Poemas :  Íntimo pestañeo
ÍNTIMO PESTAÑEO

En aquella mirada salía un recuerdo
persiguiendo los dolores perdidos
del agua del fuego del aire
con la sombra insomne
del papel agitador
de viejos libros
libres de polvo.

Las pestañas de seda tapizando
en la furia de ternura y de cadenas
como el coloquio largo y solo voz
lánguida y obscura, dicha y consuelo
y trece blancos péndulos inquietos
temblorosas las rodillas, las retinas
de la intimidad más descubierta...

Como trepa a su cumbre la montaña
la mañana escondiéndose de tarde
en la noche de las estrellas esclava
de la aurora sedienta de luz tibia
de nubes nevadas sonrosadas
por las brumas del camino
por las huellas del vacío.

De las miradas furtivas, fallidas,
De las soledades...¡Agrupadas!.
De las almas...¡Atrapadas!.
Entre lunas ardientes, sonrientes,
Y quince sombreros ligeros
Entre dientes desesperantes
Y sólo del escándalo curiosos...

Con la muerte angustiada
cuando se le pide nacer tierna
en la pierna imprevisible
del lenguaje aparente
del secreto evidente
del infierno razonado
del gusano asustado.

Por
Las
Intimidades
Al
Pestañear
Solo
Soledades
.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  AÑAGAZA... (Experimental Latín-español)
AÑAGAZA
(Experimental Latín-español)

I…CITIUS VENIT PERICULUM CUM CONTEMNITUR
Las pestañas de seda marmórea tapizando,
donde queda preso el sueño pequeño,
cuando la razón injurian lúbricas pasiones
¡Pendientes lágrimas brillarán después!.
En roja lumbre tempestad obscura fruto.

II…CITO FIT QUOD DII VOLUNT
Yerra desvelos inútil la envidia torpe,
al celeste pavimento el rápido momento.
Rosas y claveles de insólita hermosura,
el viejo pergamino es herido torbellino.
¡Jamás es terrenal la silueta exagerada!.

III…CAUSA PATROCINIO NON BONA PEIOR ERIT
En sangre crepuscular y rebeldía sensual,
por bien pequeño ignora el grande. ¡Ahora!.
En un florecimiento después violento. ¡Expira!.
En la inquietud callada versos de cristal,
con llanto arcano despedaza el alma.

IV…NIHIL DUBITAT QUEM NULLA SCIENTIA DICTAT
El tiempo en su férrea mano corre,
con fiebres delirantes la tarde desolada.
En su última hora el siglo soberano,
oculto insiste al fuego eterno atar.
Con la voz de turbias balas. ¡Sin dudar!.

******

POST DATA:
I.- Mas pronto llega el peligro cuando se lo desprecia.
II.- Las cosas van de prisa cuando los dioses quieren.
III.- La causa mala se deteriora aún más si se intenta defenderla.
IV.- Nada duda el que nada sabe.
Poeta

Poemas :  Declinando... (Neovanguardista).
DECLINANDO...
(Neovanguardista).

Declinando...

Esperan las gotas un desierto perdido,
tejiendo sonrisas al viento,
acariciando recuerdos a la ceniza,
y los abúlicos regresan a sus cloacas,
en este lustro que se iguala,
a la decadencia de los escombros,
y los esbirros laman sus escamas,
a la obscuridad que se desnuda fastuosa.
Compadécete ya, inframundo,
y sumérgete, ácido, en el hielo podrido.
El cielo desgrana las pestañas de cada hueco,
y anuda el vuelo de fuego en la nieve,
destrozando al vacío con saliva.
__ Quedamos con el futuro inicuo,
cultivando al taimado subsuelo.
__ Quedamos en el aire,
amedrentando jirones del alma.
__ Quedamos en la tumba,
de la esperanza yerta hecha olvido.
__ Quedamos en la piel del ayer,
sin los huesos del agua,
con el espíritu vacuo umbrío,
para esculpir al oprobio,
o al pletórico desconsuelo,
para que promulgue nuevas avalanchas,
y ostentoso desgaje al ultraje,
que después envidiarán las palomas.
Inclinándose de nuevo ante otro caso,
deformando realidades enroscadas en monedas,
desplazando al espacio entre las cejas,
puertas cerradas, lenguajes escarpados,
y las sonrisas, sin el cotejo del espejo.
Por estos desiertos atrapados en una gota,
están declinando ampulosos y pedantes,
al polemizar las madrigueras,
con sus vulgares atildados,
abejarucos por cariar, roer y escoriar,
la desgracia programada en el tuétano del embuste.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  GALLERA... (Experimental Latín-español)
GALLERA
(Experimental Latín-español)

NIMIA FIDUCIA MAGNAE CALAMITATI ESSE SOLET
En la siesta obscura invencible con un gesto,
ni piedra, ni hueso, para la luz rebelde,
al exceso de confianza, pestañas negras.
Porque el bronce brota encima. ¡Ojo!.
A las quejas del aliento conmovido. ¡Más!.
¡La desgracia muestra hermoso el suelo!.

NIMIUM ALTERCANDO VERITAS AMITITUR
El interior se enciende ciego. ¡Mucho ojo!.
Los abrojos hieren el seso. ¡Y anublan!.
Y las cuerdas del salterio ya no vibran.
En las tinieblas la verdad es de piedra.
Y el conflicto carcome luz ensombrecida.
No bebas el río con cucharadas.
Muerde las palabras con el pensamiento.

NIMIUM BONI EST CUI NIHIL EST MALI
Mira la puerta su entrada y salida,
la dicha en túneles se encierra. ¡Huélela!.
No pierde su rumbo el viento. ¡Respiras!.
El otoño y el invierno solos llegan.
Cumplido el sueño el tiempo pasa. ¡Vive!.
No invoques la tristeza estando alegre.
El agua dura en ventanas blandas.
¡Si no tienes mal no lo invoques!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Encarnándose
ENCARNÁNDOSE

Ninguna voz alumbra, esta vieja pluma,
donde vuelan amargas las tintas cayendo,
los ofendidos abejorros y los cristales opacos.

Lo saben las ventanas cerradas,
abriendo en el techo pétalos caninos,
comiendo las frágiles auroras temblando,
con las manos que pesan el viento,
al pasar absorto el huerto,
yerto extraño en la estatua viva.

Así flotaban las letras temiendo.
Así flotaban las palabras en el río,
herido por la brisa enarenada,
en las ramas plateadas de agujas oxidadas,
por el deber agonizante del fruto,
en el campo de mudez humedecido,
y los bosques secos en un plato.

Quiere escribir porque a las hojas duele,
el otoño de paja y hojalata dulce,
como despierta el silencio del diente,
tan lejano en el reloj parado.

Quiere escribir al mar embotellado,
enrojecido, anciano y libro ignorado,
por el rayo en el sombrero de piedra,
con la verdad que asesinan los vocablos.

Es una oruga de hule que huele a miel,
que duele al eco enterrado,
entre los cristales que manan inclinados,
por quebrar al horizonte las pestañas.

Puede la tinta sepultar las mariposas,
escondidas bajo el ojo del camello,
y desvestir los lagartos de madera,
en las heridas del tapiz o las lechugas.

Porque los dedos encerados ayunan,
arriba del cementerio de mosquitos,
y doblando la esquina indiferente,
turbada entre las ruinas nuevas,
y las arañas de los viejos licores,
y las bibliotecas de polvo y harapos,
a lo lejos cosechan el olvido,
que dibujan al mundo del hongo,
las mordidas del vuelo desplumado.

Mira, la razón se pudre lenta,
en los cajones desgarrados del cepillo,
en las hierbas que comen luna,
en los helechos que tiñen lana,
en las manzanas que cuentan cuentos.

Mira, mira,
como encarnan las miradas huecos,
afeitando las arenas en barriles,
aceitando los años en un siglo,
de millones y de vendas y cadenas,
encarnándose al anzuelo, mira, mira.
¡Qué el cielo te está mirando!.
.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Obcecado
OBCECADO...

Anochece en el triángulo sedoso de la noche,
en los dibujos astronómicos del enojo,
con las pestañas inflexibles de las piernas,
y una lluvia de frambuesas que punzan,
que pesan al viento sus cabellos de fuego,
en los pañuelos incomprendidos del caballo,
con la miel cuando mira el sufrimiento recto,
de un suspiro que huele a hierba seca.


Obcecado.
Ocioso.
Obstáculo opíparo opresivo.


En las tranquilas tinieblas de la solvencia,
tríptica y evasiva al hender en enfado,
al desagradecer la andanada salubre,
en el atardecer arrugada y escarchada,
la concha marchita en el jardín del olvido,
en los círculos que truenan al otoño azul,
por las calles de las dudas exactas intérpretes,
en las flores que duelen al invierno suplicante.


Obcecado.
Ominoso.
Oquedad opulento orco.


Al amanecer como las ventanas en la colina,
deshilando los ladridos en los conejos,
sin culpa ni envidia sin confín ni reptar,
en los racimos de rocas constantes,
en los papeles bestiales de las murallas,
fragancias de impune fiera conmovida.
¡Hasta en la mañana del cruel consejo!.
Del espejo solitario persiguiendo al tiempo.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Así aconteció...
Así aconteció

Cargaba mil días cultivando mis recuerdos,
en los reflejos del lago, cuando cené nubes.
En el aire gris: Sembré unas espinas de hielo,
con humo, y ceniza, que fuese fresca flama.

Cansado, subí las manos sobre aquel cielo,
amarillo: Desnudé las abundantes razones,
del suelo. Y quedé hecho trizas siempre,
al ignorar el tiempo creador, del espacio.

¡Nunca soñé tan despierto!.
Sentado, vino el camino de agujas, con anhelos,
inundado de ausencias ardiendo, en la piel,
líquido acero y miel perfumada con espadas,
de tinta, y ausente la inmensa ignorancia,
con su niebla devoraba luz lenta.

Después ninguno fue igual en mis ojos,
hechos de platos, con sabor hambre,
con la sangre seca, de gruesos huecos,
entre las pestañas, latiendo impalpable,
una rota campana era sepultada.

Todo eso abrió una caverna, cegadora,
la luz servía de sombra enorme,
con el pañuelo en su boca briosa,
una lágrima temblorosa se secaba,
el barniz de fruta silencia, ese día.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Imperdible hebra
IMPERDIBLE HEBRA

Porque la cara de éste tiempo,
se tiñe de vertical enrojecido,
el negrísimo aliento ahora.

Reflejada su imagen tan hermosa,
nunca mira, en las olas se contempla,
su mar de ausencias en el cielo.

Donde una lágrima piensa:
Riego la senda con mi llanto triste,
con raudo vuelo, donde el tiempo muere.

Donde una pestaña olvida:
Al párpado que estéril duda,
del ayer que hiela ahora el suelo.

Vivas las llamas sonrojadas cruzan,
deslumbrantes sus cielos, y sus campos,
tan minúsculamente inmensos.

Los rostros de este espacio,
horizontalmente sangriento abruma,
las espinas en una parvada de noches.

¡Cambiante luz digna del sepulcro,
del engendro de tanta alma,
carcomida, en la podredumbre armoniosa!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Fuego tímido
FUEGO TÍMIDO

Esconde las pestañas del sueño
recubierto del polvo de noche
cerrada al silencio
una semana
la tierra cultiva
la ceniza del dolor de la lluvia
de la tarde dormida en el ropero
bajo la cama
los zapatos dialogan de pie
anudando fragmentos desnudos
los latidos entre los muslos
entre caricias que se filtran
por los párpados que los dibujan
con los suspiros que los desgajan
aparte del pudor del durazno
que despierta el jugo inquieto
por el movimiento rosado
de los pliegues del perfume azulado
callado al palpar el sabor
de las nubes en los labios
de las pupilas mieles ligeras
las llamas decoran el vientre
del agua del tímido viento
tímidas también al enrojecer
el amarillo azulado
porque dejó al humo olvidado
y la ceniza escapó sin formarse.


Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
Poeta

Cuentos :  Descontado... (Pseudoanticuento)
DESCONTADO
(Pseudoanticuento)

__¡Largo de aquí, cuento infeliz!.
La tristeza en maceta ya se siente jardín. Bien sabemos que carga el mar,
con las pestañas en las alas, y las noches frente al espejo quebrado.
Y a lo lejos está el cielo que cuelga como el milagroso ungüento... Más las
espadas blandas son ante las cósmicas entrañas hurañas como las noches
sin marido, en la luna enloquecida con el fervor espumoso del piélago ligero.
¡Ah, cuento sin principio, historia inexistente, fraude vil a conveniencia!

___¡Ondas ingenuas que entre sus muecas perece!. Sí, sí, mira con atención:
Allá está la luna montando la tarde, y recorriendo tardía la calle curiosa,
por no haber aceptado el sombrero ofendido, empecinado en agacharse
contando las estériles monedas con sus íntimos gusanos. ¿Y lo cuentas ficticio?.
___ No, solo es una oferta. Real fantasía para los incautos... ¡Oh, albergue pobre
de la gris materia!. Pálido recuerdo perdido poco a poco, en la urna helada de
los bolsillo ajenos.
__Pienso, me dices, aunque lo dude con frecuencia... Que quizá sea el momento
donde se sienten cercanas las fronteras del silencio que tratan de recoger todo
el contacto preocupado por el cambio... Por la ciencia desnuda con sus metálicas
veredas, en la humana estupidez que con ironía se regenera, y fabrica la insigne
inocencia huyendo.

___ No lo cuentes con calma!... Me dicen los silencios y las sombras que nada sé
de ellos, que nada es igual de peor en la mínima falsedad transformada en elixir
veleidoso de lo verosímil sólo... ¡Qué no lo cuente quitándole!. Ni ofertado.

Las gotas en la tormenta se elevan con el sol que se expresa desamparado en luz,
suplicante, y en la danza ritual de los gestos. ¿Qué estoy diciendo?.
Dices callando. ¿Acaso que he dicho algo?. Y sobre todo, bajo esas figuras.
En los claros muros que murmuran, sin duda, y sólo a veces durante unos instantes
en los nidos de nieve que vuelan bajo el hielo con virginal rubor en las ánforas de arcilla
del aliento que se tiende acariciando lo que no se cuenta, lo que se quita de verdad,
lo que se confunde con gracia y se enreda sutilmente.

___ ¿Qué tipo de vida hace la escena mortal del abuso más lleno de armonía?.
___Me dicen que digo, que la libertad de matar al débil y engañar a los ilusos, en
la razón incólume del engendro sin freno que se agita porque nadie lo quiere... Y que
sólo nadie debería contarlo, quitándole poco a poco la esencia que le evidencie en
la maceta que se ha creído jardín. Pienso, casi creo sentirlo, porque escucho que
en la lejanía lo dicen las montañas en la opaca quietud donde duermen los campos
de rodillas en la penumbra incierta que decora las ventanas abiertas.

No obstante, en este cuento, y no contando con mi ausencia momentánea que hace
bien a las cosas ya dichas, y que parecen iguales para que podamos distinguirlas
en cuanto están lejos los subterráneos urgentes, y que del sudor un trozo se derrumbe
como un sueño que se seca en las pasiones cotidianas, prolongadas y perennes.
__Dices sobre todo cuando duermes y no sueñas, y lo callas destejiendo los silencios
en el ramaje sonoro de los anónimos... ¡Un simple pórtico de las puertas falsas realmente colosales en el abismo de los rumores inventados en la impúdica certeza! .

Hacía frío bajo la frente cálida de una vigilia pescadora de linternas. Y pensó: ¡Tal vez
es mejor no contarlo!. Desdecirlo con desdén y desdoro, desdoblarlo hasta hacerlo
repugnante, como se pugna por descuajar la más mínima razón que esté en desacuerdo...
Se sentó, hizo un gesto que viajaba en un agujero angosto excavando cuatro horas en el techo
y luchaba a sus espaldas el terreno con la palidez de los obscuros fulgores.

Al final se fue feliz, soñando no haber dormido, tan despierto como la razón del último siglo.
Y muchos supieron que estuvo ahí nadie, como siempre, obligado a no decir nada.
¡Y fue el mismo nadie de siempre!. El que calla cuando la ausencia lo escucha y el que habla en la presencia de la nada.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta