Poemas :  Reminiscencia Panorámica
Reminiscencia Panorámica

El sudor azul sube verde, deshuesando el vapor,
y sepultando los sueños, el sudor azul,
que descansa de los ojos sin almendras.
El sudor azul, compañero de la espiga,
escribía de las cantinas, y las paredes caídas.

Y recogía de los techos hambres viejas,
y sembraba las miradas del sordo mar,
y ninguna de las piedras dibujaba la nieve,
y faltaba el eco del último vacío doblado.

Es la ceniza, creo, es la ceniza,
y la piel de hojalata, desgajada antes de morir,
es el premio, las camisas y los cocodrilos alegres,
los que anudan lenguas al hielo.

Huían los alaridos del desierto, hecho añicos,
con las orejas tapadas, con lágrimas de plomo seco,
con camellos arrugados, y marineros extintos,
que decoran vajillas de miel,
en volátiles cristales.

Nadie puede, no puede nadie, todo es mentira.
Solo es el hierro devorando algodones calientes,
del ala plantada, en la esquina confusa.
Es el mismo grupo de muertos, que desayuna,
las ventanas indefensas, donde el sol se puso.

El sudor azul descansa sonriendo,
con los bolsillos de ballena, de pala y pico.
El viento paralítico, alumbra su esperanza,
endulzando al tiempo sus colores,
que niegan humedad al agua.

¡Pobres perlas paridas!. Pobre, pobres.
Aquel día nunca fue nunca, y sigue pasando,
en las rendijas con garras de mil tintas,
y anudando al vapor liebres,
por los cementerios de las letras.

Asolada la noche cultiva espadas,
por donde el sabor a olvido escapa,
y el espejo ha perdido el escudo,
desnudando muchedumbres negadas,
sin cabellos tristes que recuerden,
el viscoso vientre de los ecos.

A pesar de ello, el sudor azul respira,
y el viento amarga las cuevas,
allá donde la consciencia envejece.

Sin embargo, aún hay espinas espigando,
esperas de espuma y panes con muslos,
de blandos fusiles y crines risueños,
agitando a las setas sus catedrales,
en los venenos del pergamino llorado,
con el rumor de las conchas y corchos.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Con consciencia afiligranada
CON CONSCIENCIA AFILIGRANADA

¡Aunque degüelle las paredes!.
Ahogar al mar hasta sus bordes,
con la sed y la sal de la tarde,
con el hígado mortal dulce,
apiadada la pluma de la tinta,
del vino de las últimas batallas,
con las botellas de pico y palas,
del crepúsculo al secarse arena,
roca enroscada y madriguera.

¡Aunque degollaren los pisos al techo!.

Por el mar de nervios y osamentas,
que limpian al crepúsculo lechoso,
con el pelo de la esponja dura lisa,
y el palo del polo pobre blando,
en las bolsas funerarias raras ramas,
y de los globos, ser cataratas ciegas,
por entre los árboles, jinetes de otoño,
están las flores soñolientas acolchadas.

¡Sí, degollad las pesadillas degollando, sí!.

Entre la luz que cuelga del ojo pestañas.
Que desoyen la esquivez desfalleciendo.
Rindiendo vasallaje a los agravios y llagas.
Sin el justo adalid ni el inquisidor llanto.
Porqué están las débiles puertas heridas.
Y el cielo del suelo de suelas marmóreas.
Donde el aire teje la sangre que enmudece.
Entre la calma que disuade al clamor inútil.

¡Hazlo aún degollases, las almohadas,
ya degolladas!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta