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-AMOR NO TE LAMENTES CON MI AUSENCIA! Cuanta tierra cubre nuestros días y nuestro intento Y pese a todo el nido esta entero, aunque solo y sin embargo estas en cada instante que respiro y sin embargo estoy en cada esquina que no miras.
Como borrar las huellas de la piel sin lastimarnos como esconder en las cuevas del olvido el lamento, si es el mismo en cada hoguera y distinto en cada lecho si para poder amanecer hay que dormir y yo no puedo.
El mármol de la vida nunca se enmohece pese al tiempo es que tampoco lo que fuimos se parece a lo que vino y las costas, nuestro refugio aún se mantiene escondido y otras bocas, otras manos no cincelan lo que ya está hecho.
-Por eso amor no te lamentes por mi ausencia! podre no ser grito del día ni el fragor de tu batalla pero estoy de alguna manera entre tu tiempo para volver a estar y a volver a ser el que regresa.
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Poeta
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No hubo testigos casuales, solo la roca centinela y mustia, en una tarde cualquiera, sin tiempo. Lo cierto es que hay días, que no se eligen en los sueños amanecen a tu lado si haberse anunciado Fue en junio, cuando la soledad se veía Y el silencio tenía voz de confesión los árboles helados eran más marrones el viento se detuvo a la vuelta de la esquina y se dibujó confidente y cauto, hay hechos parecidos, con rostros distintos. Son historias o pedazos de amores que andan parias en las veredas entre el estigma de un pasado que aún se queda. Guardan secretos pasionales, enredados en ese destino de telaraña donde nacen y mueren callados, los besos cautivos que no se han dado. Los ojos que miran desde el follaje de la vergüenza un espejismo de deseo imaginado. Solo la roca centinela y cómplice, nos vio eternizar ese sentir y en las noches estrelladas, se desprende y roza mis playas, un extraño rumor desde lejos para que recuerde que una vez por la senda de mi alma has pasado.
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Poeta
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Por esos caminos de nadie y bajo ese cielo celeste que muestra mil dibujos diferentes llegamos a lugares, donde lo mágico se hace realidad. Y es ahí donde sonreímos dejando escapar nuestros miedos, porque no sabemos, pero sospechamos que en ese pedazo de mundo en esa lejanía verde y celeste y a veces incendiada, en lo peregrino de las bandadas y en el último rayo que dibuja un camino que se pierde entre melancólicas arboledas, como un dejavu de otras vidas se nos ilumina el iris y se ensancha el aire de la brisa porque algo nos dice que llegamos que la búsqueda concluyo y que tímidamente aflora en nuestros labios la palabra y el atropello de la sangre en nuestro rostro en un claro con luz de trigo colchones de hierba increíblemente verde Es ahí donde todo sucede, si tú quieres que suceda.
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Poeta
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LAS CUERDAS SECRETAS Aún tengo las marcas afiebradas de tu cielo el de tus ojos, que en mi soledad amanecen como crece la claridad en el camino de los tilos en la ruta de las sombras que a la espera me refugio ¡Oh ando sin mascara ni prontuario que aleje! duermo en el nido de tus brazos libres sin temor de la inesperada daga que alguna vez reclamo mi carne y el torrente de mis venas. ¡Ya no necesito armadura ni patíbulo! ni aconteceres con ráfagas brumosas hoy el día fulgura en el galope y desata cabelleras donde las ansias mueren Y unos de tantos rayos en esta vastedad rebelde descubre en la tierra ahondada vetas doradas semillas guardadas de extintos robles del principio de las cascadas de cristal de los senderos de los metales primeros. ¡Ando pues sin las bridas del pasado! Solo con las marcas afiebradas que no son estigmas ni pistilos engañosos que solo seducen un día. Llevo el plumaje del pudor guardado en mi morral porque ya no necesito un noble manto que me oculte ni sedas negras enlazadas con los hilos costumbristas. Tal vez no entiendas que en mi alocada poesía guarde tu nombre del aullido de los lobos que en las noches de plata aúllan más desesperados porque no pueden pasar las vallas de nuestro tiempo ni la avidez de la premura cuando el instinto asoma y tensa en un arco de pupilas y silencio las cuerdas secretas del secreto en ese follaje que por siempre guardara nuestras formas cuando solo fuimos vida y manto y pasión sin lutos.
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Poeta
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Entonces te escuche cuando solo quería silencio. Fecundo en tus palabras, me enseñaste los dones de la tierra. Esa piedras ocultas y vírgenes, que guardan el secreto de los hombres. De los primeros seres que perplejos fueron el principio de todo. Nacieron con el fuego y la semilla que trasciende. No tenían nombre, solo las miradas y el manto creador. Temian ese camino lechoso de estrellas que abrigaba sus noches. Esa inmensidad fue la cuna de sus leyendas y sus ritos. Hipnotizados por tanta vastedad no entendieron su destino. Entonces desperté y ausente de lo cotidiano viaje contigo. En la barca de los siglos . Descubri en la pequeñez de mi ser, La grandeza del todo, el idioma y los gestos. El abismo donde nacen las utopías y los mitos. La revelación del amor , que nacio como un capricho del universo, Trascendente y sublime, misterioso y cautivante. Absortol resisti las ráfagas del tiempo. Entonces allí,donde todo era confuso, me sentí frágil e indefenso. Pero no temi, me entregue sumiso, a ese sagrado y aflautado himno, De las melodías que surgen de las voces perdidas. Entonces comprendi, que no debía esperar ni esperarte. Solo amanecer con la brisa y guarecerme en el ocaso. Entonces comprendi que no existen los finales… solo las consecuencias.
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Poeta
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En esas rocas solitarias de las playas del sur, donde comienza el horizonte profundo, La algarabía y el bullicio, están ausentes. había crecido el silencio, sobre la arena milenaria. Absorto en pedazos de recuerdos, que florecieron en otras épocas, no me di cuenta de ti, hasta que casi te toco. Tú también estabas distraída, talvez buscando retoños en tu corazón lastimado. Florecieron en nuestros ojos, brotes de asombro, en esas horas quietas. El mar, cegador e inmenso. Las arenas, limpias y descansadas. Y el perfume que llegaba del este, Azulino Y tenaz Era nuestro paisaje. teníamos urgencias, de bálsamos curativos. Y fue así que nos saludamos, con chispazos de tiempo. Y el sol, que se movía lento hacia el ocaso, fue la señal de que había pasado, un universo de palabras, y de encuentro.
en esas rocas solitarias del sur, donde nos encontramos. Y la sospecha fue certeza había empezado un comienzo distinto. De dos náufragos necesitados.
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Poeta
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EL PAISAJE Y LA AUSENCIA
El paisaje es el mismo pero los colores son distintos el cobre mágico de las hojas cubre los mismos senderos pero su poético silencio tiene también tu ausencia será por eso que cuando vuelvo voy con mi tristeza.
En primavera escucho en los mismos arboles el canto Y pienso que los zorzales tampoco serán los mismos que su trino, el de hoy es una letanía para los presentes, para los de ayer guardan la magia de aquel momento.
Y la arena que está cerca y limita con el azul profundo tiene el viento que arremolina lo vivido y lo expulsa entonces es ahí que los de hoy y los de ayer nos parecemos nos hechiza el tiempo y las luces colgadas del firmamento.
El paisaje es el mismo y aunque tú no estés mujer estoica desde el día que te fuiste y el mundo siguió siendo el mismo por haberte tenido , por los días de nosotros, por la mística nada reclamo, de nada me quejo y a nadie busco.
Serán los años, las vivencias o simplemente la aceptación que idealizar no nos sirve demasiado pero nos ayuda a entender que cada alma que se cruza en tu camino deja huellas y paz y a veces , solo a veces deja desiertos.
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Poeta
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DESFILADEROS DE LA VIDA
Una voz atraviesa las murallas y la mirada absorta se despabila ante la extensa letanía que surge de los quebrantos de esa osada boca. Los ojos y el sonido pactan un desafiante jubilo al derrotero del mañana, pues atrás solo quedan hondos abismos de amargor, de sequedad de cielo y de campanarios oxidados. Van consolándose como los pájaros en las migraciones cuando equivocan el camino y estoicos vuelven al atardecer del intento, al crepúsculo lánguido que a veces se confunde con la dormida mansedumbre. -¡ Y vuelan, aunque no tengan la virtud alada! Vuelan planeando sobre los mantos de la mística y los amuletos paganos y en esa alquimia de tiempo, se transforman en verdes intensos, en confundidos crisoles, en la bruma y el candil que apenas asoma. Y en ese fatigado rodaje de cantaros lejanos y piedras que miran, escuchan serenas otras voces, un gorjeo de almas que pugnan por levantarse después de haber sobrevivido a otros desiertos. Aparecen ventanas donde solo existían muros oscuros. -¡y es ahí!, en esa cornisa revelada que los colores vuelven a ser la fuente y las voces y las miradas una sola historia. Hemos encontrado la salida a este laberinto gris y afuera nos esperan para poder abrazarnos , para quebrar el silencio del encierro y poder llorar en compaña a nuestros muertos.
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Poeta
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Donde la gente solo deja huellas, nosotros hicimos caminos, y susurros que hacen palidecer, las hojas plateadas de los álamos. Donde los pájaros dejaron dibujos de flechas de ébano, en ese celeste inmenso, nosotros pintamos un corazón entregado. Donde se duermen los sueños, a la vera de la vida esperando, que algún horizonte los despierte, nosotros escribimos con besos de lluvia, una alborada con nombres entrelazados. Donde nacen los arco iris, allá lejos en los verdes humedales, están nuestras noches cansadas. Todo es magia, en esa constelación de palabras. A nada me atrevo sin tu mirada, tengo mis venas abiertas, y de ellas fluyen sinceras, flores carmesí que esperan tu siembra que aguardan tu llegada. Donde el hoy es un día distinto, el mañana un forastero sin nombre y el ayer fue algo que se aleja nosotros somos lo de siempre,
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Poeta
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CARROUSEL DE TIEMPO
Carrousel que giras en mi tiempo. Tienes días que son aviones de papel, levantan vuelo estoicos y no temen a los vientos, tiemblan y zozobran, aterrizando en el llano, desprolijos en su epilogo. Días que conocen su destino, desparraman fantasía, regalan ilusiones y cuando llega la tarde, se esconden enigmáticos, tranquilos en su epilogo. Días que despiertan sigilosos, se ocultan entre madreselvas, aguardan pacientes el momento, son corazones a cielo abierto remolinos celestes trepadores de cumbres laderas anhelantes columnas de vigoroso cuarzo no temen a las tempestades tienen el estigma de los genes y todos los puentes salvadores. Carrousel te quedaste con mi infancia y aun giras silencioso y grácil y mi sonrisa primera, se junta con otras risas parecidas.
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Poeta
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