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VERSÁTIL ESCRIBIR
En El ¡Subterráneo qué corría!. El primer verso pensó escribir. Conmovedor y transparente, obscuridad lúcida. Al primer poeta haciendo, letra a letra. Alargando al sol. La piel de la palabra libre. Los rayos encogidos. El canto versificador del tigre. ¡Esfera líquida de sueños dulces!. Si que dulces. En la firmeza del agua clara nieve, versátil.
Escribir. Las cáscaras muecas de lágrimas, ecos bajos. Al ser amable del fuego inigualable, escribir.
Versátil. Lívido el aliento, cárdenos latidos. Entre las ropas cristalinas estrofas. El primer verso pensó escribir. Versátil. Entre las rimas ramas romas. El subterráneo húmedo de altares. En la palabra absorto, por el tiempo, ladrón de eternidades. En las velas los pasos que resuenan. ¡Ha tejido a las mismas fechas indistintas!. Aún tan distantes cercanas Las campanas qué ennegrecidas tiemblan ¡El color valiente del sonido ausente!. Entre las rodillas de las liras, delirante ¡El azul ideal del cielo sangra gris!. En el pozo de las tardes... Versátil escribir. Porqué ha tendido, alas, vuelos, plumas. ¡Agitando al océano con las gotas, tintas letras!.
Manantial de los párpados follaje, su plumaje. En las perlas suspendidas obstinadas. Al estremecimiento de la llama, su lluvia. Por sacar aceite de las arenas, escribir versátil. Donde susurra el canto lienzos obscuros. Por la sed que ardiente libro libre labra. A los pies del silencio apagando labra libre.. Por el agua que bebe al espejismo, del ser. Por la fiebre incomparable, al volverse.
¡Cálidos los brazos!. De la música mortal, al templarse. Felices besos los renglones versos versátiles.
¡Cual inaccesible palacio montañoso!. Por la sonrisa incapaz, alegre teje solo. Entre los nubarrones. Porqué... ¡Al subterráneo corre encima!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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¿Qué se cosechará?
Allá púrpura es la trenza del enjambre Por una cadena de rencores eficaces Aquí es la sombra exprimida del horizonte Allá una fuente de metales anegada Por la melena obsesionada del velámen Aquí púrpura es la mañana del exilio
Por luz de calamares en las conchas Dentro perlas lívidas se derraman Por la perfidia de los epílogos Fuera la cintura del cuello se resbala Por estar la mirada en arenas espantadas Una vez al aire entibian arbolado
Allá los párpados tiemblan del estanque Por las regiones más estériles abajo Aquí alado es el confidente palpitar Allá el desdén es triunfal de la belleza Por estar cultivando al humo sinsabores Aquí extenuadas las tormentas mueren
Por los sueños vigorosos de los fantasmas Dentro está una alabanza altanera titilante Por las guitarras qué esculpen arboladas Fuera las canciones aferradas a los cráneos Por las tumbas ilusionadas de las calles Una multitud siembra sus almas luego....
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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REVIVIÉNDOSE
Por Un Latido Cualquiera Llueven Pálidos Los tiempos Danza de silencio Perlas, laberintos, camas, ardillas y velas. Por Una Pupila Se anudan
Desnudas mariposas Espinas algebráicas, manos, juegos y miedos. Reviviéndose Libremente Se renaceAl un ísono crepúsculo del círculo Al flexible fénix del saltamontes Reviviéndose Intactos prohibires desenroscándose Las semillas destejen sus calaveras Entre incógnitos polvos celestes El alma desgrana su flamaRevi viéndose
En Un Latido Cualquiera De pasados agrid ulces Se decoran los vuelos Tormentas abovedadas, instantes congelados Reviviéndose Se humedecen las arenas en un cerillo Leyendas de ceniza y m arfiles almendrados Donde La Piel De La Tarde. Alumbra con su música el espejo. Reviviéndose en la esencia del reflejo Reviviéndose los muertos tiempos raudo Queda Uno Más En Sí.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Expoliación oceánica
Por El Borne Borroso
Van los velos pálidos despiertos, en la melena de los lamentos, que surgen trasponiendo, la nieve azul del viento.
Terráquea Caminata Encarnada Camarilla
Expoliación___Frente al espejo estrellado.
Oceánico___Abanico de inútil maculatura.
Perendengue. Tremedal.
En las toallas caracoles giratorios se verán igual. Después de humana dulzura del corazón teñido hueco. Entre abetos y campanarios tunantes turbamultas. ¡Con la filigrana del acero sembrando hematíes!.
Oceánico. Es el festín de las cornetas, hambrientas, crudas. Por el apetito del fango lujurioso, flagrante.
¡En los ojos de las llanuras curvas!.
Expoliación. ¿Qué reclaman a los collares?. El candado del paquidermo, cesáreo cenefa celda. Oceánica masacre, inaudible, entretejida, mañana. En las perlas de monolitos, y venenos piadosos.
Así son sin sangre, las puntas profundas. Así son en la desnudez de la ceniza. Así son en la desnudez del pantano. Expoliación oceánica en el amor.
Amor deliberado truculento. Del poder ignoto en descenso. ¡Vertiginoso!. Del... Falso... Velamen...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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DECAIDOLVIDO
Del olvido han caído las estatuas. Del vértigo de pronto. ¡Locomotoras vigilantes, sueños horrendos!. Al barniz obscuro destrozando los motivos, disimulados de los defectos, instructivas amarguras y apariencias, en las caricias exiliadas de las tardes, enormes avenidas de los omóplatos, en la tropa de tristeza babeando corazones.
De Caidolvido De Caidolvido. Al decir, morir, no quiero, ya vivir así, en las palabras, insípidas, escribiendo, en los ficticios y temporales mundos, en los sueños melodiosos ojos, al decir, de la razón que justifica. ¡Lo qué al infierno avergüenza!.
Del Olvido Han caído las estatuas, decaidolvido. Entre sobresaltos del tabaco, descolgando, los aviones de las nubes, y apagando las mediasnoches dulces, pesadillas redondeces de los castaños, azulados los nogales de las orugas asustadas, en las perlas vencidas de los veranos, y los arroyos empobrecidos, decaída la risa castiga.
Por el aquí... De las águilas perpetuas ruinas. Por el aquí... De las palomas acartonadas. Por el allá... Una locomotora piadosa. Por el allá... Una vociferante hormiga Pensó En El decaidolvido. Caído en el olvido decaída. Al descubrir el alboroto del gusano. Al culto desinformado escorpión. Al cúbico leonino helado Una orilla inocente. Una sombrilla en declive.
Del Olvido Han Caído Las estatuas. ¡Navegando bajo el desastre!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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PERLADORIGEN
En La Raíz de la sombra, el futuro teje, su presente. Noches Con Lunas... Lunas de noche. ¡Soles de sombras!. En El Altar de los años. Edad de las campanas. Con el pecho en la cabeza, ¡Coronado el corazón al sueño frágil!.
Origen De Una perla, por el tiempo, el mar de nubes.
Es En las mejillas, de las fisuras rojas, unos claveles excesivos, llanuras, flotantes.
Perlado El horizonte bajo el agua. Origen De nacarada concreción. ¡Peripecia y permanencia!. Perladorigen.
Raíz de muchas otras, perlas, de viva sangre, flor de cuna, esmalte, esmeril, entre disyuntiva y ditirambo, borla y blonda, de aticismo atigrado. ¡Cálida semilla del hogar lejano!. Aroma de leyenda, aferrado a la tormenta. ¡Eslabón al breve regazo!. Al fondo. Al anuncio de intrépidas rodillas, está el guardián de cubos, al bronce del desagüe, con el perladorigen.
Luego, las lentejuelas visten de traje largo. ¡Lunas cuadriculadas!. Donde... La madrugada, desdibuja, las cúpulas, en los muslos húmedos del sueño. ¡Oh!. ¡La oscilación de los espejos!. De tornasol interminable, la jaspeada piel de anís. ¡Oh!. El futuro de abanicos y meteoros. Y Luego... Hace con el dedal, un manantial. Un cofre, lleno de tesoros, y el pasado teje plata. ¡Cada almohada, égida, efusión!.
Perladorigen. ¡Al esplendor de viejas cosas, enmascaradas!. En bandadas, de las vajillas, calmas, de los apetitos, de merluza y mesura, un placer alado.
Así quedó... Perladorigen.
¡El futuro erguido, del centro circular!. ¡Raíz indestructible!. Hoja de arena y mansión de las medusas.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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DEL FARO DEL ECO
Faro, phare, farol, Leuchtturm. Re Pe Tir. Ripetere, wiederholen, répéter. En Lo En lo alto alumbra el eco. Al jardín cautivo largamente. De un claro lugar. Solemne al sol. Allí dentro. (Océano en ciernes).
El Eco Del faro...Eco, eco, eco.
Al antiguo labio que la piel recuerda. Por no decir, menos perlas muslos. Del hermoso rostro tierra. ¡Al tulipán pulido!. (Fuego húmedo).
Naranja Na Ranja del faro eco.
Naranja del amor, un pétalo. ¡Qué crece despacio!. Por la mañana de razones inquietantes. ¡Filigranas, vagabundas, ágatas!. Formando guirnaldas en ventanas. (Faldas, faldas). Encarnada fábrica sin mangas. ¡Conteniendo la respiración dorada!. *Flama*
Faro De La...La...La...
Repetida en la sonrisa. Agradeciendo, a la imaginación. ¡Las manos desnudas de los temores!. Con las cartas, miradas, de los dados. (Cúbicos). Al olor de las promesas. (Fragua).
Del faro El Eco, eco, del faro, faro, eco.
¡Estrellas qué no envejecen!. Al pálido perfume sin tiempo. ¡De la ropa, del espejo, del espacio, despacio!. ¡Qué recoge, las semillas, asequible, bledo, oro!. En las pequeñas cosas. Del hielo soñoliento. ¡Cruzando, al faro, encima de la vida!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Después del destino...
Mucho antes de mendigar esperanzas Antes qué ninguno ¡Nos marchamos por el no se vuelve! Sin reproches macilentos, escollo ni armella. Sin partir la llama, ni la lluvia, ni llamar. Mucho más orilla qué valla.
En el después Sin esconder el pecho, lecho, estrecho, Solo ¡Llevándonos la muerte completamente! Con todo el aliento por delante Nada de fragmentos Nada del jamás ¡Con el destino añejo de cualquier historia! En el después...
¡Resueltamente! Con el último silencio primero Con el dentro y el fuera Con el círculo y el triángulo...
¡Por dónde ardió el destino desterrado! Y dónde triste nace ignorado ¡Toda la nada en su afán de ser algo! Y dónde aguarda el secreto Del hogar del abismo del tumulto del tiempo... Después del destino Ungüentos, perlas, raíz de abeja hoja, Miel en rebanadas, sal sonora, culto exento, Ejemplo de ajuste al horizonte Ejemplo de propiedad íntima y solitaria Sin el menor intento de ser didáctico ¿Dónde, adonde, parten los dóndes?
Donde Puede un sin embargo...¡Quedarse! Donde Puede decirse un antes...¡Nunca!
Después... Después... ¡Cómo aquélla vez! Por El destino ¡Cómo aquélla, uva, hubo, humo, luego!
¡Qué es y qué fue!
Tiempo, sin más ni más Reloj del propósito de fuera Y que... Fue añejo y vino nuevo Y qué... Volvió a ir de siglo en siglo Revestido... ¡De triunfantes despojos libre! Investido... ¡Del estruendo sin sentido!
Después de perder todo De lo qué de nada somos dueños ¡Solo queda todo el destino! ¡Solo, destino, solo! ¿Y el después?___Seguirá siendo después.
Y Sí hay alguien que lo dude ¿Quién es ese alguien? Y ¿Quién, a quién duda, y cuándo?
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
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Poeta
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Apasionada espera...
La noche, imaginando, el sueño. El día. Amable brisa, brasa, el abrazo tierno. Calidez de labio, y lecho tibio, hila, hilesa, Y lo amoroso, del momen...Todo..Do. Do.
Tanto teme, a veces, desapasionada. En el como. Sentiría la sed y la sequía. El jardín. Por cada flor el perfume, y el aroma. En el invierno, ínfimo y enorme, el hielo y el frío.
Y del mañana, una pregunta decía:
Espera, espera... ¿Acaso el peral da perlas?.
Nunca jamás digas... ¡Cuando, impotente, imponente y desconocido veas perdido, cada fracaso, en el jamás dicho!. Y eternamente menos lamentos, al infinito, ninguno, menos apasionado.
¿Recuerdas?____ Alguna vez, me preguntaste.
¿Si el pajar de agujas amarillas, estuvo la mañana cantando, estuvo el agua humedeciendo, tantos pájaros amarillos, cantan en agujas, las mañanas pasadas?.
No lo sé muy bien, pero recuerdo como...
¡En ésa espera!:
La piel cambió el espejo, el reflejo, la cara, esperanzada del deshacer cristalizado, al vidrio, en la humedad, un lago, humilde refleja, aquélla piel, cambiada por el viejo espejo, y deshacer del vidrio.
Como fue, así creo, dices. Como deshace al vidrio, cristalizando el hielo, bajo la piel la cara.
Apasionada espera, la esperanza, de la pasión enamorada, en la morada del amor.
Violeta, como sueña, el jardín la primavera, espera, apasionada, flor cada el tiempo.
¡Y observa bien, que no acabe lo visto!. Espera. Tanto. El camino sobre sol y luz, en el jardín. Como En nubes bajo la niebla y la humedad. Y en cada invierno igual. ¡Como plumas copos y blancura!.
Espera, espera...¡Como aquélla vez!.
Frente al risco fresco casi, del reflejo arisco espejo. ¡Por la espalda labradora de ladrillos!. Asoman desfilando acantilados, frente al frasco reflejado, en el espejo, visto por la espalda, desvestida la frente. ¡Desnuda!. ¡La frescura de aquélla vez!.
Apasionada espera. ¡Que nada espera ya!. Desesperada solo. Por lo inesperado de aquélla vez.
No en el hoy..... ¡Oí, oye, nada es recuerdo!. Todo, está en el tiempo. Siendo. Como fueron y son. ¡Así nada más!.
En los suelos, años quedaron sepultados, como túneles bajo el pantano, años engañados, y desentrañados. ¡Los vientres arena y sol ardientes!. En los suelos, zapatillas las astillas.
¡Donde los hielos jamás habían sido, tan extremadamente fríos!.
En La Espera Apasionada, espera, algo, una nada al menos.
La suavidad rugosa, el algodón y la blandura. Y Cuando menos En Las Aristas y riscos, la risa y la sonrisa. Aunque todo, enturbie la turba, el silencio y el vacío.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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AMOR TE PIDO
Amor al hombre. ¡No llores!. No ves. No ves como borra. ¡No llores!. En la historia. Las huellas de ausencias. Del perdón alfombrado. En las ostras. Las perlas estériles. En el tormento. De la realidad fugitiva.
Como fugaz el dolor olvidado, de amores fatales, de aureolas en ruinas, unos que no pueden, salir de un mundo viejo mejor, y no pueden, entrar en uno nuevo peor, es huir hacia utópicos futuros, posibles fantasmas, que niegan. Aplomo balando, colmillos y garras. En cada cordero, recuerdos ingratos, de crueles olvidos, en pétalos... Secos. ¡Explícitos!. en vástagos.. Huecos. ¡Implícitos!. en críticas y crípticas. ¡Marmotas!.
Y solo Por la voz humana... Sangrante. La cabal expresión... ¡Muerta está!.
Amor al hombre en el cielo. ¡Ya no llores!. Allá los hombres genuinos. No existen, sufriendo los males, que en la tierra hicieron, ciclones, temblores y sequías. Ya que los hombres genuinos, no existen. En el cielo, se sentirán en el cielo, si no recogen lo que no hicieron, y que debieron en la tierra.
En la tierra hay nuevas verdades, color de inclemente exterminio.
Amores en piedras dolores de serpiente. Con las espadas de aureolas, con las espinas baratas, con las monedas en venas. Y pescadores que aceptan valores falsos. ¡En el océano inconsciente de escombros!. Y modas... Amor, amor... ¡Ya no llores!.
¡Ya no llores!. A éstos nuevos engendros.
Dime si con lágrimas... ¿Puede vivirse el morirse cada día. Puede pedirse algo a la voluntad vacilante. Al corazón que ya no siendo humano palpite?.
Amor, ya no llores. Porqué yo soy el llanto. Y ya quiero secarme. Y en el cielo arder y morir.
¡Te pido que pidas lo que pido!. Amor, amor.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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