Poemas de naturaleza :  En el fondo del mar
En el fondo del mar deje mis ojos
atados a corales variopintos
y anemonas silentes, vaporosas

Desde el fondo del mar mis pupilas
observan con desprecio el basurero
de plásticos tejidos a las olas
de latas oxidando las corrientes.

Y tantos desperdicios aceitosos
que, tóxicos, invaden el oleaje
quitándole la vida a tantos peces
que mueren sin saber qué los mató.

En el fondo del mar están mis ojos
mirando las hermosas diatomeas
que llenan con su oxígeno los aires
de nuestra gema azul en que vivimos.

Y el ácido diluye sus ásperos venenos en las aguas
matando sin piedad las algas verdiazules
y con ellas, matando la esperanza de un futuro.

En el fondo del mar están mis ojos
vigilantes
vigilando
nada más.
Poeta

Poemas :  Naturaleza digitalizada
Naturaleza digitalizada

Pueden, los falsos alacranes,
Prohibirse mil hormigas, elefantes, allá,
Tales, naturalezas, maldades...
¡Ideas del fanático columpio!
Y garrapateando, nogales, cedros.
¡No, hipotéticos, mesabancos!
Darse, fáciles, almohadas,
¡Oportunidad de los cangrejos disecados!.

De lunares, adoptivos, asociarlas,
Expresarlas, enredando los vagos hilos.

Pero, la violenta, violeta lenta,
siguen los rigurosos nardos,
existiendo, los arrozales desalados.

Por el espectáculo del mundo,
éso, desvestido, de la belleza cruda.
¡Solo carne del dinero fácil!.
La seductora protesta, de los mosquitos,
discusión de premeditados erizos.
La comparación. Adorada,
crítica supersticiosa, de los gatos,
las lagunas, acostadas y sonámbulas.
¡Ideas de pingüinos angustiados!.
¿Pueden, ejercer... La ceguera transversal?.
¡Ser alacraneados y escorpionosos!.
Útiles al fondo, un lógico vacío.

¡Que puede, también, prohibirse!
Por el vacío, tecnológico, ignorado.
Y expresarse... ¡Pero, existiendo, sigue!.

Natural. ¡Ésa!. Digitalizada,
bandera.

Tuyo, ése aquél, arañado vidrio.
¡Digitalizado!.
El extracto sólido,
del cardiólogo, termómetro.

Las caderas dejan rojas palabras,
en los cristales indiscretos baños,
por los besos cálidos rasguños,
por los sabores, caobas del ocre,
en los archipiélagos exquisitos.
¡Los trenes siembran algodones!.

Puede prohibirse, al orificio, sonreír,
donde llueve debajo un lagarto, harto,
de los golfos y las chinches,
de los asmáticos prismáticos,
de los derramados colmillos.
¡Donde destejidos fósforos alumbran!.

Pero, las calles,
siguen las crines del pescado,
existiendo las bicicletas.

Y una cascada busca,
el miedo triturar.
¡Vacío relámpago sin hueso!.
Ser, cáscara, máscara.
Productivo, pensamiento intacto.

Si... Si... Si...
Si se... ¡Desdigitaliza!.
Cada cabello su sombrero.
¡Naturalmente... Humanizado!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta