Hoy amanecí con furias en mi corazón, he sentido la ira de todo el universo en mi piel. Así, levantándome con la cara de dolor, sentí lo que todos llaman descontrol. Sin ganas de escribir, sin ganas de escupir, sin ganas de vivir, sin ganas de esculpir los versos para ti…
La naturaleza arremata mi alma, provocando el terremoto en mí ser. Lo sádico vuelve a comer la carne de mi corazón, convirtiéndolo en gusanos para tu razón. El techo arma lo psicótico del clepsidra de que vuelvas a ver. Todos, caen sobre mí, todos, desean morir, todos callan en mí, y los huesos desean vivir…
La guitarra dormía, la cama sufría. Los sueños caían, la realidad reía. El techo despertaba el destello de la vida pasada, y tú, volvías como si nada. Solo mis ojos te veían. Creyendo ser loco, mis hermanos en la jaula me tenían.
Autor: José A. Monnin Limpio-Paraguay Derechos reservados. 31/01/2013 13: 25hs
En la psicosis del alma, anidan esperanzas tratando de romper lo sádico del corazón. Invulnerable el rostro de ojos cargados de sueños, en su mirada se nota el terror de sus jaquecas. Hombre de estirpe roto, que vio los días en sus hombros. En la trampa de la depresión, cabe la coraza de la muerte. Eterno galardón, su corona eres tú. Romper el silencio en la oscuridad, y llamar a los del más allá, y así tomar del clepsidra la vanidad.
Autor: José A. Monnin Derechos reservados. Limpio-Paraguay 26/01/2013
Un beso hoy lo he de guardar. Tus labios en mí ya no estarán, entonces una sonrisa mis noches callaran. Hoy nuevamente me vuelvo a preguntar: ¿Dónde está el amor de verdad? ¿Tanto cuesta decir la verdad? Por eso déjame un beso tuyo guardar.
Mientras el día vuelve a soñar. Mi piel en tus cabellos despertara, los pensamientos desnudos caerán. Por eso hoy un beso tuyo lo he guardar. Cuéntame si alguna vez tuviste deseos de volar, si alguna vez, te cortaron las alas por tanto desear. Si es así, por qué no me dejas amarte con sinceridad.
Autor: José Monnin elpoeta Limpio-Paraguay Derechos reservados. 13/01/2013
Tomando tereré, el horizonte me hizo ver, el ayer de tus días felices. La pantalla remendada, el hilo sucio cantaba, mi nariz solo callaba, como mi corazón te lloraba. Los viernes en la manzana, la biblioteca discute: “todos hablan” ¡Si! “todos los libros deseando ser leídos”. Aun el peligro en las calles, hacen que mis versos sean con detalles…
Mientras el guaraní es cantando en arpas y guitarras, el pobre muere de necesidad igual que yo. Y aun recuerdo esos versos que llamaban a mis tontos deseos, de escribirte también guaraní. Cuñatai porá, mis poemas huelen a ti, a tu jardín, a tu esencia tan dichosa de ser cantada por los bohemios, por los poetas, por los que saben de ti. Mi cuñatai.
Autor: José Monnin elpoeta Limpio-Paraguay Derechos reservados 05/01/2013 Del libro: Poemas especiales.
La naturaleza grita suavemente, en los oídos de egoísmos alegres, por sentir tu aroma subir por el viento. ¡Creí que todo se volvería a mi! Al ver mi tristeza sin fin, pero aun la desfallecida habitación, el mundo seguía girando sin razón, sin saber que bajo el techo, moría yo. Aun cuando más grande resultó mis sentimientos, ni siquiera el sol se de tuvo a pensar, ¿por qué muero yo? Las noches, las estrellas, las pisadas de hombres soñadores, que despiertan en seguir soñando nuevamente, ni aun así se preguntaron, ¿por qué un raudal de llanto? Saliendo de mi alma, creí que todo terminaría, pero me di cuenta que el amor en mi se consumía…
Truenos de alocadas nubes, provocando la sombrilla de sonidos tristes, llorando en pañuelos viejos, erizando mi cama por volver a vivir en tus cabellos, que mataban la agonía de oscuros días; creí nuevamente que todo se volverían a mi, al ver que sufro por ti, al ver las gotas de sangre y huesos secos que llaman solamente por ti, el mundo gira igual, y lo seguirá haciendo, ni siquiera es capaz de preguntarme ¿por qué vivo sufriendo?.
Autor: José Monnin elpoeta Limpio-Paraguay Derechos reservados Del libro: “Tu poema entre las sombras”
Entre telas, formada en sillón, el polvo trasnochó la amargura que jamás se oyó, mientras afuera llueve sin razón, tus pies buscan el pecho que tengo yo, heridas rotas, tiempo cuajado en un vaso de aromas soñolientos bajo el techo que se olvidó mojar mis esperanzas de nubes equivocadas, ni aun así, era escatimada aquel laberinto de archivos y memorias tristes que son alimentos para el moho verdor, burlándose entre los archivos de polillas soberbias pisoteando mi fe. ¡Y, todo mi amor…!
El olor a mudo viejo, que no aprendió a deletrear, el afán de tus besos secos, como sello registrado para mi tiempo cuajado. ¿Qué digo? ¿Por qué lo digo? Si soy un vaso roto, sin valor para tus ojos; sangre hirviendo techos de arenas perdidas entre las arenas de aquel hogar subterráneo de gusanos, bailando por mis llantos, como si fuera una canción de amor para sus pies sin botas que no van a mi compás; ni aun así será imprescindible las letras de húmedas esperanzas, de que más tarde, tal vez, pueda ya desaparecer, cuando vengas a este atardecer, dónde el tiempo se cuajó por verte desparecer; no abras entonces las memorias de mi ser.
Autor: José Monnin elpoeta Limpio-Paraguay Derechos reservados Libro: “Tu poema entre las sombras”