|
Antes de partir… con tu adiós y con mí pena he venido a escucharte por última vez. Ahora… cúlpame de todo lo que puedas y esconde tu pecado en mi condena. Me reprochas y me arrojas de tú lado después que ¡tú! fallaste… Espero que otro te haya dado lo que en mí no encontraste. Si… ¡oigo tu ira reprimida! Tu voz hiriente me abrasa y tu risa socarrona… es roca derretida en mi piel. Ríes trastornada al verme abatido… no te basta verme malherido quieres verme destruido… Y te miro para no olvidar, porque si algún día me vuelves a buscar… te lo voy recordar... y con la misma moneda… ¡Yo te voy a pagar!... Delalma
|
Poeta
|
|
Charcos de aire, vos riendo y gesticulando. Velas de mala vida, tus labios matándolas (es más de lo que se merecen) Tu risa en la oscuridad y cigarrillos imitando luciérnagas. Nadie dice “No” como vos Y nadie da tanto con un “Si” como vos. Deliciosa para matar, sos victima y victimario. Soy poco, lo se, sos tanto, lo se, destino descuidado me dejo a tu lado. Tus piernas y mis manos. Y si nada quedara mañana esta seria la mejor despedida parar un mundo blindado en un espacio frió.
|
Poeta
|
|
Sufre de amnesia (solo de a ratos) Olvida todo lo que se le da la gana, ignora a quien quiere cuando quiere y nunca, nunca, nunca escucha su voz. Vive al borde... (de la ruta) Niega los espejos y respira despacio. Ama a una chica que no sabe que sabe que la ama, y ella juega con él, siempre... siempre... Limpia el cuchillo varias veces. Devora esa carne, devora ese tiempo, ese instante mal cocido. Y piensa en Juana o Elva o Olivia, cualquiera de ellas tiene eso entre las piernas. No valen nada sin eso y no mucho con eso. Y, sin embargo juegan con él, siempre... siempre... siempre... Fuma en silencio sus cigarros armados. El amor solo es una frase moribunda. Un negativo de una frustración no aceptada. Como el mañana. No hay mañana. Hoy es hoy y mañana es hoy y hoy es siempre todo lo que hay. Tiemblan sin notarlo, no le molesta. Tampoco el sudor de días y días y días. Entonces toma el cuchillo y va al baño. Se masturba espasmódicamente, y nunca acaba. Jamás acaba. Y ellas juegan con él siempre... siempre... siempre... Y él juega con su pija y con el cuchillo y a veces, con la botella. Debes en cuando trae la vieja lata de kerosén y la arroja sobre los cerdos, Luego enciende un fósforo y el cerdo corre y chilla y muere. Y él ríe y ríe y ríe... Solo. Como un canario en la mina... Esperando la muerte o la vida. Siempre en el intermedio, viendo la caspa caer. Y ellas, todas ellas juegan con él, siempre... siempre... siempre... Todavía tiene el cuchillo y la pija en la mano. Y mil metros a cada lado de su casa llenos de nada ni nadie. Nadie lo va escuchar cuando esa cosa caiga sin reptar. Esa cosa que nunca acaba. Esa cosa que ellas desprecian. Ellas... solo juegan con él, siempre... y él, se aburrió del juego.
|
Poeta
|
|
Son los peligros que se borran con el codo y se marcan con la sangre.
Son los símbolos que utiliza nuestra mente para entender lo inexplicable.
Es todo lo que buscamos y todo lo que no encontramos.
Es por lo que nos endeudamos, robamos y matamos.
Y nadie lo puede ver en ningún telescopio de la Nasa.
Y nadie lo quiere clonar con el ADN de una mosca.
Quema al tacto como la brasa de un habano.
Quema el alma y quema el miedo y es todo placer inflamable.
Vos tuviste eso y me dejaste arder.
Fuiste mi challenger personal.
Y cuando estallemos en un cielo de febrero todos dirán que lo vieron.
Pero el placer será solo nuestro.
Envueltos en fuegos blanco azulados seremos el amor y el deseo.
Y nadie nunca podrá escribir un poema en llamas como vos.
|
Poeta
|
|
Fui marioneta en tus manos y aún no sé por qué te evoco tanto si tu hiciste mi vida… ¡pedazos!... Sé que te ríes de mí… contando que me abandonaste… Pero qué suplicaste volver a mi lado… ¡eso, a nadie contaste! Descarada… lloras, pides perdón de rodillas, juras por Dios y los santos… de tus juegos… ¡es uno de tantos!. Ya nos veremos las caras un día espero no vengas a mí de rodillas… ¡piedras tengo ahora en el pecho y otra mujer en mí lecho! Sé que vas indagando por mí… si vivo libre o comprometido, esa amiga a la que has preguntado es mi mujer y nos hemos casado. Nos hemos reído como tú lo harías tirando al tacho tu fotografía, no has cambiado, me apeno por ti olvídame, ¡olvídame!… no pienses en mí. Delalma
|
Poeta
|
|
Yo quería que tú fueras el amor de mi vida quería ver tu cara cada día que tu piel fuera mi piel tu mi sueño… ¡mi despertar! Fueras como rio de agua clara el agua que bebo, el aire que respiro amor eterno, cariño mío… ¡mi cielo! de ésta y de otra vida… ¡para siempre! Mi fiel esposa, la madre de mis hijos vida dando vida, amor… ¡Quería para siempre tu calor! ver color en tus mejillas y felicidad en tus ojos ¡Tu mi reino y mi palacio tu cara el espejo de mi vida cada palabra tuya… una melodía! ¡día a día!… eso era ¡lo que yo quería! Delalma
|
Poeta
|
|
Me haré viento para volar hasta encontrarte hallarás aromas conocidos en el aire… en tibio beso rozaré tu boca y tus mejillas me verás como un fantasma tomando tu cintura. Por inaudito que parezca, oirás viejas canciones y poemas que eran nuestros girando en torno a ti… como un rumor del viento. Tendrás un pequeño desvarío… abrazarás la brisa esperando de mis labios sentir el beso amante… y extrañarás de mí, lo que yo extraño de ti. Me creerás a tu lado como antes… con mi amor, mis besos y caricias, entornando los ojos musitarás mi nombre… sonriendo por bellos recuerdos, vivos en la lejanía. Sentirás mi cuerpo apartándose del tuyo lágrimas de dolor rodarán por tus mejillas, querrás tenerme… y no podrás detenerme. ¿Qué sucede mi amor? ¿Alguna pena escondida? ¿Acaso el recuerdo de algún viejo querer?; a tu lado, tal vez, alguien preguntará… y volverás a la dolorosa y cruda realidad. Enjugando tus lágrimas y ocultando tu pena, pensando en mí responderás… ¡No!... ¡Es el viento que me entró en los ojos!… -Bien, entonces yo llevaré a la nena. delalma
|
Poeta
|
|
Tengo la desgracia de vivir para sentir cómo duele tu recuerdo… saber cómo pierden el perfume y su color tus bellas cartas de amor. Leerlas en silencio… y en cada palabra… oír tu voz, ellas, al igual que tú, tenían los colores de la primavera y la alegría del verano. Ahora veo amarillear las azucenas y desfallecer los alhelíes hojas blancas tus cartas primorosas, barridas con mis lágrimas… letras ya borrosas en opiácea espera cotidiana. He sentido dentro de mi pecho los latidos de tu corazón… al otoño he abierto puertas con tristeza… ¡todo lleva el viento, menos tu recuerdo!. He caminado entre viñedos y sus frutos y bebido el jugo de la vid… Atesorando una botella en dipsómano letargo esperando que de ella salgas tú… ¡Mi Reina! He tenido entre mis manos tu amor lejano y fluye a borbotones la sangre por mis venas extrañando tu cintura en el invierno… y el calor infinito de tu cuerpo. Se me ha ido la vida en esos avatares y me he quedado pensando en todo lo que fuimos… y que no seremos más. Delalma
|
Poeta
|
|
Cuando el ardiente verano se torne gris y ya no queme, como quema la sangre de mis venas… Cuando el viento de Otoño con leve y fresca brisa, haga temblar tú cansina figura… cuando en invierno sientas frio, busques y no encuentras prestos mis brazos para cobijarte… Cuando al alba en primavera el rocío no acaricie más… tus aun lozanas mejillas Cuando el paso de los años hayan cubierto de nieve eterna tu blonda cabellera… Comprenderás entonces vida mía que la llama de amor que en mí encendiste un día, en feroz infierno se tornó y de tú amor, sólo cenizas… dejó.
Delalma
|
Poeta
|
|
Cuentan los marineros que al atardecer, ven radiante a una novia pasear por el mar del brazo de un mozo que es su querer… y que arroja a la playa… sus flores de azahar.
..................................... Que será lo que encanta a una bella mujer de serena mirada y cuerpo inquietante, a caminar por la playa a la orilla del mar mirar y andar… y volver a mirar. Antes del poniente… bajo un sol inclemente de albo color aparecía a diario para contemplar, ya no sé si era al mar o el atardecer, con el sol venía y con la luna partía. No podría decir que era mi orilla particular… pero si mi lugar predilecto para escribir y soñar… atisbando sirenas… prestas a dejarse atrapar mientras disfrutaban del embrujo del mar. Así, ella, una tarde surgió, blanca y delgada pelo dorado, ojos claros y mirada sublime, y lo sé porque alguna vez me miró pero jamás conmigo, ni con nadie habló. Como una novia vestía siempre de blanco con flores y encajes de igual color, mudaba a veces por uno de flores vivaces, pero níveo, como la espuma de las olas del mar. Siempre puntual, antes del ocaso venía a rondar. Por la pleamar bañado el vestido… en la tarde crepuscular… se alejaba, con nuevo sol… por el piélago regresaba. Una tarde de Mayo, cuando el viento de Otoño es más frio y más fuerte y las olas se hacen mayores… llegó como siempre, linda y de blanco, con un marinero conversó… y a la orilla se sentó. La vi sonreír… o quizás… ¿llorar?, Antes del anochecer ella se quitó el vestido, el brasiere y la braga, me regaló una sonrisa y se internó en el mar… hasta el alba la esperé… nunca más la vi.
A bordo de una gabarra… un buen trecho remé, cuando ya la costa no se avistaba, en altamar, vestido, brasiere y braga, de la dama dejé pues ese era el ara, de la novia del mar.
Delalma
|
Poeta
|
|