Poemas de reflexíon :  A mis pies
Pies que vagan en la sombra,
pies que merecen alfombra,
pies que al pisar bien aroman
flores, piedras, que se asoman.

Pies que han andado el suelo
buscando, a veces, consuelo,
pies de empeines, dedos, uñas,
que han transitado entre brumas.

Pies de tendones muy sanos
metatarsos cortesanos,
pies que me cargan sin queja,
pies de un alma que se aleja.

Pies que dentro del calzado
siguen el rumbo trazado,
pies de tobillos, tropiezos,
de falanges, de regresos.

Pies que fríos sienten que arden
¡caminantes no se tarden!,
pies de articulaciones
que ameritan oraciones.

Pies de plantas de un atleta
que corre cual fiel saeta,
pies que tan encallecidos
son por Dios más bendecidos.

Pies que me han dolido tanto,
pies por los que brota el llanto,
brindo a Ustedes un descanso,
agua tibia, sal, . . . remanso.

Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
México, D. F, 05 de diciembre del 2012.
Dedicado al Sr. Rafael Carlos Castrejón Salgado (Huarachín Huarachón)
Registro SEP Indautor No. 03-2013-051712171201-14
Poeta

Poemas :  Al unísono versátil...
AL UNÍSONO VERSÁTIL

Nunca vengo, y ahora el cielo,
extrañarme dice un sueño,
no recuerdo ni mis pies,
y sólo, el viento canta.

Acaparad la calma.
Acabarla alarma.
¡Agasajad la paz!
Al alma ablanda.

Nada sé. Me fui con mi pelo.
Dando al agua mi sed.
¡Ella sola se humedece!.
Mi traje de invierno espera.

Las alacranadas abrasan,
acalambran agarbanzadas.
Abarcarlas abarranca.
Agarrarlas agarrafa.

Soy el mismo, no tengo dudas,
las fabrico con el destino.
¡Que muere y continúa viviendo!
En la mesa, la silla y la cuchara.

Alada alaba al alba.
La abrava la abraza
La aclama la aclara.
Alargarla ala al alma.

En tanto la lluvia me viste,
en pocos segundos amarillo,
el sol la piel acaricia.
Y estos ojos ven poco.

Adapta al alma.
¡Aclamad la calma!.
Clama acatarla.
¡Al afamar la paz!.

Esperando la ventana mira,
los zapatos descalzos con hambre,
sueñan cada vez caminos,
con el mar en cada labio.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Dureza del corazón.
Dureza del corazón.
Autor: Pierre Reverdy.
Francia 1889-1960.
Poeta nacido en Narbona el 13 de septiembre de 1889. Inspirador del movimiento surrealista, fundó la Revista Nord-Sud, dedicada también al cubismo. La mejor parte de su obra: "Sources du vent", "Ferraille" y "Le chant des morts".
Este es versión de César Moro. En: "El tragaluz oval" 1916.


Dureza del corazón.


Jamás hubiera querido volver a ver tu triste rostro
Tus mejillas hundidas y tus cabellos al viento
Me fui a campo traviesa
Bajo aquellos húmedos bosques
Noche y día
Bajo el sol y bajo la lluvia
Bajo mis pies crujían las hojas muertas
A veces brillaba la luna

Volvimos a encontrarnos cara a cara
Mirándonos sin decirnos nada
Y ya no tenía bastante sitio para irme de nuevo

Quedé mucho tiempo amarrado contra un árbol
Con tu amor terrible ante mí
Más angustiado que una pesadilla

Alguien más grande que tú, por fin, me liberó
Todas las miradas llorosas me persiguen
Y esta debilidad contra la que no se puede luchar
Huyo rápidamente hacia la maldad
Hacia la fuerza que yergue sus puños como armas

Sobre el monstruo que me arrancó de tu dulzura con sus garras
Lejos de la opresión blanda y suave de tus brazos
Me voy respirando a pleno pulmón
A campo traviesa a bosque traviesa
Hacia la ciudad milagrosa donde mi corazón palpita
Poeta

Poemas :  El amor verde
El amor verde

El amor verde pinta el cielo.
Rosa la soledad teje.
La fotografía camina lento.
En el ritmo alegre del tiempo.
Azul el sueño canta.
Como el agua tibia danza.
Al principio un maquillaje de noche.


El amor tibio y blando el tiempo lento.
Los suspiros pasan y pesan.
Los ojos brillan a lo lejos.
Los pies dibujan alas y plumas.
Con el tono que resalta las virtudes.


De los muslos de las nubes.
De los pechos de los bosques.
De los brazos de las brisas.
De los ojos de los ríos.
Con el tono que resalta las virtudes.


El amor verde sabe dulce.
Blanca la esperanza bebe.
Las pestañas en la luna.
En la piel de los años.
En la miel de los sueños.


El amor verde vuela.
En el rostro de los relojes.
En el canto de los latidos.
Por la escuela de la vida.
Pruebas, resistencia, éxito, fracaso,
dolores, esperanza, ilusiones, realidad, creatividad,
pasiones, elección, belleza, natural, humilde, descuidado.


¡El amor verde, no es azul, ni rosa, ni amarillo!.
El amor es verde, y solo verde, cuando es amor natural.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Transmutación... (Neosurrealista)
Transmutación
(Texto Neosurrealista)

Agua
en
la
Tierra
Con
El
Apasionado aliento
Fecundó
la
espuma
con
un
rayo ilusi
onado
suave vuelo en gotas
la fruta salió
del paraíso... Hecha vida,
dueña de su pasado
en
el
corazón de una manzana...

Debido a la larga historia, de cambios inútiles, de sospechas inducidas,
con el efecto de la m
ejor evidencia disponible, de sublimar los placeres,
forjando del quebranto, las cadenas de la mísera existencia, por el cetro
sangriento, que partió el tiempo, miles de veces, urdidos por ebrios días
¡Siervo de fuera, tirano por dentro!... Más allá de la letalidad tortuosa,
con el apoyo de las peores substancias, peligrosas al planeta
, intimidado.

Porqué...

El mar silencio se desnudó
los pies de arena
en la mirada
del cristal sonriente.

Sin mucho éxito, demostrando la incapacidad para aceptar los errores,
y cambiarlos a tiempo, por el infame trato dado a los ferrocarriles, en
el campo de la inexperiencia, arremetiendo con vigor, a la efervescen
cia
perjudicial, del desprecio del hogar y la familia, del dinero antiesclavista,
de los piadosos pisos y paredes, de las sinceras sillas y mesas, de alegres
vasos relucientes, goteando velas, en el tímido candelabro abandonado.

Porqué...

La escalera fue subiendo
el secreto
en los talones amarillos
del otoño pasado en la nieve.

Por la intimidación y violencia de los pinos, en los caminos inde
fensos,
en los clavos traidores de las puertas, sepultando los agravios en las nubes,
con el remedio de la lluvia en la luna creciente, y la opinión de la arena,
sobre el alza de las tarifas, en busca del tiempo perdido, en las semillas y raíz
de la ética manufacturada... Del docto mandril del edicto brillante, y dorado,
después de muchos s
iglos, de transitar por la vergüenza del pensar libre...

Colgando al aire del polvo
conocido por la lluvia
del cristal tembloroso
y la herida letra...

En el libro más común, de los minutos de edad más avanzada, fabricando
nebulosas con los huesos y los huecos, situados a gran distancia, de la propia
luz perdida, con las figuras de las palabras, ocultas, engañosas
,de las jaquecas, y la miopía del cepillo, infrarrojo y respirando.
parciales, que
se compran en la esquina, de las paralelas flexionadas, con el mimetismo, y el
camuflaje del perdón tridimensional, y el olfato del zapato, que se aleja espeso,
por el amarillo

Por la ley de la desgracia
envenenada la consciencia
la piel del alma muere
con la esencia perdida... ¡Del espíritu hecho
piedra!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Cuentos :  Memorias de una fotografía
Memorias de una Fotografia.

Dormía en una caja pequeña donde se guardaban
los recuerdos unos lápices amarillos carcomidos,
y entristecidos al mirar algo sin importancia.
Eran las cinco de la tarde cuando un reloj distraído
marcaba las cuatro y media, sin más entusiasmo
que el cuervo al pasar junto a la ventana en dirección
a la colina azul. Despertó inquieto al ver una tortuga
en la orilla de un minúsculo lago, atrás cinco o seis
conejos jugaban entre la paja y la luna rojiza apenas
se movía reflejándose en el agua de un círculo ondeante
e inseguro. ¡Diluyéndose!. El fuego absorbió la vida
escasa de una lejana ceniza radiante de inocencia.
Un monstruo de miel abierta recorría inconcluso
el hambre qué alimenta los pálidos lamentos del
olvido de la tarde glacial en las ansias remotas.
Se decía que escenas semejantes ocurrían a menudo
en el fondo de los vasos. Se trataba sobre todo, de
figuras multicolores derramadas del techo del establo.
Viéndose a veces como triunfa en los campos el
labriego con algún nítido paréntesis impenetrable, y
mudo en la lid extraña a través de los siglos y la muerte.

La sed tenía ganas de llorar alcoholizada como una
cobra en las olas del ensueño y cubierta por las sombras
del aire revuelto de los mares recién martirizados...
Esta sed estaba prisionera por el viejo tabaco desempleado,
y contemplaba la dicha perdida de una pipa de larga cabellera
sobre la mesa en cautiverio, encendidos los colores engañados
al cruzar las dudas y temores ocultos en los valles de las brumas
en la montaña del poder del tiempo, y el aire cediendo ligero
a la común opinión del residuo estéril de una brasa con agonía.
El momento se sentía ofendido por la realidad ignorada detrás
de una mariposa cargada de harina, y una escoba reposaba en
la pared antes de abrir la puerta un grillo ebrio del pueblo que
camina contando ovejas. ¡Tantos años de cañas, uvas y cebada
dejaron su huella en ese lugar!.
A medida que las nubes tocaban sus pies, los insultos entorpecían
las maniobras entre las olas que se rascaban con valentía la brisa,
dueña de los calambres de la espuma arrojando murallas de trigo
para reunirse alegremente con los zapatos.

Como el tren no corría por el humo indescriptible, ya no era tan
seductor como un ser prendado de la luna al contemplar su estrecha
frente conmoviendo la mágica centella de los gusanos subidos en
las sillas con sus cuernos al sol, y el aroma del bolsillo cubierto de
metales en la garganta del corcho que danzaba arrancando caracoles
con el yeso del mundo fósil, y el corazón en otro sitio dentro de un cuchillo.
¡Vaya foto esta!___Casi cabe en el ojo de un blanquísimo caballo
hundido en el centro de una manzana obscurecida por la hierba.
Durante días y días en su cara asomaba una sonrisa asombrada,
precisamente estampada en los anhelos de la camiseta menos viva,
pero más clara y más amistosa que la indignada ansiedad al entender
poco de la tristeza al perpetuarse por horas, en los borrados contornos
del gastado y arrugado retrato...
Recordaba aquel día con sus alfileres de saliva entre las cejas y la cabeza
tranquilamente se hundía en telarañas sabor a edad media sin escala,
y sin miedo a las monedas derribadas de los solitarios vidrios de las
deshabitadas ventanas al acecho de un paisaje de oxidadas llaves.
La primera vez. ¡Oh, esa primera vez!. Gritaba en el rostro un lustro
de enormes cúpulas de sierpe trepada al poder, y esa vez no deseó
sacudir las imágenes curiosas del colchón, sentía amablemente el estipulado
periodo con la esperanza de que se iría sin decir nada.

¿Para qué?. Debajo de la almohada había unas gaviotas de piedra
con los girasoles de cemento y la firme voluntad de los puentes y tejados
entre unas mariposas que pasaban por las aguas del olvido gastado.
¿Qué caso tendría?. La inmensa mayoría de los borregos tenía un
cáncer dormido entre la lengua, el cerebro y los pulmones, unos gusanos
enormes campaneaban en los perros equivocados por la rara inteligencia
de duras barracas con el perfil del pulso en los huecos corazones bocarriba
de los carros. Los lagos tenían olor añejo, ron, tequila, vino rosado y cerveza.
Además. ¡Vaya de nuevo en la foto!.
Las ramas pensaban ser solo un acto de fe en el aire lastimero que aguarda
en la raíz en sus crisoles de fragua por las fuerzas misteriosas al impulso
del hipódromo nublado por el resplandor de nebulosas...
La memoria era ya un inmenso territorio de nadie, sin sentir más que el líquido
viscoso que sudaba sin bríos para atrapar las botellas y los vasos que subían
multiplicándose entre las preguntas traídas por unas batas blancas en el
anzuelo de una jeringa, con la bondad de los obstáculos que saltaban
como corceles en la transmutación del oro que delira por el plomo...

Tal vez algún día fuera entendido, en la mano piadosa de un látigo flagelante
por la natural astucia de una bestia paradójica con la sexta disfraces
de un engaño desarrugando el ceño en las setas de un teatro que bosteza
al volver la vista atrás de lo que nada sabemos en el arcón de mohosas maderas
y las moradas ciruelas de alas lentas. ¡Sí!. Ese día salió de la caja con la
inesperada presencia de su espuma amarga medio receloso en una jarra.
¡Y todo aquéllo le había sucedido antes de ser bebido por la botella!.
Aunque sin el marco, la memoria es un huerto de huecos hechos foto
.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Naturalmente
NATURALMENTE

Una.
Abeja sin cesar gotea.
El panal mil.
Lluvias cada estrella.
En las plumas de las olas.
En las noches.
En las lunas de las dunas.
En las noches. ¡Una gota de abeja!.
¡Vuela y nada!. Del viento más lento.
El bambú esmeraldas.
Fulgor dentro.
Ardorosa la toronja rosa.
Las nubes.
En los pies, camina, callada,
de montaña mañana olor.
¡Flor de los enjambres!.
Ceras mil. ¡Uno gota oveja abejas!.
Los gansos a lo lejos.
Duermen la siesta.
Los abanicos cálidos.
Mueven al cielo violetas nubes.
Regando los reflejos.
Rayos fríos.
Del lago.
Hilos.
Hielo.


El sol de mieles, lunas. ¡Gotea sus abejas!.
Amarillas.
Sobre vuelos verduras variaciones sinfonías.
En la tierra azul, capullos de lunas en el viento.
¡Qué bajo las huestes forman flores del sonido!.
Asamblea de los perfumes, emociones en muchedumbre.
Iluminan la reluciente cuerda. Del reloj espada,
espuma fuego. Tras hervir del pasado semilla raíz.
Tres gotas en la dirección vagan. ¡Gotas mieles!.
Elegantes al olfato. ¡Intimas ovejas de cera!.
Contraste que la distancia acorta. Sin el aire.
¡Decorando lo añadidos. Emisarios del granizo!.


Gota
A
Gota
Una abeja, sin cesar gotea, mil estrellas azuladas.
De las olas.
En las plumas.
En los pies. Camina la toronja rosa.

Los gansos que duermen más cálidos abanicos.

Gota
A
Gota
Entre los juncos original provecho.
¡Asteriscos de turbamulta nacidos!.
Laten impetuosos, arden entramados.
La pureza sin saberlo.
Arruga la ingente apariencia. ¡Goteando abejas!.


Del
Rigor
Las
Circunstancias. Del fervor al desprecio, sirviente. ¡Oyente, fulminante de la sensatez del óleo, naturalmente, de mente a mente solo!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
Poeta

Poemas :  ¡SI TÚ MURIERAS!
Anoche, mientras fijos tus ojos me miraban
y tus convulsas manos mis manos estrechaban,
tu tez palideció.
¿Qué hicieras -me dijiste- si en esta noche misma
tu luz se disipara, si se rompiera el prisma,
si me muriera yo?

¡Ah! deja las tristezas al nido abandonado,
las sombras a la noche, los dardos al soldado,
los cuervos al ciprés.
No pienses en lo triste que sigiloso llega;
los mirtos te coronan, y el arroyuelo juega
con tus desnudos pies.

La juventud nos canta, nos ciñe, nos rodea;
es grana en tus mejillas; en tu cerebro, idea,
y entre tus rizos, flor;
tenemos en nosotros dos fuerzas poderosas,
que triunfan de los hombres y triunfan de las cosas:
¡la vida y el amor!

Comparte con mi alma tus penas y dolores,
te doy mis sueños de oro, mis versos y mis flores
a cambio de tu cruz.
¿Por qué temer los años, si tienes la hermosura;
la noche, si eres blanca; la muerte, si eres pura;
la sombra, si eres luz?

Seré, si tú lo quieres, el resistente escudo
que del dolor defienda tu corazón desnudo;
y si eres girasol,
seré la pare oscura que en hondo desconsuelo
sin ver jamás los astros se inclina siempre al suelo;
¡Tú, la que mira al sol!

La muerte está muy lejos; anciana y errabunda,
evita los senderos que el rubio sol fecunda,
y por la sombra va;
camina sobre nieve, por rutas silenciosas,
huyendo de los astros y huyendo de las rosas;
¡la muerte no vendrá!

La vida, sonriendo nos deja sus tesoros:
¡abre tus negros ojos, tus labios y tus poros
al aire del amor!
Como la madre monda las frutas para el niño,
¡Dios quita de tu vida, cercada de cariño,
las penas y el dolor!

Ahora todo canta, perfuma o ilumina;
ahora todo copia tu faz alabastrina,
y se parece a ti;
aspiro los perfumes que brotan de tu trenza,
y lo que en tu alma apenas como ilusión comienza,
es voluntad en mí.

¡Ah! deja las tristezas al nido abandonado,
las sombras a la noche, los dardos al soldado;
los cuervos al ciprés.
No pienses en los triste que sigilos llega;
los mirtos te coronan, y el arroyuelo juega
con tus desnudos pies.
Poeta

Poemas :  Hace tan poco...
Hace tan poco...

Hace tan poco que no perdía tanto,
el hombre.
Porqué...

En la muda porcelana yace una taza.
En la nieve perdida del verano añejo.
En la flor alba helada peregrina.
En la esmeralda parpadeante dormida.

Hace tan poco, tan poco...

¡Qué no moría tanto!.
Tampoco,
tampoco muriendo tanto.

Y
Viva la muerte nace pensando
En flores
En sepultar al humo
Y
Tampoco.
¡Qué no perdía tanto!.
Seca el agua,
en el mar embotellado.

Hace
Tan
Poco
Hilo que suele
Una
Vez
Tela
Ser
Del suelo solar
Una
Vez
Tela
Con
¡Rayos el halo!.

Hace tan poco que no perdía tanto.
Con
Esa pequeña blancura.
Alimentando jardines de cielos ignotos.
¡Ese desolado pañuelo!.
Invitando espumas de ebrios gusanos.
Con
Aquélla exótica mirada,
alumbrando conjuros de pálidos relieves.

¡Con ésa, con ése y con aquélla!
SOS
Blancura, pañuelo, mirada, jardines,
espumas, conjuros....SOS

De cielos ignotos.
De ebrios gusanos.
De pálidos relieves.

Hace tan poco que no moría tanto.
Y tampoco el olvido.
¡Cómo las manos sudan!.
Y se comparte a ratos la muerte.

Con los pies fríos,
se muere un poco menos.
¡Cómo las nubes llueven!.

Hace tan poco.
No estaba,
mucho más muerto que hoy.
En un tampoco,
vivamente vivo más vivo,
muriendo mucho más tanto.

Y
Sobre todo... ((Cuándo ninguna vida sobra))
¡Qué tan fácil a morir se aprende!.
Tan poco, no, tampoco,
como antes...

¡No como antes...!
¡Qué las hormigas desayunaban!.
Solo elefantes.
¡Qué las arañas en abonos!.
Tejían rinocerontes.
¡No como antes...!
¡Qué tan pronto el vino se añejaba!.
Debajo de nadie.
¡Qué!.
Hace
Tan
Poco...(Solo por decir algo, menos que poco)

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas de reflexíon :  Mis pies
Mis pies

En el invierno.
El lodo del camino,
hace pesados mis pies.
El frío entumeces mis huesos.

En el verano.
Son ligeros mis pasos,
por la incandescente brasa,
que tengo que pisar.

¡Esta es mi senda!
¿Donde me conducirá?
Quizás, a mi abismo anhelado.

Quizás, tendré que volver a caminar...

Nilo
Poeta