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En las pupilas sordas de la noche astillada el añil del glasto se desangra en el diente del satirio. ¡ Arbóreo sufrir del tallo que enastaba el suelo trémulo ! ¡ Malparto del insano roedor que depreda las calloncas !
Llegarán con el vítreo ojo de la aguja enardecida los ahorquillares del bosque obeso de la fruta, como estío de marabuntas alocadas ¡ cómo el sendero amortecido por la hormiga voraz ! haciendo a un lado el siglo escurrido en años futiles, el año amasado en minutos de alcornoque, la hora envejecida en el segundo embrutecido, ¡ el minuto muerto en la letra expirada !
Y dices que digo gotas de muecas reviradas con el tirso bufón de las deidades. Digo dices, son aguas de azahares quebrados, bálsamo oscuro de la callonca a medio hacer, como pájaro engarbado en ramas de dureza invisible. Es la callonca, en su desnudez de proyecto inconcluso.
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Poeta
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Entre la niebla que desgaja vidrios de lluvia vuela encelajado el estornino del recuerdo inerte, sembrando su simiente abastada de cantos de madera. Abrotoña una curiosa primavera en el espinoso otoño, retoña la esperanza y apuñala el faldar del olvido. ¡ Pícaro pico del ave que remeda el frío desquicio del barroso lago lingüístico nutrido en papiros acuosos !
¡ Encelajado ! Agitando el anillo del cascabel enmudecido dentro de un confín geográfico tan cercano como el llamado ancestral de la palabra y la especie, como linces que ríen en la noche de su presa.
¡ Descerrajado ! Como saeta buscando el pretérito bohemio. ¡ Color de pupilas angostas ! ¡ Ojos que se reabren al brillo del carcaj amenazante ! Encelajado descerrajado en plumas del adorno insistente, volátil y pasatista, en las ventanas del recuerdo de la flor en los cabellos.
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Poeta
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Como guarnicionando las llamas del colayo tímido, anecdotario de herrumbres de la biblioteca de marfil, reptas en la noche encaramada, rebudiando interludios: “¿ Dónde te hallas, ósculo del báratro desbaratado ? ¿En qué tiniebras, que pavordías literarias masacras ?”
Hurgueteas con dedos cenicientos al Leteo, pero el olvido del río no es empíreo, se acuclilla dispuesto a regresarte por el hueso distraído. ¡ Te carcome como la súcula aceitada a la viruta del papel hinchado en versos !
Miras desenfrenado el firmamento buscando un resabio de la metáfora encendida, que se te ha escurrido entre el sarro del tiempo malgastado. “¿Y ahora?”
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Poeta
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Atortujó el néctar de la abeja hambrienta, con los plieges del silencio viperino, como manchas verdosas de madrágoras inertes. Caminó con las alas ligeras de su pluma metálica hacia las letras insanas en la barahúnda de su ego. Enjugó la lágrima pesada de sus tiempos perdidos, Y se autocriticó finalmente frente al espejo: "¡ Qué improntas de mucosas purulentas !
Básculas que sopesan el ósculo mefistofélico: ¿ quién talla unilateral y excelso el jade del pensamiento negro ?
¿ quién babea monarquías de jurado literario entre la masa de embrionario intelecto? ¿ Acaso ocasos obnubilan la memoria ?
¡ Descartes ! Ilumina en leños rojos de sapiencia los afatares del verso pomposo, te lo ruego. ¡ Humildad de lentejuelas que merecen sulfatares !
Mortecino floripondio: crea mensajes de tigres. Firme en pulso, de Vivar si existiera ese coraje, infectos si apeteciera defenestrar tu maceta.
¡ Solevanta el verso derritiendo tu galinda obra de sofista autosatisfecho con la mano del segundo hijo de Judá !"
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Poeta
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Colmilludo ataludo sueños sobre oros purpurinos, como canto de la brisa filiforme, ¡ cabellos de gladiolo ! Avanzo dentudo en bocanadas de los ajos enmañados. ¿ Quién bebe borrajos de una tina, espalditendido en la Andrómeda suculenta del olvido ? ¿ En que ocaso estólido de zarpas escamujadas marcha el guerrero de la flecha del veneno con decoro ?
Y dices, descuajeringando pústulas con el alfiler de hielo, sin reparos en el contraembozo de la palabra azul: ¿ dónde nace la cal del bigarro aprisionado en tu mar ? ¿ cuánto viaja la concha de esa almeja y el branquiuro ? ¿ dónde creces la ponzoña de la maleza omnipotente ?
¡ Donguindos de plata te desgastan el seno de la ortiga ! ¡ Ortigas de la pócima dulce del sofisma ! Si avilanto el carruaje de un fuego en taninos es porque sondeo en el encabritado delirio del papiro dos ¡ quizás tres! versos que embalsamo en tu castigo.
Joder, puñetero poema me ha salido, como buen loco que soy. Estoy como zombi sin las pastillas, me voy a dormir. Dedicado a un tío presumido como bienvenida a este foro.
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Poeta
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Versión antiséptica
Transito los caminos empedrados de mesura y barbas blancas me higienizan el semblante. Tozalbo sabio, ¿ para amantes ? ¡ ni un instante ! ¡ Celibato de mis letras son pilares de cordura !
Mas como soy de Cicerón verbal bravura mezcla de sepia, cura y caballero andante, dicen vierto tinta antigua y bamboleante, sermón viejo, que el presente desfigura.
¡ Oh, perladas luces del pasado bien cifrado ! Noble era volcar versos de la trivial medida en la sonetilla estrofa de galana simetría.
Hoy moldean arcillas de poema mal rimado con emplastos de la ortografía confundida. ¡ Basta ! ¡ Sedles espada, cansada pluma mía !
Bueno vale, ahora la versión "cursilada del día"
Transito unos caminos empedrados de mesura y barbas blancas me higienizan el semblante. ¡ Tozalbo y sabio, para amantes ni un instante ! ¡ Celibatos de mi letra inseminan la cordura !
Mas como soy de Cicerón verbal bravura mezcla de sepia, cura y caballero andante, hoy me aburro hasta con el gas hilarante, como al joven río ¡ como al yeti ! la llanura.
“¿Aplomado ? ¡ Ja ! ¡ Eres plomos de pesado !” dice el nieto ingrato ¡ cerdito regatonero ! “Diga viejo, ¿ para cuando que es la herencia ?”
“¿ Duros ? Me sobran, pero más lleno de pasado está tu abuelo, y más lleno aún de andar austero estarás, hasta el día que te quite la insolencia”
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Poeta
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Impávidos los celos del verso lacerante engarberan el límite de la tiña envidia, como desquijerando el seno nacarado de la gárgola. Crecen mieses trémulas de un dolor acervado en el látigo del infinito nebuloso.
¡ I.N.I.M.I.T.A.B.L.S.D. !
Rezan simiescos los cortesanos adulones del ácido lisérgico que lo alimenta como manantial negro ¡ caterva proterva ! ¡ Minervas de papel ! ¡ hardas jocundas !
Sella bizvirindo la suerte del forista creador en el trazo alucinado que escinde la estética de un hijo de Cervantes del presente, un presente poético que esperanzados quisiéramos salvar.
¡ I.N.I.M.I.T.A.B.L.S.D. !
…Trinan los diamantes de Lucy en el cielo… …solo para él… …El Señor de la letra de algodón ornamental… ¡ Almibarada !
[img align=center width=400]http://i0.wp.com/fc04.deviantart.net/fs18/f/2007/163/7/6/Lucy_in_the_Sky_with_Diamonds_by_SpiritOfTheShadow.jpg?fit=1000%2C1000[/img]
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Poeta
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¿ Y si nos roban estelas plateadas de cenizas sobre las magmas espúreas y calcáreas de tus dioses ?
IN
TRAN
SI
GEN
TO
RIO
Con el ardid del genio de los tiempos biselados, miro, ¡escudriño! entre tus retazos de alfarera del escarnio. Encuentro salvos del vacío de un ancestro en ese, tu talle de los zumos acaecidos ¡ mas prohibidos ! Como tigre desguazando las fronteras de la lánguida esmeralda, me deslizo sin acentos matinales, ¡ todo es noche ! cuando se encienden las flamas guturales de un Odín con alforjas vencidas por mi pluma de nervaduras de hierro. ¡ Emerges entre tañidos del orozuz reverdecido ! Letanías de débiles perfumes, álgidos como tegumentos del mosto de un ENERO platónico.
IN
TRAN
SI
GEN
TO
RIO
Crepita el polvillo de atardeceres perentorios, de frazadas leves como pétalos del acero templado y de la espada fecunda de mis manos, ¡ helando el viento de las migajas somnolientas !
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Poeta
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Como ámbar vitrificado en el seno de las enaguas, en vasijas de hierro encerrando el momento enardecido, latente mística de pasiones del polvo estelar, ¡arrojo de libélulas en tornados macilentos! Te acercas y me dices
DES CUAR TI FI CA DO
El jengibre vituperado degustamos a solas con fruición ¡el elixir sagrado de Cleopatras que ya no eres! (atino entre sollozos rutinas sin el trino vespertino) Desciendo por monzones ahuecados por la púrpura alimaña y te devoran mis vértebras engarzadas de las llamas tornasoladas de un acongojado Fausto.
DES CUAR TI FI CA DO
Y digo entonces ante cristalizadas gotas como verdes nubes ofuscadas, como el silencio de las piedras opalinas de mi danza sepulcral. ¿Cómo sabes del medroso monstruo de mis días de barro y fuego?
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Poeta
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