Poemas de reflexíon :  TESTIGO OCULAR
Estoy aquí,
parado en la punta del día,
viendo cómo pasa la exacta plenitud del caos.
Y veo desfilar un coro de tempestades en un vaso de agua,
un horizonte angosto y frágil,
mil artificios de historias supuestamente registradas,
la presunción de un crimen jamás esclarecido
y toda la procesión del pueblo con su falso resplandor de vidrio.

Alguien que viene de lejos
intenta arrebatarme la última posibilidad de asombro.
Otro –menos afortunado- pasa de largo y en silencio
hasta quedar convertido en remedo de sombra.
Mientras tanto,
sigo parado en mi punto y grito:
nadie que se me parezca podrá cantar la tonada del sinsonte
porque sólo mío es el instante del silencio.
Poeta

Poemas :  DECIRES
Creo conveniente informarles
que odio los teléfonos tanto como los epígrafes
o cualquier cosa que intente justificar el poema.
En cambio,
siento una especial pasión por las calculadoras de bolsillo
y las guitarras de cedro, aunque me son infieles.
Me atraen las lámparas de petróleo
y las dulzainas de doble escala y tono lastimero.
Un espejo de azogue me entusiasma mucho m&ás que un catalejo,
pero si me dan a escoger entre un cuchillo templado en fragua
y un candelabro de cobre,
me quedo con el cuchillo.
Detesto las postales y los telegramas,
los abalorios dorados,
los gatos de porcelana,
las estatuillas de Buda.
Me da lo mismo un reloj de péndulo que uno de pulsera
o una carta de baraja española sutilmente marcada.
Sin embargo,
me llaman poderosamente la atención
ciertas máquinas de utilidad más que dudosa
y en general aquellas cosas que tintinean como una caja de sorpresas.
Amo los libros profusamente ilustrados
sin dejar de lado, por supuesto, los que nada muestran pero me hablan sin rodeos y mirándome a la cara.

Ahora que lo recuerdo,
también creo conveniente decirles
que me gusta la brisa que roza como una caricia
pero el viento que arrebata me exaspera.
Un hombre sin vicios me parece sospechoso.
Una mujer con recatos se me hace insoportable.
Me apasionan las lluvias,
los caminos sin retorno
y todo lo que en cada tarde va muriendo sin remedio.
Me agrada el ruido que armoniza con todos los silencios
y la soledad que puede llenarse con palabras distantes:
pero,
por sobre todo,
amo la vida que se puede vivir sin limitaciones.
Poeta