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ESENCIAMORFOLÓGICA
En los muslos de una mirada. A las nubes da sus frutos. ¡Que traslúcidos deseos rompe!.
La pluma del otoño volando. A la orilla qué se inclina. En el arte qué reseco llueve. Creciente incursión del sueño. Del mundo vestidos rotos. ¡Que al emerger se desmoronan!.
A los ojos inmunes de ríos cerrados. Abriendo manuscritos en las nubes. ¡Donde la piedra corre esclava!.
Anudada. En el fulgor del monumento. Por los sentimientos indispensables. Impensables. En el rubor de seda súbito. Es En Esencia. Amorfo. Lógica del ser inmanejable. ¡Como las uñas sudan rizos!.
En sus partes. Inclinadas ecuaciones. En la oblicua luz briosa. En sus artes. Como la palabra al sonido. ¡Crea su canto!. Como el vientre al deseo. ¡Crea su origen!. Las aguas leves y curiosas. Las orillas de los enigmas. Las pesadillas al finalizar.
En la realidad sonoras. Entrañablemente. Apretando al humo el vestido. Los desnatularizados vaivenes.
El otoño sorprendente. ¡Desiderativa niebla!. Amarillosamente. Indistinguiblemente. ¡Optativa!. Es la rotativa forma infame. En la pluralidad única. Esenciamorfológica. En los mil matices unitivos. De las hojas peripecias. Muslos. Traslúcidos. De La Mirada Donde La pluma Llueve ríos Donde Vuelan Resecos ecos. A las nubes. ¡Rubores petrificados!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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POBRE ZOROLLO
(Experimental) Me dices, que no lo diga, cuando callas Y Me asomo a la inmensidad ágil Tan lentamente Como Estar lamentándose las araduras Blandas, en la seda blanca vuela un pez gris ¡Pobre zorollo!, me dices, verdeándome amarillar a medias yerto de las olas quietas, de los valles por la inútil riqueza condenado el fasto de otoño infausto. El pobre zorollo. En los espacios alados, en las nebulosas purificadas, en la profundidad de la memoria el pobre tallo de la escarcha, escucha. Con el alba de los lirios abanicos. Más la piedra del telar cosecha, escucha, me dices, ciego y sordo el aire corre bajo el mar discreto, es callar. Los collares Las arpas y laúdes paralizados En la profundidad, más elevada de los ecos llenos, El canto del zaguanete imaginaria decrepitud en descenso, en lo brazos, me dices, qué te diga mudo en muletas cada minuto transformándome fugaz leña.
En La Imagen del mañana impreciso En los bosques claros De las miradas discretas De las íntimas pobrezas. Zorollo del viejo campo
Al sol del techo colgante Quedan Los mayordomos hebras de miserias avenas y maizales del atrevimiento arriscamiento... Son Las Insatisfechas comprometidas convenciones En la botella un rodar de asfixias nulas Pobre zorollo En el camino de las hojas caídas Al decir, de la nube de la mano húmeda Antes de ser, cada párpado de brisa curiosa Pestañas de primordiales noches Las calles cabalgando los adoquines En las olas de tímidas paredes Al frente de la mirada Allá por el corazón del sonido extinto del abismo, del secreto evidente, en la punta, me dices que no lo diga. Pobre zorollo. Allá por el acortado tiempo, por el espejo amargo, por el abanico nuevo. Está tembloroso el perfume ¡Mil voces de la madera!. En los musgos profundos despertares del acero.
La tímida hierba ¡Recortando! Los corceles amarillos de las ciruelas. Me dices, pobre zorollo, que no lo diga, por las olas quietas ágil... Alba escarcha de los lirios en penuria. El campo solo suma un silencio más otro restando al pobre zorollo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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B.E.S.Á.N.D.O.S.E.
El amor se enamoró de la seda fina, hilando, hilando... El agua de un lago. ¡Al besar la voz del viento!. En un recuerdo... Al mirarlo.
___Escribió suspirando___
Al áureo fruto...En la sonrisa. Del Tiempo ¡Blanca nieve!. En La lluvia de los sueños, nubes rosas. En Los cabellos, polen de las pupilas. El Amor se enamoró, de un lago de viento.
El Amor, estremecido. Transparente. En la quietud... ¡Fácil mudanza!. Encendiendo una manzana. Al fuego de la más leve centella.
En la humedad, desnuda, luego. ¡Frente al tiempo, del reloj, frágil!. Al verdor, mortal, de la miseria. Es El amor, guardado. En el capullo. De la seda. ¡Al secarse!.
El Amor... Del tiempo. Hilando lágrimas. Al vapor de los recuerdos. Hielos, lagos olvidados, alguna vez renacen.
Donde Está ¡El amor durmiendo, al áureo fruto de una sonrisa!. Y Luego La voz del viento besa, al regresar.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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PINCELES PARALELOS
¿Cuántos pixeles engendran sintiendo?. Los cordones de seda marchitos. Los enervantes atavíos del acero. Las verdades de garza florecida.
¡Pinceles paralelos pixeles!.
En las sensaciones refinadas del vidrio. En los muchos más amplios pastos. En las peregrinas envolturas del bejuco. En los queridos parajes apagados.
¡Pixeles paralelos pinceles!.
Pálido cobrizo el cobertizo aguarda. Con las fachadas de mijo al frente. Con los trigales de columnas fijas. Pálidas distancias del cromatismo.
¡Paralelos pixeles pinceles!.
Por la voz extrema del oráculo pedestre. ¡Qué las cadenas temerarias comprenden!. En los afamados ropajes del mármol. ¡Por la belleza del embarque circular!.
¡Pinceleados--Paralelos--Pixeleados!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Fue alguien...
Fue un alguien que aprendió a salir de cualquier parte y agradecer las modestas mañanas de la tarde, de la noche, sin sol ni luna, por las limosnas de los años envejecidos, del sueño, con la rutina, sabor del hilo, del hielo, del ciclo, con la rotura, sobre la oruga, la tortuga.
Fuego del agua, carbón y combustión, de una no sospechada primavera, hoja del otoño, un reverso, de tornillos y de tuercas, en la memoria de una llanta, que lo ha dejado, abandonado, en el camino, lejano de ciudades, desde hace ya tantos años, que hoy parece ayer y qué puede recordarlo sin amargura, una carreta que no ignora que el caballo se cansa, que ya es el porvenir un verano antiguo, y el olvido lo tiene invernando, como ha sido desleal la escarcha. Y con el óleo seco al eco fueron desleales, lo qué puede sentir de pronto, el desierto al cruzar la calle, por una misteriosa y despoblada felicidad de vino añejo.
Hilo De seda De algodones extintos De fugitivos tabacos que no viene del lado del humo fácil, y de la esperanza del cerillo y de la esperanza de la flama inmóvil dentro del ojo de una aguja desventurada de una tela de alambre sino de una antigua cerca, con la inocencia, del candado sin cadena, en la propia raíz acerada, o de un día difuso ... ¡Para ser alguien en cualquier parte!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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MESES POR LA VIDA...
¡Ah!. Por mayo. Ya desmayo. ¡Dices!. En la seda. ¡Con acero envuelta! Allá. Lejos. ¡Las rojas sombras!. Rojas. Rojas, hojas de los olmos y los higos, fueron vestidos de paisajes, expulsados, con la sed ahogada.
En La Cuna del abismo Aroman Íntimos adioses, las confesiones, las cadenas con sus lenguas. ¡Las inhabitables horas!. olas del insomnio en las estatuas. En Las Estatuas. ¡Estatuas, estáticas, estéticas!. En los nombres al yacer petrificados.
¡Oh!__Por Octubre__ ¡Qué descubre frío!. En la palabra__ Del silencio desgastada. El mundo perdido a diario. En la llanura de la noche hielo, hilo, espuma, un vuelo de burbuja, el hondo sonreír, poco a poco, atrás de los álamos que duelen. ¡Qué huéspedes los meses engendran y abandonan cada año el otoño!.
Y las hojas, las ramas de los sueños. ¡Verdes y amarillos despertares!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Desmañanadas montañas
Por la montaña abierta entró la ventana. Puerta que dulce estrofa cada tacto. Intacto interior, silencio entintado. ¡Prohibido fríamente!... Seda, de seda salía. De prisa, la risa, sin ropa, lentamente. ¡Pequeño tesoro!____ Cuchillo redondo. Enmaderando de espinas cada clavo. El coral, de amarillos pergaminos... Muy amarillos. Amarillos y aéreos... ¿espejos sin valor?. ¡Desmañanada gresca!___ Escabroso decoro.
* Montañas, montañas de escaramuza *
Lo mismo pasa en las estrellas, dices. En las enormes nubes de una gota. ¡Pienso, sin saberlo evitar!. En la caminata, sinfónica, sonata. En lata idea, que delata las ausencias, de terrenal desmañanada, cruda montaña. ¡Una magistral aguja cada paja!. Cada ojo ajeno_________ Sin dolor enarbolado Cerrada la montaña_____ Ladraban los gatillos Lisos erizos del odio____ Aprecio de plomo.
* Montañas desmañanadas *
¡Ah, luz del desengaño!. ¡Oh, tibio reflejo sin ejemplo!. Dices, conmigo enredado, creo oírte. Luego, muy junto, el agua sedienta dormía, campaneando ausencias ocultas, también, también. En las estrellas de las manos montañas. ¡Que saben de suyo lo que ignoran!. De una gota delatora, génesis al sordo. ¡En libertad sepultando hermanos ecos!. Elegido pueblo infame de finales montañas.
* Sin mañana *
Las hormigas deshilaban insomnios, buscando desnudar el suelo enloquecidas, y esparcidas, luciérnagas apagaban astillas. Nadie muy lejano___________ Saboreaba enmudecido Inmortal se creía____________ Enjoyada ceniza Inventando recuerdos________ Huérfanos verdes Archipiélagos y parábolas_____ Intoxicado de mañana. Roja inteligencia y túneles del alfa. Enorme omega estrella falsa y desmañanada. ¡Azorada una gota sin saberlo!.
* Vaya mañana sin montaña *
Vaya historia y palidez fragosa. Una mañana. Asamblea eclipsada entre magnas abejas. Pienso, que dices, escrito, antes de las letras. ¡Voz de la misma sonata!... Solo repite y repite. Las mil crueldades sin culpa... Dices, creo. ¡No son ni del polvo dueños!... Pienso. En las estrellas pesan lo mismo, los mismos. Bebiendo el vinagre de perlas y cerdos. Desmañanada montaña del Caos henchido.
* ¡Abierta ventana, puerta cerrada! *
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Irresistible paraíso
Volé de rama en rama---¡Veces mil!. Ave a tu corazón---Paso a paso. Hermosa flecha---¡Soñándote alcanzar!.
Por La... ¡Mañana!. Y Por La... ¡Noche!.
Por la mañana en cada noche Seda a lecho de hoja en hoja. ¡Hermosa!. Y En ¡El verdor del alma!.
¡Desnuda!. Desnuda cada nube. ¡Tu cielo!. El Mío ¡Mil besos y abrazos!. ¡El mío, mil veces latiéndote!.
Volé de piel a piel---¡Océano!. Pluma a tu almendro---¡Semilla!. Preciosa perla---¡Mujer entera!.
Por las horas de todo día. Oro y oro. Oro y marfil... De pétalo en pétalo. ¡Fundiéndonos... Oh, fundiéndonos!. Y en el aire... ¡Del vuelo!. ¡Tendida, cada, durazno, tu, cereza!.
Bosque. Tú Flor De Mí. ¡Columna!.
Bebiéndonos ardientes los minutos. Latiéndonos volcanes las venas. Moviéndonos lagos los sueños. ¡Dándonos océanos las olas!.
Tu perfume escribes escultora. ¡Y tu palacio... Encoróname!. ¡Y tu aliento... Enciéndeme!. Cada desdichado manantial.
Vuelo... Ave... Flecha. Hermosa... Noche... Seda. Mil, mil, mil. ¡Mil veces!.
En Cada. Cada. ¡La tido! ***¡Preciosa!***
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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