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ADMIRANDO RUINAS
En un minuto ningún marfil escoge. La violeta luz de largas horas. La vida la forma resplandece. En el fondo de la multitud. Crucificada, testigo, desventurada. En el minuto traicionada... ¡Cómo muchas!. Otras veces...
Doblegadas azucenas. Relámpagos distantes y clásicos idiomas. ¡Ternuras y tragedias!. Lenguaje submarino del subsuelo. Un minuto de consciencia... ¡Solo basta!. Un solo sentimiento honesto. ¡Amarfila dignamente todo vendaval!.
Amor, sudor, penetrada nada. ¡Ver la confusión impura, de frente!. El agua suave y dura. El hierro recurso sin anochecer. ¡La ley bestial del odio sin descanso!. Ver de frente al inhumano imperioso. Con las huellas de sus propios dientes.
Verlos Contemporáneos ¡Ruines, ruinas, runas!.
¿Porqué soy la resistencia, de los cangrejos, sumergido, en las perlas de los cerdos?. ¡Oh, himno de sarcófagos y cíclopes!. ¿Porqué vemos hoy el abismo como, el cielo?. Y el azul ensangre reverdece. ¡Oh, vértigos brutales carnes y ceniza!.
¡Cuánta risa se degaja sometida!. ¡Cuánta tundra el siglo enluta!. Con el rumor paralítico de peces. Con el clamor absorto del bolsillo. De unos cuantos. Microscópicos. ¡Insectos!. De la ruina, cátedra.
La ruina tiene manos infinitas. Manos estériles de rostro inmóvil. Manos, descarnadas, amenazantes. ¡Últimos diluvios y tormentas!. Ruinas de cartílagos fosfóricos. ¡Admirados por las escamas!. ¡Admirados por aluminios desgarrados!.
Ruinas ruines Del Espejismo ¡De unos cuántos!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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+++ EXIMIO EXILIO +++
Moribundo el mundo contempla Las almas Exiliadas... ¡De los templos! ¡Con los ojos destemplados! Envidia... Envidia, que...
¡Qué huele a orilla! ¡Qué duele a manecilla! Envidia, y no en muerte.
Engaño de mosaico. Encima del mundo. Las almas, trémulas, discurren. Sí. ¿Volverán?... ¡Volverán!. A brillar... ¡Zarpando!.
Zarpando, fuera de la vida. Fervorosa, pausa, esperan. ¡Sorda música a sus ojos!.
Si, moribundo. El mundo... Ya no ven. Exiliadas de lo alto. ¡Viviendo!.
¡Saben que se apagan!. En la muerte. La muerte, nómada, suicida.
En el templo, sorprendido ¡También!. El mundo, discurre, trémulo. ¡En la orilla del reloj!. Y En ¡Ésta!...
Y En ¡Aquélla...! Manecilla destemplada. ¡Por el tiempo!. El Mundo moribundo ¡De las... Almas... Exiliadas!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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SOLO CAMINO
Cadenas son las penas. Como los placeres. Imborrables. En el cielo. ¡Enfermo!.
De retornos, de memorias, rueda.
Rueda, rueda de la vida. Rueda, rueda de la muerte. ¡Hermanas, siempre hermanas!.
Manantial de amargura. En la risa fácil. Laberinto. ¡Aurora fugaz!.
Humo enlagrimado y polvoriento. Herido, por el oro, incrustado. Se opaca la consciencia. Y se entristece. Solo. Encuentra lo metálico. ¡El metálico consuelo!. Lo que es, y será. Un dulce. Hielo indiferente, solitario frío.
Velo. ¡Qué mira!. Hermoso. Siendo. También. Cadena.
Y las cadenas. ¡Voluptuosas deliran!. Arrullándonos.
Es tiempo. ¡De dar!. Las agujas. ¡Al silencio!. De retirarse. Uno a uno, cada sentimiento. ¡Matar, matar nuestros fantasmas!.
¡Camino del mañana del hoy!. Solo camino, sin caminante. El camino queda solo.
Ser de la sequía. El agua de la sed. Ser de la tiniebla. El hermano de la luz. Y que Sea Solo ¡Origen y final!. Cuando deba serlo. Y ya nada, quede. ¿Lo caminarás?.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Renovando desiertos
Vamos arenas abismos y cumbres En los párpados diluvios y calcáreos Por los huesos lagos y lactarios ¡Vamos palpando secas angustias! Con los amores esteparios ¡Entre los dioses perdidos! Vamos Viendo ¡Camellos lejanos!. Con Sus agujas... ¡Agónicas!
Y en las brumas inmóviles en masa ¡El crepúsculo lentamente nos cubre! Sin saberlo ¡Tripulantes, vamos! ¿Vamos, vamos?... ¡Sin duda! ¡Enconchados por la misma historia!
Arenas erizadas a medio fondo Bebiéndonos aluminio, clavo, cobre... ¡Cuántos espejismos alimentan las retinas! ¡Cuánto cobalto de fósiles conciencias! ¡Vamos, vamos...!
No, no y no...
Los luceros son esféricos ¡No todos los hombres son tan malos!... Son El tenue palpitar de su cadáver ¡Ah, historia como se te olvida! Los Velos... ¡Flotan dúctiles! Y las distancias ignoran los reclamos...
Vamos, vamos... ¿No lo ves? El diálogo solo mana con las armas... ¡Es universal y oceánico pacífico!... Solo pura paz ¡Esa bella paz armada! Vamos Arenas ¡Goteando sequías!
Y La Obscuridad... ¡Lentamente avanza! ¿Acaso no sientes la libertad en el alma? ¿No hueles la recta conciencia? ¡Todo es amor por el semejante!
En Los párpados. De hueso y cumbre ¡De rodillas, eleva mil oraciones!. Espera que a ti no te toque mañana. Vamos... ¿No lo ves?.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Venerable Insignificancia
A los lados de cada derecha hay cuchillos. Acariciando flores de piedra y hocicos. ¡De las cenizas, agonizantes!.
A los lados del mar de lunas. A los lados del hambre y huesos. A los lados del humanoide.
En aquél lado, hay lodo de pantano. De oreja a oreja por éste siglejo. Y los muertos créditos aman todo sapo.
En aquél tumulto de hipopótamos dorados, hay proyectos de manómetros pingüinos. ¡Ya empaquetado cada órgano se vende!.
Pero siguen los andrajos muelles y postes, ¡Agitando cada cuna destazada!. Filtrando a una lombriz hebra.
Pero nadie allá, vomita lo podrido, de la cera y los gusanos. ¡Plata, plata y solo plata!. ¿O será oro, de esqueletos en el alma?.
¿Cuándo, y hasta cuándo?. El Alba Ni a soñar. ¡Se atreve!.
Son los otros. ¡Siempre son los otros!. A manos llenas---¡Pulpos idiotas!. ¡Nadie los degüella!. Han perdido la cabeza.
El último pedernal se seca. ¡La última consciencia muere!. Y A los lados. ¡Sus hermanos!.
Venerable Adiós Insignificante.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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La Historia se repite
En el fondo el tiempo ha encordado el reloj. De soles, de arenas, y de aguas quietas. Con la desventura y la saliva. Con los años de siglos astronómicos. ¡Péndulas cumbres de trágicos decoros!. ¡Compactas nieblas de cuerpos espectrales!. En el fondo, en el fondo brutal angustia.
Pobre el pueblo, enhebra el fruto impío, de las urnas, del engaño en sangre propia, en los hombros absortos... ¡Hay gusanos!. Vegetales violentos y guturales hiedras. ¡Qué belleza es la escasez blindada!. ¡Qué amorosa es la fruta cavernosa!. Pobre el pueblo, borda el ciervo curvo.
Sonámbulas bestias son las pesadillas. Rubias panteras al ritmo del ultraje. ¡Gargantas clandestinas y caracol instinto!. Alimañas de escafandra sin olfato. ¡Hermosas catacumbas del mutismo!. ¡Hermosos pulpos del cangrejo!. Sonámbulas ideas son las imitadas.
En el fondo, pobre el pueblo. ¡Sonámbulo engañado!. En brutal angustia. ¡De reloj culpable!. ¡Organizado circo en sangre!. Desnudo Ha Quedado..¡Más y más!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ARMADOS OLVIDOS
No, no... ¡Las armas en las ramas!. Verdes. Amarillas. En el agua. Secas. ¡Corren tras los ríos!. Por las desiertas. Armas. ¡Envejecidas!.
Ninguna gloria hay, en matar, inocentes, débiles. Pobres. ¡En la riqueza del vacío!. De tus armas. De palabras, qué han intoxicado, tu consciencia, tu alma. Presa de miedo. Obedece. Ciega y cobarde.
Armas. Envejecidas. ¡De glorias!. Olvidadas. ¡Entre mil olvidos!. Paradas. Ante los ojos. ¡Secos!. Secos, solo ecos, del tiempo.
¡Qué nadie recuerda!.
Nada eres matando. ¡Ni siquiera un simple sí mismo!. Por los lagos. Amarillo. Reverdecido. ¡Enojo!. ¡Ojo ciego!. Ciego, de tu sangre hermana.
¡O, muéstrame una sangre qué no lleve ningún rojo, oxígeno, vida!.
¡Ahogados!. Sí, si... ¡La guerra en la vida!. Turbia nace. La paz impura. Muere día a día. ¡La ennegrecida culpa!.
No llores helado el fuego. Bajo la húmeda. Ceniza. Amarilla de los verdes. Agua de armas ahogadas. ¡Gloria de luciérnagas!. Secas. Verdemente. ¡Envejecidas... Y... Olvidadas!
Los ojos delante. ¡Corren muertos!. En el fondo de tu esencia. ¿Vas a permitirlo?. Y Pasarás Por la vida. Seco, eco, de noche. ¡Cada resto de vida!. Y por la vida, ignorado.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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SINIESTRO SOLILOQUIO
Desnuda del viejo polvo, congrega gris, la fresca mosca comiendo gatos. ¡Y quietos alacranes generosos!. Aparecen ofuscados. ¡En la comarca de una fuente seca!.
Los cocodrilos anhelos sin filo, brillaban curvos de anís y lentes, embriagados por la espalda del eclipse. ¡Y helados, tres, un trigo!.
¡Qué griten los enjambres!. Nada importa. Tengo pezuñas del mismo tema. La hierba caracoleando. Y la sonrisa vacía.
Miren la luna con fiebre sangra. Y mil veces al mismo diablo. ¡Lo siento!.
*Si triste vives, morirás dichoso*
Nada hay que esperar del incierto musgo. Las tinieblas se han sembrado. Y los frutos implacables brotan. Y huelen a primaveras negras. Las tinieblas se han sembrado.
El carbón del ángel sordo. Se vistió de piel humana. Y prodiga el amor. ¡Azufre!. Al ¡Qué! Sufre desnudándolo.
¡Es el cielo tricolor del vidrio!. De los celestes gusanos. En Este Bello Paisaje.
En éste bello paisaje. ¡Dónde solo hablo sólo!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Caracol de laberinto
Va, va, en la boca. Uva la avellana---Plumeándose el oleaje. Paisaje desbocado---Ensalivado higo. Va. ¿A dónde?. Con labios sin pestañas. Parpadeando y sin corbata. ¡Al baño!. Uva enamorada, uva rubia en ruina. En la ceniza, bandolera del océano. ¡Invocando, dientes y colmillos!.
Buscando, en el porvenir su rostro. ¡La humanidad del enemigo!. ¡La infamia adulterada!. Para cambiar el mundo en su miseria. Molusco de centurias-Legiones a destajo. Y cebolla con tomate, las verduras de hojalata. Silbatos, cobres, periódicos, chatarra.
Desván ritual, y convexo el eco, del milagro engendro. Invento marítimo-Enroscados años. El amor. ¡Helado!. Y sin objeto. Vientre imaginario de un retrato. ¡Amor qué invade acéfalo!.
Amor. ¿Qué?. ¡Invade!. Acéfalo, acéfalo, acéfalo.
¡Flacidez de fábula!. Araña, vuelos bajos, grifos. Todo. Uva. ¡En el paisaje de los higos!.
Auto: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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HORMIGUEOS POSTREROS
De la pobreza más allá, de los corazones enroscados, la turquesa desmembrada, de las lúgubres corbatas, y el dolor diseminado, de los micrófonos infames.
De la sordera más allá, de roedores y piedras, la inalterable intransigencia, de los suelos turquí.
Del inerte bandolero más allá, de la salida del crujir, ignorante, la hormiga, callada. ¡Trabaja su desventura!.
Con su corazón en fragmentos, con su mansa sonrisa. Espera su dios hormiga. Espera su adán hormiga.
Del más allá vienen las cosas. Y del micrófono las huellas. ¡Las hormigas contemplan!. ¡Desnudez, divina, del dios hormiga!.
El diáfano las ama---Piensan. En sus afanes--------Esperan. En sus instintos-----Con fe. El dios hormiga---¡Qué las ama!.
En El Más Allá.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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