Poemas de esperanza :  Fortificante solo
Fortificante solo

En el gabinete del día de hoy,
de vigilante atavío,
hay un siglo ...acongojado,
trabajando el barro de la herradura,
en los ojos... De un árbol cada semana.
¡Fracción, fonética, informe!.
Parpadeando partituras,
el año... Utiliza mes a mes la mesa,
formalmente, lentos, los impulsos grise.,
¡Al retozar como retaco!.
Un siderúrgico sermón.
Utilizando
Las
Mejores
Ventanas... Rentando a la corrupción corrugada,
sensatez inquietante al fosfórico grabado,
y sin la piel jugosa de la córnea.

*****


Fabrica.

¡La fábrica, flexible, de gramos endurecidos,
lo mismo qué ayer la ceniza gozó!.
Como.

Un jarabe con la natación de leche,
el flujo creador, de damas y ajedrez.

Y
De pié un proceso... De canicas en un balero,
arrodillando. Urnas tibias, pelotas dulces, al
sombrero, fumando, nubes en una tortuga.

****

Fortificante
El
Noble cigarro de barro córneo.
¡Qué hace del maderaje una madeja!.
Como camella hermanable.
¡Argollas atricheradas!.


Fortificante.

Solo.
El problema era antigua metafísica,

de un teorema infantil y onírico.

En un yo, del detalle guadaña, chisporrotear.
Siendo.

¡Un simple sabor incompleto!. Dijo: De pronto.
Lleva la humanidad al mismo Caos, al blando soporte, blanco, lleno y rojo, de los anaranjados limones tristes. Alegres, vendiendo cristales de botica, al principio. ¡Trescientos plásticos sacaron sentimentales murallas!.

Los conceptos desgranando,
los conejos dudosos,
los cangrejos sentados,
los caminos del musgo. ¡Lenteja lentitud legible!.

****

¿Pero, fortificante sólo?___ Lo decía.
El flébil fósil.
Con el miedo telescópico en el trópico.
¡Sintiendo zafio cualquier yusión!.
En la patente
De la paja
Un párpado.


De madera relampaguean paralíticos los dientes,
del tigre tierno, en las sienes,
de las montañas,
dobles al azar, de los corazones en la pizarra
pintados, y la lengua de ámbar como huella de ra
tones amarillos ya, que va, en las muñecas de
cera. ¡Acero!. Bajo la cerámica de invernaderos,
en la boca perdida del espejo, que ignora ser de
los vacíos simple reflejo, y pensando entre nidos los delfines, que creía ver volar. ¡Solo fuerza!.

La fuerza omnipotente de los metálicos horrores.
Y
Luego.
¡La lira de las litisexpensas!.

Saliente salina sanguijuela.
¡Aquél panteón fue invadido del consuelo!.
Repostero réprobo reproche.

¡Aquél desgarrado y meridiano sótano
Luego.
La envidia tenue en la cabeza, blanda.

La mayor parte, antes la destilaba.

Brotes brumas bruces.
El piso helado, del cabello asombrado.
El exuberante grito bajo la puerta. Solo.


¡¿¡¿?!?!


¡Solo, fuerte, muy fortificante para el silencio!.
Del pauperismo.
Paulatino.

Del hermano, al expoliarlo, la coacción.
¡Bandolerismo de bandurria!.
Más y más.


¡Más, en la chimenea se ocultan,
las cenizas del gigantesco,

tiempo, cayendo cascabeles,
de las hojas,
hijos de

la nieve. Cónicos. Al descollar desembarcando,
las incurables columnas,
atravesando peces
un ombligo
generoso.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Crónicas :  No fue, no es, ni será
No fue, no es, ni será
A veces conceptuamos que más cordura tienen quienes gente adulta y madura se creen, demandan aislar su difundida experiencia con la inmadurez supuesta de la juventud.

Y así llegan -mienten con la fuerza tentadora de la sabiduría- siempre quieren tener la razón asimilando a conveniencia su atrevimiento. Aún pretenden conocer del mundo y manejar todo tipo de situaciones, mas no entienden que su ego les traiciona.

Acaso, ¿no fueron sus malas decisiones las que hoy perjudican la tan ansiedad estabilidad?

No es lo que soñaron -recuerdos inmóviles- lágrimas desvalorizadas. Codician escapar de una agitada angustia que parecieran merecerla.

Ni serán sus plegarias las que cambien el mundo, lamentos -sutiles quimeras-, deseos que fenecen aún cuando no terminan de pedirlos. No tiene sentido encargarnos su culpa, remedios artificiales -cobardía externa- Agarras un equipaje lleno de esperanza -no tiene cabida tanta insistencia-

Instan a reclamar y esconden su voz, aprovechándose de la ingenua desconfianza y cansancio producido por la espera. Injusta hidalguía -sonada espera-

No es causa de risa tu ironía –prepotencia- signo de mala educación. ¿Emancipada cordura?

¡Un reclamo les cambia de genio…! -que osadía- gestos prepotentes, órdenes de esperpento. Luego se autoexcluyen, exigiendo que la nueva generación arregle sus mal logrados objetivos. No supieron cuidar la naturaleza, ¡…ni heredaron a sus generaciones el respeto por la vida…!

Recuperas en oprobio tu ignominiosa estrategia -funcional para ti- Pero, no me atrevo a juzgar tu apariencia de mejorar como siempre tu cobarde actuación. Te aseguro -no juzgo-, simplemente escribo verdades que si llegan a lastimarte pues una incipiente conciencia se mantiene en tu alarde.

Respetando vivo el irrespeto de su cobardía que no les permite defender ni siquiera lo que creen -imperioso resultado-


Autor: Quituisaca Samaniego Lilia
Poeta

Poemas sociales :  La Codicia
Fue el pecado original que fracturó el alma de la tierra.
Arrastra grilletes y harapos. Escapó del infierno y se enquistó entre los hombres para dividirlos Los ha repartido por difusas soledades que se fagocitan, trastorna las almas en locura de egoísmo. Es la codicia.

Miente, miente que algo queda. Arrastra alforjas de oro, financia guerras, captura territorios, masacra y gira de cuentas cifradas. Expropia a los comuneros, quema el bosque nativo, se inventa subsidios, extiende plantaciones de ácidos pinos que asesinan coleópteros obreros. Compra trenes de segunda mano. Engaña. Desmaleza asfaltos. Escritura mentiras, come en la mano de los poderosos, traiciona proyectos, atesora sin pausa, corrompe, escala hacia el poder, lo maneja, es la codicia.

Hipócrita ayuda, expropiatoria garra, entrenadas vocerías, flautistas y sirenas. Fumarolas en la tierra, napas milenarias violentadas, tentáculos de cianuro genocida, el oro justifica romper los equilibrios. Sicarios custodios, tinterillos finos de la bestia, demuele templos. Es invasiva. El odio fructifica. Reditúa el egoísmo genocida. En la city porteña es princesa la codicia.

Debilita los nobles hierros. Usa corbatas de seda, zapatos relajados. Roba cemento de las obras públicas. Sus fuerzas mercenarias invaden, crean muros y ghettos. Los sicarios que impone venden la vista al mar, expropian los bordes costeros. Confabula, realiza negociaciones incompatibles, trafica influencias. Es la codicia.

Se inclina pragmática ante el poder, se prostituye sonriente, luce mentiras de diamantes, engoladas mentiras, puentes colapsados, tierras usurpadas. Con blanco guante escribe sus propios decretos. Malsana criatura, es la codicia.

Gárgolas de falsía, coimas del rastrero, Impúdico servilismo, conventos convertidos en expendio de comidas, es la codicia.

Es tiempo de frenarla. Que espíritus fraternos procuren reconquistas.
Blindaje de oraciones desmonte sus mentiras
Sembrar con sacrificio un campo necesario.
Vayamos con el viento hermanando un compromiso.
Un nuevo fundamento que rompa la avaricia.

05 de noviembre de 2007
Poeta