad del alma! Antes de la carne... ¡Antes, muy antes...! Y... Luego... ¡Nube de lenguaje!.
Arroyo, río, lluvia, tormenta, mares. ¡El silencio crece! Crece como antes Del primer silencio.
Dorado El Tiempo ¡Había nacido hablando!. Pero nadie había que lo escuchara...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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NIMIEDAD MANUMITIDA
Por la utopía permanente, del amor inagotable, apresado en la luz, de la esperanza. ¡Vencida!.Porqué el pasado solo recuerda darse, confianza a sí mismo, para simbolizar inextricables épocas más gloriosas, limitadas por la estrecha franja costera de los suspiros, desarmados del vientre, con la señal de paz rota y roja, dónde las telarañas conviven con los mástiles celosos, con nueve kilos de sed, y comiéndose a hurtadillas su apetito, que palpa el eco de la luz. En la noche que se levanta muy temprano en la mitad de un sueño cerrando las ventanas bajo las puertas... ¡Azul!. Para que mantenga el vestido de la tarde amarilla, agitando los hogares en una cuchara, obligada a ser hilo de coser los días, que no pueden resistir sus dimensiones originales, en la nariz de una botella, que continúa su crecimiento hasta los años siguientes, buscando colgar los árboles bajo el ojo de una aguja, y colocando adecuadas máscaras al humo de las luciérnagas, que en su impostura devoran al macho.Por la caverna en vigilia, los ojos anudan, pesadillas desnudando, la libertad falsa, la libertad inventada. Ni mi edad el calendario sabe, dice un viejo reloj de arena, manumitida de la playa, tradicional y conservadora, grano a grano apasionada. ¡Arenosamente libre!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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A veces, necesito compañía, necesito amor, de aquella mujer a la que vi por primera vez.
Quiero sentirla en mis brazos, quererla y enamorarme de su dulzura, de su siniestra forma de ser, de su piel blanca y pálida.
Ella es mi inspiración, de donde vino eso no lo se, pero si se que ella es mi musa, mi ángel de vestido negro y seda.
Ella es mi alma oscura, mi íntima compañera, en sus juegos de placer, en sus caricias prohibidas.
Erick R. R. Torres (Ángel Negro)
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Poeta
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