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CIRCUNSPECCIÓN DE PAQUIDERMO (Texto Neosurrealista)
Y el ruego de fuego moja lágrimas secas del viento en el hielo del sol dormido Por Esperar Cambiar El azul El rojo.
El amarillo. En celeste sangre solar...
Por aquella noche que patea el perfume, de una bicicleta adolorida de niñez, en la reunión del pastel, y camiseta de la risa, separada del otoño amarillo hecho, hojas tradicionales con la laca, y la satisfacción de saber que sus cuotas cantan después de trabajar de sol a sol, a todo color, y durante todo el año, dónde las puertas sin llaves son cosa del pasado, en la pared con tres mapas que ayudan a mantener la desorientación que se observa con los detergentes, y la piel de las risas de las bacterias más cercanas, cuando toman su dieta balanceada o seca, al no esclarecer los ojos de los conflictos, en la forma de expresarse, tan prudente como un foco fundido, con la calma de un plátano macho sin exaltarse por la papaya.
¡Vaya con ésta circunspección de paquidermo!. La anchura y profundidad de los cimientos, es la prueba evidente de la salida del abrevadero... Porque la tarde se adentra en el bosque, bordada con hilos de oro en el rubor de los caballos, y las hazañas del pensar con claridad son aves extrañas a los cazadores de cheques, y trabajos adoptivos de los huevos dueños, de los héroes de la tradición oral de los asnos más comprensivos, enseñando a los conejos a tapar la boca a una flota de buques.
Pero no... ¡Circunspección ante todo!. El trabajo debe ser hecho entre parejas, con la sopa de letras que no digieren, y acariciando las encías de un cocodrilo diseñador de alas a los pájaros. Pues, mire usted, que posee unas extraordinarias dotes de interpretación, y que reconoce que es incapaz de ponerse frente a una cámara sin tacones, y saludando de mano a todo el techo. ¡Vea!.
En las manadas pequeñas la nieve es de los venados, un parásito que ataca a los lobos, cuando se dispersa por el aire el grito del propio sistema territorial de las iguanas, propuestas para la temporada de calor sobre todo, cuando los hielos entristecen, teniendo un barniz de ideas en las rodillas, y una pasión de copiar a las escopetas el sonido, en su candor notable. De tal manera que dejan una ingente obra en prosa, rosa, violeta, piedra y madera, relacionada con la misma esterilidad de los híbridos y a la cual derrotan, demostrando la atracción de la fuerza de gravedad en la pérdida vegetal de los últimos cabellos.
El resultado es el color del sol, la humedad del agua, el principio al inicio, la historia del pasado, y más al inventar el agua tibia, por la agudeza del pensar con cada dedo, y de combinar la sal con el vinagre malgastado por la ansiedad de las ventanas, y las rueditas de los calzones sospechosos del cepillo. Considerando seriamente, que nunca haya sido expulsado por los renglones de algún cuaderno, indignado por el más fuerte deseo de comprenderlo, y mandarlo a recorrer el fondo de cinco kilómetros de la fosa séptica más cercana, en particular por los desbordamientos periódicos de felicidad, dónde las mismas funerarias lloran por la producción ilimitada de las palmeras datileras en el corazón del cedro sensato.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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EXORCIZACIÓN ARDIENTE
En el balcón de cada instante vagan, los sueños de los relojes imposibles, cuando de las tardes van cayendo, los perfumes abrumados invisibles, por las mejillas ignoradas, secándose lágrimas estériles.
Porqué Se alejaron las montañas de la nieve, los fríos zapatos de noche. Se alejaron las sonrisas temblorosas, y los caminos levantados por el sueño.
Siendo informados los gorriones, de la nube rosada escasa, del arbusto asustado, y el último zorro.
Allá no estarán los caballos ni los cobres, tan cercanos al candado envidioso. Allá no estarán aguardando los gatos, tan dulces como la arena grises.
En ese instante vacilante van, los claveles recién nacidos, en la miel volando, ancianas ovejas.
¡Por el porqué de los parques parcos!. No sepultes las ventanas, donde el cielo las puertas cierra, y la tierra expulsa los volcanes.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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SIENDO VENUSINO
En la noche humedecida goza grácil En las alturas ecos ritmos tibios En los sueños sus dulzores Cataratas doradas rosas Néctar, fuegos mieles Divinas porcelanas Divinos perfumes Amorosamente Decorados Placeres Duales Ya
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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SUBLIMAR VOLÁTIL
No escondan la mirada los que sueñan. Dormida la nieve sin infancia. ¡Que tímida afila los rincones!. ¡Que blanda enfila los arcones!. No escondan no. El viento del espejo. Las estrellas del aliento. La mirada del vacío. ¡Que duerme, sí, que duerme!. Los sueños encarnados de las colinas. Las cadenas escarpadas de los valles. Los perfumes adornados de las cenizas. Las palabras esmeradas de los silencios.
Por El Sublimar Volátil.
No escondan la voz los que despiertan. Rústica la nube sin cielo. ¡Que habita huecos los recuerdos!. ¡Que decora vacíos los mañanas!. No escondan no. El jamás del nunca. Las esperanzas del siempre. La melodía del tiempo. ¡Que muere, sí, que muere!. Los futuros alfombrando de pasado. Las mañanas cultivando de noche. Los olvidos esparciendo de memoria. Las letras borrando de palabra.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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P.O.E.M.Í.T.I.C.O.
¿Qué buscas en las letras, qué no sientas en las retinas?. Dice al corazón, el aliento inspirado.
Nada sé de los mares que se embravecen, ni de la mirada atrevida, ni de las sombras gastadas, solo anegados los campos de fraguas, solo propósitos medrosos del pasmo. Míticos Perfumes Pasiones de terciopelo Poemas, poemas, poemas... Heroicas letras negándose a morir. Periódicas músicas queriendo ser oídas. Por el cisne que dialoga entre pescados. En la entrega temeraria de sus plumas. Entre las dudas de potros ligeros. ¡Con las estrellas obscuras y desnudas!.
¿Puedes decírmelo ahora?.
En los áridos lamentos de las últimas memorias. ¿Qué buscabas?. Cuando todavía no se había resuelto, el problema de las paredes del agua, donde surgió a la vista el desierto, en el momento que se viene bajo él. ¡Sótano, precario!. Haciendo mal a mares. ¡En las peripecias del ven ado!. Y en el buen arranque del topo.
¿Cuándo y cómo decirlo?.
En estos tiempos las lluvias vuelan. ¡Hacia arriba, no lo olvides!. En la raíz de las viejas hojas. En el bosque invisible del susurro, felizmente acompañado del olvido, guiando a las brújulas del camino, en la punta globosa de un cráter.
Y Ahora Poemítico Mira... ¡Mira, sí, mira, mira!.
De seguro que aquellos cipreses lo saben, por la constancia de la mala suerte en él, bolsillo de la ciruela, de la última luna, serena en el valor del sombrero del trabajo, perdido del célebre trópico. ¡Poemítico!.
De seguro. ¡Sí, se seguro!.
Porqué... Habiendo citado a ésta incertidumbre, nunca llegó para establecerse sola, con su barba de menta cultivando, los caballos indistintos de cangrejos, asustados, los gatos risueños en él. ¡Nombre del poema más desconocido!.
Hecho en la leyenda que nunca existió.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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POR LA VENTISCA
Por fin se puso a tocar algo en el aire. Ahí, dónde se inclinan las sonrisas de los perfumes y flores de excusas enredadas entre los dedos. Antes de subir las escaleras agradecido del zenzontle trepado en su canto de rama en rama... Beatífico y radiante. Esa mañana le miraba de reojo. Tomaba la primera sombra su descanso fresco aferrado a la dulce tarde qué recordaba. Hacia el final de mayo esa sinfonía tocaba a su imaginación, terminada... Necesitaba solo unos retoques de brisas intermedias y pulir el frío de los silencios breves, blancos copos flotando entre las estrofas que con su suave presencia estrechaban sorpresas de serena influencia conmovedora. En la letra combinaba letras, olores, texturas. ¡Una maravilla que asustado, tímido pocas veces dejaba escapar de las grandes y pesadas experiencias amargándole la naturaleza sensible en sus preocupaciones alegres!.
En esta ocasión el mejor papel para envoltura que pudo conseguir no le pareció suficientemente bueno para su propósito... Confiaba en creer animar el aire mismo, en un cabalgar atinado nubes y nieve. Y entre vacilaciones y dudas se colocó por encima del clima, templado como un patrón de sastre y cortaba sus reflexiones bajo una oleada de palabras sin expresar la consoladora esperanza de la casa imperceptible símbolo dispuesto en la hora que detuvo la conferencia sin remuneración. ¡Vaya humo virtuoso!
Esa vez, dijeron qué tenía un brillo extraño en la mirada, pero no así en los dedos serenos de un color definido ignorando la realidad herida incapaz de comprenderse al fondo de la más sencilla explicación qué vuelve todos los días más confusos por la búsqueda desesperada de una sola certeza.
Se sentó al costado de una ventana y no dijo palabra. Con los ojos entrecerrados sorbió un poco del té frente al cuadro impresionista en la imaginación qué le parecía infinita y a veces lo comparaba con una mariposa tejida de sueños y angustias, ó lo contrastaba con la pequeñez de una luciérnaga que se acomoda al obscuro silencio iluminándolo y proyectando visiones en los últimos rayos del sol callado a ratos. Con las noches de raigambre catastrófica del repelente engendro del sillón previo.
¡Se trata de una lucha perdida!. Dijo entredientes dando una extraña tonalidad al momento. La cara del cuadro nos miraba sin decir palabra desde la pared dispuesta a saltarnos. ¡Es difícil decirlo!. Y decirlo en letras fijas, tan pobremente vestido y calzado de música ávida tocando las montañas que refulgían en la nieve a lo lejos débiles y superficiales los susurros sin tener en cuenta la tibieza creativa que alumbraba el huésped en sus ropajes humanos... ¡Sí muy difícil decirlo!. Sobre todo sin recordar el silencio de esos cinco minutos detenidos en el fondo del reloj dónde se pierde la noción del instante.
Y volvió a tocar algo en el aire. Pero esta vez descartó el papel de cualquier objeto. Y se envolvió en su creación lentamente desapareciendo... Y cada vez que lo recuerdo Vuelve a tocar algo en el aire.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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FÚNEBRE CINISMO
Al huir Al final Haciendo Víctimas Al cielo Al aire Haciendo Víctimas Al principio sin destino En las tragedias del callejero teatro escriben...Los anillos acuñando...Los silencios Insuperable rastrear de los gusanos... ¡Hexágonos anuales!... Del mismo engendro. Fúnebre cinismo, del minucioso escándalo una moral, hidroeléctrica manipulación en despoblado luctuosa exponencial incertidumbre sin duda vieja novedad del viraje retórico inquietante de la tabla finisecular expresiva... Cinismo disponible de lúgubre docencia Siniestra fuente de trabajo del subsuelo
Venenos del honor y la consciencia Polución del pensamiento y la memoria
Desecho de valores intercambiables Cinismo disponible de lúgubre docencia
Por allá Al descubrir el desastre Y al encumbrar el fracaso En la eternidad vertiginosa del interior en tregua exiguo del exterior desconocido enorme Un suelo exponente que no rehuye teñido del tremendismo torrencial. Del vértigo proliferante. Del rítmico descrédito. Del atónito descontrol. ¡El desprecio de la vida!. Apresa...La misma muerte. Apresa...Cualquier aliento. Apresa...El olvido en la memoria. La indigna partida de los miles infestado.
¡Fúnebre!. Por la muerte sepultada del instante el cementerio de la inercia fue testigo denigrante sin parentesco de la violenta lata de sardinas y la macabra luz de la inconsciencia del banco de peces en cuarentena. ¡Cinismo!.
Fú Ne Bre Cinismo Fu Ne Bre Porqué... Una mañana abría la neblina dormida, el instinto de la arena buscando,
las paredes del relámpago salvaje, y el perfume del cristal desesperado,
en la delicadeza de los túneles, del bálsamo cansado imborrable.
¡Fúnebre cinismo fúnebre! Por estar al río quemando nieve. ¡Tétrico patético!. Por estar al río secando núbil. ¡Siniestro elegíaco!. Al purificarse endemoniado. ¡Lóbrego macabro!. Al ratificarse engatusado. ¡Fúnebre docencia!. En las trenzas de la sombra. ¡Cinismo didáctico!. En las trancas de la siembra.
Fu Ne Bre Ci Nis Mo Por la fuerza falsa de la ausencia. Acompañante Del Olvido Es La Esperanza Débil De Las Mañanas ¡Verdadera contaminación de la consciencia!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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RESPLANDOR ÍMPROBO
En la carne del silencio donde la noche anida la historia sin letras en la hoja del perfume ya es, sin dar explicación, la ausencia infinita hoy siendo, alguna vez lámparas acariciando al sol en la piedra sin leyenda, en la sordidez del país invisible, que la música lúgubre traspasa hueca del insomnio de los tigres y la luna decora vana, estrellas en los mantos dulces del océano rojo, con el doble de horizontes ya perdidos y lejanos al tocar los ruiseñores bajo la cama dormida hoy como ayer y en todas las mañanas hechas tarde por las ternuras inocentes bajo tierra coaguladas por las sillas tétricas menospreciadas miles.
I-M-P-R-O-B-O___¡Resplandor!___I-M-P-R-O-B-O
Por lo que tenue describe el canto. Al caer del día. Y el cuento vierte dúctil candileja. Al cerrar la noche. La franqueza incurable del silencio. A pecho abierto. En las ciudad esquina del absurdo. A fuego lento. Del profuso y amplio redentor desgarro. Hasta no poder más. Porqué estremecen los caminos.
¡Resplandor!____I-M-P-R-O-B-O____¡Resplandor!.
Son los caimanes del encono desgranarse, al espesor usual del vano fluir, del teatro reconocible sonrisa, en las costillas del ataúd miles, son las transparencias injustas, en cada letra que partícipe es, --cudriña la consciencia honesta, del sombrero terrible sin paja. ¡Sin voz indivisible!. ¡Sin luz desgraciada!. Aunque despacio se expresa con gracia ágil.
¡Ímprobo resplandor!____¡Resplandor Ímprobo!.
En la mezcla rara del susurro indefenso, dónde largo habita el olvido oculto en miedo. En todos los perfiles incurables, dónde el cementerio despierta ciudades muertas, En todos los endémicos parlantes, dónde el agua turbia corre rauda. En la mezcla de los gestos del escenario forzado.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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EN LA CUNA
En la cuna Encantadora del recuerdo En el mundo irrefrenable metáfora Entre mundos imaginados En la cama Encendida expresión pulsátil.
En la paz indiferente misterio Entre convicción contradictoria Encuentra descubrir el tiempo al pasar Encadenado rebuscar de noche En el perfume audaz pupila Entre el cándido candil despierto Encendido oasis ámbar nieve llueve.
En sí, delicioso y estridente En la curiosa imagen indirecta Encantado desvirtuar verbal urbano Encima ambivalente rotundidad Entre veinte coronas de alquiler En la caricia circundante Enredaderas del alfiler Estalla, del cuervo curvo, dominante.
En cada quizá inanimada En cada tal vez implícito Entrando, sensible, volumen blando Estética, curiosidad oblicua Explícita la concepción del cuadro En la cuna del tiempo, cama de la vida recordada.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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B.I.B.L.I.O.G.R.A.F.I.A.D.O.
Del árbol de la vida. ¡Baldón somos!. Biografiados falseados mucho. ¡Panfleto pasquín!. Porqué... Escribe desde una rama la hoja. ¡Signos, figuras, grafías!. Perfumes, memorias, esencias en formas de tintas, colores difusos a veces aves bajo el agua, viajes de ida y regresos a veces eternas partidas, polvos por el tiempo a veces, a veces, tal vez muchos y pocos ningunos. Porqué... Escribe desde una rama la hoja. De la raíz que alarga. ¡Aunque arguyese inocencia el suelo!. Cincuenta tomos, melodramas de biblioteca. Y aunque fuese lo que arguyere una patraña.
Son... Solidarias del viaje al libro. ¡Bibliofilia!. Noble y bella pasión. Son... Solidarias las madejas del espejismo. Letras, imágenes y evocación. ¡Oh, sí!.
Bib Lio Gra Fia Doo... ¡No sagrado qué no lo es!. No embargante. Está... Ardiendo en el ático un relieve. Está... Musical capítulo sin escribirse. A pesar De Qué... ¡Solo regresa espigando al pasado!. ___Aunque arguya ser del agua el hielo. Por lo rítmico del milímetro en la tinta. Por lo arcaico del murmullo que imagina. ___Aunque hubiese argüido del calor el fuego.
Van las colinas recién llegadas a nubes. Van. En la hora que no muere. Van. En el túnel arenoso del cuchillo. ¡Van y van!. Como si hubieren reñido, las nieves al invierno. Litorales de ingravidez hojas, hojas de otoños. Lívido el tiempo exangüe se queda, a veces a veces.
Bib Lio Gra Fia Doo... ¡Dónde caliza la orilla corta los minutos!. Cuan ancho y grande, a la deriva queda un libro, a veces en cajas anárquicas, libreros ampulosos, andrómicos edificios, electrónicas argucias, minucias de naderías, cultivo de charlatanes.Por los siglos De Los Siglos...¡Queda ensordecido el vientre desnudo!. Allá
¡Dónde el pulso!. Allá, donde los pájaros anidan. En los pueblos de los geranios, gerundiano poder En tantas partes hogaño, hambriento el bolsillo, vacía el alma, esquelético el espíritu. Si tiene. En los ojos hojas, en las plantas vegetales sandalias. Escriben, y la raíz alargan.
Haciendo como si riñere a la pobreza e injusticia. Gran engatusar, enorme chasquear, adulterar el aire mismo, y al agua decir dar transparencia. Escribe Lo Que escribe. De pocos leído. Y al final... Bibliografiado el destino con desatino celestino. Antes Que Riñeran Las Nubes Al Sol.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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