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Mi hija Karla.
Eres lo mejor que me ha pasado en mucho años, eres mi orgullo de siempre, eres mi propio reflejo.
Por encima de todo y aunque muchos piensen lo contrario, te amo con toda la fuerza de mi corazón; el cual comparto con tu hermano John Carlos, al que también prefiero.
Pero tu mi hembrita querida, eres la estrella que brilla con luz propia y no habrá hueco negro en el universo que logre arrastrarte a las tinieblas del mal.
El destino te abrirá el camino al futuro y la suerte que te acompañe sera tu verdadero dios. Yo seré tu guardian esperitual; lo material, no será importante.
MSc. Juan Carlos Pérez Martínez
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Poeta
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En el pequeño espacio que encierra mi pensamiento, no encuentro mejor palabra para decirte que te quiero.
Tampoco encuentro mejor modo de reflejar todo mi amor, que no sea el mirarte fijamente a tus ojos tristes por naturaleza.
No alcanzaría el ocaso de todo un año para esconder la angustia y el dolor de sentirme atado a un amor imposible, tierno y dulce como el tuyo.
Alegre será el momento de nuestra despedida cada vez que la oportunidad colme mi esperanza con tus besos.
Triste serán los días en que tenga que conformarme con tu ausencia y viviré cada momento en que al despertar tenga la sensación de que he estado toda la noche respirando tu aliento.
Moriría con gusto si el destino quisiera que el fin de nuestros días fuera el comienzo de la vida eterna en el paraíso de tu cuerpo desposeído de prejuicios y verbos obscenos. Autor: MSc. Juan Carlos Pérez Martínez
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Poeta
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Soñando estaba despierto como esperando tu llegada; Alucinaba mientras entre tanta gente tu asomabas. Tu belleza infinita, tu mirada picaresca y con ternura exagerada. ¡Pero estabas tan hermosa! o tal vez enamorada.
Ese fue el día que sin saber tu nombre supe que te amaba. ¡El día de las papeletas!, ese día; el día que yo esperaba. Aquel día pronuncié tu nombre; tú me lo dijiste pero no me hablaste; solo me mirabas.
Recuerdo ese día como el primer día. Recuerdo que me saludaste. ¡Qué ingenuo!, ese día tu me odiaste. Pero yo sin saberlo ya te amaba.
Juan Carlos
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Poeta
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Sé que para ti es difícil eso que intentas hacer y que te es imposible aceptar toda esta trama pero estás enamorada.
Estás dañando tu alma, limitando la emoción le estás quitando latidos y flujo sanguíneo a tu alegre corazón.
Procedes con temor y disimulas la mirada, evitas la comunicación corporal, pero pecas con el sabor de un roce de palabras dulces.
Te sonríes y luces bella, lo eres y lo sabes y te haces la difícil, pero eres bella, bella como la flor.
Y así me confundes y me llenas de dudas insaciables, de dudas y deseos vírgenes que son el anhelo de vivir, anhelo de amar y de placer.
Y te entregas, sí; lo vas a hacer, te entregas firme y sin pecado; con pasión y sin freno, pero con el hombre amado.
MSc. Juan Carlos
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Poeta
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Con esa lengua que tienes bien que te harían dos, una para que comas arroz y otra para otros bienes.
Con una no te es suficiente andan diciendo por ahí, que el día que comas maíz se te van a caer los dientes.
Tienes una lengua bendita suelta, larga y sin frenillo, te haría falta un pestillo cada vez que se te irrita.
Dios te bendiga esa lengua y te la ponga en un altar, para que dejes de criticar a todo el que por ahí venga.
Denle alma a esta criatura denle amor y tranquilidad, pero quítenle la frialdad que tiene en su dentadura.
¡Qué lengua más larga tienes! llena de odio y de maldad ¿acaso serán verdad esos amigos que tienes?
Limpia esa lengua maldita y bendícela con amor dale hisopo o brillador para que hable cosas bonitas.
¡Esa lengua que tú tienes! que te la puedes pisar trátala de arreglar o limpia lo que ella tiene.
Juan Carlos
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Poeta
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María, eres la primavera desde la creación del señor, frágil, tierna y muy sincera, dulce, frágil y todo amor.
María, como la virgen María siempre dispuesta a escuchar, es tu nombre mi poesía es tu aliento mi despertar.
María, mi dulce y tierna María, María a la orilla del mar, si un día te decides a ser mía te quiero llevar al altar.
Pídeme lo que quieras, María pero pídemelo sin llorar, que daría la mitad de mi vida, Aunque ya no pudiera ni andar.
Juan Carlos
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Poeta
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¡Difícil que debe ser! que uno esté enamorado, de alguien que tienes al lado y no lo puede saber. ¡Cuántas cosas hay que hacer! para no ser descubierto. Tal vez soñar despierto pudiera ser la solución, y no descuidar la atención para no ser un hombre muerto.
¿Díganme qué puedo hacer? con esto que llevo por dentro, trato de evitar el encuentro porque ya no la puedo ni ver. Porque me dan ganas de morder ese precioso lunar. Y es que no puedo evitar mirarle siempre a la boca, y aunque sé, que a mi no me toca si me gustaría besar.
MSc. Juan Carlos
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Poeta
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Anoche estuve pensando. mientras tú estabas durmiendo, que yo me estaba perdiendo, lo que tú estabas gozando.
Que tú me estabas tocando. mientras yo estaba durmiendo, y que tú te estabas riendo, y yo sólo estaba mirando.
¡Y era yo el que estaba tocando! y tú si te estabas riendo, pero yo estaba durmiendo, y tú me estabas mirando.
Anoche si estabas gozando. y yo me lo estaba perdiendo, porque tú no estabas durmiendo, ¡pero yo si estaba soñando!
Juan Carlos
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Poeta
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Dícese de un dragón que sale en las madrugadas; no tiene patas, ni tiene alas, pero si es muy fanfarrón.
Yo lo vi en una ocasión y no fue al amanecer, quizás tú lo puedas ver en el parque “El Cañón”
Pudiera ser en enero no me crean lo que digo; me dijo un buen amigo que fue en el mes de febrero.
Fernando lleva su nombre como pudiera ser Andrés, si lo viras al revés a dentro verás a un hombre.
No rompas la fantasía que se sientes en sus noches, y te digo sin reproches que le temo todavía.
Y si quieres una aventura sin tener que arrepentirte a Nuevitas podes venirte en Semana de la Cultura.
Aquí lo podrás ver sin nada que te preocupe es indefenso pero escupe; disimula y sigue andando, no tienes por qué correr; es “El Dragón Fernando”
Juan Carlos
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Poeta
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El día que me quieras será como el comienzo. Será, despertar de un sueño profundo de en medio del infierno y volver a tu mundo, que es mi mundo; y es más tierno.
El día que me quieras será como el universo. Será, viajar enormes distancias en un solo momento y doblegar al dolor, y arrancarte todo; todo tu sufrimiento.
El día que me quieras será vivir un nuevo intento. Será, cambiar lo amargo de la hiel por el dulce de tu aliento y liberar al amor y encerrar la tristeza, que aún llevas por dentro.
El día que me quieras será como yo pienso. Será la luz de tu estrella, el astro que ilumine mis sentimientos y tendrás de mi todo mi amor; el amor, que hoy por ti yo siento.
Juan Carlos
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Poeta
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