Poemas :  Campaneando solo
CAMPANEANDO SOLO

En los labios de la escarcha el fuego derrite,
al sol fresco entre las hojas de sombra,
peinando nublado al suelo de campanas,
con la transparencia del silencio azul,
sembrando sueños bajo el tiempo.

Campaneando solo campaneando.

Con el ritmo que salpica el viento verde,
el nuevo recorrido de la noche inquieta,
en el árbol que espera la fuente lenta,
entre los años más elevados del día,
donde el invierno tiene frío y pena.

Solo campaneando solo.

Cuando la voz camina en el bosque rosa,
de muchas tardes con nerviosas nieves,
en los ojos de las hierbas alquitranadas,
con las ramas dejando al cielo oculto,
de los frutos al vitral en primavera.

Campaneando solo campaneando.

Porque la guitarra se inclina sometida,
a la madera vencedora de las mesas,
donde las cuerdas ven al violín dormido,
en la noche más pequeña de la tortuga,
bordeando naranjos y campanas calladas.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Textos :  Planificando el pasado... (Neosurrealista)
PLANIFICANDO EL PASADO
(Texto Neosurrealista)


Cuando el espejo envejece
a los reflejos duele
cada palabra callada
de la letra inocente
en la mezcla de imposibles
en el silencio cotidiano.
¡Dureza y rasgadura, calma confusa!.

Por el ejercicio incesante de la esperanza que corre, reparando la mirada que dialoga con el tacto, y nada sabe del oído, como el maquinista encerrado en una lata con las pupilas en el último pupitre, y el vitral domesticado por un oboe. ¡Es la aurora!.
Por las horas sin rumbo, que salen de la noche a la
vuelta del camino que corre, que atormenta las hojas, las cabelleras de las islas, los panteones que contemplan la penumbra incierta, la miel con diez velas enviando correos electrónicos a los fantasmas, al tenedor que se peina con agujas, lleno de imperfecciones pequeñas y tolerables para los felinos con escamas y con plumas.

En esta cumbre el pasado se extiende por un camino peculiar,
aun cuando los detalles de la danza, permiten determinar
el sentido general de los registros, y el descubrimiento del
amor que abre brechas con el patrón jerarquizado en la
anatomía de las monedas, como el castor dice, sonriendo
a las ratas almizcleras, iniciadas en los ancestrales misterios
del telescopio, incrustado en las cavernas. ¿Quién lo duda?.
El nuevo campo de la genómica es cultivado por laboriosas moscas de la fruta, que pueden realizar gráficas, atónitas, porque les permite participar de los momentos más sagrados, en su oficina regional, con una breve explicación del hospedaje
en los términos que le sean solicitados, donde el participante acepta que no sabe nada a lo largo del año, donde la erosión resulta una constante, siendo insegura para masticarse.

Así es como se supone que debe funcionar, pues está siempre peligrosamente armada por el olvido como estrategia, y con la industrialización del sentimiento que llega hasta el tobillo,
muy lejos de la necesidad de las manzanas, garantizadas, como criaturas totalmente marinas, que ayudan a comprender a las ballenas, especialmente aquéllas que exigen una mayor auto-
nomía colgando del techo. Este proceso consiste en imitar la actividad del sol, más allá de su efecto tóxico para la muerte.
¿Qué haríamos sin ella?. Pues la especialización es una fase útil, y necesaria, para la evolución más divergente y escurridiza.
Máxime, cuando se necesita una alta productividad de ataúdes,
y los tipos inferenciales de evidencias, muestran su adaptación inminente, porque encuentran nuevas maneras de morir como aviones y submarinos en el sanitario más cercano.

Por lo tanto, se debe planificar el pasado, antes de envenenar a la belladona, con las fiebres recurrentes del paludismo, en tanto que el acónito se usa como ungüento, amplificando las sensaciones, como la digital hace que se retuerza el placer
indestructible, debido a que el beleño relaja los músculos, y es un estimulante en la lucha contra los piojos y las lombrices paralíticas, que destruyen la memoria como a un relámpago
de colchón ardiente, que afirma ser hechicero, que no parece martillo, y no contamina la timidez del átomo, ni deja huellas a las moléculas preocupadas por el insomnio de los alcaloides, que mojan sus toallas en el éter, por obra de sus pensamientos,
pues la lucha contra el tiempo puede exterminar a los más tiernos relojes, y el futuro pierde sus propiedades con la fecha de caducidad de los frascos donde se vende.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta