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Mármol Dúctil
Bebí del nublado, del recuerdo, del olvidado. Esos años como segundos primos. Al deber ameno con gente grave, entre pilares más estériles que nunca, años turbios como cataratas lentos, como pesadísimos dados masticados, con el hábito sueño encrespado.
He muerto demasiado al sol silencio, que por fuerza se adelgaza, perdiéndose ciego por la luz sonora.
No será, pues, partida tablas, en tablero no jugado, ni jugo sin fruto el yugo, de la noche menos noche al estrellarse, que nada quiero morir borrándome, y al nacer pedir permiso, sin acostumbrarme.
Al mar frío dejarían los hielos, al fuego hirviendo sin hacer, nada que parezca yerto, tal vez el viento destruya, y construya, de amargura, dulzura, con sal atrás de la entrada.
Aunque ligeras, las espadas de la lluvia, atormentan los algodones desiertos, con el destino serpenteando recóndito.
Y el ojo mirándose fuerte, y la piel frotándose suave, y el pelo riéndose leve, y la mano dándose alegre.
Arranca encarnizada los flancos, donde torvos lagos hieren.
Y se van las palabras sin voz, y se quedan los gritos anclados, y se van los barcos sin mares, y se quedan los huecos inflados.
Veo una música de color perfumado, donde jamás vivieron panes sin penas, ni pana el piso conoce, con la muerte a cada paso, del polvo huésped alimentado, hasta que viento y nada, nutran la plácida memoria.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
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Poeta
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PARADIGMA CONVEXO
Las pasiones de luto desayunan decadente decencia decididas con polvo quieto en la lengua pródigo producto y proeza crucificada escoba en la sombra rumor rústico rol ronca rutina del aliento en la penumbra ralo.
Sólo la penumbra sabe del pelambre habitual habla del hambre alambre del hombre mudo cada vez menos labranza lacónica largura lastimosa en cuerpos de aire, negrura y harapo del día carne menos pensado hoyo en la eternidad sin dentadura dura.
Perfil del decoro en secreto alfil balanza bálsamo barrote bendito en la piel siniestra sedienta gota cercana ceremonia cereza cierta entre los sudores perfumados hoy elegantes embotellamientos éticos con la fuerza cálida del hilo y hielo.
Aplaudiendo con corbata en la mesa hundiendo tenedores y detenidos por la torturada tortuga volátil hoja de las flautas puras del tambor mudo al vuelo del roble anhelado fascinar a la última justicia de la tumba feroz con la soledad que ruge raudo lector.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ENCUENTRO CON HIROSHIMA Autor: Eugen Jebeleanu Rumania 1911-1991.
Poeta rumano. Licenciado en Leyes por la Universidad de Bucharest. De la generación de escritores surgida entre ambas guerras mundiales, siendo partícipe de la liberación de la República Popular Rumana en 1944. Escribió teatro, poesía, crítica literaria y traducciones, convirtiéndose en baluarte literario contra el nazifascismo; de esta etapa datan sus libros "En la aldea de Sahía","Poemas de lucha y de paz" y "Canciones de la joven floresta". Su poesía de denuncia está compendiada en los volúmenes "Lidice", tragedia del pequeño pueblo checoeslovaco arrasado por la furia nazi, y "La sonrisa de Hiroshima", escrita a raíz de su viaje a dicha ciudad, enviado por la Sociedad de Escritores Rumanos en el décimo aniversario de la trágica fecha. Cantata contra la muerte", "Poema a Cuba" y "SigloXX" hacen parte también de su importante obra. Esta obra es versión de Manuel Serrano Pérez. Editorial Stilograf, 1965.
Encuentro con Hiroshima
a Kaoru Yasui
Tierra, tierra muda. Muda, con la piel quemada, con el cuerpo desnudo, perdón, Hiroshima ... Perdón por cada paso que golpea una herida, abre una cicatriz... Perdón por cada mirada, que -aún acariciando- duele... Perdón por cada palabra que enturbia el aire donde buscas a los niños, los pueblos de criaturas perdidos para siempre. Tumba inexistente... Viento... viento... viento... viento... Y sus voces, apenas resonando ahora, más extinguidas día a día, únicamente en el recuerdo... ¡Oh, cementerios inexistentes... inexistentes...! ¡De quererlos llorar no se les puede estrechar en los brazos, al menos una urna, una tumba tan sólo...!
¿Dónde están tus pequeños, Hiroshima? Quizás en el océano de plata impasible ... Quizás en la infinita bóveda del cielo... O, acaso, en esta misma tierra. que yo piso...
Cada paso que doy lo doy con miedo... Cada palmo de tierra esconde un catafalco... Es como si la tierra que yo piso hubiera dado un grito: -¡Madre...!
¡Oh, concédeme alas, aire de esmalte, para ser leve como tú, ganar altura, y no hollar Con mi paso alguna herida, rasgar, angelical, el cielo con mi ala...!
...Mas, desde sus mil llagas, centelleando, se me acerca Hiroshima, se acerca, se curva dulcemente y me hace señas:
-Te ruego, ven, amigo, y mira lo que fue, y lo que es, y cuenta...
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Poeta
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O.N.T.A.S.T.B.A.A.R.
Door het verlies van de betekenis nul. Hou sprongen te dagdromen. Weven kettingen in de ruimte. Het hart stoptijd.
Na het tellen van de val. Op een blad ... Wind Rider. Huid herinneren ... Water. Toen ik ziek was!.
Vanuit elk oogpunt. Het moment is eindeloos ... Actief. Overal waar je loopt voorbij. Tegen de ochtend waar ze slapen.
Transparant... zon. De gasten van het verlangen genummerd. Vinden van een vacuüm. In liefdevolle pure liefde!.
Intangible
Por el cero que perdió el significado. El amor salta al sueño despierto. Las cadenas tejiendo al espacio. El corazón deteniendo al tiempo.
Después de contar los otoños. En una hoja... Jinete del viento. La piel recuerda... El agua. ¡Cuándo estaba enferma!.
Desde cualquier punto de vista. El instante se eterniza... Activo. Por donde el pasado camina. Por donde las mañanas duermen.
Al sol transparente. Al huésped del deseo numerado. Al encontrar el vacío. ¡Al amar el amor puro!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Empeoramiento Frondoso
Los peores humos desayunan, las plumas temblorosas, de miedos nuevos, mordiéndole al pasado las arrugas. Dime si puedes: ¿Quién inventó éstas preguntas?. Si el hacerlas le duele a las respuestas. ¡Ven, vamos vamos!.
Vamos al jardín de las palabras. A labrar el alabastro menos fanático. A lavar la memoria, menos borrosa. ¿Qué dios necesita del hombre para ser lo que es?.
¿Qué dios sin alabanza perece?. ¿Qué dios necesita que lo ayuden?. ¿Es la noche menos noche si no la miras con estrellas?. ¿Ves más tú sin mis ojos, en tu piel que nada escucha?.
Ésto me preguntan los sombreros, que han perdido la cabeza, y los vestidos el cuerpo, y la voz la lengua, y el silencio la fuerza, como las palabras la razón, como la materia el espíritu. ¡Desayunando el humo al fuego, y la ceniza la leña el árbol!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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GANAS...
Cuando el agua bebe la sed del sol. El fuego incendiado apaga la ceniza. Parada en las alas rojas del aire. La lluvia toma una siesta. En una gota un día una hoja.
Del libro inseparable de la vida. Con el paisaje desprendido de la noche. En las tumbas salvajes de la piel. De la blanda desnudez de la calle. De la puerta vacía de la luna. De la casa llena de la muerte.
¡Ganas... Si perdiéndola aprendes!. ¡Ganas... Si olvidándola recuerdas!. ¡Ganas... Si meciéndola enterneces!.
Por el campo que sangra en la tarde. ¡Dad!... Alimento a las nubes. Dad, dad sustento a los granos. Dad, dad fuerza a las almas. Dad, dad impulso a los sueños. Con los días los meses los años.
¡Ingenioso inmenso inolvidable!. Un espejo se refleja en otro. Un año se abona en otro. Una vez se cultiva con tino. Una vez de muchas muchas... ¡Ganas!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Me imagino la gala que hará esta brisa después de acariciarte el pelo…
Con el perfume de tu piel, a cuántos vientos dejara pasmados.
Qué de picaflores y de jardineros rendirá, con hálito a rosa de tu boca.
Te lo digo yo, que sé de brisas y sus donaires. Yo, que buscando su origen di con tu ser.
Yo, que soy el Albatros engrillado al poste de tu amarradero.
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Poeta
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ARROGANTE PREGUNTA
Arrogante Pregunta El Paisaje alado de su pequeña muerte, siguiendo entrelazando espina y pétalo, de carne al viento que lo sueña, bajo la enorme noche de su almohada, con la paja presa del amarillo seco, como blanca la nieve dibujada por ahí, entre el fuego de aquél lugar extraño.
Nadie parece creerle a la semilla humilde, que cosecha el campo en la memoria, la piel del sol pasado por la tarde, que esconde los muslos de sus labios, en el rumor de la ventana.
Ni cuando las paredes visten de traje, al pasillo invisible con el gris, recuerdo de la silla en la botella, que filtra el alba sobre la mesa, donde la última libélula escapa.
Porque hasta ahora, esto así ha sido, y despacio sigue la pluma el vuelo, de una letra la palabra con ideas, en el verso que relata con las pupilas, del polen al caudal profundo.
El anhelo ha salido del volcán arrepentido, tan desnudo como entró el hielo. Allá en la calle vieja lámpara sin luz. Rosando una brecha sin rumbo, abajo se desvanece un arroyo, por eso del mirar al cielo con fiebre, con el ritmo sideral del escorpión.
Arrogante de la torpe turbamulta, arroja de la altura la esperanza, el valor que pierdo entre quimeras, meditando en las pupilas sombrío, el naranjo sorprendido en la manzana, ignora del dátil el fulgor tenue, encapsulando la falsa primavera.
La pregunta de vieja edad convulsa, bajo el manglar hecho de trapo, del ensueño al plenilunio temido, el camino viril, miserable y redondo, con la sed de la corteza gastada, del saber al instante el suspenso, de una sombra de acento y en calma.
Arrogante un juguete con melancolía, estremece la tarde que cae ciega, al correr de los años agitando el techo, con la luz de la envidia sin razón. ¡Pregunta, arrogante, a la ceguera, por donde espiga la obscuridad mínima!..
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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AMADA DISCREPANCIA
Este ha dejado de ser mi tiempo en la piel que arruga cada piedra con el aire marchito por la nieve madura la tarde por la yerba del clima seco por la uva apagada, enrojecida, al último, resplandor, afligido, del sol perdido.
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Vestiré al camino con caballos de terciopelo en la montaña del verano y mesas entre las cajas del invierno corriendo por las venas del último otoño llorando fuego, su vieja fuente de primavera de la muerte el horizonte acariciando los dientes de una nube triste.
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Así la soledad se viste con luceros de la miel fundida entre las nieves con el metal de alegres mariposas en las frágiles palabras anudadas al ímpetu colgado en las paredes semillas del agua turbia ruines con abismos insaciables grises.
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Serena la noche alza el viento de un lamento amargas desventuras enguantadas en honda sacudida el coro resucita esa voz lejana de la piedra donde muere el tiempo en el hórrido caminar de los relojes al margen del péndulo doliente desencanta la ilusión al desflorarse el herido arroyo por la penumbra.
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¡Rinde, alma, el silencio del remanso con la turbia voz del llanto saeta fina del corazón breve golondrina esquiva la bruma del éxtasis cansado!.
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Más pesado que una noche en vela, viéndole al perfume su silencio, en el espejo de las olas descendiendo, por la pulpa de la espuma del encino, y los pétalos danzando en esos peces, iluminando la columna vigorosa, que gotea, amada, que gotea amada... ¡Discrepancia!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Mi vida...
Mi Vida Mi Vida.
Se iba, seguido siguiendo a los años los sueños, mi piel también se hacía viento, volando, al fondo marino. ¡Luz te soy tan ciego!. ¡Muchas retinas he perdido en el cabello!.
Mi primer sueño fue un inmenso rubí. __ En la estepa un lobo dibujaba en mi
piel. Y mi polvo creía tener aliento __ Mis pesadillas esculpían con el agua algodones. Y ella se me iba, a la punta del abismo,
antes de salir la realidad del siglo, ignorando, el vacío en mis huesos, como un soplo yerto. Y esperando, ingenuo, por las nubes nieves,
anudaba los pensamientos, como flores finas, de mis lentes inútiles, bebiendo mis latidos.
Mi Vida Mi Vida. Se fue, atrapando a los muertos la memoria,
mis manos también se hicieron plumas, escribiendo, al árbol hojas. ¡Agua, la sed ahoga!.
¡Minúsculo polvo he regresado al futuro!.
Mi último recuerdo será un infinito olvido. __ En el cielo una paloma, anidará en mi ausencia. Y mi polvo será lo que siempre ha sido. __Mis ausencias destejerán con el vientoestrellas.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
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Poeta
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